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08 junio 2025
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Un general ruso advierte que la guerra en Ucrania puede propagarse a toda Europa

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El director de la Academia Militar de la Jefatura del Estado Mayor de Rusia, el general Vladimir Zarudnitski, advirtió que la guerra en Ucrania podría propagarse a toda Europa


Zarudnitski transmitió esta opinión en su artículo publicado en la revista “Pensamiento Militar” (Voennaya Mısl), según informó  la agencia rusa RİA. “No podemos descartar la posibilidad de que escalen los choques armados en Ucrania. Pueden aumentar los números de las “tropas Proxy” utilizadas para el conflicto con Rusia e incluso puede librarse una guerra de gran escala en Europa”, alertó el general, según recoge TRT.

El militar ruso agrega que “la fuente original de las amenazas militares contra nuestro Estado es la política anti-rusa de EE. UU. y sus aliados, que llevan un nuevo tipo de guerra híbrida con el fin de debilitar a Rusia, limitar su soberanía y destruir su integridad territorial»

En conclusión, el general ruso también dejó plasmada su opinión sobre la reorganización de las tropas rusas y llamó que “toda la sociedad rusa se una alrededor de las necesidades de defensa”.

Israel persiste en su brutal castigo contra Gaza

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«En cinco meses de guerra ya suman 30 mil 717 los muertos y 72 mil 156 los heridos que la ocupación israelí provocó en la Franja de Gaza

Las fuerzas de la ocupación israelí persisten en sus bombardeos indiscriminados contra barrios residenciales y hogares civiles dentro de la Franja de Gaza desde hace 152 días.

Durante la madrugada del miércoles varios ciudadanos murieron y otros resultaron heridos, luego de que el ejército israelí atacara una casa en Deir al-Balah, al centro de la Franja de Gaza.

El corresponsal de Al Mayadeen en Gaza también informó que Israel lanzó continuos ataques contra tiendas de campaña de los desplazados ubicadas al este de Rafah y dejó varios heridos de gravedad, incluidos niños.

La artillería israelí agredió además los barrios de Bureij, Al-Mughraqa, Al-Zahraa y el norte del campamento de Nuseirat, al centro de la Franja de Gaza, mientras los aviones de combate de también atacaron intensamente la ciudad de Khan Yunis.

El reportero detalló otras embestidas de las fuerzas hostiles contra un grupo de ciudadanos en el centro de Bani Suhaila, al este de Khan Yunis.

Con todas esas muertes ya suman 30 mil 717 los asesinados y 72 mil 156 los heridos que la ocupación provocó en casi cinco meses de brutal castigo a la Franja de Gaza.

De acuerdo con el ministerio de Salud durante las últimas 24 horas, Israel cometió nueve masacres, las cuales dejaron 86 mártires y 113 lesionados.  

Mientras, los combatientes de Hamás atacaron con granadas de mortero concentraciones de vehículos del ejército de ocupación en las líneas del frente de la Franja de Gaza y en el oeste de la ciudad de Khan Yunis, con lo cual provocaron varias bajas entre las filas del ejército enemigo.

 

 

El PP presenta en el Congreso una «proposición no de ley» para recuperar el consenso sobre el Sáhara Occidental

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EPartido Popular (PP) presenta en la Comisión de Exteriores del Congreso de los Diputados «proposición no de ley» para recuperar el consenso sobre el Sáhara Occidental volviendo a la posición previa a la cesión de Pedro Sánchez al régimen de Marruecos, según la propuesta que ECSaharaui ha tenido acceso.

Hasta el momento, no se sabe cual será la reacción de partidos como Sumar, EH Bildu, ERC y AJ PNV, «aliados del Frente POLISARIO».

La proposición del PP sobre el Sáhara Occidental | Congreso de los Diputados

Más información, en breve.

España despliega sistemas antidrones en peñones reclamados por Marruecos

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Las Fuerzas Armadas españolas han integrado en su despliegue actual, para proteger las plazas de soberanía española en el norte de África, una tecnología avanzada: los sistemas antidrones (AUDS). 

Aunque están deshabitados, a excepción de contingentes militares, Marruecos reivindica la soberanía sobre estos islotes y rocas, que desembocó en 2002 en la crisis de los islotes de Perejil; pues gendarmes y soldados marroquíes ocuparon la isla. Dias después, las Fuerzas Armadas españolas intervinieron y los expulsó.

Además de Perejil, España también mantiene su soberanía sobre otros islotes y peñones cercanos en el norte de África: el peñón de Vélez de la Gomera, las islas Alhucemas (peñón de Alhucemas, isla de Tierra e isla de Mar) y las islas Chafarinas (isla del Congreso), Isla Isabel II e Isla Rey Francisco). 

Los soldados del ejército español custodian estos islotes y los buques de la marina española también navegan por sus aguas, asegurando la presencia, vigilancia y disuasión de las fuerzas armadas. 

El Ejército español desveló en una publicación recogida por Confidencial Digital que en estos peñones, al menos en Chafarinas, desplegó al menos un sistema de defensa contra vehículos aéreos no tripulados (drones).

