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06 septiembre 2025
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Los crímenes de genocidio perpetrados en el Sahara Occidental por Marruecos (informe de DD.HH)

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El Colectivo de Defensores de Derechos Humanos en el Sahara Occidental (CODESA), ONG saharaui de las Zonas Ocupadas, publicó un resumen de su informe 2022/2023 sobre la situación de los derechos humanos en el Sahara Occidental, con una cobertura inicial sobre los crímenes de genocidio perpetrados en el Sahara Occidental, en especial mediante el uso de drones, mientras la potencia ocupante continúa su impunidad y crímenes de lesa humanidad como parte de su guerra contra los civiles saharauis.

En la primera del resumen, titulada: “¿Quién pondrá fin a los crímenes de asesinato, desplazamiento forzado, asentamientos, confiscación de tierras, saqueo de riquezas y castigo colectivo contra civiles saharauis cometidos por las fuerzas de ocupación marroquíes en el Sáhara Occidental?”, el informe trata de arrojar la luz sobre la magnitud de los crímenes cometidos por el régimen de ocupación, advirtiendo que estos crímenes continuarán de manera sistemática contra civiles saharauis en ausencia de un mecanismo internacional para protegerlos, ante la incapacidad de la comunidad internacional y su fracaso para implementar la legalidad internacional en el Sáhara Occidental, mediante el ejercicio de la presión necesaria sobre la potencia ocupante de Marruecos a fin de imponer el respeto al derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y la soberanía sobre sus recursos naturales.

En la segunda parte de su informe resumido, titulada: “Informe inicial sobre los crímenes de genocidio cometidos por las fuerzas de ocupación marroquíes utilizando drones en el Sáhara Occidental, la organización d derechos humano saharaui intenta realizar un seguimiento de los distintos crímenes de genocidio cometidos contra los civiles saharauis, argelinos, mauritanos y malienses, quienes fueron víctimas de los ataques con drones y otras bombas letales, así como la confiscación de propiedades al este del muro militar que divide el Sahara Occidental.

En la conclusión de su informe, la ONG saharaui subraya que “la ocupación militar del Sáhara Occidental por parte del régimen marroquí, así como su incumplimiento de las resoluciones de legalidad internacional relacionadas con la descolonización del territorio, privando al pueblo saharaui de su derecho a la autodeterminación y a la soberanía sobre sus recursos, así como su continuo saqueo de las riquezas del Sáhara Occidental y los intentos de internacionalizar su ocupación implicando países, organizaciones continentales y empresas multinacionales mediante asociaciones y contratos ilegales en la parte ocupada del Sáhara Occidental, solo buscan perpetuar su ocupación”.

Por último, CODESA llamó “a la necesidad de acelerar la descolonización del Sáhara Occidental, otorgando al pueblo saharaui su derecho a la autodeterminación y soberanía sobre sus tierras y riquezas, así como proteger a los civiles saharauis trabajando para establecer un mecanismo internacional para proteger y monitorear los derechos humanos en las zonas ocupadas del Sáhara Occidental”. (SPS)

Poderes hegemónicos frente al derecho internacional; la necesidad de romper el ciclo interminable de impunidad

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Desde la creación de la ONU tras la Segunda Guerra Mundial, la subordinación del derecho internacional a los intereses de Occidente liderado por los Estados Unidos ha demostrado ampliamente la incapacidad de este mecanismo para resolver disputas entre Estados, garantizar el desarrollo global y preservar la paz mundial. Sirviendo única y exclusivamente para el sufrimiento de una parte de la población mundial.

Frente al desolador panorama que asola la actualidad informativa con las masacres diarias que comete Israel en Palestina ante una pasividad pasmosa de la comunidad internacional, con el beneplácito de los EE.UU a todas y cada una de las fechorías del ejército israelí, huelga preguntarse si realmente el derecho internacional y más concretamente la ONU y su Consejo de Seguridad sirven para algo. Una conclusión a la que ha llegado también su Secretario General, António Gutérres, quien denunció durante la 78ª Asamblea General de la ONU que »los problemas no se pueden resolver con instituciones que no reflejan el mundo» añadiendo certeramente que »En lugar de resolver el problema, corren el riesgo de convertirse en parte del problema. Hay muchos intereses y agendas contrapuestos. La alternativa a la reforma no es el statu quo. La alternativa a la reforma es una mayor fragmentación. Es reforma o ruptura.»

A este respecto, las palabras que pronunció el líder de Hezbolá, Hassán Nasralá, en uno de sus discursos el pasado Enero, contienen una verdad alarmante para nuestro futuro: »Lo que ocurrió en Gaza ha demostrado que la comunidad internacional y el derecho internacional no pueden proteger a las poblaciones. No pueden proteger a nadie. Son vuestra fuerza y vuestros misiles los que os protegen.»

¿Habrían obtenido Argelia y Vietnam su independencia o Sudáfrica habría abolido el régimen de apartheid sin lucha armada? ¿Habrían lanzado Estados Unidos dos bombas atómicas sobre Japón sin la seguridad de que nunca tendrían que rendir cuentas? ¿Continuaría Marruecos ocupando el Sáhara Occidental y cometiendo las más abyectas violaciones de derechos humanos contra los saharauis sino fuera por el apoyo continuado de Occidente? ¿Se habrían involucrado Taipei, Seúl, Tokio y Manila en el Mar de China Meridional si Washington hubiera cumplido sus compromisos escritos con Beijing y el espíritu de la Carta de las Naciones Unidas? ¿Incitaría hoy Estados Unidos a la limpieza étnica en los territorios palestinos y el este del Congo, proporcionando armas letales a Israel en un caso y a las milicias ruandesas en el otro? ¿Por qué Washington no se ve obligado a anteponer el derecho internacional a su codicia geopolítica y sus ambiciones hegemónicas?

