back to top
24.6 C
Madrid
05 junio 2025
Inicio Blog Página 38

Trump impulsa la normalización entre Israel y los países árabes para «aislar» a Irán

0

Trump impulsará la normalización en Oriente Medio» – Jerusalem Post

Madrid (ECS).- En su edición del pasado viernes, el diario hebreo Jerusalem Post dedicó un extenso análisis a cómo el eventual regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos podría ser crucial para «retomar» el proceso de normalización de relaciones entre Israel y Arabia Saudita, actualmente estancado.

El periodista Yoel Guzansky argumenta que varios países árabes han recibido con optimismo el retorno de Trump a la Casa Blanca, pese a la cautela expresada por altos funcionarios de la región al mostrar preferencias antes de las elecciones. En particular, en el Golfo Pérsico se mantiene la expectativa de que Trump adopte una postura más firme hacia Irán, contrastando con el enfoque de su predecesor, Joe Biden.

Guzansky sostiene que la reelección de Trump no solo representaría un beneficio estratégico para numerosos países árabes, sino también para Israel, por diversos motivos fundamentales:

Primero, Trump ha cultivado una relación sólida y de confianza con líderes clave en el mundo árabe, como el presidente de los Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed, y el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman. Durante su última campaña, Trump se refirió públicamente a bin Salman como su “amigo” y elogió repetidamente su liderazgo, consolidando una conexión personal que podría favorecer la diplomacia regional.

SegundoTrump ha sido un firme defensor de la no injerencia en los asuntos internos de otros países, postura que se reflejó en su trato hacia el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi, a quien en su día llegó a llamar “mi dictador favorito”. Esta política de respeto a la soberanía, especialmente en temas sensibles como los derechos humanos y las libertades políticas, se alinea con los intereses de varios regímenes árabes.

En tercer lugar, en los círculos del Golfo Pérsico predomina la expectativa de que Trump se muestre más severo con Irán. En la región, se percibe que Teherán y sus aliados, como Hamás, se han visto envalentonados por las políticas de moderación de la administración Biden, sobre todo tras el ataque de Hamás del pasado 7 de octubre.

Guzansky destaca también la estrecha relación entre Trump y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, lo que podría conferir a Trump una influencia decisiva sobre las decisiones de Netanyahu. Este aspecto es especialmente relevante para los países vecinos de la entidad sionista, que están sometidos a crecientes presiones internas debido a la escalada en Gaza y ven en Trump una posible solución para lograr una retirada rápida del conflicto.

Si bien se espera que la política de Trump en Oriente Medio no difiera sustancialmente de la de su antecesor en términos generales, Guzansky plantea que su regreso podría ser determinante para desbloquear el proceso de normalización entre Israel y Arabia Saudita, detenido en los últimos meses.

Finalmente, el periodista sugiere que Arabia Saudita confía en que una administración Trump ofrecería incentivos adicionales para la normalización, tales como una posición más contundente frente a Irán y posibles concesiones de Israel que se ajusten a los intereses saudíes, incluida la posibilidad de avanzar hacia una solución de dos estados.

La partición del Sáhara Occidental ¿solución realista del conflicto?

0

El Enviado del Secretario General de las Naciones Unidas para el Sáhara, Staffan de Mistura, en una sesión a puerta cerrada en el Consejo de Seguridad, planteó la idea de la partición del Sáhara Occidental como propuesta de solución del conflicto. Rápidamente el Frente Polisario mostró su oposición a la idea.

✍️ Jorge Alejandro Suárez Saponaro

Las Naciones Unidas intentaron aplicar la “receta” de la partición, en el caso del Mandato de Palestina. La resolución 181 de 1947, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, dio paso al denominado “Plan de Partición con Unión Económica”. En su momento fue creada la UNSCOP, el Comité Especial para Palestina, compuesto por once países, donde las grandes potencias no estaban representadas, con el objetivo de dar el mayor marco de neutralidad. El resultado fue la propuesta de crear en el territorio del Mandato Británico de Palestina, dos estados (árabe y judío) y un territorio bajo administración internacional (Jerusalén). El plan fracasó por la oposición de la Liga Árabe y del propio Reino Unido que por razones políticas no quería asumir el costo de implementar el plan. Sin entrar en debate, el proyecto naufragó por la falta de consenso entre los actores involucrados.