Ministro de Exteriores de España viaja hoy a Mauritania para tratar de frenar la llegada de los cayucos

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Tres semanas de la visita del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Vonl der Leyen, el ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska, viaja este jueves a Nuakchot para tratar con las autoridades del país controlar la ruta atlántica hacia Canaria, según ha informado Moncloa.

Marlaska viaja a Mauritania con la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, y la secretaria de Estado de Asilo y Migración de Bélgica, Nicole de Moor. La primera viaja a Mauritania acreditando la implicación de la Comisión Europea en los intentos de detención de los cayucos que se lanza al océano buscando llegar a las Islas Canarias. Mientras que la segunda, Nicole de Moor, vuela a África en representación al gobierno que ostenta el turno de presidencia del Consejo de la UE.

« Llegada récord de inmigrantes a Canarias

En los dos primeros meses del año en curso, el archipiélago canario ha recibido unos 11.932 sin papeles. Una cifra superior a los 11.439 que habían llegado a las Islas entre enero y agosto de 2023. 

La gran mayoría de las pateras han partido de las costas de Mauritania, donde en estos momentos se encuentra el Buque de la armada española de Acción Marítima (BAM), enviado, sin orden de interceptar, por Madrid a patrullar las aguas del Golfo de Guinea y el África Occidental.

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya visitaron Mauritania en febrero para intensificar la cooperación entre la UE y este país contra la migración irregular.

El viaje de hoy de Marlaska y Johansson es simplemente una continuación de esa visita, y ambas se producen en el contexto de llegada récord de migrantes irregulares a España, principalmente a las islas Canarias, por donde entra en la actualidad el 80 % de los flujos migratorios no ordenados, según EFE.

Mauritania es clave para su control, ya que el 83% de los cayucos que han llegado a España este año tienen su origen en ese país, que sufre una presión migratoria principalmente con origen en el conflicto de Mali.

Los crímenes de genocidio perpetrados en el Sahara Occidental por Marruecos (informe de DD.HH)

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El Colectivo de Defensores de Derechos Humanos en el Sahara Occidental (CODESA), ONG saharaui de las Zonas Ocupadas, publicó un resumen de su informe 2022/2023 sobre la situación de los derechos humanos en el Sahara Occidental, con una cobertura inicial sobre los crímenes de genocidio perpetrados en el Sahara Occidental, en especial mediante el uso de drones, mientras la potencia ocupante continúa su impunidad y crímenes de lesa humanidad como parte de su guerra contra los civiles saharauis.

En la primera del resumen, titulada: “¿Quién pondrá fin a los crímenes de asesinato, desplazamiento forzado, asentamientos, confiscación de tierras, saqueo de riquezas y castigo colectivo contra civiles saharauis cometidos por las fuerzas de ocupación marroquíes en el Sáhara Occidental?”, el informe trata de arrojar la luz sobre la magnitud de los crímenes cometidos por el régimen de ocupación, advirtiendo que estos crímenes continuarán de manera sistemática contra civiles saharauis en ausencia de un mecanismo internacional para protegerlos, ante la incapacidad de la comunidad internacional y su fracaso para implementar la legalidad internacional en el Sáhara Occidental, mediante el ejercicio de la presión necesaria sobre la potencia ocupante de Marruecos a fin de imponer el respeto al derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y la soberanía sobre sus recursos naturales.

En la segunda parte de su informe resumido, titulada: “Informe inicial sobre los crímenes de genocidio cometidos por las fuerzas de ocupación marroquíes utilizando drones en el Sáhara Occidental, la organización d derechos humano saharaui intenta realizar un seguimiento de los distintos crímenes de genocidio cometidos contra los civiles saharauis, argelinos, mauritanos y malienses, quienes fueron víctimas de los ataques con drones y otras bombas letales, así como la confiscación de propiedades al este del muro militar que divide el Sahara Occidental.

En la conclusión de su informe, la ONG saharaui subraya que “la ocupación militar del Sáhara Occidental por parte del régimen marroquí, así como su incumplimiento de las resoluciones de legalidad internacional relacionadas con la descolonización del territorio, privando al pueblo saharaui de su derecho a la autodeterminación y a la soberanía sobre sus recursos, así como su continuo saqueo de las riquezas del Sáhara Occidental y los intentos de internacionalizar su ocupación implicando países, organizaciones continentales y empresas multinacionales mediante asociaciones y contratos ilegales en la parte ocupada del Sáhara Occidental, solo buscan perpetuar su ocupación”.

Por último, CODESA llamó “a la necesidad de acelerar la descolonización del Sáhara Occidental, otorgando al pueblo saharaui su derecho a la autodeterminación y soberanía sobre sus tierras y riquezas, así como proteger a los civiles saharauis trabajando para establecer un mecanismo internacional para proteger y monitorear los derechos humanos en las zonas ocupadas del Sáhara Occidental”. (SPS)

Poderes hegemónicos frente al derecho internacional; la necesidad de romper el ciclo interminable de impunidad

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Desde la creación de la ONU tras la Segunda Guerra Mundial, la subordinación del derecho internacional a los intereses de Occidente liderado por los Estados Unidos ha demostrado ampliamente la incapacidad de este mecanismo para resolver disputas entre Estados, garantizar el desarrollo global y preservar la paz mundial. Sirviendo única y exclusivamente para el sufrimiento de una parte de la población mundial.