«Estados Unidos es indiferente ante las exigencias de una reforma de la ONU

Durante años, las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU han estado a merced, por no decir en línea, de los intereses geopolíticos y las ambiciones hegemónicas de Estados Unidos. Hasta tal punto que el derecho de veto se considera ahora como una luz verde que permite a Washington y sus estados satélites estar por encima de la ley, mientras priva a otros estados de sus derechos fundamentales que se supone les garantiza la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos. Por lo tanto, la mayoría de los líderes del Sur Global piden incansablemente una reforma del Consejo de Seguridad de la ONU.

Sin embargo, a pesar de las protestas de la comunidad internacional, Washington se ha propuesto congelar el status quo en Naciones Unidas, lo que tácitamente le permite legitimar el recurso a la ley del más fuerte, es decir la suya propia, bajo el paraguas del mal-llamado “orden internacional basado en normas”, que se podría llamar perfectamente »orden internacional basado en los EE.UU». Sin embargo, en los últimos años, ante el ascenso de las economías emergentes, el rampante fortalecimiento de los BRICS, la Iniciativa de Seguridad Global de China, la ampliación de la OCS, el reposicionamiento y expansión de Rusia en África, entre otros hechos, Washington parece haber comprendido que la transición hacia una nueva arquitectura global no se puede detener.

En un intento de frenar esta dinámica de cambio, que perciben como desfavorable a sus ambiciones hegemónicas, Estados Unidos favorece ahora abiertamente la destrucción de las Naciones Unidas en detrimento de su reforma. Asimismo, la decisión unilateral de Rusia de frenar la continua expansión de la OTAN en sus fronteras, el ataque de Hamás el 7 de octubre, el restallido de la guerra del Sáhara Occidental, la expulsión de Francia del Sahel surgen del estrepitoso fracaso del orden internacional occidental liderado por Washington.

Así, para garantizar la prevalencia de su “orden internacional basado en normas”, o ley de la jungla, la administración Biden ha optado por desacreditar el trabajo de los organismos de la ONU, a través de campañas mediáticas internacionales acusatorias (medidas similares fueron tomadas por la administración Trump, que se retiró del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en 2018). El ejemplo más reciente del ataque estadounidense a la ONU es la decisión de retener fondos de la UNRWA. Esta decisión se tomó en medio del sangriento ataque israelí a Gaza y la limpieza étnica meticulosamente organizada de la población palestina, con interminables desplazamientos de población y la intención deliberada de matar de hambre y deshumanizar a los palestinos. Eso sin mencionar las masacres de la población civil y la propagación de enfermedades. En otras palabras, los palestinos están pagando con su carne el cínico plan de Estados Unidos de expandir aún más el territorio israelí –en violación del derecho internacional– y así aumentar la influencia de Washington en Medio Oriente.

«El comportamiento de Washington supone un riesgo para la supervivencia de la humanidad

En este contexto, ¿Qué alternativa al derecho internacional puede haber para las naciones y los pueblos privados de libre determinación y soberanía, presas del saqueo de sus recursos y de la violación de su derecho a la libertad, su derecho a la seguridad, su derecho al desarrollo y su derecho a la vida?

Ciertamente, el derecho internacional obtiene su autoridad de los acuerdos entre Estados, por muy antiguos que sean, y como tal sigue siendo invocado por los líderes mundiales como el único medio civilizado y legítimo para resolver disputas y evitar conflictos. Este derecho internacional refleja, en cualquier caso, un consenso global sobre la necesidad de seguir reglas comunes para protegernos contra la ley de la jungla propugnada por la administración estadounidense, que pone en peligro la supervivencia misma de la humanidad. Pese a ello, esto ha adquirido proporciones espantosas en el caso de los palestinos.

Hasta ahora, Washington no parece dispuesto a participar en el diseño de una nueva arquitectura internacional, ni a obedecer las reglas, antiguas o nuevas. En cualquier caso, los países del Sur tienen la responsabilidad de apoyarse mutuamente para contrarrestar la violencia anárquica de las potencias hegemónicas. Las crisis globales han llegado a un punto crítico en el que no queda más remedio que reinventar un orden internacional que respete la vida y la dignidad humanas.

Después de todo, los países del Sur, que representan casi las tres cuartas partes de la población mundial, no se decidirán ni a desaparecer ni a renunciar a su derecho a la vida para permitir que las instituciones financieras y el complejo militar-industrial estadounidense satisfagan una codicia insaciable con consecuencias devastadoras.

La idea de un régimen de autonomía en el Sáhara Occidental “a la marroquí”

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| Por Dr. Jorge Alejandro Suárez

De tanto en tanto observamos que algunos proponen ya como solución al conflicto del Sáhara Occidental, aceptar el plan de autonomía propuesto por Marruecos en 2007. Esto fue apoyado por los llamados Plan Baker I y II, que naufragaron, tanto por razones políticas y jurídicas. Ahora, la administración Biden, según subsecretario adjunto Joshua Harris, dice que apoya esta solución. Lo ha anunciado a finales del año pasado desde Argel.

Bajo una lectura simplista de la última resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que insta a las partes a buscar una salida realista al conflicto. Ello no significa aceptar la solución de una de las partes, sin más argumento que su peso demográfico o político. Una solución realista implica tener en cuenta varios factores en el complejo geopolítico, que es el Magreb.

