back to top
24.8 C
Madrid
03 junio 2025
Inicio Blog Página 37

La presidenta del Govern balear urge a rehacer puentes con Argelia

0

Barcelona (ECS).- La presidenta del Govern balear, Marga Prohens, ha urgido este jueves al Gobierno de Pedro Sánchez a rehacer puentes con Argelia para poner fin a la llegada de embarcaciones de inmigrantes irregulares a la Isla: «En unos años nos podemos convertir en Canarias», ha advertido Prohens, en referencia a la llegada masiva de pateras procedentes de Argelia a las Islas Baleares, informa Europa Press.

En el marco de un coloquio organizado en Barcelona por el Círculo Ecuestre, Prohens ha reclamado al Ejecutivo de Sánchez que recupere las relaciones con Argelia, ya que ha dicho que es la inexistencia de estas la que provoca que esté creciendo el número de llegadas a las Islas Baleares.

La presidenta del Govern balear ha admitido que ha detectado un «cambio» en la actitud de Sánchez en las últimas semanas, si bien ha lamentado que los ministerios competentes «se van pasando la pelota» entre sí.

«Es un drama social pero también una emergencia económica y un problema social», ha alertado Prohens antes de defender que «no se trata solo de establecer un reparto de cuotas, sino de cambiar la política exterior e internacional». Prohens ha señalado que, de seguir así, las Islas Baleares «se pueden convertir en Canarias».

Las relaciones diplomáticas entre Argelia y España entraron en 2022, tras el giro de Sánchez sobre el Sáhara Occidental, en un inédito enfriamiento diplomático que este año ha mostrado síntomas de una discreta normalización. «El tratado de buena vecindad se basa en principios y fundamentos, y coincidimos en muchos puntos, incluido el apoyo a causas justas. Lamentablemente España ha fallado en uno de estos principios», dijo recientemente el ministro de Asuntos Exteriores argelino, Ahmed Attaf, en relación al cambio de posición de Sánchez hace dos años al respaldar el plan de autonomía marroquí sobre el Sáhara Occidental.

Attaf calificó en julio pasado a la posición de España con respecto a la cuestión palestina, por «soberana y valiente», que ha alentado «al retorno a los principios en los que se basa la diplomacia argelina, tanto en el plano económico como en el político».

¿Qué busca Marruecos con despachar a sus «lacayos», de origen saharaui, a Israel?

0

✍️ Mahayub Sidina

Para implicar más a sus lacayos y títeres, de origen saharaui, Marruecos ha ordenado a algunos de éstos últimos peregrinar a Israel, poco antes del inicio de la crisis de Gaza que, en realidad, no es más que la gota que desbordó el vaso de otra más grande y profunda que lleva más de 75 años.

Efectivamente, después de alabanzas, a bombo y platillo, a la ignominiosa alianza israelo-marroqui, se ha detectado, en los últimos tiempos, un incremento de visitas a Tel Aviv y Jerusalén de individuos saharauis, infeudados al majzén marroquí.

La aparente “entrega” y falta de pudor, o a lo mejor ignorancia, de algunos de dichos individuos ha sobrepasado el límite del ridículo. Para contentar a sus patrocinadores, la hipocresía les llevó a casi declarar su supuesta descendencia judía. Al menos dos de ellos, que se extralimitaron al hablar en nombre de los saharauis, ostentan altos cargos en la administración de ocupación colonial marroquí.

La alianza entre Marruecos e Israel no data de ayer ni desde los acuerdos de Abraham. De hecho, remonta a los años 60 cuando el difunto Hasan II concluyó con Israel la transacción de la mayor trata de seres humanos de la época moderna. Mas de 200.000 judíos marroquíes fueron transferidos al estado hebreo. Como contrapartida, según algunos expertos, Marruecos embolsó 200 millones de Dólares, una suma astronómica en aquella época.

En este sentido, no sería de más recordar que Marruecos e Israel son adeptos de las alianzas, contra natura, destinadas exclusivamente a pisotear el derecho internacional y a alimentar la tensión permanente en su entorno, postulado principal de sus políticas expansionistas. Las fronteras de ambos países son movedizas y los dos formaban parte del reducido club de aliados del entonces régimen del apartheid, de África del Sur, en los años 70 y 80 del Siglo pasado.

En la actualidad, los dos ocupantes mantienen una cooperación multidimensional, muy estrecha, en materia de defensa, seguridad, diplomacia, economía etc. Intercambian sus nefastos y sofisticados métodos represivos, aplicados tanto contra el pueblo saharaui como contra el pueblo palestino. De hecho, las ciudades de Aaiún, Dajla y Smara, en el Sahara Occidental ocupado, son hoy en día una cárcel a cielo abierto. Al igual que los territorios palestinos ocupados, sus calles están controladas por sistemas de video vigilancia las 24 horas.

Los movimientos de los activistas y defensores de los derechos humanos son seguidos al milímetro. Los colonos están integrados en el aparato represivo ya sea como delatores o como escuadrones de la muerte, en algunos casos. Las asociaciones y organismos pantalla, como el llamado consejo marroquí de derechos humanos, compaginan la labor del espionaje con el trabajo sucio de lavado de cara del ocupante y sus atrocidades. Y si todo esto fuera poco, los dos ocupantes recurren, masivamente, al malware Pegasus para vigilar a todos aquellos que, eventualmente, puedan opinar diferente tanto en el interior como en el exterior.