El proceso de paz del Sáhara Occidental murió formalmente luego de los incidentes de Guerguerat en 2020, cuando Marruecos violó abiertamente el denominado Acuerdo Militar Nro.1 en el marco del Plan de Arreglo de 1991. El desalojo violento de manifestantes saharauis por parte de fuerzas marroquíes, sepultaron definitivamente un plan de paz que solo existe en el papel. Rabat se ha negado sistemáticamente a cumplir con lo acordado en materia de realizar el censo para el referéndum de autodeterminación; la reducción de la presencia militar en las zonas ocupadas; la posibilidad que los saharauis puedan visitar sus familiares en los territorios ocupados; el silencio ante el reclamo por los prisioneros de guerra saharauis desaparecidos en manos marroquíes.

Este comportamiento ha sido tolerado por Francia, principal aliado de Rabat; Estados Unidos; y España, que para Naciones Unidas es la potencia administradora de iure. El conflicto quedó congelado por décadas, a pesar de las flagrantes violaciones a los derechos humanos por parte de la potencia ocupante, el veto francés ha impedido que la misión de las Naciones Unidas en el terreno – MINURSO – tuviera facultades en materia de derechos humanos, un hecho excepcional si lo comparamos con otras misiones de paz.

La farsa del Plan de Autonomía

En 2007 el gobierno marroquí presentó el Plan de Autonomía como única salida al conflicto. Tanto España como Francia fueron funcionales a un proyecto, ilegal, desde el punto de vista del derecho internacional. El fundamento que negaba a los saharauis elegir su propio destino y “legalizar” la anexión del Sáhara Occidental.

Marruecos es potencia ocupante en los términos del Derecho Internacional Humanitario y por ende tiene la obligación de aplicar el derecho previo a la invasión (art. 43 del Reglamento de La Haya y 64 de la IV Convención de Ginebra). Las únicas normas que puede dictar es a los efectos de mantener el orden e impedir abusos hacia la población civil. Desde la invasión marroquí al Sáhara Occidental, las instituciones y legislación existente, fueron reemplazadas por normas impuestas por Rabat. Asimismo, la llegada de colonos, es una flagrante violación al artículo 49 de la IV de los Convenios de Ginebra.

Enviado de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura. Agencias.

La anexión marroquí del territorio saharaui, está en contravención art. 43 del Reglamento de La Haya de 1907, y 64 del IV Convenio de Ginebra. Por lo tanto, es abiertamente ilegal aceptar el Plan de Autonomía en los términos fijados por Rabat, no es más que legitimar o avalar la violación del derecho internacional, además de los derechos humanos de los saharauis.

La vaguedad de la propuesta marroquí sobre el “plan de autonomía” llevó al propio De Mistura a cuestionarlo al señalar: “ya es hora de que Marruecos explique su plan de autonomía”. Esto pone en evidencia que estamos ante una de las tantas maniobras dilatorias del régimen marroquí para vulnerar el derecho internacional y llevar a cabo su proceso de asimilación de las zonas ocupadas.

España rehén de la política del Majzén, no hace más que ceder a las presiones, posiblemente para evitar un conflicto de mayores proporciones que pongan en riesgo las ciudades españolas de Ceuta, Melilla y las plazas de soberanía. Esta política de contención, desde la perspectiva de Madrid, no es más que una claudicación, donde se ve comprometidos sus intereses nacionales.

El derecho está del lado de los saharauis

La Corte Internacional de Justicia, en noviembre de 1975, fue contundente al señalar en su dictamen – pedido por Marruecos y Mauritania – que el Sáhara Occidental, nunca fue parte de dichos países.

El dictamen del Secretario General Adjunto para Asuntos Jurídicos de las Naciones Unidas, en 2001, Hans Correll, fue clave en materia de la cuestión de los recursos naturales, donde señaló que la titularidad de estos, es el pueblo saharaui. El Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea en una serie de fallos que podemos denominar “históricos” fue claro al señalar que el Sahara Occidental es una entidad distinta de Marruecos, y por ende no le pertenece. Ratificando que el pueblo saharaui es el titular de los derechos sobre los recursos naturales existentes en su territorio como el espacio marítimo circundante.

La realpolitik se impone y los fallos judiciales, como las resoluciones de las Naciones Unidas donde claramente dejan en claro el estatus del Sáhara Occidental. No obstante, la Unión Europea mira hacia otro lado ante las violaciones de derechos humanos contra el pueblo saharaui; Estados Unidos sigue siendo un proveedor de armamento avanzado junto a Francia; España avala el plan de autonomía que busca imponer Rabat.