Desde hace largos años, el régimen de Marruecos propone como única alternativa para salir del conflicto un régimen de autonomía regional. Se mantiene inamovible y sobre una posición de fuerza, con apoyo político de Francia en Naciones Unidas, rechaza cualquier idea o propuesta distinta a la de un “Sahara marroquí”.

Esto lo señala claramente uno de lo puntos sobre la llamada Iniciativa marroquí de autonomía del Sahara: «En respuesta a esta llamada de la comunidad internacional, el Reino de Marruecos se ha inscrito en una dinámica positiva y constructiva, comprometiéndose a someter una iniciativa para la negociación de un estatuto de autonomía de la región del Sahara, en el marco de la soberanía del Reino y de su unidad nacional.»

Las resoluciones de Naciones Unidas donde claramente hablan del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, como del dictamen de la Corte Internacional de Justicia de 1975, no tienen valor para Rabat, que se empecina en la integración del Sahara – a pesar de que la ocupación ha sido declarada ilegal – como única salida, dejando también de lado los compromisos que surgen del Plan de Arreglo.


 – LEA TAMBIEN: Peligros de autonomía en la descolonización de África


Para Marruecos, el derecho de autodeterminación tiene una interpretación errónea. El estatuto de autonomía, resultante de las negociaciones, será sometido a una consulta mediante referéndum de las poblaciones concernidas, conforme al principio de la autodeterminación y de las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas.

Es sabido que el principio de autodeterminación es bien distinto, hablando el lenguaje coloquial, es el derecho que tiene un pueblo a elegir su propio destino, entre ellos conformar un estado independiente. O como dice el Dr. Carlos Ruiz Miguel la soberanía del territorio pertenece a la población originaria. Por ende, los saharauis son los únicos depositarios de la soberanía del Sáhara occidental.

En su momento el ex secretario general Koffi Annan, consideró que el referéndum sobre el Sahara, habría un ganador y un perdedor, razonamiento que tomó muy en cuenta Marruecos. La pérdida de las “provincias del sur” es políticamente inaceptable, por muchos motivos. En primer lugar, el delicado equilibrio del régimen marroquí está estrechamente con el conflicto.

Esto en el pasado justificó ideológicamente al régimen, como también sus abusos y represión política. Económicamente también tendría su impacto, por la cuestión de la minería del fosfato y la pesca. Por ende, asumiendo el costo político, correspondiente, Marruecos ha optado por una política de negar a los saharauis como actor en el conflicto e imponer su voluntad unilateralmente, buscando consensos en la comunidad internacional.

Hasta ahora ningún Estado, ha reconocido la anexión marroquí salvo el ex presidente Trump y los intentos de hacerla valer, ha sufrido duros reveses, como en fallo del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea.

Las promesas marroquíes, incluyen un estatuto de autonomía, la creación de una región autónoma del Sahara con su ejecutivo, parlamento, poder judicial, fuerzas policiales, capacidad tributaria propia en determinadas materias, competencias en materia de vivienda, cultura, deportes, promoción económica, infraestructura. El Estado marroquí queda como responsable de la defensa nacional, legislación de fondo, relaciones exteriores, atributos propios de la soberanía del Estado (himno nacional, bandera, moneda, etc).

La Iniciativa marroquí propone una consulta vía referéndum en el marco de una serie de negociaciones con las “poblaciones” del territorio. En este marco habla de la creación de consejo de transición responsable de la repatriación (no menciona para nada el término saharaui o refugiado), desmovilización y desarme de “elementos armados”.

El plan de autonomía marroquí contrario a la geopolítica

La doctrina internacional, como la jurisprudencia son claras respecto al concepto de “autodeterminación”. El Plan de arreglo de 1991, los fallos de la Corte Internacional de Justicia, del Tribunal Superior de Justicia de la UE, el dictamen del Asesor Jurídico de Naciones Unidas de 2002, resoluciones de Naciones Unidas son contundentes en relación al conflicto.

Por ende la idea que quiere imponer Marruecos es incompatible con el derecho internacional. Pero hay otras circunstancias que resultan inaceptables para los actores que forman parte del conflicto. En primer lugar, para la República Saharaui, reconocida por más de medio centenar de naciones y la Unión Africana. Y por otro lado, por Argelia y Mauritania, y también en menor medida por España.

Es sabido que Marruecos tiene una relación conflictiva con sus vecinos. Históricamente sostiene la idea del llamado “Gran Marruecos” un objetivo de extender las fronteras nacionales sobre una serie de espacios sobre una lectura tergiversada de la historia.

«Detrás de esta visión, está el control de ricos recursos estratégicos y transformar al país en una potencia de primer orden en la región, siendo funcional a los intereses franceses

Francia ha sido el principal sostén político estratégico de Rabat. La guerra del Sahara, no hubiera sido posible sin el apoyo militar francés. Estados Unidos apoyó con medios y asesores recién en los 80. La invasión del Sahara fue factible gracias al equipamiento francés, incluso hasta el día de hoy, el desarrollo naval marroquí, va de la mano del apoyo francés. 

El expansionismo marroquí, beneficia a Occidente.

En su momento, el apoyar la invasión marroquí del antiguo Sahara Español, impidió que Argelia extendiera su influencia política, no solo en el Sahara, sino también se consolidara en Mauritania. El fortalecimiento marroquí, es observado con preocupación por sus dos vecinos. Argelia y Mauritania.

Argelia con su apoyo a la República Saharaui, permite que 100.000 soldados marroquíes sigan aferrados a los llamados “muros defensivos”, manteniéndolos lejos de la frontera argelino marroquí. Las zonas liberadas vendrían ser una suerte de “zona de amortiguación”.

