Israel persiste en su brutal castigo contra Gaza
«En cinco meses de guerra ya suman 30 mil 717 los muertos y 72 mil 156 los heridos que la ocupación israelí provocó en la Franja de Gaza
Las fuerzas de la ocupación israelí persisten en sus bombardeos indiscriminados contra barrios residenciales y hogares civiles dentro de la Franja de Gaza desde hace 152 días.
Durante la madrugada del miércoles varios ciudadanos murieron y otros resultaron heridos, luego de que el ejército israelí atacara una casa en Deir al-Balah, al centro de la Franja de Gaza.
El corresponsal de Al Mayadeen en Gaza también informó que Israel lanzó continuos ataques contra tiendas de campaña de los desplazados ubicadas al este de Rafah y dejó varios heridos de gravedad, incluidos niños.
La artillería israelí agredió además los barrios de Bureij, Al-Mughraqa, Al-Zahraa y el norte del campamento de Nuseirat, al centro de la Franja de Gaza, mientras los aviones de combate de también atacaron intensamente la ciudad de Khan Yunis.
El reportero detalló otras embestidas de las fuerzas hostiles contra un grupo de ciudadanos en el centro de Bani Suhaila, al este de Khan Yunis.
Con todas esas muertes ya suman 30 mil 717 los asesinados y 72 mil 156 los heridos que la ocupación provocó en casi cinco meses de brutal castigo a la Franja de Gaza.
De acuerdo con el ministerio de Salud durante las últimas 24 horas, Israel cometió nueve masacres, las cuales dejaron 86 mártires y 113 lesionados.
Mientras, los combatientes de Hamás atacaron con granadas de mortero concentraciones de vehículos del ejército de ocupación en las líneas del frente de la Franja de Gaza y en el oeste de la ciudad de Khan Yunis, con lo cual provocaron varias bajas entre las filas del ejército enemigo.
El PP presenta en el Congreso una «proposición no de ley» para recuperar el consenso sobre el Sáhara Occidental
El Partido Popular (PP) presenta en la Comisión de Exteriores del Congreso de los Diputados «proposición no de ley» para recuperar el consenso sobre el Sáhara Occidental volviendo a la posición previa a la cesión de Pedro Sánchez al régimen de Marruecos, según la propuesta que ECSaharaui ha tenido acceso.
Hasta el momento, no se sabe cual será la reacción de partidos como Sumar, EH Bildu, ERC y AJ PNV, «aliados del Frente POLISARIO».
La proposición del PP sobre el Sáhara Occidental | Congreso de los Diputados
Más información, en breve.
España despliega sistemas antidrones en peñones reclamados por Marruecos
Las Fuerzas Armadas españolas han integrado en su despliegue actual, para proteger las plazas de soberanía española en el norte de África, una tecnología avanzada: los sistemas antidrones (AUDS).
Aunque están deshabitados, a excepción de contingentes militares, Marruecos reivindica la soberanía sobre estos islotes y rocas, que desembocó en 2002 en la crisis de los islotes de Perejil; pues gendarmes y soldados marroquíes ocuparon la isla. Dias después, las Fuerzas Armadas españolas intervinieron y los expulsó.
Además de Perejil, España también mantiene su soberanía sobre otros islotes y peñones cercanos en el norte de África: el peñón de Vélez de la Gomera, las islas Alhucemas (peñón de Alhucemas, isla de Tierra e isla de Mar) y las islas Chafarinas (isla del Congreso), Isla Isabel II e Isla Rey Francisco).
Los soldados del ejército español custodian estos islotes y los buques de la marina española también navegan por sus aguas, asegurando la presencia, vigilancia y disuasión de las fuerzas armadas.
El Ejército español desveló en una publicación recogida por Confidencial Digital que en estos peñones, al menos en Chafarinas, desplegó al menos un sistema de defensa contra vehículos aéreos no tripulados (drones).
Ministro de Exteriores de España viaja hoy a Mauritania para tratar de frenar la llegada de los cayucos
Tres semanas de la visita del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Vonl der Leyen, el ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska, viaja este jueves a Nuakchot para tratar con las autoridades del país controlar la ruta atlántica hacia Canaria, según ha informado Moncloa.
Marlaska viaja a Mauritania con la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, y la secretaria de Estado de Asilo y Migración de Bélgica, Nicole de Moor. La primera viaja a Mauritania acreditando la implicación de la Comisión Europea en los intentos de detención de los cayucos que se lanza al océano buscando llegar a las Islas Canarias. Mientras que la segunda, Nicole de Moor, vuela a África en representación al gobierno que ostenta el turno de presidencia del Consejo de la UE.