En este contexto encontramos a la República Árabe Saharaui Democrática, proclamada en febrero de 1976. Tiene todos los elementos para ser considerado un estado: gobierno, territorio y población (más allá que gran parte vive exiliada); es reconocida por ochenta países y es miembro fundador de la Unión Africana. Esto nos lleva a reflexionar que estamos ante la realidad de un estado que tiene gran parte de su territorio ocupado por otro actor.

Las contradicciones en el plano jurídico de Marruecos en lo atinente al Sáhara Occidental, no se agota solo en el tratado con Mauritania de 1976, desconocer el dictamen de la Corte Internacional de Justicia de 1975, sino al incorporarse a la Unión Africana en 2017, Rabat aceptó las condiciones de ingreso, entre otras cosas de aceptar la integridad territorial de los estados miembros (entre ellos la República Saharaui).

Desde diferentes perspectivas, sea el Sáhara Occidental como Territorio No Autónomo o como Estado, estamos ante una ocupación ilegal. La falta de consensos por parte de determinados actores de la escena internacional, impide lo que dice claramente el derecho, sea respetado.

La partición del Sáhara Occidental ¿ficción o realidad?

La propuesta de la partición del territorio, no es nueva, debemos remontarnos durante la gestión de Koffi Annan como Secretario General de las Naciones Unidas en 2002. Marruecos se opuso de plano y por medio de una política de intransigencia absoluta, busca desgastar políticamente al Frente Polisario, bloquearlo a través de maniobras diplomáticas, todo ello acompañado por una campaña de represión en las zonas ocupadas y una asimilación acelerada a través de la llegada de colonos.

Marruecos aceptó la partición del territorio en su momento, cuando firmó el Tratado de Delimitación de las Fronteras Estatales en abril de 1976, con Mauritania dividiéndose el Sáhara Occidental. La derrota mauritana frente a las fuerzas saharauis y la evacuación del Río de Oro, los marroquíes, ocuparon la región y el tratado suscripto se transformó en letra muerta. Este hecho fue condenado por las Naciones Unidas, por medio de la resolución 34/37 de 1979.

Adherimos a la opinión dada en su momento por el reconocido académico experto en el conflicto del Sáhara Occidental, Dr. Carlos Ruiz Miguel, que la partición podría ser una solución, donde ambas partes tienen que hacer concesiones recíprocas. Nadie sale ganando. Políticamente para Marruecos puede seguir con su “relato” sobre la “marroquinidad” del Sáhara Occidental para su frente interno, para el caso saharaui dar por finalizado el conflicto y recuperar parte del territorio ocupado. España se vería beneficiaria, al haber dos actores con frente marítimo frente a Canarias, lo que facilitaría la cuestión de la delimitación de la plataforma continental, acuerdos pesqueros, control de migraciones. Cabe destacar en el caso de la República Saharaui, Madrid tendrá un vecino sin aspiraciones expansionistas. En el ámbito regional, generaría mayor nivel de seguridad para Mauritania y Argelia, al existir un estado “tapón”, el estado saharaui.

La propuesta de partición, en el marco de nueva edición impulsada por De Mistura, obliga a la Moncloa, aceptarla, en atención que el titular español de exteriores, Albares y el mismo jefe de gobierno español, Pedro Sánchez, manifestaron públicamente que apoyaban los esfuerzos del Enviado Personal. Vale la pena recordar, que España apoya abiertamente la solución de dos estados para el conflicto palestino israelí (por lo tanto, aceptar la partición del territorio en disputa), no apoyar una solución de este tipo para el caso del Sáhara Occidental, es una verdadera incongruencia.

Estados Unidos, a través del Departamento de Estado, señaló que respalda la labor del Enviado Personal del Secretario General de la ONU, De Mistura. Por lo tanto, dicho país no puede permanecer ajeno a la propuesta de partición y es una suerte de «seguro» ante una posible reedición de la propuesta de Trump de reconocer la ocupación marroquí.

El camino para alcanzar un acuerdo, que implique la división de las zonas ocupadas entre Marruecos y la República Saharaui, solo es factible, si Rabat reconoce como actor al Frente Polisario/República Saharaui, y con participación activa de actores regionales (Argelia y Mauritania) como fuera de ella (España y los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU). Alcanzar este tipo de consensos, dado el panorama internacional, es poco probable en el corto plazo.