Argelia ha percibido el rearme de Marruecos, lo que se ha traducido en los últimos diez años de apuesta al desarrollo de capacidades industriales, potenciar el poder naval y aéreo. La ventaja argelina en lo naval, es evidente, con capacidad anfibia, submarina y de combate de superficie. La flotilla de submarinos argelina de origen ruso, puede bloquear la salida de los medios navales marroquíes.

El potencial energético de Argelia, convierte al país en un actor de fuste. La experiencia en guerra antiterrorista, lo transforma en un factor a considerar. Los argelinos mantienen una estrecha vinculación con Rusia y han sabido explotar en el marco del 11 – S, una buena relación con Estados Unidos, en el marco de la guerra global contra el terrorismo.

La caída del régimen libio, el caos reinante, el avance del islamismo político y el fortalecimiento de ciertos grupos que operan en la franja del Sahel, gracias al narcotráfico, la trata de personas y el hundimiento de Libia, que dejó un valioso arsenal a merced para terroristas de diversos pelajes, puso en aprietos al gobierno en Argel.

Mauritania percibe la amenaza marroquí, recordemos que la República Saharaui controla una estrecha franja que separa los muros defensivos del extremo sur de la frontera saharaui mauritana. Esto permite mantener lejos a las tropas marroquíes del vital ferrocarril que conecta el puerto de Nuadibú y las minas de hierro. Dicha vía férrea es de valor estratégico, dado que la economía mauritana descansa en gran parte en dicho mineral.

El control de la localidad de La Güera, también permite crear una zona de seguridad para la ciudad y puerto de Nuadibú, centro económico de primer nivel del país. La crisis de Gueguerat, afectó a la seguridad mauritana, que para los intereses de Nuakchot, es inadmisible que La Güera sea ocupada por Marruecos. En el marco de esta debilidad política y militar de Mauritania frente a Marruecos, observamos el acercamiento con China (interesada en la minería del hierro) que ya se traduce en el plano militar, que pocos analistas han notado, que el apoyo chino en el plano militar es significativo, especialmente en materia naval. Algo que debe llamar la atención es la venta de un buque anfibio, lo que permitiría ejecutar operaciones a pequeña escala y desembarcar un equipo de combate blindado en cualquier punto del litoral mauritano. El fortalecimiento naval marroquí, alarma a sus vecinos. Por otro lado, Mauritania tolera la presencia de sectores críticos del Polisario, en la estrategia para la recuperación del territorio ocupado.

Los líderes políticos mauritanos, la República Saharaui es un factor clave para su propia seguridad. Un estado saharaui que ejerza el control del antiguo territorio del Sahara Español, mantendría lejos a Marruecos de sus fronteras. Mauritania compensa su debilidad, por un lado con una neutralidad positiva hacia la República Saharaui, y por otro, buenos vínculos con la antigua potencia colonial, Francia, que apoya en su lucha contra el terrorismo (que llegó a poner en riesgo la viabilidad del Estado mauritano) y con España, a través de cooperación en materia de pesca, migración ilegal, terrorismo, desarrollo económico.

Esta relación con miembros de la UE, tiene su contrapeso, China. Este país ha realizado inversiones en infraestructura, incrementar las relaciones políticas y económicas, además de la faceta militar.

España ha tenido una política de apaciguamiento, a veces lesivos para los propios intereses españoles. Especialmente en materia de migración, lucha contra el terrorismo, narcotráfico, explotaciones pesqueras. Los gobiernos españoles cometieron el grave error de no hacer cumplir los llamados Acuerdos de Madrid en todos sus extremos, especialmente para mantener cierto control de la empresa minera Fosbucraa, una de las principales productoras mundiales de fosfato.

La capacidad negociadora de España fue disminuyendo y ha sido permeable a las presiones de Marruecos. Es por ello que como mecanismo de prevención hacia el expansionismo hacia Ceuta y Melilla que Marruecos reclama como propias, en el marco de la ya citada ideología del “Gran Marruecos”, España se mantiene al margen.

Existen importantes lazos económicos, lo que sirve en cierto modo de garantía para evitar conflictos mayores. Un ejemplo es el incidente del islote del Perejil. Marruecos se beneficia de las inversiones españolas y de los barcos que explotan sus ricos bancos de pesca.

El status quo del conflicto, el cual hace que lo mejor del ejército marroquí, esté estacionado en el Sahara Occidental, como mecanismo de disuasión y también en el marco del programa de marroquinización de dicho territorio.

El conflicto hace que dichas fuerzas estén lejos y no en las puertas de Ceuta y Melilla. Existen otros intereses, que para nada verían con buenos ojos que una de las riberas de las llamadas “aguas” del Estrecho de Gibraltar, esté en manos de un solo estado.

Esta política de “divide et impera” permite que no exista un actor hegemónico en dichas aguas y que pueda ser un factor que atente contra la libertad de movimiento de ciertos países centrales con intereses en el Mediterráneo (Estados Unidos en primer lugar y en menor medida el Reino Unido). Creemos que España cometió un grueso error, de salir de la “alianza” atlántica que forjó el presidente Aznar con Estados Unidos.

Asimismo observamos que no se percibe correctamente la apuesta marroquí por hacer crecer sus fuerzas navales, especialmente con la idea de adquirir capacidad de operar submarinos. España debe revisar su estrategia en el “flanco sur” especialmente sus lazos con Mauritania, Argelia y el incrementar la presencia propia en Canarias.