La última novedad, del siniestro aparato policial marroquí, ha sido la entrada en escena de unidades policíacas de mujeres, uniformadas y en civil, para maquillar de un “toque femenino” a la salvaje represión contra las mujeres saharauis en particular. Independientemente del género que lo ejecuta, un acto represivo es siempre un acto represivo desde la planificación hasta la consumación.

La similitud de los métodos represivos de los dos ocupantes, Marruecos e Israel, es tal que parece que existe una plana mayor, conjunta y paritaria, entre ambos dedicada exclusivamente a dicha labor inhumana.

Por ejemplo, los protocolos represivos aplicados por los israelíes, contra las familias de los presos palestinos liberados, son una copia conforme de los métodos aplicados por las fuerzas marroquíes contra las familias de los presos políticos saharauis liberados y viceversa. Prohibición de cualquier señal de júbilo, interdicción de visitas, allanamiento de moradas, vigilancia permanente… etc.

La única diferencia, los Israelíes al menos permiten implícitamente la cobertura de algunos medios de comunicación extranjeros acreditados. En el caso de Marruecos ni eso. Los territorios saharauis ocupados están cerrados, a cal y canto, ante los periodistas y observadores internacionales.

Después del fracaso de intentos anteriores de absorber a los saharauis y diluirlos dentro de la sociedad marroquí, el ocupante recurre ahora a la ridícula baza de la israelizacion. Aunque está convencido de su fracaso una vez más, no le importa que los pobres lacayos, utilizados como cobayas, sean estigmatizados.

Actualmente, el desespero de Marruecos le lleva a dar por bueno cualquier acto que podría afianzar más sus relaciones con Israel. Está dispuesto a dar el todo por el todo con el fin de mantenerse bajo el paraguas hebreo. Después de su fallida operación de israelizar a los marroquíes, en contra de su voluntad, ahora pretende hacer lo mismo con algo que no le pertenece, el Sahara Occidental.

El actual conflicto de Gaza desbarató las cartas del majzén quien ya no sabe a que santo confiarse. Como se suele decir en Hasania ya no sabe si imitar al Alimoche o al Cuervo al andar.

Despachar a lacayos, y todo clase de agentes a sueldo, para fotografiarse en Tel-Aviv, Jerusalén o ante el muro de las lamentaciones, lejos de influir negativamente en las legitimas convicciones de los saharauis tendrá el efecto inverso. Mas bien, reforzará su unidad y cohesión en torno a los ideales de libertad e independencia total bajo el liderazgo del Frente POLISARIO.

Los infames acuerdos tripartitos de Madrid y la entrega del Sáhara Occidental

0

La postura de España es muy hostil para el pueblo saharaui

ECS. Madrid. | Poco antes de la muerte de Franco en 1975, España firmó con Marruecos y Mauritania un acuerdo unilateral, los infames acuerdos tripartitos de Madrid, para la entrega del Sáhara Occidental a los dos países; ex colonias francesas y vecinos del territorio. El 14 de noviembre de 1975, seis días antes de la muerte del dictador Franco, el Gobierno de Arias Navarro y el rey de España, Juan Carlos I, impulsaron una decisión injusta e ilegal para deshacerse del territorio de su provincia 53. La ONU rechazó la decisión y pidió celebrar aquel referéndum prometido por España en 1973.

«Los saharauis estamos muy tristes hoy ya que España piensa que lo ha hecho todo y se olvida de la situación actual del pueblo saharaui, otra víctima de la transición española».

Franco gobernó España desde finales de la década de 1930 hasta su muerte en 1975. En este mismo año, España, Marruecos y Mauritania firmaron en Madrid un acuerdo (acuerdo tripartito de Madrid) para entregar y deshacerse, de manera ilegal, de su ex colonia. El régimen marroquí, a su entrada en el Sáhara Occidental, tras la firma de estos acuerdos, llevó a cabo decenas de centenares de ejecuciones contra los saharauis que resisten a la ocupación.

El Sáhara Occidental es un territorio desértico, que limita con el Océano Atlántico Norte, entre Mauritania, Marruecos y Argelia, una posición estratégica junto a las Islas Canarias. Además, es rico en recursos naturales, como fosfatos, pescado y petróleo crudo (todavía por descubrir).

En 1976, tras la invasión militar marroquí, el Frente Polisario proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), luego de que la CIJ (Corte Internacional de Justicia) ratificó el derecho legal a la autodeterminación para los saharauis y rechazó los reclamos territoriales hechos por Marruecos y Mauritania en la región. Sin embargo, Rabat ocupó ilegalmente los dos tercios del Sáhara Occidental y construyó un muro militar, conocido como ‘La Berma’, vigilado a lo largo de toda su longitud por 160.000 soldados y custodiado por diez millones de minas terrestres que recorren el territorio de norte a sur.

Desde entonces, el área ha sido dividida en dos partes por el muro, una parte más grande ocupada por Marruecos y una más pequeña, conocida como Territorios Liberados, bajo el control del Frente POLISARIO. La RASD es un país fundador de la UA y reconocido por más de 80 de los 193 países de la ONU y la nación todavía está luchando por la independencia.