Frente al desolador panorama que asola la actualidad informativa con las masacres diarias que comete Israel en Palestina ante una pasividad pasmosa de la comunidad internacional, con el beneplácito de los EE.UU a todas y cada una de las fechorías del ejército israelí, huelga preguntarse si realmente el derecho internacional y más concretamente la ONU y su Consejo de Seguridad sirven para algo. Una conclusión a la que ha llegado también su Secretario General, António Gutérres, quien denunció durante la 78ª Asamblea General de la ONU que »los problemas no se pueden resolver con instituciones que no reflejan el mundo» añadiendo certeramente que »En lugar de resolver el problema, corren el riesgo de convertirse en parte del problema. Hay muchos intereses y agendas contrapuestos. La alternativa a la reforma no es el statu quo. La alternativa a la reforma es una mayor fragmentación. Es reforma o ruptura.»

A este respecto, las palabras que pronunció el líder de Hezbolá, Hassán Nasralá, en uno de sus discursos el pasado Enero, contienen una verdad alarmante para nuestro futuro: »Lo que ocurrió en Gaza ha demostrado que la comunidad internacional y el derecho internacional no pueden proteger a las poblaciones. No pueden proteger a nadie. Son vuestra fuerza y vuestros misiles los que os protegen.»

¿Habrían obtenido Argelia y Vietnam su independencia o Sudáfrica habría abolido el régimen de apartheid sin lucha armada? ¿Habrían lanzado Estados Unidos dos bombas atómicas sobre Japón sin la seguridad de que nunca tendrían que rendir cuentas? ¿Continuaría Marruecos ocupando el Sáhara Occidental y cometiendo las más abyectas violaciones de derechos humanos contra los saharauis sino fuera por el apoyo continuado de Occidente? ¿Se habrían involucrado Taipei, Seúl, Tokio y Manila en el Mar de China Meridional si Washington hubiera cumplido sus compromisos escritos con Beijing y el espíritu de la Carta de las Naciones Unidas? ¿Incitaría hoy Estados Unidos a la limpieza étnica en los territorios palestinos y el este del Congo, proporcionando armas letales a Israel en un caso y a las milicias ruandesas en el otro? ¿Por qué Washington no se ve obligado a anteponer el derecho internacional a su codicia geopolítica y sus ambiciones hegemónicas?

«Estados Unidos es indiferente ante las exigencias de una reforma de la ONU

Durante años, las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU han estado a merced, por no decir en línea, de los intereses geopolíticos y las ambiciones hegemónicas de Estados Unidos. Hasta tal punto que el derecho de veto se considera ahora como una luz verde que permite a Washington y sus estados satélites estar por encima de la ley, mientras priva a otros estados de sus derechos fundamentales que se supone les garantiza la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos. Por lo tanto, la mayoría de los líderes del Sur Global piden incansablemente una reforma del Consejo de Seguridad de la ONU.

Sin embargo, a pesar de las protestas de la comunidad internacional, Washington se ha propuesto congelar el status quo en Naciones Unidas, lo que tácitamente le permite legitimar el recurso a la ley del más fuerte, es decir la suya propia, bajo el paraguas del mal-llamado “orden internacional basado en normas”, que se podría llamar perfectamente »orden internacional basado en los EE.UU». Sin embargo, en los últimos años, ante el ascenso de las economías emergentes, el rampante fortalecimiento de los BRICS, la Iniciativa de Seguridad Global de China, la ampliación de la OCS, el reposicionamiento y expansión de Rusia en África, entre otros hechos, Washington parece haber comprendido que la transición hacia una nueva arquitectura global no se puede detener.

En un intento de frenar esta dinámica de cambio, que perciben como desfavorable a sus ambiciones hegemónicas, Estados Unidos favorece ahora abiertamente la destrucción de las Naciones Unidas en detrimento de su reforma. Asimismo, la decisión unilateral de Rusia de frenar la continua expansión de la OTAN en sus fronteras, el ataque de Hamás el 7 de octubre, el restallido de la guerra del Sáhara Occidental, la expulsión de Francia del Sahel surgen del estrepitoso fracaso del orden internacional occidental liderado por Washington.

Así, para garantizar la prevalencia de su “orden internacional basado en normas”, o ley de la jungla, la administración Biden ha optado por desacreditar el trabajo de los organismos de la ONU, a través de campañas mediáticas internacionales acusatorias (medidas similares fueron tomadas por la administración Trump, que se retiró del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en 2018). El ejemplo más reciente del ataque estadounidense a la ONU es la decisión de retener fondos de la UNRWA. Esta decisión se tomó en medio del sangriento ataque israelí a Gaza y la limpieza étnica meticulosamente organizada de la población palestina, con interminables desplazamientos de población y la intención deliberada de matar de hambre y deshumanizar a los palestinos. Eso sin mencionar las masacres de la población civil y la propagación de enfermedades. En otras palabras, los palestinos están pagando con su carne el cínico plan de Estados Unidos de expandir aún más el territorio israelí –en violación del derecho internacional– y así aumentar la influencia de Washington en Medio Oriente.