Consideramos también importante mantener lazos con los saharauis a través de la ayuda humanitaria, crear un instituto Cervantes en los campos de refugiados y apoyar por medios indirectos que la República Saharaui sobreviva. España debe mantener opciones para situaciones de tensión con Rabat.

En el hipotético caso que Marruecos legitimara su presencia en el Sahara, saldría fortalecido políticamente y ello animaría a consolidar su poder en el espacio que ellos consideran propio. La presión sobre Ceuta y Melilla sería insoportable, buscando a través de hechos consumados, la anexión de dichos territorios.

Esto sería una tragedia geopolítica para Madrid. Asimismo, se abre el capítulo en relación a Canarias y sus espacios marítimos, donde existe un conflicto en ciernes. Mauritania tendría como país vecino un Marruecos fortalecido y caer su órbita o influencia sería una consecuencia.

Esto exacerbaría ciertos ánimos nacionalistas, ante el temor de ser satelizados. El choque con Argelia sería una consecuencia lógica, dado que se abriría el viejo capítulo de las fronteras no definidas, como consecuencia de la Guerra de los Oasis de 1963. 

La competencia entre ambos estados se incrementaría y un conflicto de mayores proporciones sería una realidad. ¿Y los saharauis? Años de exilio, como de represión política en la zona ocupada, han exacerbado ánimos nacionalistas. Después de cuatro décadas de resistir, de guerra y miseria, que todo ello sea arrojado por la borda, puede llevar a sectores del Polisario como de la población a no aceptar la idea de un Sahara marroquí y los lleve a la lucha armada a gran escala, situación que puede ser explotada por los grupos terroristas que operan en la zona.

Esto no es una fantasía, un ejemplo fue el caso del movimiento separatista tuareg Azawad, cuya rebelión, fue “copada” por grupos salafistas, armados y fortalecidos por las armas que quedaron disponibles tras el hundimiento del régimen libio.

Las hordas yihadistas pusieron a Malí contra las cuerdas. Solo la ayuda internacional, impidió que este país se convirtiera un nuevo “califato”. Parece que muchos olvidan que de los suburbios de las grandes ciudades marroquíes, azotadas por la pobreza y el desempleo, partieron millares de jóvenes a luchar bajo la agenda extremista de grupos ligados al Qaeda o el siniestro Estado Islámico.

El derrumbe de este último y la derrota de los grupos yihadistas frente al régimen de al Assad, abre la posibilidad que millares de combatientes experimentados, regresen de nuevo al Magreb. Europa ha sentido el impacto del retorno de muchos ex combatientes. Recordemos que Argelia padeció dicho fenómeno, cuando antiguos combatientes provenientes de Afganistán, engrosaron las filas del Grupo Islámico Armado, desatando una guerra que le costó al país 200.000 muertos.

El mantenimiento del status quo en el conflicto del Sáhara Occidental, no es algo inocente, responde a los intereses de los actores en pugna. Incluso para la República Saharaui, le permite controlar una facción del territorio disputado, lo que le permite tener anclaje territorial, algo que jurídicamente le permite justificar su “estatalidad”.

El problema es el manejo de la escalada de tensión que obedece a agendas políticas domésticas. Para el caso marroquí los conflictos externos fueron una excelente válvula de escape para tensiones internas. El conflicto del Sahara se potenció en los 70, dado las tensiones internas que tuvo el Palacio con sus Fuerzas Armadas y una situación social deteriorada por la pobreza y el subdesarrollo.

La guerra permitió aglutinar la opinión pública, en el marco de exacerbación nacionalista y también disciplinar a los partidos políticos. Mantener a las fuerzas militares lejos del Palacio, tiene que ver con esos delicados equilibrios internos.

Vale la pena destacar que Marruecos no tiene Estado mayor conjunto o ministerio de defensa, esto refuerza el control del monarca sobre sus fuerzas armadas, incluso los principales arsenales están en manos de la Gendarmería. En el caso de Argelia, a través de un tercer actor, la República Saharaui, mantiene lejos a su rival marroquí de sus fronteras, lo que permite mantener congeladas viejas disputas fronterizas y erosionar o contener las ambiciones hegemónicas de Rabat en el Magreb.

Mauritania reconoció la República Saharaui en 1984, su situación es vulnerable al conflicto, dado los lazos culturales con los saharauis. Un conflicto regional, tendría consecuencias para la estabilidad interna del país. En su momento, la guerra del Sahara llevó al país al borde del colapso y tensiones muy fuertes entre la población negra del sur y las poblaciones arabizadas del norte.

El esfuerzo de los saharauis de mantener seguro las zonas liberadas – reconocido por el Departamento de Estado de los Estados Unidos en tiempos de Obama – impacta en la seguridad de la vulnerable frontera norte de Mauritania. También, a pesar de los marroquíes, la presencia de la RASD en las zonas liberadas mantiene lejos a los grupos terroristas de la zona ocupada por Marruecos. Es sabido que las células de al Qaeda han infiltrado los muros defensivos.

España gracias a la relativa estabilidad mantiene lejos la amenaza terrorista lejos de su vulnerable flanco sur. Asimismo puede controlar de alguna manera el drama de los refugiados que intentan cruzar el Mediterráneo o el Atlántico rumbo a Canarias.

La seguridad de España, es la seguridad del flanco sur de Europa. Por ende, la escalada de una crisis, es algo sumamente delicado. Otros actores también están interesados en la estabilidad, una escalada generaría problemas para las lucrativas explotaciones pesqueras, petroleras y del fosfato de la zona. El apoyo militar chino a Mauritania está estrechamente ligado a garantizar la minería del hierro. La creciente presencia de la OTAN en África, también está vinculado a cuestiones económicas y al control de las migraciones no controladas y el terrorismo.