Darren Kew, presidente del Departamento de Resolución de Conflictos, Seguridad Humana y Gobernanza Global de la Universidad de Massachusetts, Boston, describió el enorme desequilibrio en el conflicto: Marruecos es un miembro estable de la ONU, con una economía desarrollada, consistente fuerzas militares y actuando con el consentimiento de la comunidad internacional, mientras que la República Saharaui lucha por su existencia. De hecho, la opinión consultiva de la CIJ dejó en claro que los saharauis tienen el poder soberano sobre el Sáhara Occidental y que un referéndum libre y trasparente es un derecho inalterable.

El Gobierno español, aliado de Marruecos, decidió proponer el llamado Acuerdo Tripartito de Madrid, firmado el 14/11/1975. Por este acuerdo, España llevó a cabo la liquidación de su administración en dicho territorio mediante la transferencia ilegal de una administración temporal a favor de Marruecos y Mauritania. En este acuerdo no se transmitió la soberanía sobre el Sáhara Occidental ni se confirió a ninguno de los países signatarios la condición de potencia administradora, condición que España, por sí sola, no podía transferir unilateralmente, ya que, según el Derecho Internacional y para la ONU, una potencia administradora no puede abandonar unilateralmente sus responsabilidades en un territorio no autónomo.

El 26/02/1976, coincidiendo con la salida de los últimos militares españoles del territorio, el Gobierno español comunicó al secretario general de la ONU que a partir de dicha fecha daba por terminada su presencia en el Sáhara Occidental, haciendo constar que desde ese momento se consideraba exento de toda responsabilidad de carácter internacional en relación con la administración del territorio, puesto que había cesado su participación en la administración temporal establecida para el mismo, dejándolo de hecho bajo la ocupación militar de Marruecos y Mauritania en las zonas que cada uno de ellos ocupaba en función del Acuerdo de Madrid.

Tras el abandono del territorio por Mauritania, en 1979, Marruecos ocupó y administra también la zona mauritana. Pese a ello, Marruecos no figura como potencia administradora del Sáhara Occidental en la lista de la ONU. Es decir, el Ejecutivo español cree que tras el reparto del territorio a Marruecos y Mauritania y su retirada del mismo se desliga de toda la responsabilidad administrativa que le corresponde, pues ¿Cómo va a poder administrar algo que no controla? Esa es su postura.

Lo cierto es que la ONU no ha considerado a Marruecos (ni en su momento a Mauritania) como potencias administradoras del Sáhara Occidental, por lo que sigue figurando en la lista como un territorio español pendiente de descolonización. Y, por lo tanto, administradora del mismo. Así lo establece un informe jurídico (Documento S/2002(161), dirigido al presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, de 29/01/2002.

El abandono del Sáhara por parte de España es nulo, por lo que, según la ONU, España sigue siendo su potencia administradora y responsable.

Precisamente por eso, España debe abandonar su giro actual y exigir que se materialice ya un referéndum en el territorio, condenando cualquier atentado al bienestar de una población sobre la que la Carta de las Naciones Unidas le hace responsable. Es cierto que al no tener la presencia efectiva en el territorio, España tiene limitaciones en su actuación. Sin embargo, sí puede exigir a la ONU y a Marruecos que lleven a cabo una consulta para la autodeterminación del pueblo saharaui.

La postura de España es muy hostil para el pueblo saharaui. Como potencia administradora del Sáhara Occidental, está obligada a implicarse a fondo en la búsqueda de una solución legal para el pueblo saharaui. Es su responsabilidad y la forma de reparar la injusticia y la chapuza que cometió con el reparto del territorio y su abandono.

Un dia como hoy de 1975, se firmaron papeles mojados sobre el Sáhara Occidental, los Acuerdos tripartitos de Madrid

0

Cronología de los acuerdos tripartitos de Madrid

Hoy, 14 de Noviembre de 2024, se cumplen 49 años de la firma de los acuerdos Tripartitos de Madrid, de aquel acto de cobardía, de aquel despropósito, de aquel abandono soez por parte de España de todo un pueblo acogido a sus leyes y a su protección internacional y este país sigue atrapado en su propia vergüenza, en su increíble dejadez, en una política de pánico insuperable ante el sátrapa marroquí que no solo se permite desoír una y otra vez las resoluciones del máximo órgano de jurisdicción universal (la ONU) sino que se atreve a presionar y chantajear permanentemente a los dirigentes españoles en base sin duda al permanente apoyo que recibe de Occidente y a la reconocida debilidad política española.

Aunque periódica y tímidamente las instituciones españolas, presionadas por los grupos parlamentarios y más que nada para cubrir un expediente asaz vergonzoso, se permiten reconocer la responsabilidad que arrastra todavía a día de hoy España en el conflicto saharaui.

En Madrid, a 14 de noviembre de 1975 y reunidas las delegaciones que legítimamente representan a los Gobiernos de España, Marruecos y Mauritania, se manifiestan de acuerdo en orden a los siguientes principios:

1º) España ratifica su resolución -reiteradamente manifestada ante la ONU- de descolonizar el territorio del Sáhara occidental poniendo término a las responsabilidades y poderes que tiene sobre dicho territorio como Potencia Administradora.