El creciente enfrentamiento de Estados Unidos y sus aliados frente a Rusia y China, paraliza al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, institución clave para hacer cumplir las resoluciones aplicables al Sáhara Occidental. Creemos que el camino a seguir en este panorama tan complejo, es avanzar en el reconocimiento de la República Saharaui como estado observador de la ONU, movilizando la opinión del Sur Global. Desde el punto de vista político, la opinión pública internacional, tomaría nota que la situación del Sáhara Occidental, es la de un estado ocupado y por ende, cualquier proceso de negociación y/o propuesta de solución de la conflicto, debe tener al gobierno saharaui como parte de ella y garantizando la existencia de la República Saharaui como estado.

El Norte de África constata el empeño de Francia en agravar una peligrosa escalada bélica

1

Francia, entre la espada y la pared: contorsiona para no quemarse en el Norte de África.

✍️ Lehbib Abdelhay

En el desierto del Sáhara Occidental la arena no sólo está quemada por el sol, sino también por las tensiones geopolíticas que han seguido y siguen inflamando la región durante décadas. Sin tener en cuenta la naturaleza jurídica del conflicto saharaui, Francia se aventuró descalza sobre las ardientes arenas del Sáhara Occidental, mostrando los límites de su diplomacia, atrapada entre intereses inmediatos y las lecciones de un pasado colonial que todavía le cuesta interiorizar y aceptar.

Entre Marruecos, Argelia y las demandas de autodeterminación del pueblo saharaui, Francia intenta encontrar su camino, pero cada paso que da se arriesga a quemarse. El reciente anuncio de Macron de su apoyo al plan de autonomía marroquí para las ciudades saharauis ocupadas por Marruecos marcó un punto de inflexión que sigue dando lugar a debates y, a veces, a malentendidos que ignoran, deliberada o inadvertidamente, la naturaleza jurídica de un conflicto de autodeterminación. ¿Por qué se da ahora el apoyo y no antes siendo Francia un aliado de los intereses marroquíes en el Sáhara Occidental? ¿Está reconociendo Francia que antes el Sáhara Occidental no pertenecía a Marruecos y ahora sí?

A primera vista, este reconocimiento parece pragmático; Marruecos es un aliado estratégico y es denominado su ‘satélite’, y París tiene intereses económicos y de seguridad que preservar en la región.

También constituye un apoyo en la carrera por la hegemonía del Norte de África. Una muestra de apoyo arriesgada que se da en un periodo marcado por tensiones franco-marroquíes debido al espionaje marroquí a diversos ministros incluido el presidente Macron, además del fallo definitivo del TJUE anulando el acuerdo de pesca y agricultura con Marruecos que incluía los territorios ocupados, lo que revela la urgencia y necesidad de este apoyo que se ha oficializado ahora pese a que París asesoró y ayudó a Marruecos a redactar el Plan de Autonomía hace 17 años.

Pero esta posición, que pretende ser un “apoyo a la estabilidad”, no es más que el retorno a políticas de doble rasero que solo consiguen antagonizar más las relaciones ya tensas. Dichas tensiones no se limitan a las realidades geopolíticas actuales; mantienen un vínculo con el pasado colonial de Francia en el norte de África. Argelia, antigua colonia francesa, recuerda con vivacidad y orgullo el sufrimiento vivido durante la colonización, y su independencia, conseguida con esfuerzo en 1962, sigue siendo una de las señas de identidad más fuertes del país.

Marruecos experimentó un protectorado menos violento, pero igual de intrusivo. Ahora Francia reconoce a los dos y les felicita en su día de independencia como uno de los mejores conocedores de su historia. Hoy, al apoyar el ilegal plan de autonomía marroquí, Francia entra en una zona donde todavía resuenan los recuerdos de aquella época colonial. Una autonomía que París también trató de imponer en Argel. Esta ambivalencia histórica plantea la siguiente pregunta; ¿cómo puede Francia pretender defender los valores de la justicia y el derecho a la autodeterminación en África mientras apoya un proyecto de anexión que utiliza la misma fórmula fracasada que ellos intentaron en Argelia?

¿Cómo considera Francia ir en contra de la posición de la Unión Africana respecto al conflicto saharaui? El apoyo de Macron tiene consecuencias directas también para Argelia, principal aliado del Frente Polisario y ferviente defensor de los derechos del pueblo saharaui, esta posición se percibe como una amenaza y una injerencia directa en los asuntos regionales. Una Argelia que no olvida su propio pasado colonial y su consecución de la independencia, esta postura le parece incómoda, incluso contradictoria, como si Francia no hubiera aprendido plenamente las lecciones de su historia en el norte de África

Las relaciones entre Argelia y Francia, ya frágiles, han seguido tensándose a este respecto, y cada gesto diplomático constituye una posición explícita o implícita en el conflicto argelino-marroquí por la hegemonía del norte de África.