« Llegada récord de inmigrantes a Canarias
En los dos primeros meses del año en curso, el archipiélago canario ha recibido unos 11.932 sin papeles. Una cifra superior a los 11.439 que habían llegado a las Islas entre enero y agosto de 2023.
La gran mayoría de las pateras han partido de las costas de Mauritania, donde en estos momentos se encuentra el Buque de la armada española de Acción Marítima (BAM), enviado, sin orden de interceptar, por Madrid a patrullar las aguas del Golfo de Guinea y el África Occidental.
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya visitaron Mauritania en febrero para intensificar la cooperación entre la UE y este país contra la migración irregular.
El viaje de hoy de Marlaska y Johansson es simplemente una continuación de esa visita, y ambas se producen en el contexto de llegada récord de migrantes irregulares a España, principalmente a las islas Canarias, por donde entra en la actualidad el 80 % de los flujos migratorios no ordenados, según EFE.
Mauritania es clave para su control, ya que el 83% de los cayucos que han llegado a España este año tienen su origen en ese país, que sufre una presión migratoria principalmente con origen en el conflicto de Mali.
Los crímenes de genocidio perpetrados en el Sahara Occidental por Marruecos (informe de DD.HH)
El Colectivo de Defensores de Derechos Humanos en el Sahara Occidental (CODESA), ONG saharaui de las Zonas Ocupadas, publicó un resumen de su informe 2022/2023 sobre la situación de los derechos humanos en el Sahara Occidental, con una cobertura inicial sobre los crímenes de genocidio perpetrados en el Sahara Occidental, en especial mediante el uso de drones, mientras la potencia ocupante continúa su impunidad y crímenes de lesa humanidad como parte de su guerra contra los civiles saharauis.
En la primera del resumen, titulada: “¿Quién pondrá fin a los crímenes de asesinato, desplazamiento forzado, asentamientos, confiscación de tierras, saqueo de riquezas y castigo colectivo contra civiles saharauis cometidos por las fuerzas de ocupación marroquíes en el Sáhara Occidental?”, el informe trata de arrojar la luz sobre la magnitud de los crímenes cometidos por el régimen de ocupación, advirtiendo que estos crímenes continuarán de manera sistemática contra civiles saharauis en ausencia de un mecanismo internacional para protegerlos, ante la incapacidad de la comunidad internacional y su fracaso para implementar la legalidad internacional en el Sáhara Occidental, mediante el ejercicio de la presión necesaria sobre la potencia ocupante de Marruecos a fin de imponer el respeto al derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y la soberanía sobre sus recursos naturales.
En la segunda parte de su informe resumido, titulada: “Informe inicial sobre los crímenes de genocidio cometidos por las fuerzas de ocupación marroquíes utilizando drones en el Sáhara Occidental”, la organización d derechos humano saharaui intenta realizar un seguimiento de los distintos crímenes de genocidio cometidos contra los civiles saharauis, argelinos, mauritanos y malienses, quienes fueron víctimas de los ataques con drones y otras bombas letales, así como la confiscación de propiedades al este del muro militar que divide el Sahara Occidental.
En la conclusión de su informe, la ONG saharaui subraya que “la ocupación militar del Sáhara Occidental por parte del régimen marroquí, así como su incumplimiento de las resoluciones de legalidad internacional relacionadas con la descolonización del territorio, privando al pueblo saharaui de su derecho a la autodeterminación y a la soberanía sobre sus recursos, así como su continuo saqueo de las riquezas del Sáhara Occidental y los intentos de internacionalizar su ocupación implicando países, organizaciones continentales y empresas multinacionales mediante asociaciones y contratos ilegales en la parte ocupada del Sáhara Occidental, solo buscan perpetuar su ocupación”.
Por último, CODESA llamó “a la necesidad de acelerar la descolonización del Sáhara Occidental, otorgando al pueblo saharaui su derecho a la autodeterminación y soberanía sobre sus tierras y riquezas, así como proteger a los civiles saharauis trabajando para establecer un mecanismo internacional para proteger y monitorear los derechos humanos en las zonas ocupadas del Sáhara Occidental”. (SPS)
Poderes hegemónicos frente al derecho internacional; la necesidad de romper el ciclo interminable de impunidad
Desde la creación de la ONU tras la Segunda Guerra Mundial, la subordinación del derecho internacional a los intereses de Occidente liderado por los Estados Unidos ha demostrado ampliamente la incapacidad de este mecanismo para resolver disputas entre Estados, garantizar el desarrollo global y preservar la paz mundial. Sirviendo única y exclusivamente para el sufrimiento de una parte de la población mundial.