«El comportamiento de Washington supone un riesgo para la supervivencia de la humanidad

En este contexto, ¿Qué alternativa al derecho internacional puede haber para las naciones y los pueblos privados de libre determinación y soberanía, presas del saqueo de sus recursos y de la violación de su derecho a la libertad, su derecho a la seguridad, su derecho al desarrollo y su derecho a la vida?

Ciertamente, el derecho internacional obtiene su autoridad de los acuerdos entre Estados, por muy antiguos que sean, y como tal sigue siendo invocado por los líderes mundiales como el único medio civilizado y legítimo para resolver disputas y evitar conflictos. Este derecho internacional refleja, en cualquier caso, un consenso global sobre la necesidad de seguir reglas comunes para protegernos contra la ley de la jungla propugnada por la administración estadounidense, que pone en peligro la supervivencia misma de la humanidad. Pese a ello, esto ha adquirido proporciones espantosas en el caso de los palestinos.

Hasta ahora, Washington no parece dispuesto a participar en el diseño de una nueva arquitectura internacional, ni a obedecer las reglas, antiguas o nuevas. En cualquier caso, los países del Sur tienen la responsabilidad de apoyarse mutuamente para contrarrestar la violencia anárquica de las potencias hegemónicas. Las crisis globales han llegado a un punto crítico en el que no queda más remedio que reinventar un orden internacional que respete la vida y la dignidad humanas.

Después de todo, los países del Sur, que representan casi las tres cuartas partes de la población mundial, no se decidirán ni a desaparecer ni a renunciar a su derecho a la vida para permitir que las instituciones financieras y el complejo militar-industrial estadounidense satisfagan una codicia insaciable con consecuencias devastadoras.

La idea de un régimen de autonomía en el Sáhara Occidental “a la marroquí”

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| Por Dr. Jorge Alejandro Suárez

De tanto en tanto observamos que algunos proponen ya como solución al conflicto del Sáhara Occidental, aceptar el plan de autonomía propuesto por Marruecos en 2007. Esto fue apoyado por los llamados Plan Baker I y II, que naufragaron, tanto por razones políticas y jurídicas. Ahora, la administración Biden, según subsecretario adjunto Joshua Harris, dice que apoya esta solución. Lo ha anunciado a finales del año pasado desde Argel.

Bajo una lectura simplista de la última resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que insta a las partes a buscar una salida realista al conflicto. Ello no significa aceptar la solución de una de las partes, sin más argumento que su peso demográfico o político. Una solución realista implica tener en cuenta varios factores en el complejo geopolítico, que es el Magreb.

Desde hace largos años, el régimen de Marruecos propone como única alternativa para salir del conflicto un régimen de autonomía regional. Se mantiene inamovible y sobre una posición de fuerza, con apoyo político de Francia en Naciones Unidas, rechaza cualquier idea o propuesta distinta a la de un “Sahara marroquí”.

Esto lo señala claramente uno de lo puntos sobre la llamada Iniciativa marroquí de autonomía del Sahara: «En respuesta a esta llamada de la comunidad internacional, el Reino de Marruecos se ha inscrito en una dinámica positiva y constructiva, comprometiéndose a someter una iniciativa para la negociación de un estatuto de autonomía de la región del Sahara, en el marco de la soberanía del Reino y de su unidad nacional.»

Las resoluciones de Naciones Unidas donde claramente hablan del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, como del dictamen de la Corte Internacional de Justicia de 1975, no tienen valor para Rabat, que se empecina en la integración del Sahara – a pesar de que la ocupación ha sido declarada ilegal – como única salida, dejando también de lado los compromisos que surgen del Plan de Arreglo.


 – LEA TAMBIEN: Peligros de autonomía en la descolonización de África


Para Marruecos, el derecho de autodeterminación tiene una interpretación errónea. El estatuto de autonomía, resultante de las negociaciones, será sometido a una consulta mediante referéndum de las poblaciones concernidas, conforme al principio de la autodeterminación y de las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas.

Es sabido que el principio de autodeterminación es bien distinto, hablando el lenguaje coloquial, es el derecho que tiene un pueblo a elegir su propio destino, entre ellos conformar un estado independiente. O como dice el Dr. Carlos Ruiz Miguel la soberanía del territorio pertenece a la población originaria. Por ende, los saharauis son los únicos depositarios de la soberanía del Sáhara occidental.

En su momento el ex secretario general Koffi Annan, consideró que el referéndum sobre el Sahara, habría un ganador y un perdedor, razonamiento que tomó muy en cuenta Marruecos. La pérdida de las “provincias del sur” es políticamente inaceptable, por muchos motivos. En primer lugar, el delicado equilibrio del régimen marroquí está estrechamente con el conflicto.