Francia se presenta como defensora de los derechos humanos y la justicia; por el otro, apoya la reivindicación territorial ilegal de un aliado, pese a las aspiraciones saharauis legítimas de autodeterminación. El papel de Francia en la comunidad internacional ha evidenciado que su política exterior muestra un doble rasero al aplicar el derecho internacional personalizado a los conflictos del Sáhara Occidental, Palestina y Ucrania.

Entonces, ¿qué es lo que realmente busca Francia? ¿puede y quiere mantener un equilibrio en esta región donde cada gesto es analizado y donde cada palabra puede inflamar relaciones ya frágiles? Con esta posición en sus relaciones con Argelia y Marruecos, que consiste en tratar de complacer a uno sin ofender al otro, Francia no hace más que subrayar su propio dilema y mostrar los errores en su toma de decisiones: entre construir relaciones basadas en los principios de libertad y justicia o seguir una estrategia imprudente y selectiva de intereses políticos causando más tensiones, elige la segunda, lo que la coloca en una posición delicada, dividida entre intereses estratégicos y expectativas de coherencia moral. Su elección de reconocer implícitamente la soberanía marroquí sobre ciudades de la República Saharaui parece responder a imperativos geopolíticos, pero pone de relieve inconsistencias con los determinantes de la autodeterminación que reivindica en otros lugares.

Al aventurarse en el abrasador terreno del Sáhara Occidental, Francia sin duda tendrá que reconsiderar su diplomacia basada tanto en sus valores como en sus intereses. Una política exterior marcada por una mayor coherencia, transparencia, historia y respeto por los derechos de los pueblos podría permitirle navegar con más tranquilidad en una región donde la más mínima incomodidad puede reavivar las brasas de un pasado colonial complejo y doloroso. Mientras estas contradicciones no se transiten, la diplomacia francesa seguirá caminando, descalza y cautelosa, sobre un terreno tan inestable como caliente.

¿Prepara la Administración Biden un golpe de mano contra Netanyahu?

0

✍️ Germán Gorraiz Lopez

El despido por Netanyahu del Ministro de Defensa, Yoav Gallant habría creado una crisis soterrada en el seno del Ejército que podría desembocar en un golpe de mano contra Netanyahu que estaría liderado por el ex- miembro del Gobierno de Emergencia israelí, Benny Gantz , el recién destituido Ministro de Defensa, Galant y el Jefe del Estado Mayor del Ejército, Herzi Halevi.

Netanyahu y la banalidad del mal

Netanyahu habría banalizado la maldad debido a la total ausencia de moralidad en sus acciones que le lleva a cometer crímenes de lesa humanidad sin reflexionar sobre sus consecuencias y sin discernir el bien o el mal de sus actos. Así, la utilización por Israel de la tortura sistemática, el Genocidio de la población gazatí y demás prácticas malvadas no serían considerados por Netanyahu a partir de sus efectos o de su resultado final debido a que las deidades le han elegido para «la alta misión de eliminar a Hamas de la faz de la Tierra y construir el Gran Israel», situación distópica que ha llevado al activista judío de los Derechos Civiles y superviviente del Holocausto, Israel Shakak a afirmar «Los nazis me hicieron temer ser judío y los israelíes me avergüenzan de ser judío».

Netanyahu sería consciente de su precaria situación política y judicial, por lo que sirviéndose de la dictadura invisible del temor al Tercer Holocausto, aprovechó el cruento ataque de Hamás para declarar el Estado de Guerra (defensa de la seguridad de Israel) y desencadenar una demoledora ofensiva en la Franja de Gaza que le permitiera aplazar el proceso judicial en el que está acusado de soborno, fraude y abuso de confianza.

La rebelión de la sociedad israelí

La creciente desafección de la sociedad israelí debido a su nefasta gestión de la crisis con Hamás y a su nulo interés por rescatar con vida a los rehenes israelíes, habría desencadenado las movilizaciones de los familiares de las personas secuestradas por Hamás ante la residencia de Netanyahu a quien hacen “personalmente responsable de su retorno a casa con vida”.