2º) De conformidad con la anterior determinación y de acuerdo con las negociaciones propugnadas por las Naciones Unidas con las partes afectadas, España procederá de inmediato a instituir una Administración temporal en el territorio en la que participarán Marruecos y Mauritania en colaboración con la Yemaá y a la cual serán transmitidas las responsabilidades y poderes a que se refiere el párrafo anterior.

En su consecuencia, se acuerda designar a dos Gobernadores Adjuntos, a propuesta de Marruecos y Mauritania, a fin de que auxilien en sus funciones al Gobernador General del territorio. La terminación de la presencia española en el territorio se llevará a efecto definitivamente, antes del 28 de febrero de 1976.

3º) Será respetada la opinión de la población saharaui, expresada a través de la Yemaá.

4º) Los tres países informarán al Secretario General de las Naciones Unidas de lo establecido en el presente documento como resultado de las negociaciones celebradas de conformidad con el artculo 33 de la Carta de las Naciones Unidas.

5º) Los tres países intervinientes declaran haber llegado a las anteriores conclusiones con el mejor espíritu de comprensión, hermandad y respeto a los principios de la Carta de las Naciones Unidas, y como la mejor contribución al mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.

6º) Este documento entrará en vigor el mismo día en que se publique en el Boletn Oficial del Estado la “Ley de Descolonización del Sahara”, que autoriza al Gobierno español para adquirir los compromisos que condicionalmente se contienen en este documento.

El documento de aprobación de los Acuerdos Tripartitos de Madrid se componen de una declaración política y varios anexos secretos.

Los anexos secretos económicos estipulaban la cesión a Marruecos del 65% de la empresa FosBucraa, que explotaba los ricos yacimientos de fosfatos del Sáhara Occidental, a cambio de que España obtuviese derechos de pesca para 800 barcos durante 20 años.

Después de tantos 49 años de abandono y dejación hacia el pueblo saharaui, la fecha del 14 de noviembre debería ser para los ciudadanos sensibles (de España) una fecha vergonzosa.

Convocan este sábado manifestación en Ferraz en favor del Sáhara Occidental

0
  • La manifestación de apoyo al pueblo del Sáhara Occidental cuenta con el respaldo de varias federaciones de la juventud saharaui en España, que fletarán vehículos desde distintos puntos de España.

  • «El sábado día 16 de noviembre tomaremos las calles de Madrid para alzar la voz del pueblo saharaui», escribe Taleb Alisalem en su cuenta de X. Taleb, quien organiza la manifestación, hace un llamamiento a acudir «para mostrar rechazo a las políticas de Sánchez en el Sáhara Occidental.»

Madrid (ECS).- La solidaridad con el pueblo saharaui vuelve a Madrid para denunciar una vez más la política «hostil» del Partido Socialista (PSOE) respecto al Sáhara Occidental y su alianza con el régimen de Marruecos. La juventud saharaui desfilará en la capital hasta llegar a la sede del PSOE en Ferraz para reclamar el respeto a la legalidad internacional en el Sáhara Occidental, así como poner fin a la ocupación por parte de Marruecos.

Cartel de la convocatoria de manifestación en Ferraz el próximo sábado 16 de noviembre. Foto cedida

La juventud saharaui ha convocado esta concentración en protesta contra el Gobierno de Sánchez y su alianza con el régimen de Mohamed VI. El llamamiento se realiza tras dos años del giro del jefe del gobierno español en el Sáhara Occidental. Sin embargo, la juventud saharaui no se desvincula de la manifestación anual de Atocha, organizada por CEAS-SÁHARA.

La solidaridad con el pueblo del Sáhara Occidental vuelve a Madrid

De manera imprevista, el presidente del Gobierno español trasladó al rey Mohamed VI el respaldo de España a la propuesta de autonomía presentada por Marruecos en 2007 para el Sáhara Occidental como «la base más seria, creíble y realista para la resolución del conflicto del Sáhara Occidental», en una misiva difundida por el Gabinete Real marroquí a través de un comunicado.

Los manifestantes de Ferraz protestan contra el pacto entre el PSOE y el régimen de Marruecos firmado el pasado 08 de abril de 2022 en Rabat, con el objetivo de consolidar la ocupación marroquí de la antigua colonia española. El pacto del PSOE con Marruecos incluye una posible estrategia «hostil» contra la comunidad saharaui en España.

La solidaridad con el pueblo del Sáhara Occidental vuelve a Madrid

0

Madrid (ECS).- Un año más, CEAS-Sáhara y la comunidad saharaui, convocan la Manifestación estatal que se llevará a cabo en Madrid el sábado 16 de noviembre a las 12:00h.

Cartel de la convocatoria de la manifestación de Madrid del 16 de noviembre. | FEMAS Madrid.

Como cada año, llega una cita importante para el movimiento de apoyo al pueblo saharaui. En esta ocasión la convocatoria es el próximo 16 de noviembre.

La comunidad saharaui y el movimiento solidario español convocaron en las calles de Madrid la manifestación para denunciar los Acuerdos Tripartitos de Madrid de 1975 por los que España regaló el territorio saharaui a Marruecos. Además, este año la manifestación llega en un contexto especial. Hace unos meses la justicia europea volvió a determinar que los acuerdos comerciales con Marruecos son ilegales por no contar con la población saharaui.