Esto en el pasado justificó ideológicamente al régimen, como también sus abusos y represión política. Económicamente también tendría su impacto, por la cuestión de la minería del fosfato y la pesca. Por ende, asumiendo el costo político, correspondiente, Marruecos ha optado por una política de negar a los saharauis como actor en el conflicto e imponer su voluntad unilateralmente, buscando consensos en la comunidad internacional.

Hasta ahora ningún Estado, ha reconocido la anexión marroquí salvo el ex presidente Trump y los intentos de hacerla valer, ha sufrido duros reveses, como en fallo del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea.

Las promesas marroquíes, incluyen un estatuto de autonomía, la creación de una región autónoma del Sahara con su ejecutivo, parlamento, poder judicial, fuerzas policiales, capacidad tributaria propia en determinadas materias, competencias en materia de vivienda, cultura, deportes, promoción económica, infraestructura. El Estado marroquí queda como responsable de la defensa nacional, legislación de fondo, relaciones exteriores, atributos propios de la soberanía del Estado (himno nacional, bandera, moneda, etc).

La Iniciativa marroquí propone una consulta vía referéndum en el marco de una serie de negociaciones con las “poblaciones” del territorio. En este marco habla de la creación de consejo de transición responsable de la repatriación (no menciona para nada el término saharaui o refugiado), desmovilización y desarme de “elementos armados”.

El plan de autonomía marroquí contrario a la geopolítica

La doctrina internacional, como la jurisprudencia son claras respecto al concepto de “autodeterminación”. El Plan de arreglo de 1991, los fallos de la Corte Internacional de Justicia, del Tribunal Superior de Justicia de la UE, el dictamen del Asesor Jurídico de Naciones Unidas de 2002, resoluciones de Naciones Unidas son contundentes en relación al conflicto.

Por ende la idea que quiere imponer Marruecos es incompatible con el derecho internacional. Pero hay otras circunstancias que resultan inaceptables para los actores que forman parte del conflicto. En primer lugar, para la República Saharaui, reconocida por más de medio centenar de naciones y la Unión Africana. Y por otro lado, por Argelia y Mauritania, y también en menor medida por España.

Es sabido que Marruecos tiene una relación conflictiva con sus vecinos. Históricamente sostiene la idea del llamado “Gran Marruecos” un objetivo de extender las fronteras nacionales sobre una serie de espacios sobre una lectura tergiversada de la historia.

«Detrás de esta visión, está el control de ricos recursos estratégicos y transformar al país en una potencia de primer orden en la región, siendo funcional a los intereses franceses

Francia ha sido el principal sostén político estratégico de Rabat. La guerra del Sahara, no hubiera sido posible sin el apoyo militar francés. Estados Unidos apoyó con medios y asesores recién en los 80. La invasión del Sahara fue factible gracias al equipamiento francés, incluso hasta el día de hoy, el desarrollo naval marroquí, va de la mano del apoyo francés. 

El expansionismo marroquí, beneficia a Occidente.

En su momento, el apoyar la invasión marroquí del antiguo Sahara Español, impidió que Argelia extendiera su influencia política, no solo en el Sahara, sino también se consolidara en Mauritania. El fortalecimiento marroquí, es observado con preocupación por sus dos vecinos. Argelia y Mauritania.

Argelia con su apoyo a la República Saharaui, permite que 100.000 soldados marroquíes sigan aferrados a los llamados “muros defensivos”, manteniéndolos lejos de la frontera argelino marroquí. Las zonas liberadas vendrían ser una suerte de “zona de amortiguación”.

Argelia ha percibido el rearme de Marruecos, lo que se ha traducido en los últimos diez años de apuesta al desarrollo de capacidades industriales, potenciar el poder naval y aéreo. La ventaja argelina en lo naval, es evidente, con capacidad anfibia, submarina y de combate de superficie. La flotilla de submarinos argelina de origen ruso, puede bloquear la salida de los medios navales marroquíes.

El potencial energético de Argelia, convierte al país en un actor de fuste. La experiencia en guerra antiterrorista, lo transforma en un factor a considerar. Los argelinos mantienen una estrecha vinculación con Rusia y han sabido explotar en el marco del 11 – S, una buena relación con Estados Unidos, en el marco de la guerra global contra el terrorismo.

La caída del régimen libio, el caos reinante, el avance del islamismo político y el fortalecimiento de ciertos grupos que operan en la franja del Sahel, gracias al narcotráfico, la trata de personas y el hundimiento de Libia, que dejó un valioso arsenal a merced para terroristas de diversos pelajes, puso en aprietos al gobierno en Argel.

Mauritania percibe la amenaza marroquí, recordemos que la República Saharaui controla una estrecha franja que separa los muros defensivos del extremo sur de la frontera saharaui mauritana. Esto permite mantener lejos a las tropas marroquíes del vital ferrocarril que conecta el puerto de Nuadibú y las minas de hierro. Dicha vía férrea es de valor estratégico, dado que la economía mauritana descansa en gran parte en dicho mineral.