« ¿Mantener el status quo es la solución?

Definitivamente no, solo mantiene las crisis congeladas, pero no por mucho más tiempo. Esto también desgasta a los actores en pugna y alimenta posturas radicalizadas. Tarde o temprano puede estallar una crisis con consecuencias difíciles de ponderar. Los choques armados a lo largo de los Muros defensivos, tras la crisis de Guerguerat de 2020, puede derivar en un conflicto armado con impacto regional.

Es por ello que es imperioso, una solución realista, bajo con concepto donde no haya perdedores, o mejor dicho que las partes tengan un impacto político, pero que puedan ser de una magnitud que puedan soportar. Entonces, una salida puede ser la partición del territorio entre Marruecos y la República Saharaui.

En su momento fue propuesto, y el liderazgo Polisario lo aceptó, mientras que Rabat apuesta a una política de todo o nada, buscando desgastar a su enemigo., pero que no hace más que alimentar tensiones en la región.

El gobierno de Rabat está empecinado en ver la realidad, la existencia de la República Saharaui. Ingresó en la Unión Africana con la idea de sacarla de dicha entidad, lo que ha generado fracturas, pero no ha logrado avances significativos.

Es más está en contradicción con el derecho. Como hemos venido diciendo, el ingreso de la Unión implica aceptar las fronteras heredadas de tiempos de la dominación colonial, romper con este mandato, es abrir las puertas a conflictos. Muchos consideran que un Estado saharaui, sería un estado fallido.

Vale la pena recordar que la RASD es una realidad desde 1976 y desde 1991, ejerce efectivamente el control sobre una fracción del territorio, donde los intentos de infiltración terrorista han fracasado. La RASD es una entidad viable y con escasos recursos ha logrado mantener una estabilidad interna e institucional por décadas, mientras muchos países africanos han atravesado en estos cuarenta años, decenas de golpes y conflictos políticos internos.

Creemos que existe un escenario para llegar a buen puerto. La idea de partición del territorio, donde Marruecos mantenga su presencia en el llamado “Triángulo Útil”, quedando la región del Río de Oro en manos efectivas de la RASD, asimismo en este acuerdo deben estar incluidas Argelia, facilitando el acceso al mar de la región de Tinduf y Mauritania, también puede beneficiarse en programas de cooperación.

Sea como fuere, las soluciones que se busquen deben tener en cuenta que la República Saharaui es una realidad y cuya existencia es vital para la seguridad y estabilidad de la región. Considerar su supresión, no solo es contrario al derecho internacional y un crimen, es no entender el complejo entramado geopolítico del Magreb.

La República Saharaui participa, junto con Argelia y Mauritania, en la 12ª edición de «El Mouggar 2024»

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La República Árabe Saharaui Democrática (RASD) participó en la 12ª edición del Foro Comercial Internacional «El Mouggar 2024», que se celebra estos días en la provincia argelina de Tinduf.

La RASD fue representada en la inauguración de este evento económico por el Ministro de Comercio, Bachar Ahmed Ammi Omar.

El ministro saharaui, acompañado de su homólogo argelino y mauritano, participó también en la inauguración del Foro de empresarios organizado al margen de la exposición.

Inauguración de la exposición de El Mouggar en Tinduf

La celebración de este Foro económico coincide este año con el lanzamiento de varios proyectos de desarrollo en la región, a saber, el megaproyecto industrial de explotación del yacimiento de Gara-Djebilet y la línea ferroviaria. «El Mouggar 2024» contó con una alta participación de empresas de Argelia y Mauritania así como promotores económicos y comerciales argelinos junto a sus homólogos africanos.

Los participantes aprovecharán este encuentro económico para promover los productos exportables, establecer nuevas relaciones comerciales y firmar convenios de asociación e inversión entre los participantes argelinos y africanos.

Este acontecimiento permitirá, por ende, elevar la provincia de Tinduf al rango de «hub» económico y comercial por excelencia e impulsar la dinámica comercial de la región.

 

La Unión Africana expulsó definitivamente a Israel, que pretendía participar en sus Cumbres como «observador»

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La Unión Africana impidió, a mediados de febrero pasado, que una delegación israelí entre en su sede en vísperas de su Cumbre de Addis Abeba. Finalmente, Israel fue expulsada definitivamente y no podrá jamás participar en las cumbres africanas.

La organización continental ya habia rechazado la presencia,  en sus reuniones, del director general del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí. «El esfuerzo de la delegación israelí por persuadir a los estados miembros a aceptar la membresía de «Israel» como observador en la Unión Africana, chocó con el rechazo de la coalición antinormalización encabezada por Argelia y Sudáfrica», según fuentes diplomáticas a ECSAHARAUI.

La delegación israelí expulsada de Cumbre de Unión Africana, llegó en secreto de la mano de Marruecos

La delegación israelí llegó el pasado 12 de febrero a Addis Abeba, sede de la UA, para intentar mantener reuniones y consultas con países «aliados y partidarios de que Israel obtenga la membresía como observador en la Unión Africana»

Esa delegación israelí, que llegó a Addis Abeba, estaba compuesta por el director general del Ministerio de Asuntos ExterioresYakov Blichstein, y el director del Departamento de Gestión de África, Amit Bias.

La delegación de Tel Aviv llegó a Addis Abeba en un nuevo intento de persuadir a algunos países a apoyar la membresía de «Israel» bajo estatus de observador en la Unión Africana después de que todas las solicitudes anteriores fueran rechazadas. Los intentos de «Israel» continúan a pesar de la expulsión el año pasado de la delegación israelí, encabezada por el responsable de África, Barley Sharon.