«Tenemos que gritar muy alto para exigir el cumplimiento de las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE y la autodeterminación del Sáhara Occidental.» (Femas Madrid)

 Este es el horario y el recorrido:

🕛 Hora: 12:00 h

📍 Recorrido: Atocha – Sol

ECSaharaui (cobertura en directo)

El Presidente de Bolivia defiende un referéndum en el Sáhara Occidental

0

El presidente de Bolivia, Luis Arce, que inició el pasado sábado su quinto y último año de mandato presidencial, reiteró en un discurso su apoyo al pueblo de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Arce expresó su postura ante el encargado de negocios de la embajada de la RASD en La Paz, Jatri Moulud, durante un acto celebrado el pasado sábado.

En su discurso ante la nación, el Presidente Arce reiteró su apoyo al derecho a la autodeterminación para los pueblos que sufren todavía la ocupación y el colonialismo, como es el caso del pueblo saharaui que sufre la ocupación militar marroquí desde el 1975.

En el mismo contexto, Luis Arce, recordó ante la multitud presente que, durante la 79 Asamblea General de Naciones Unidas, llamó a los Estados miembros a convertir el mundo en un espacio de paz. El presidente boliviano reafirmó los principios de la política exterior de su país, defendiendo la autodeterminación y la solidaridad mundial.

Bolivia mantiene una posición firme y honorable. Arce pidió durante la última cumbre de los BRICS, la aplicación inmediata de un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental, para que el pueblo saharaui pueda ejercer su derecho y decidir su futuro libremente.

Trump impulsa la normalización entre Israel y los países árabes para «aislar» a Irán

0

Trump impulsará la normalización en Oriente Medio» – Jerusalem Post

Madrid (ECS).- En su edición del pasado viernes, el diario hebreo Jerusalem Post dedicó un extenso análisis a cómo el eventual regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos podría ser crucial para «retomar» el proceso de normalización de relaciones entre Israel y Arabia Saudita, actualmente estancado.

El periodista Yoel Guzansky argumenta que varios países árabes han recibido con optimismo el retorno de Trump a la Casa Blanca, pese a la cautela expresada por altos funcionarios de la región al mostrar preferencias antes de las elecciones. En particular, en el Golfo Pérsico se mantiene la expectativa de que Trump adopte una postura más firme hacia Irán, contrastando con el enfoque de su predecesor, Joe Biden.

Guzansky sostiene que la reelección de Trump no solo representaría un beneficio estratégico para numerosos países árabes, sino también para Israel, por diversos motivos fundamentales:

Primero, Trump ha cultivado una relación sólida y de confianza con líderes clave en el mundo árabe, como el presidente de los Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed, y el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman. Durante su última campaña, Trump se refirió públicamente a bin Salman como su “amigo” y elogió repetidamente su liderazgo, consolidando una conexión personal que podría favorecer la diplomacia regional.

SegundoTrump ha sido un firme defensor de la no injerencia en los asuntos internos de otros países, postura que se reflejó en su trato hacia el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi, a quien en su día llegó a llamar “mi dictador favorito”. Esta política de respeto a la soberanía, especialmente en temas sensibles como los derechos humanos y las libertades políticas, se alinea con los intereses de varios regímenes árabes.

En tercer lugar, en los círculos del Golfo Pérsico predomina la expectativa de que Trump se muestre más severo con Irán. En la región, se percibe que Teherán y sus aliados, como Hamás, se han visto envalentonados por las políticas de moderación de la administración Biden, sobre todo tras el ataque de Hamás del pasado 7 de octubre.

Guzansky destaca también la estrecha relación entre Trump y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, lo que podría conferir a Trump una influencia decisiva sobre las decisiones de Netanyahu. Este aspecto es especialmente relevante para los países vecinos de la entidad sionista, que están sometidos a crecientes presiones internas debido a la escalada en Gaza y ven en Trump una posible solución para lograr una retirada rápida del conflicto.

Si bien se espera que la política de Trump en Oriente Medio no difiera sustancialmente de la de su antecesor en términos generales, Guzansky plantea que su regreso podría ser determinante para desbloquear el proceso de normalización entre Israel y Arabia Saudita, detenido en los últimos meses.

Finalmente, el periodista sugiere que Arabia Saudita confía en que una administración Trump ofrecería incentivos adicionales para la normalización, tales como una posición más contundente frente a Irán y posibles concesiones de Israel que se ajusten a los intereses saudíes, incluida la posibilidad de avanzar hacia una solución de dos estados.

La partición del Sáhara Occidental ¿solución realista del conflicto?

0

El Enviado del Secretario General de las Naciones Unidas para el Sáhara, Staffan de Mistura, en una sesión a puerta cerrada en el Consejo de Seguridad, planteó la idea de la partición del Sáhara Occidental como propuesta de solución del conflicto. Rápidamente el Frente Polisario mostró su oposición a la idea.

✍️ Jorge Alejandro Suárez Saponaro

Las Naciones Unidas intentaron aplicar la “receta” de la partición, en el caso del Mandato de Palestina. La resolución 181 de 1947, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, dio paso al denominado “Plan de Partición con Unión Económica”. En su momento fue creada la UNSCOP, el Comité Especial para Palestina, compuesto por once países, donde las grandes potencias no estaban representadas, con el objetivo de dar el mayor marco de neutralidad. El resultado fue la propuesta de crear en el territorio del Mandato Británico de Palestina, dos estados (árabe y judío) y un territorio bajo administración internacional (Jerusalén). El plan fracasó por la oposición de la Liga Árabe y del propio Reino Unido que por razones políticas no quería asumir el costo de implementar el plan. Sin entrar en debate, el proyecto naufragó por la falta de consenso entre los actores involucrados.