El control de la localidad de La Güera, también permite crear una zona de seguridad para la ciudad y puerto de Nuadibú, centro económico de primer nivel del país. La crisis de Gueguerat, afectó a la seguridad mauritana, que para los intereses de Nuakchot, es inadmisible que La Güera sea ocupada por Marruecos. En el marco de esta debilidad política y militar de Mauritania frente a Marruecos, observamos el acercamiento con China (interesada en la minería del hierro) que ya se traduce en el plano militar, que pocos analistas han notado, que el apoyo chino en el plano militar es significativo, especialmente en materia naval. Algo que debe llamar la atención es la venta de un buque anfibio, lo que permitiría ejecutar operaciones a pequeña escala y desembarcar un equipo de combate blindado en cualquier punto del litoral mauritano. El fortalecimiento naval marroquí, alarma a sus vecinos. Por otro lado, Mauritania tolera la presencia de sectores críticos del Polisario, en la estrategia para la recuperación del territorio ocupado.

Los líderes políticos mauritanos, la República Saharaui es un factor clave para su propia seguridad. Un estado saharaui que ejerza el control del antiguo territorio del Sahara Español, mantendría lejos a Marruecos de sus fronteras. Mauritania compensa su debilidad, por un lado con una neutralidad positiva hacia la República Saharaui, y por otro, buenos vínculos con la antigua potencia colonial, Francia, que apoya en su lucha contra el terrorismo (que llegó a poner en riesgo la viabilidad del Estado mauritano) y con España, a través de cooperación en materia de pesca, migración ilegal, terrorismo, desarrollo económico.

Esta relación con miembros de la UE, tiene su contrapeso, China. Este país ha realizado inversiones en infraestructura, incrementar las relaciones políticas y económicas, además de la faceta militar.

España ha tenido una política de apaciguamiento, a veces lesivos para los propios intereses españoles. Especialmente en materia de migración, lucha contra el terrorismo, narcotráfico, explotaciones pesqueras. Los gobiernos españoles cometieron el grave error de no hacer cumplir los llamados Acuerdos de Madrid en todos sus extremos, especialmente para mantener cierto control de la empresa minera Fosbucraa, una de las principales productoras mundiales de fosfato.

La capacidad negociadora de España fue disminuyendo y ha sido permeable a las presiones de Marruecos. Es por ello que como mecanismo de prevención hacia el expansionismo hacia Ceuta y Melilla que Marruecos reclama como propias, en el marco de la ya citada ideología del “Gran Marruecos”, España se mantiene al margen.

Existen importantes lazos económicos, lo que sirve en cierto modo de garantía para evitar conflictos mayores. Un ejemplo es el incidente del islote del Perejil. Marruecos se beneficia de las inversiones españolas y de los barcos que explotan sus ricos bancos de pesca.

El status quo del conflicto, el cual hace que lo mejor del ejército marroquí, esté estacionado en el Sahara Occidental, como mecanismo de disuasión y también en el marco del programa de marroquinización de dicho territorio.

El conflicto hace que dichas fuerzas estén lejos y no en las puertas de Ceuta y Melilla. Existen otros intereses, que para nada verían con buenos ojos que una de las riberas de las llamadas “aguas” del Estrecho de Gibraltar, esté en manos de un solo estado.

Esta política de “divide et impera” permite que no exista un actor hegemónico en dichas aguas y que pueda ser un factor que atente contra la libertad de movimiento de ciertos países centrales con intereses en el Mediterráneo (Estados Unidos en primer lugar y en menor medida el Reino Unido). Creemos que España cometió un grueso error, de salir de la “alianza” atlántica que forjó el presidente Aznar con Estados Unidos.

Asimismo observamos que no se percibe correctamente la apuesta marroquí por hacer crecer sus fuerzas navales, especialmente con la idea de adquirir capacidad de operar submarinos. España debe revisar su estrategia en el “flanco sur” especialmente sus lazos con Mauritania, Argelia y el incrementar la presencia propia en Canarias.

Consideramos también importante mantener lazos con los saharauis a través de la ayuda humanitaria, crear un instituto Cervantes en los campos de refugiados y apoyar por medios indirectos que la República Saharaui sobreviva. España debe mantener opciones para situaciones de tensión con Rabat.

En el hipotético caso que Marruecos legitimara su presencia en el Sahara, saldría fortalecido políticamente y ello animaría a consolidar su poder en el espacio que ellos consideran propio. La presión sobre Ceuta y Melilla sería insoportable, buscando a través de hechos consumados, la anexión de dichos territorios.

Esto sería una tragedia geopolítica para Madrid. Asimismo, se abre el capítulo en relación a Canarias y sus espacios marítimos, donde existe un conflicto en ciernes. Mauritania tendría como país vecino un Marruecos fortalecido y caer su órbita o influencia sería una consecuencia.

Esto exacerbaría ciertos ánimos nacionalistas, ante el temor de ser satelizados. El choque con Argelia sería una consecuencia lógica, dado que se abriría el viejo capítulo de las fronteras no definidas, como consecuencia de la Guerra de los Oasis de 1963. 