Según otras fuentes diplomáticas, Sudáfrica y Argelia presionaron para expulsar a la delegación israelí y rechazaron a Tel Aviv como miembro observador en la Unión Africana.

Ministro de Exteriores de Argelia se reúne en El Cairo con su homólogo egipcio

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El Ministerio de Asuntos Exteriores de Argelia, Ahmed Attaf, se reunió este miércoles en El Cairo con su homólogo egipcio, Sameh Choukri, según un comunicado del ministerio deexteriores argelino. 

La comunicación ministerial subraya que este encuentro forma parte de la participación del jefe de la diplomacia argelina en los trabajos de la 161ª reunión ministerial de los Estados miembros de la Liga Árabe, prevista para hoy en El Cairo, Egipto.

Según la misma fuente, los dos ministros, que repasaron las relaciones bilaterales y el nivel de asociación entre los dos países, discutieron las posibilidades de desarrollar estas relaciones en el marco de los preparativos para los próximos eventos bilaterales.

Las dos partes también discutieron la evolución de la agresión israelí que continúa contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza, además de otras cuestiones a nivel del continente africano, según la misma fuente.

La opinión del Abogado General del TUE sobre acuerdo pesquero UE-Marruecos se dará a conocer el próximo 21

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En un mes, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) se pronunciará próximamente con una sentencia relativa a los acuerdos UE-Reino de Marruecos, que incluyen ilegalmente el territorio ocupado del Sáhara Occidental, en desafío a las resoluciones de la ONU y al derecho internacional. Así, el TJUE que finales de marzo se dará a conocer la opinión del Abogado General del tribunal sobre los recursos interpuestos por el Consejo y la Comisión de la UE, contra sentencia que anula los acuerdos con Marruecos.

Las conclusiones del Abogado General de la Unión Europea sobre estos recursos interpuestos por el Consejo y la Comisión Europea contra la sentencia que anuló los acuerdos pesqueros entre la UE y Marruecos se dará a conocer el próximo 21 de este mes, según señala el calendario judicial del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE).

Ya en diciembre de 2016, el TJUE emitió una sentencia de crucial importancia sobre el acuerdo de asociación económica entre las dos partes cómplices, considerando que este acuerdo no puede aplicarse al territorio ocupado del Sáhara Occidental ya que el territorio saharaui tiene ‘un estatus separado y distinto del del Reino de Marruecos.

Ignorando la sentencia de su propio tribunal, la UE y Marruecos han buscado constantemente atajar, inventando mil subterfugios para continuar el saqueo de los recursos naturales del pueblo saharaui. Bajo la influencia de Francia y España, la Comisión Europea ha concluido así otros dos acuerdos, uno agrícola y otro pesquero, por los que se explotaban cínicamente los territorios saharauis ocupados ilegalmente por el régimen marroquí y la Unión Europea

Los artífices de este acuerdo buscaron ahogar a los peces anunciando supuestas consultas con el ocupante marroquí y los colonos que estableció en el territorio. Este acuerdo está suspendido ahora a la espera de la decisión del TUE.

Concluidos en flagrante violación del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, estos dos acuerdos aprobados por el Consejo de la UE han sido objeto de dos recursos por parte del Frente Polisario que alega, con razón, del consentimiento único e ineludible del pueblo saharaui.

« Ya hay fecha para la próxima crisis entre la UE y Marruecos

Como los jueces de esta noble institución no pueden cometer un grave error, teniendo en cuenta su veredicto anterior, y como ya han demostrado su alta moralidad en relación a golpes torcidos y maniobras sórdidas, es probable, si no cierto, que la sentencia dicte claramente la ilegalidad de estos acuerdos por incluir el Sáhara Occidental.

En un momento en el que los agricultores se echan a la calle para pedir mejora en sus condiciones, en las próximos semanas se analizarán las dos sentencias del TJUE y sin duda reflejarán las bases jurídicas en las que se basa la política de la Unión Europea frente al contencioso.

El bufete francés Devers (abogados del Frente Polisario) ha recurrido los acuerdos de asociación y de pesca firmados en 2019 entre la Unión Europea y Marruecos por incluir al Sáhara Occidental sin que su población haya sido consultada. Según expertos, un veredicto contrario a sus intereses podría suscitar una reacción airada de las autoridades marroquíes que consistirá, como en anteriores ocasiones, en expulsar a la flota pesquera europea, principalmente la española, de las aguas bajo su control o en facilitar la migración irregular hacia España como ya hace siempre.

Frente POLISARIO advierte sobre consecuencias de que España transfiera el espacio aéreo del Sáhara Occidental a Marruecos

El secretario general del Frente POLISARIO y presidente de la RASD afirma que transferir el espacio aéreo a Marruecos violaría el estatuto internacional del territorio.

Pide a España que asuma sus responsabilidades internacionales, jurídicas y morales hacia el Sáhara Occidental y su pueblo.

Contramutis.-

El Presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD)  y Secretario General del Frente POLISARIO, Brahim Gali, ha advertido al secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, de las consecuencias de que España transfiera el espacio aéreo del Sáhara Occidental a Marruecos.

Esta decisión del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, habría sido hecha durante su última visita a Rabat, según informaciones de medios de prensa españoles.

En una carta enviada a Antonio Guterres, Gali afirma que la transferencia de la gestión del espacio aéreo “al Estado ocupante marroquí”, seria “una violación del estatuto internacional del territorio como un territorio incluido en la lista de Naciones Unidas pendiente de descolonización, así como de las obligaciones internacionales de España como Potencia Administradora del Sáhara Occidental”, informa la Agencia Sáhara Press Service (SPS).