El proceso de paz del Sáhara Occidental murió formalmente luego de los incidentes de Guerguerat en 2020, cuando Marruecos violó abiertamente el denominado Acuerdo Militar Nro.1 en el marco del Plan de Arreglo de 1991. El desalojo violento de manifestantes saharauis por parte de fuerzas marroquíes, sepultaron definitivamente un plan de paz que solo existe en el papel. Rabat se ha negado sistemáticamente a cumplir con lo acordado en materia de realizar el censo para el referéndum de autodeterminación; la reducción de la presencia militar en las zonas ocupadas; la posibilidad que los saharauis puedan visitar sus familiares en los territorios ocupados; el silencio ante el reclamo por los prisioneros de guerra saharauis desaparecidos en manos marroquíes.

Este comportamiento ha sido tolerado por Francia, principal aliado de Rabat; Estados Unidos; y España, que para Naciones Unidas es la potencia administradora de iure. El conflicto quedó congelado por décadas, a pesar de las flagrantes violaciones a los derechos humanos por parte de la potencia ocupante, el veto francés ha impedido que la misión de las Naciones Unidas en el terreno – MINURSO – tuviera facultades en materia de derechos humanos, un hecho excepcional si lo comparamos con otras misiones de paz.

La farsa del Plan de Autonomía

En 2007 el gobierno marroquí presentó el Plan de Autonomía como única salida al conflicto. Tanto España como Francia fueron funcionales a un proyecto, ilegal, desde el punto de vista del derecho internacional. El fundamento que negaba a los saharauis elegir su propio destino y “legalizar” la anexión del Sáhara Occidental.

Marruecos es potencia ocupante en los términos del Derecho Internacional Humanitario y por ende tiene la obligación de aplicar el derecho previo a la invasión (art. 43 del Reglamento de La Haya y 64 de la IV Convención de Ginebra). Las únicas normas que puede dictar es a los efectos de mantener el orden e impedir abusos hacia la población civil. Desde la invasión marroquí al Sáhara Occidental, las instituciones y legislación existente, fueron reemplazadas por normas impuestas por Rabat. Asimismo, la llegada de colonos, es una flagrante violación al artículo 49 de la IV de los Convenios de Ginebra.

Enviado de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura. Agencias.

La anexión marroquí del territorio saharaui, está en contravención art. 43 del Reglamento de La Haya de 1907, y 64 del IV Convenio de Ginebra. Por lo tanto, es abiertamente ilegal aceptar el Plan de Autonomía en los términos fijados por Rabat, no es más que legitimar o avalar la violación del derecho internacional, además de los derechos humanos de los saharauis.

La vaguedad de la propuesta marroquí sobre el “plan de autonomía” llevó al propio De Mistura a cuestionarlo al señalar: “ya es hora de que Marruecos explique su plan de autonomía”. Esto pone en evidencia que estamos ante una de las tantas maniobras dilatorias del régimen marroquí para vulnerar el derecho internacional y llevar a cabo su proceso de asimilación de las zonas ocupadas.

España rehén de la política del Majzén, no hace más que ceder a las presiones, posiblemente para evitar un conflicto de mayores proporciones que pongan en riesgo las ciudades españolas de Ceuta, Melilla y las plazas de soberanía. Esta política de contención, desde la perspectiva de Madrid, no es más que una claudicación, donde se ve comprometidos sus intereses nacionales.

El derecho está del lado de los saharauis

La Corte Internacional de Justicia, en noviembre de 1975, fue contundente al señalar en su dictamen – pedido por Marruecos y Mauritania – que el Sáhara Occidental, nunca fue parte de dichos países.

El dictamen del Secretario General Adjunto para Asuntos Jurídicos de las Naciones Unidas, en 2001, Hans Correll, fue clave en materia de la cuestión de los recursos naturales, donde señaló que la titularidad de estos, es el pueblo saharaui. El Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea en una serie de fallos que podemos denominar “históricos” fue claro al señalar que el Sahara Occidental es una entidad distinta de Marruecos, y por ende no le pertenece. Ratificando que el pueblo saharaui es el titular de los derechos sobre los recursos naturales existentes en su territorio como el espacio marítimo circundante.

La realpolitik se impone y los fallos judiciales, como las resoluciones de las Naciones Unidas donde claramente dejan en claro el estatus del Sáhara Occidental. No obstante, la Unión Europea mira hacia otro lado ante las violaciones de derechos humanos contra el pueblo saharaui; Estados Unidos sigue siendo un proveedor de armamento avanzado junto a Francia; España avala el plan de autonomía que busca imponer Rabat.

En este contexto encontramos a la República Árabe Saharaui Democrática, proclamada en febrero de 1976. Tiene todos los elementos para ser considerado un estado: gobierno, territorio y población (más allá que gran parte vive exiliada); es reconocida por ochenta países y es miembro fundador de la Unión Africana. Esto nos lleva a reflexionar que estamos ante la realidad de un estado que tiene gran parte de su territorio ocupado por otro actor.