La competencia entre ambos estados se incrementaría y un conflicto de mayores proporciones sería una realidad. ¿Y los saharauis? Años de exilio, como de represión política en la zona ocupada, han exacerbado ánimos nacionalistas. Después de cuatro décadas de resistir, de guerra y miseria, que todo ello sea arrojado por la borda, puede llevar a sectores del Polisario como de la población a no aceptar la idea de un Sahara marroquí y los lleve a la lucha armada a gran escala, situación que puede ser explotada por los grupos terroristas que operan en la zona.

Esto no es una fantasía, un ejemplo fue el caso del movimiento separatista tuareg Azawad, cuya rebelión, fue “copada” por grupos salafistas, armados y fortalecidos por las armas que quedaron disponibles tras el hundimiento del régimen libio.

Las hordas yihadistas pusieron a Malí contra las cuerdas. Solo la ayuda internacional, impidió que este país se convirtiera un nuevo “califato”. Parece que muchos olvidan que de los suburbios de las grandes ciudades marroquíes, azotadas por la pobreza y el desempleo, partieron millares de jóvenes a luchar bajo la agenda extremista de grupos ligados al Qaeda o el siniestro Estado Islámico.

El derrumbe de este último y la derrota de los grupos yihadistas frente al régimen de al Assad, abre la posibilidad que millares de combatientes experimentados, regresen de nuevo al Magreb. Europa ha sentido el impacto del retorno de muchos ex combatientes. Recordemos que Argelia padeció dicho fenómeno, cuando antiguos combatientes provenientes de Afganistán, engrosaron las filas del Grupo Islámico Armado, desatando una guerra que le costó al país 200.000 muertos.

El mantenimiento del status quo en el conflicto del Sáhara Occidental, no es algo inocente, responde a los intereses de los actores en pugna. Incluso para la República Saharaui, le permite controlar una facción del territorio disputado, lo que le permite tener anclaje territorial, algo que jurídicamente le permite justificar su “estatalidad”.

El problema es el manejo de la escalada de tensión que obedece a agendas políticas domésticas. Para el caso marroquí los conflictos externos fueron una excelente válvula de escape para tensiones internas. El conflicto del Sahara se potenció en los 70, dado las tensiones internas que tuvo el Palacio con sus Fuerzas Armadas y una situación social deteriorada por la pobreza y el subdesarrollo.

La guerra permitió aglutinar la opinión pública, en el marco de exacerbación nacionalista y también disciplinar a los partidos políticos. Mantener a las fuerzas militares lejos del Palacio, tiene que ver con esos delicados equilibrios internos.

Vale la pena destacar que Marruecos no tiene Estado mayor conjunto o ministerio de defensa, esto refuerza el control del monarca sobre sus fuerzas armadas, incluso los principales arsenales están en manos de la Gendarmería. En el caso de Argelia, a través de un tercer actor, la República Saharaui, mantiene lejos a su rival marroquí de sus fronteras, lo que permite mantener congeladas viejas disputas fronterizas y erosionar o contener las ambiciones hegemónicas de Rabat en el Magreb.

Mauritania reconoció la República Saharaui en 1984, su situación es vulnerable al conflicto, dado los lazos culturales con los saharauis. Un conflicto regional, tendría consecuencias para la estabilidad interna del país. En su momento, la guerra del Sahara llevó al país al borde del colapso y tensiones muy fuertes entre la población negra del sur y las poblaciones arabizadas del norte.

El esfuerzo de los saharauis de mantener seguro las zonas liberadas – reconocido por el Departamento de Estado de los Estados Unidos en tiempos de Obama – impacta en la seguridad de la vulnerable frontera norte de Mauritania. También, a pesar de los marroquíes, la presencia de la RASD en las zonas liberadas mantiene lejos a los grupos terroristas de la zona ocupada por Marruecos. Es sabido que las células de al Qaeda han infiltrado los muros defensivos.

España gracias a la relativa estabilidad mantiene lejos la amenaza terrorista lejos de su vulnerable flanco sur. Asimismo puede controlar de alguna manera el drama de los refugiados que intentan cruzar el Mediterráneo o el Atlántico rumbo a Canarias.

La seguridad de España, es la seguridad del flanco sur de Europa. Por ende, la escalada de una crisis, es algo sumamente delicado. Otros actores también están interesados en la estabilidad, una escalada generaría problemas para las lucrativas explotaciones pesqueras, petroleras y del fosfato de la zona. El apoyo militar chino a Mauritania está estrechamente ligado a garantizar la minería del hierro. La creciente presencia de la OTAN en África, también está vinculado a cuestiones económicas y al control de las migraciones no controladas y el terrorismo.

« ¿Mantener el status quo es la solución?

Definitivamente no, solo mantiene las crisis congeladas, pero no por mucho más tiempo. Esto también desgasta a los actores en pugna y alimenta posturas radicalizadas. Tarde o temprano puede estallar una crisis con consecuencias difíciles de ponderar. Los choques armados a lo largo de los Muros defensivos, tras la crisis de Guerguerat de 2020, puede derivar en un conflicto armado con impacto regional.

Es por ello que es imperioso, una solución realista, bajo con concepto donde no haya perdedores, o mejor dicho que las partes tengan un impacto político, pero que puedan ser de una magnitud que puedan soportar. Entonces, una salida puede ser la partición del territorio entre Marruecos y la República Saharaui.