En este contexto, el Foro de Familias de Rehenes que representa a los familiares de algunos de los detenidos en Gaza, afirmó que ”la muerte de los seis cautivos es el resultado directo del fracaso de Netanyahu en lograr un acuerdo para detener los combates y traer a sus seres queridos a casa”. Asimismo, en una reunión con las familias de los secuestrados, Gallant aseguró que “no queda nada que hacer en Gaza. Los grandes objetivos han sido alcanzados”, según publica el canal 12 de noticias israelí.

¿Es posible un Golpe de mano contra Netanyahu?

Tras la decisión de la Corte Penal Internacional de solicitar órdenes de arresto contra Netanyahu y Galant acusados de «crímenes de lesa humanidad», Netanyahu es sabedor de que una vez acabada la guerra asimétrica contra Hamás, se arriesga a un proceso penal internacional.

En consecuencia, tras arrasar Gaza, Netanyahu decidió invadir el Sur del Líbano para desplazar a los 400.000 habitantes del sur del Líbano al otro lado del río Litani, con la esperanza de ganar tiempo hasta la victoria de Donald Trump, en la certeza de que podrá contar con sus bendiciones para exonerarlo de toda culpabilidad ante la Corte Penal Internacional.

Sin embargo, la Administración Biden hace responsable directo a Netanyahu de la pérdida masiva de votos en las recientes elecciones de EE.UU, reflejada en una altísima abstención entre la población musulmana y el ala izquierda del Partido Demócrata, lo que habría facilitado el cómodo triunfo de Trump. Así, Joe Biden, en una entrevista publicada por la revista Time, admitió que «Netanyahu, estaría prolongando la guerra por motivos políticos y para mantenerse en el poder al frente de una compleja coalición de gobierno».

Ello, aunado con el evidente enfado de la cúpula militar israelí tras el fracaso manifiesto del Ejército israelí en la ofensiva terrestre sobre Líbano, la acuciante necesidad de incorporar otros 20.000 soldados debido a las incontables bajas sufridas contra Hezbolá y la negativa de los reservistas a incorporarse a filas, sería el caldo de cultivo ideal para la gestación de un golpe de mano liderado por el ex- miembro del Gobierno de Emergencia israelí, Benny Gantz y por el recién destituido Ministro de Defensa, Galant y el Jefe del Estado Mayor del Ejército, Herzi Halevi.

Dicho golpe debería materializarse antes de que sea investido Presidente Trump en el mes de enero y contaría con el apoyo de altos cargos del Ejército israelí y las bendiciones de la Administración Biden y de la AIPAC y tras dar por finalizada la invasión de Gaza y el intercambio de rehenes en manos de Hamás, desembocaría en la convocatoria anticipada de nuevas elecciones con el objetivo confeso de conformar un Gobierno de Unidad Nacional de Benny Gantz con Yair Lapid y cuya tarea primordial será reeditar los Acuerdos de Oslo que posibiliten la coexistencia pacífica de dos pueblos en Dos Estados.

Mientras, Netanyahu, un político nefasto que intentó dar un golpe de mano autocrático para posteriormente instaurar un régimen Presidencialista, podría enfrentarse a un juicio penal en el que será acusado de negligencia y crímenes contra los Derechos Humanos, lo que podría suponer una condena penal y su salida definitiva del escenario político israelí.

La ONU, abocada al fracaso como mediador por la paz en el Sáhara Occidental

0

Editorial

Durante 49 años, más de 174,000 saharauis malviven en campos de refugiados mientras la otra mitad está obligada a vivir bajo ocupación y represión en su propia tierra. ¿Cuándo llegará su libertad? ¿Cuánto tiempo más deben soportar mientras el mundo hace la vista gorda? Puedes o no saber quiénes son los saharauis. Bueno, eso es porque, desde 1991, han sido olvidados por el resto del mundo. La ONU no ha podido hacer nada por ellos.

¿Quiénes son los saharauis?

Los saharauis son los habitantes autóctonos del Sáhara Occidental, también conocida comúnmente como la «Última Colonia de África». Suman aproximadamente 600, 000 habitantes, 174.000 de ellos vien en campamentos de refugiados.

El Sáhara Occidental es una región situada en la costa atlántica del norte de África Occidental que limita con Marruecos, Argelia y Mauritania. Fue colonizado por España en 1884 y siguió siendo parte del Reino español durante más de cien años. Es una región árida donde menos de la quinta parte del territorio se usa para la agricultura. El Sáhara Occidental alberga grandes reservas de fosfato y mineral de hierro y se cree también que tiene depósitos de petróleo en alta mar sin explotar.