Las contradicciones en el plano jurídico de Marruecos en lo atinente al Sáhara Occidental, no se agota solo en el tratado con Mauritania de 1976, desconocer el dictamen de la Corte Internacional de Justicia de 1975, sino al incorporarse a la Unión Africana en 2017, Rabat aceptó las condiciones de ingreso, entre otras cosas de aceptar la integridad territorial de los estados miembros (entre ellos la República Saharaui).

Desde diferentes perspectivas, sea el Sáhara Occidental como Territorio No Autónomo o como Estado, estamos ante una ocupación ilegal. La falta de consensos por parte de determinados actores de la escena internacional, impide lo que dice claramente el derecho, sea respetado.

La partición del Sáhara Occidental ¿ficción o realidad?

La propuesta de la partición del territorio, no es nueva, debemos remontarnos durante la gestión de Koffi Annan como Secretario General de las Naciones Unidas en 2002. Marruecos se opuso de plano y por medio de una política de intransigencia absoluta, busca desgastar políticamente al Frente Polisario, bloquearlo a través de maniobras diplomáticas, todo ello acompañado por una campaña de represión en las zonas ocupadas y una asimilación acelerada a través de la llegada de colonos.

Marruecos aceptó la partición del territorio en su momento, cuando firmó el Tratado de Delimitación de las Fronteras Estatales en abril de 1976, con Mauritania dividiéndose el Sáhara Occidental. La derrota mauritana frente a las fuerzas saharauis y la evacuación del Río de Oro, los marroquíes, ocuparon la región y el tratado suscripto se transformó en letra muerta. Este hecho fue condenado por las Naciones Unidas, por medio de la resolución 34/37 de 1979.

Adherimos a la opinión dada en su momento por el reconocido académico experto en el conflicto del Sáhara Occidental, Dr. Carlos Ruiz Miguel, que la partición podría ser una solución, donde ambas partes tienen que hacer concesiones recíprocas. Nadie sale ganando. Políticamente para Marruecos puede seguir con su “relato” sobre la “marroquinidad” del Sáhara Occidental para su frente interno, para el caso saharaui dar por finalizado el conflicto y recuperar parte del territorio ocupado. España se vería beneficiaria, al haber dos actores con frente marítimo frente a Canarias, lo que facilitaría la cuestión de la delimitación de la plataforma continental, acuerdos pesqueros, control de migraciones. Cabe destacar en el caso de la República Saharaui, Madrid tendrá un vecino sin aspiraciones expansionistas. En el ámbito regional, generaría mayor nivel de seguridad para Mauritania y Argelia, al existir un estado “tapón”, el estado saharaui.

La propuesta de partición, en el marco de nueva edición impulsada por De Mistura, obliga a la Moncloa, aceptarla, en atención que el titular español de exteriores, Albares y el mismo jefe de gobierno español, Pedro Sánchez, manifestaron públicamente que apoyaban los esfuerzos del Enviado Personal. Vale la pena recordar, que España apoya abiertamente la solución de dos estados para el conflicto palestino israelí (por lo tanto, aceptar la partición del territorio en disputa), no apoyar una solución de este tipo para el caso del Sáhara Occidental, es una verdadera incongruencia.

Estados Unidos, a través del Departamento de Estado, señaló que respalda la labor del Enviado Personal del Secretario General de la ONU, De Mistura. Por lo tanto, dicho país no puede permanecer ajeno a la propuesta de partición y es una suerte de «seguro» ante una posible reedición de la propuesta de Trump de reconocer la ocupación marroquí.

El camino para alcanzar un acuerdo, que implique la división de las zonas ocupadas entre Marruecos y la República Saharaui, solo es factible, si Rabat reconoce como actor al Frente Polisario/República Saharaui, y con participación activa de actores regionales (Argelia y Mauritania) como fuera de ella (España y los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU). Alcanzar este tipo de consensos, dado el panorama internacional, es poco probable en el corto plazo.

El creciente enfrentamiento de Estados Unidos y sus aliados frente a Rusia y China, paraliza al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, institución clave para hacer cumplir las resoluciones aplicables al Sáhara Occidental. Creemos que el camino a seguir en este panorama tan complejo, es avanzar en el reconocimiento de la República Saharaui como estado observador de la ONU, movilizando la opinión del Sur Global. Desde el punto de vista político, la opinión pública internacional, tomaría nota que la situación del Sáhara Occidental, es la de un estado ocupado y por ende, cualquier proceso de negociación y/o propuesta de solución de la conflicto, debe tener al gobierno saharaui como parte de ella y garantizando la existencia de la República Saharaui como estado.

El Norte de África constata el empeño de Francia en agravar una peligrosa escalada bélica

1

Francia, entre la espada y la pared: contorsiona para no quemarse en el Norte de África.

✍️ Lehbib Abdelhay

En el desierto del Sáhara Occidental la arena no sólo está quemada por el sol, sino también por las tensiones geopolíticas que han seguido y siguen inflamando la región durante décadas. Sin tener en cuenta la naturaleza jurídica del conflicto saharaui, Francia se aventuró descalza sobre las ardientes arenas del Sáhara Occidental, mostrando los límites de su diplomacia, atrapada entre intereses inmediatos y las lecciones de un pasado colonial que todavía le cuesta interiorizar y aceptar.