Frente al desolador panorama que asola la actualidad informativa con las masacres diarias que comete Israel en Palestina ante una pasividad pasmosa de la comunidad internacional, con el beneplácito de los EE.UU a todas y cada una de las fechorías del ejército israelí, huelga preguntarse si realmente el derecho internacional y más concretamente la ONU y su Consejo de Seguridad sirven para algo. Una conclusión a la que ha llegado también su Secretario General, António Gutérres, quien denunció durante la 78ª Asamblea General de la ONU que »los problemas no se pueden resolver con instituciones que no reflejan el mundo» añadiendo certeramente que »En lugar de resolver el problema, corren el riesgo de convertirse en parte del problema. Hay muchos intereses y agendas contrapuestos. La alternativa a la reforma no es el statu quo. La alternativa a la reforma es una mayor fragmentación. Es reforma o ruptura.»
A este respecto, las palabras que pronunció el líder de Hezbolá, Hassán Nasralá, en uno de sus discursos el pasado Enero, contienen una verdad alarmante para nuestro futuro: »Lo que ocurrió en Gaza ha demostrado que la comunidad internacional y el derecho internacional no pueden proteger a las poblaciones. No pueden proteger a nadie. Son vuestra fuerza y vuestros misiles los que os protegen.»
¿Habrían obtenido Argelia y Vietnam su independencia o Sudáfrica habría abolido el régimen de apartheid sin lucha armada? ¿Habrían lanzado Estados Unidos dos bombas atómicas sobre Japón sin la seguridad de que nunca tendrían que rendir cuentas? ¿Continuaría Marruecos ocupando el Sáhara Occidental y cometiendo las más abyectas violaciones de derechos humanos contra los saharauis sino fuera por el apoyo continuado de Occidente? ¿Se habrían involucrado Taipei, Seúl, Tokio y Manila en el Mar de China Meridional si Washington hubiera cumplido sus compromisos escritos con Beijing y el espíritu de la Carta de las Naciones Unidas? ¿Incitaría hoy Estados Unidos a la limpieza étnica en los territorios palestinos y el este del Congo, proporcionando armas letales a Israel en un caso y a las milicias ruandesas en el otro? ¿Por qué Washington no se ve obligado a anteponer el derecho internacional a su codicia geopolítica y sus ambiciones hegemónicas?
«Estados Unidos es indiferente ante las exigencias de una reforma de la ONU
Durante años, las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU han estado a merced, por no decir en línea, de los intereses geopolíticos y las ambiciones hegemónicas de Estados Unidos. Hasta tal punto que el derecho de veto se considera ahora como una luz verde que permite a Washington y sus estados satélites estar por encima de la ley, mientras priva a otros estados de sus derechos fundamentales que se supone les garantiza la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos. Por lo tanto, la mayoría de los líderes del Sur Global piden incansablemente una reforma del Consejo de Seguridad de la ONU.
Sin embargo, a pesar de las protestas de la comunidad internacional, Washington se ha propuesto congelar el status quo en Naciones Unidas, lo que tácitamente le permite legitimar el recurso a la ley del más fuerte, es decir la suya propia, bajo el paraguas del mal-llamado “orden internacional basado en normas”, que se podría llamar perfectamente »orden internacional basado en los EE.UU». Sin embargo, en los últimos años, ante el ascenso de las economías emergentes, el rampante fortalecimiento de los BRICS, la Iniciativa de Seguridad Global de China, la ampliación de la OCS, el reposicionamiento y expansión de Rusia en África, entre otros hechos, Washington parece haber comprendido que la transición hacia una nueva arquitectura global no se puede detener.
En un intento de frenar esta dinámica de cambio, que perciben como desfavorable a sus ambiciones hegemónicas, Estados Unidos favorece ahora abiertamente la destrucción de las Naciones Unidas en detrimento de su reforma. Asimismo, la decisión unilateral de Rusia de frenar la continua expansión de la OTAN en sus fronteras, el ataque de Hamás el 7 de octubre, el restallido de la guerra del Sáhara Occidental, la expulsión de Francia del Sahel surgen del estrepitoso fracaso del orden internacional occidental liderado por Washington.