En su momento fue propuesto, y el liderazgo Polisario lo aceptó, mientras que Rabat apuesta a una política de todo o nada, buscando desgastar a su enemigo., pero que no hace más que alimentar tensiones en la región.

El gobierno de Rabat está empecinado en ver la realidad, la existencia de la República Saharaui. Ingresó en la Unión Africana con la idea de sacarla de dicha entidad, lo que ha generado fracturas, pero no ha logrado avances significativos.

Es más está en contradicción con el derecho. Como hemos venido diciendo, el ingreso de la Unión implica aceptar las fronteras heredadas de tiempos de la dominación colonial, romper con este mandato, es abrir las puertas a conflictos. Muchos consideran que un Estado saharaui, sería un estado fallido.

Vale la pena recordar que la RASD es una realidad desde 1976 y desde 1991, ejerce efectivamente el control sobre una fracción del territorio, donde los intentos de infiltración terrorista han fracasado. La RASD es una entidad viable y con escasos recursos ha logrado mantener una estabilidad interna e institucional por décadas, mientras muchos países africanos han atravesado en estos cuarenta años, decenas de golpes y conflictos políticos internos.

Creemos que existe un escenario para llegar a buen puerto. La idea de partición del territorio, donde Marruecos mantenga su presencia en el llamado “Triángulo Útil”, quedando la región del Río de Oro en manos efectivas de la RASD, asimismo en este acuerdo deben estar incluidas Argelia, facilitando el acceso al mar de la región de Tinduf y Mauritania, también puede beneficiarse en programas de cooperación.

Sea como fuere, las soluciones que se busquen deben tener en cuenta que la República Saharaui es una realidad y cuya existencia es vital para la seguridad y estabilidad de la región. Considerar su supresión, no solo es contrario al derecho internacional y un crimen, es no entender el complejo entramado geopolítico del Magreb.

La República Saharaui participa, junto con Argelia y Mauritania, en la 12ª edición de «El Mouggar 2024»

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La República Árabe Saharaui Democrática (RASD) participó en la 12ª edición del Foro Comercial Internacional «El Mouggar 2024», que se celebra estos días en la provincia argelina de Tinduf.

La RASD fue representada en la inauguración de este evento económico por el Ministro de Comercio, Bachar Ahmed Ammi Omar.

El ministro saharaui, acompañado de su homólogo argelino y mauritano, participó también en la inauguración del Foro de empresarios organizado al margen de la exposición.

Inauguración de la exposición de El Mouggar en Tinduf

La celebración de este Foro económico coincide este año con el lanzamiento de varios proyectos de desarrollo en la región, a saber, el megaproyecto industrial de explotación del yacimiento de Gara-Djebilet y la línea ferroviaria. «El Mouggar 2024» contó con una alta participación de empresas de Argelia y Mauritania así como promotores económicos y comerciales argelinos junto a sus homólogos africanos.

Los participantes aprovecharán este encuentro económico para promover los productos exportables, establecer nuevas relaciones comerciales y firmar convenios de asociación e inversión entre los participantes argelinos y africanos.

Este acontecimiento permitirá, por ende, elevar la provincia de Tinduf al rango de «hub» económico y comercial por excelencia e impulsar la dinámica comercial de la región.

 

La Unión Africana expulsó definitivamente a Israel, que pretendía participar en sus Cumbres como «observador»

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La Unión Africana impidió, a mediados de febrero pasado, que una delegación israelí entre en su sede en vísperas de su Cumbre de Addis Abeba. Finalmente, Israel fue expulsada definitivamente y no podrá jamás participar en las cumbres africanas.

La organización continental ya habia rechazado la presencia,  en sus reuniones, del director general del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí. «El esfuerzo de la delegación israelí por persuadir a los estados miembros a aceptar la membresía de «Israel» como observador en la Unión Africana, chocó con el rechazo de la coalición antinormalización encabezada por Argelia y Sudáfrica», según fuentes diplomáticas a ECSAHARAUI.

La delegación israelí expulsada de Cumbre de Unión Africana, llegó en secreto de la mano de Marruecos

La delegación israelí llegó el pasado 12 de febrero a Addis Abeba, sede de la UA, para intentar mantener reuniones y consultas con países «aliados y partidarios de que Israel obtenga la membresía como observador en la Unión Africana»

Esa delegación israelí, que llegó a Addis Abeba, estaba compuesta por el director general del Ministerio de Asuntos ExterioresYakov Blichstein, y el director del Departamento de Gestión de África, Amit Bias.

La delegación de Tel Aviv llegó a Addis Abeba en un nuevo intento de persuadir a algunos países a apoyar la membresía de «Israel» bajo estatus de observador en la Unión Africana después de que todas las solicitudes anteriores fueran rechazadas. Los intentos de «Israel» continúan a pesar de la expulsión el año pasado de la delegación israelí, encabezada por el responsable de África, Barley Sharon.

Según otras fuentes diplomáticas, Sudáfrica y Argelia presionaron para expulsar a la delegación israelí y rechazaron a Tel Aviv como miembro observador en la Unión Africana.