Entre Marruecos, Argelia y las demandas de autodeterminación del pueblo saharaui, Francia intenta encontrar su camino, pero cada paso que da se arriesga a quemarse. El reciente anuncio de Macron de su apoyo al plan de autonomía marroquí para las ciudades saharauis ocupadas por Marruecos marcó un punto de inflexión que sigue dando lugar a debates y, a veces, a malentendidos que ignoran, deliberada o inadvertidamente, la naturaleza jurídica de un conflicto de autodeterminación. ¿Por qué se da ahora el apoyo y no antes siendo Francia un aliado de los intereses marroquíes en el Sáhara Occidental? ¿Está reconociendo Francia que antes el Sáhara Occidental no pertenecía a Marruecos y ahora sí?

A primera vista, este reconocimiento parece pragmático; Marruecos es un aliado estratégico y es denominado su ‘satélite’, y París tiene intereses económicos y de seguridad que preservar en la región.

También constituye un apoyo en la carrera por la hegemonía del Norte de África. Una muestra de apoyo arriesgada que se da en un periodo marcado por tensiones franco-marroquíes debido al espionaje marroquí a diversos ministros incluido el presidente Macron, además del fallo definitivo del TJUE anulando el acuerdo de pesca y agricultura con Marruecos que incluía los territorios ocupados, lo que revela la urgencia y necesidad de este apoyo que se ha oficializado ahora pese a que París asesoró y ayudó a Marruecos a redactar el Plan de Autonomía hace 17 años.

Pero esta posición, que pretende ser un “apoyo a la estabilidad”, no es más que el retorno a políticas de doble rasero que solo consiguen antagonizar más las relaciones ya tensas. Dichas tensiones no se limitan a las realidades geopolíticas actuales; mantienen un vínculo con el pasado colonial de Francia en el norte de África. Argelia, antigua colonia francesa, recuerda con vivacidad y orgullo el sufrimiento vivido durante la colonización, y su independencia, conseguida con esfuerzo en 1962, sigue siendo una de las señas de identidad más fuertes del país.

Marruecos experimentó un protectorado menos violento, pero igual de intrusivo. Ahora Francia reconoce a los dos y les felicita en su día de independencia como uno de los mejores conocedores de su historia. Hoy, al apoyar el ilegal plan de autonomía marroquí, Francia entra en una zona donde todavía resuenan los recuerdos de aquella época colonial. Una autonomía que París también trató de imponer en Argel. Esta ambivalencia histórica plantea la siguiente pregunta; ¿cómo puede Francia pretender defender los valores de la justicia y el derecho a la autodeterminación en África mientras apoya un proyecto de anexión que utiliza la misma fórmula fracasada que ellos intentaron en Argelia?

¿Cómo considera Francia ir en contra de la posición de la Unión Africana respecto al conflicto saharaui? El apoyo de Macron tiene consecuencias directas también para Argelia, principal aliado del Frente Polisario y ferviente defensor de los derechos del pueblo saharaui, esta posición se percibe como una amenaza y una injerencia directa en los asuntos regionales. Una Argelia que no olvida su propio pasado colonial y su consecución de la independencia, esta postura le parece incómoda, incluso contradictoria, como si Francia no hubiera aprendido plenamente las lecciones de su historia en el norte de África

Las relaciones entre Argelia y Francia, ya frágiles, han seguido tensándose a este respecto, y cada gesto diplomático constituye una posición explícita o implícita en el conflicto argelino-marroquí por la hegemonía del norte de África.

Francia se presenta como defensora de los derechos humanos y la justicia; por el otro, apoya la reivindicación territorial ilegal de un aliado, pese a las aspiraciones saharauis legítimas de autodeterminación. El papel de Francia en la comunidad internacional ha evidenciado que su política exterior muestra un doble rasero al aplicar el derecho internacional personalizado a los conflictos del Sáhara Occidental, Palestina y Ucrania.

Entonces, ¿qué es lo que realmente busca Francia? ¿puede y quiere mantener un equilibrio en esta región donde cada gesto es analizado y donde cada palabra puede inflamar relaciones ya frágiles? Con esta posición en sus relaciones con Argelia y Marruecos, que consiste en tratar de complacer a uno sin ofender al otro, Francia no hace más que subrayar su propio dilema y mostrar los errores en su toma de decisiones: entre construir relaciones basadas en los principios de libertad y justicia o seguir una estrategia imprudente y selectiva de intereses políticos causando más tensiones, elige la segunda, lo que la coloca en una posición delicada, dividida entre intereses estratégicos y expectativas de coherencia moral. Su elección de reconocer implícitamente la soberanía marroquí sobre ciudades de la República Saharaui parece responder a imperativos geopolíticos, pero pone de relieve inconsistencias con los determinantes de la autodeterminación que reivindica en otros lugares.

Al aventurarse en el abrasador terreno del Sáhara Occidental, Francia sin duda tendrá que reconsiderar su diplomacia basada tanto en sus valores como en sus intereses. Una política exterior marcada por una mayor coherencia, transparencia, historia y respeto por los derechos de los pueblos podría permitirle navegar con más tranquilidad en una región donde la más mínima incomodidad puede reavivar las brasas de un pasado colonial complejo y doloroso. Mientras estas contradicciones no se transiten, la diplomacia francesa seguirá caminando, descalza y cautelosa, sobre un terreno tan inestable como caliente.