El presidente saharaui añade que esta medida desestabilizaría aún más los esfuerzos del Enviado  de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura“para reactivar el ya estancado proceso de paz de las Naciones Unidas en el Sáhara Occidental, que atraviesa por momentos delicados debido a la violación marroquí del alto el fuego de 1991, el 13 de noviembre de 2020”.

Brahim Gali afirma que, “desde hace décadas, y como reflejan los correspondientes mapas de la Organización de Aviación Civil Internacional, el espacio aéreo del Sáhara Occidental permanece bajo la gestión de los controladores aéreos españoles en Canarias, lo que es consistente con la responsabilidad internacional de España como Potencia Administradora del Territorio, de conformidad con las resoluciones y dictámenes jurídicos de las Naciones Unidas”.

Respecto a la responsabilidad internacional de España hacia el Sáhara Occidental, el presidente de la RASD se refiere “a las numerosas resoluciones emitidas por la Asamblea General de Naciones Unidas, entre ellas la 78/81, de 7 de diciembre de 2023, en la que la Asamblea General reafirmaba que, a falta de una resolución de la propia Asamblea General que prevea la finalización del proceso de descolonización de un territorio registrado ante ella en virtud del Capítulo XI de la Carta de las Naciones Unidas, la Potencia Administradora interesada debe seguir transmitiendo información con arreglo al Artículo 73 (e) de la Carta con respecto a ese territorio”.

Dado que la Asamblea General nunca ha adoptado ninguna resolución en este sentido, en el caso del Territorio del Sáhara Occidental sujeto al proceso de descolonización, indica que para Naciones Unidas España sigue siendo la Potencia administradora del Sáhara Occidental, con todas las responsabilidades que tal situación conlleva en términos del “deber sagrado” de España hacia el Territorio, incluido el compromiso de mantener su integridad territorial hasta que el pueblo del Sáhara Occidental ejerza su derecho inalienable a la autodeterminación y la independencia.

Gali reitera el llamamiento del Frente POLISARIO a las NNUU para que garantice el pleno respeto de la condición del Sáhara Occidental como territorio sujeto al proceso de descolonización y bajo la responsabilidad de las Naciones Unidas, cuya misión para el referéndum en el Sáhara Occidental, la MINURSO, sigue en el territorio, y pide a España que “asuma sus responsabilidades internacionales, jurídicas y morales” hacia el Sáhara Occidental y su pueblo, hasta la conclusión del proceso de descolonización del Territorio.

Ejército saharaui ataca con misiles bases marroquíes lejos de la línea de separación, al norte del Sáhara Occidental​

Unidades de Ejército de Liberación Popular Saharaui (ELPS) han atacado este martes una base de retaguardia enemiga en el sector de Mahbes, dejando considerables pérdidas humanas y materiales.

Según el Parte de Guerra emitido por el Departamento de Organización Política del Ejército de Liberación Popular Saharaui, en el marco de la guerra de liberación y como continuación de las operaciones de combate del ejército saharaui, destacamentos de nuestro ejército han lanzado un bombardeo concentrado contra una base de los soldados enemigos en la región de Laagad, en Mahbes, causando bajas en sus filas.

Mientras que el lunes, 4 de marzo de 2024, unidades del ELPS habían lanzado otro bombardeo concentrado contra dos bases enemigas ubicadas en la región de Alfeiyin, en el sector de Farsía.

Asimismo, los ataques de las unidades del ejército saharaui continúan hostigando los bastiones y posicionamientos de las fuerzas de ocupación marroquíes, provocando considerables pérdidas humanas y materiales en sus filas, a lo largo del Muro de la Vergüenza. (SPS)

Argelia exige desde Riadh «ruptura total» de todas las relaciones con Israel

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El ministro de Asuntos Exteriores de Argelia, Ahmed Attaf, quien participó este martes en la capital saudí, Riadh, en la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la OCI, llamó a cortar todas las relaciones diplomáticas con Israel.

El ministro de Exteriores argelino verbalizó este martes en la reunión ministerial en Arabia Saudita esta exigencia, que también hizo suya en la última Cumbre de la UA, que se celebró en Etiopía.

Durante su intervención, el titular de Exteriores argelino subrayó, en primer lugar, “la gravedad de la situación actual en la Franja de Gaza”; “Esto nos obliga a unir posiciones colectivas y apoyar con acciones, medidas e iniciativas que respondan a las demandas de nuestros hermanos palestinos, y poner fin a las injusticias, el sufrimiento y las tragedias, así como las consecuencias de una agresión que violó todos los principios y controles morales, políticos y legales”.

«Es hora de comprender que las expresiones de condena no son suficientes para detener el genocidio y la liquidación sistemática en curso en la Franja de Gaza»,continuó Attaf, argumentando en el mismo sentido que «lo primero que se necesita es una acción real y efectiva en todos los niveles».

«Esperábamos, y esperábamos, que la era de la responsabilidad, la rendición de cuentas y el castigo por la ocupación de los asentamientos israelíes comenzara aquí, con nuestra voluntad, nuestro compromiso y nuestras acciones», subrayó el jefe de la diplomacia argelina afirmando que lo que también se esperaba era cortar todas las relaciones con la entidad sionista.

“Pedimos la ruptura total de las relaciones diplomáticas, culturales, económicas, comerciales, militares y de seguridad con la ocupación israelí, como habíamos solicitado hace unos días a la Unión Africana”, añade Attaf.