La lucha por la independencia del Sáhara Occidental y las partes involucradas

El Sáhara Occidental es un conflicto de larga data que solo se puede comparar con el de Palestina. La lucha, de casi de 50 años, por la independencia Sáhara Occidental involucra predominantemente a dos partes: Marruecos por un lado y el Frente Popular para la Liberación de Saguia el-Hamra y Río de Oro (Frente Polisario) por el otro, y único legítimo representante de los saharauis. El Frente Polisario es un movimiento saharaui fundado en 1973 para lograr la independencia de la antigua colonia española.

En 1975, Marruecos anexionó gran parte del Sáhara Occidental organizando la Marcha Verde el 6 de noviembre de ese año, una procesión militar de 350,000 marroquíes que macharon ilegalmente en la región y la reclamaron como propia.

Posteriormente, España transfirió el control de la región a Marruecos y Mauritania a pesar de un fallo de la Corte Mundial que respaldó el derecho de los saharauis a la libre determinación. Marruecos ocupó los dos tercios del norte del territorio y, en consecuencia, control sobre los fosfatos, mientras que Mauritania ocupó la parte sur (La pesca y la agricultura).

Agraviado por el resultado, el Frente Polisario (…) lanzó una lucha de guerrillas contra la ocupación marroquí- mauritana de su territorio. En 1976, el Frente Polisario proclama la República Árabe Sahariana Democrática (un gobierno reconocido por unos 80 países actualmente).

Mauritania se retiró de los combates y firmó un acuerdo de paz con el Frente Polisario en 1979, pero en respuesta Marruecos anexionó de inmediato la porción que ocupaba Mauritania. Rabat fortificó el triángulo vital formado por las minas de Bu Craa, El Aaiún y Smara, mientras que las guerrillas del Frente Polisario continuaron sus incursiones.

Durante la guerra, Mauritania renunció a su reclamo sobre la región y las autoridades marroquíes construyeron gradualmente un muro a través del territorio, ocupando dos tercios del país y dejando una peligrosa tierra de nadie (desmilitarizada) entre los dos que ahora está patrullada por una fuerza de monitoreo de la ONU.

El alto el fuego de 1991 y los efectos resultantes

El conflicto subsistió hasta que se negoció una propuesta de paz de las Naciones Unidas (ONU) en 1988 y se acordó un alto el fuego en 1991. La propuesta de paz, que especificó un referéndum para los saharauis bajo el liderazgo del Frente Polisario o para que el territorio saharaui se integre en Marruecos, fue aceptado tanto por Marruecos como por el Frente Polisario. Sin embargo, se observa que desde el alto el fuego en 1991, miles de saharauis han sido desplazados a campos de refugiados en el sur de Argelia, donde permanecen hasta el día de hoy. Mientras que la Agencia de Refugiados de la ONU estima que 173,600 personas viven en estos campos.

Violaciones de derechos humanos

Las organizaciones de DD.HH, como Amistia Internacional, consideran que los saharauis siguen siendo violados sus derechos fundamentales diariamente por la injusticia que tiene lugar en la parte ocupada. Estas ONGes argumentan que la UE y la participación corporativa de las multinacionales que continúan comerciando y haciendo negocios «ilegalmente» con Marruecos en el territorio saharaui, son parte del problema. El comercio de recursos naturales, así como la pesca, continúa alimentando y financiando la ocupación ilegal y la opresión del pueblo saharaui.

Fracaso rotundo de la comunidad internacional

A pesar de más de 100 resoluciones de la ONU que exigen que se respete el derecho del pueblo saharaui a la libre determinación, el conflicto y la ocupación persisten sin una solución amigable a la vista de la Declaración Universal de Derechos Humanos. El 04 de octubre de 2024, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea determinó que Marruecos y el Sáhara Occidental son dos territorios «separados y distintos», y dictaminó que los acuerdos comerciales [entre la UE y Marruecos] no son aplicables al territorio del Sáhara Occidental. Sin embargo, solo en los últimos años, Marruecos ha facturado alrededor de 250 millones de dólares anuales de la exportación de minerales desde el territorio.

¿Por qué Marruecos no abandona el Sáhara Occidental?

Según los analistas, la razón se reduce esencialmente a los recursos naturales. Como se indicó anteriormente, el Sáhara Occidental es rico en fosfatos y otros depósitos minerales. Dicho esto, no es difícil ver por qué Marruecos continúa manteniendo su ocupación de la región. Después de todo, es una de las razones principales por las que los europeos se dispusieron a dividir y colonizar a África durante el Imperialismo.