Así, para garantizar la prevalencia de su “orden internacional basado en normas”, o ley de la jungla, la administración Biden ha optado por desacreditar el trabajo de los organismos de la ONU, a través de campañas mediáticas internacionales acusatorias (medidas similares fueron tomadas por la administración Trump, que se retiró del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en 2018). El ejemplo más reciente del ataque estadounidense a la ONU es la decisión de retener fondos de la UNRWA. Esta decisión se tomó en medio del sangriento ataque israelí a Gaza y la limpieza étnica meticulosamente organizada de la población palestina, con interminables desplazamientos de población y la intención deliberada de matar de hambre y deshumanizar a los palestinos. Eso sin mencionar las masacres de la población civil y la propagación de enfermedades. En otras palabras, los palestinos están pagando con su carne el cínico plan de Estados Unidos de expandir aún más el territorio israelí –en violación del derecho internacional– y así aumentar la influencia de Washington en Medio Oriente.
«El comportamiento de Washington supone un riesgo para la supervivencia de la humanidad
En este contexto, ¿Qué alternativa al derecho internacional puede haber para las naciones y los pueblos privados de libre determinación y soberanía, presas del saqueo de sus recursos y de la violación de su derecho a la libertad, su derecho a la seguridad, su derecho al desarrollo y su derecho a la vida?
Ciertamente, el derecho internacional obtiene su autoridad de los acuerdos entre Estados, por muy antiguos que sean, y como tal sigue siendo invocado por los líderes mundiales como el único medio civilizado y legítimo para resolver disputas y evitar conflictos. Este derecho internacional refleja, en cualquier caso, un consenso global sobre la necesidad de seguir reglas comunes para protegernos contra la ley de la jungla propugnada por la administración estadounidense, que pone en peligro la supervivencia misma de la humanidad. Pese a ello, esto ha adquirido proporciones espantosas en el caso de los palestinos.
Hasta ahora, Washington no parece dispuesto a participar en el diseño de una nueva arquitectura internacional, ni a obedecer las reglas, antiguas o nuevas. En cualquier caso, los países del Sur tienen la responsabilidad de apoyarse mutuamente para contrarrestar la violencia anárquica de las potencias hegemónicas. Las crisis globales han llegado a un punto crítico en el que no queda más remedio que reinventar un orden internacional que respete la vida y la dignidad humanas.
Después de todo, los países del Sur, que representan casi las tres cuartas partes de la población mundial, no se decidirán ni a desaparecer ni a renunciar a su derecho a la vida para permitir que las instituciones financieras y el complejo militar-industrial estadounidense satisfagan una codicia insaciable con consecuencias devastadoras.
La idea de un régimen de autonomía en el Sáhara Occidental “a la marroquí”
| Por Dr. Jorge Alejandro Suárez
De tanto en tanto observamos que algunos proponen ya como solución al conflicto del Sáhara Occidental, aceptar el plan de autonomía propuesto por Marruecos en 2007. Esto fue apoyado por los llamados Plan Baker I y II, que naufragaron, tanto por razones políticas y jurídicas. Ahora, la administración Biden, según subsecretario adjunto Joshua Harris, dice que apoya esta solución. Lo ha anunciado a finales del año pasado desde Argel.
Bajo una lectura simplista de la última resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que insta a las partes a buscar una salida realista al conflicto. Ello no significa aceptar la solución de una de las partes, sin más argumento que su peso demográfico o político. Una solución realista implica tener en cuenta varios factores en el complejo geopolítico, que es el Magreb.
Desde hace largos años, el régimen de Marruecos propone como única alternativa para salir del conflicto un régimen de autonomía regional. Se mantiene inamovible y sobre una posición de fuerza, con apoyo político de Francia en Naciones Unidas, rechaza cualquier idea o propuesta distinta a la de un “Sahara marroquí”.
Esto lo señala claramente uno de lo puntos sobre la llamada Iniciativa marroquí de autonomía del Sahara: «En respuesta a esta llamada de la comunidad internacional, el Reino de Marruecos se ha inscrito en una dinámica positiva y constructiva, comprometiéndose a someter una iniciativa para la negociación de un estatuto de autonomía de la región del Sahara, en el marco de la soberanía del Reino y de su unidad nacional.»
Las resoluciones de Naciones Unidas donde claramente hablan del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, como del dictamen de la Corte Internacional de Justicia de 1975, no tienen valor para Rabat, que se empecina en la integración del Sahara – a pesar de que la ocupación ha sido declarada ilegal – como única salida, dejando también de lado los compromisos que surgen del Plan de Arreglo.
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