De acuerdo con Western Sahara Resource Watch (WSRW): El Estado marroquí explota masivamente la mina que controla en el territorio ocupado. La matemática es fácil: multiplique el volumen exportado por el precio internacional del fosfato. El valor del fosfato exportado se ha mantenido estable en alrededor de más de 200 millones de dólares al año. Esto es en comparación con el valor de la ayuda humanitaria anual a los campamentos de refugiados saharauis, que asciende aproximadamente a 30 millones de euros anuales.

Según los letrados de derecho internacional, los recursos naturales deberían ser utilizados por el pueblo saharaui para construir y desarrollar su propia economía, permitiéndoles apropiarse de su propio desarrollo y futuro. Sostienen que los saharauis deben administrar y tener el derecho de comerciar, invertir, aprovechar y desarrollarse como mejor les parezca.

El Tribunal Europeo argumenta además que la explotación de los recursos naturales del Sáhara Occidental por parte de los marroquíes y otras partes privará económicamente de sus derechos a los saharauis cuando finalmente se den cuenta de su derecho a la libre determinación.

Lo que piensa el resto de África

Dentro de África, según el Frente Polisario, se dice que la independencia del Sáhara Occidental, o lo que se conoce como la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), es ampliamente reconocida. El estado es reconocido por los miembros de la Comunidad de Desarrollo del África Meridional (SADC) liderados por Sudáfrica y Namibia. Nigeria y la Unión Africana también apoyan a los saharauis exigiendo el fin de la ocupación de la última colonia africana.

La posición oficial de la UA siempre ha sido polémica para Marruecos, que se retiró de su predecesor OUA, la Organización de la Unidad Africana en 1984, por el conflicto del Sáhara Occidental. Hace siete años, se reincorporó a la UA luego de una ausencia de 33 años del bloque continental. La cuestión del Sáhara Occidental sigue siendo un tema de disputa entre Marruecos y algunos miembros de la UA. Algunos académicos Africanos han sostenido que, aunque no imaginan que el Sáhara Occidental logre la independencia tan fácil, sostienen que, como mínimo, los saharauis deberían tener el derecho de decidir sobre su futuro.

Occidente pone el grito en el cielo por la anexión de Ucrania por Rusia pero apoya la del Sáhara Occidental por Marruecos

0

El mundo denuncia la guerra de Ucrania. La UE y EE.UU critican enérgicamente la anexión de los territorios ocupados por Rusia en Ucrania en 2022. Pero, por otro lado, bajo una verdadera “doble moral” guardan silencio por décadas de ocupación por parte de Marruecos del Sáhara Occidental y las constantes violaciones a los DD.HH, que se llevan a cabo bajo décadas. En esta nota hacemos un breve repaso de este conflicto.

✍️ Jorge Alejandro Suárez

Madrid (ECS). – El conflicto del Sáhara Occidental es de vieja data. Debemos remontarnos a 1975, en el marco de la salida apresurada de España del territorio, bajo el amparo de los llamados “Acuerdos de Madrid” por el cual, Madrid cedía la administración del Sáhara Español, a los gobiernos de Mauritania y Marruecos, ignorando las resoluciones de Naciones Unidas, que claramente exigían consultar a la población saharaui sobre su destino, agregándose el fallo de la Corte Internacional de Justicia, que claramente señaló claramente que al momento de colonización del Sáhara por parte de España, no existían vínculos de soberanía entre dicho territorio respecto de Marruecos y Mauritania.

Marruecos, apoyado por Francia, emerge en el horizonte como el gran obstáculo para la paz en la región

Ante el abandono de España de los saharauis a su propia suerte, el 27 de febrero de 1976, horas antes que expirara la presencia española por los Acuerdos de Madrid, en la zona de Bir Lehlú, fue proclamada la creación de la República Árabe Saharaui Democrática. La incipiente guerrilla del Frente Polisario, tuvo que hacer frente a las fuerzas de Marruecos y Mauritania en una guerra de dos frentes. La guerra librada por los saharauis, tuvo una serie de etapas. El esfuerzo estuvo orientado en un primer momento a ejercer mayor presión sobre las fuerzas mauritanas, mientras que las acciones sobre Marruecos se limitaron a operaciones de carácter defensivo. Mauritania salió formalmente de la guerra en 1979. Esto permitió concentrar el esfuerzo del Frente Polisario, sobre las fuerzas marroquíes, librando una peculiar guerra de guerrillas en el desierto. La respuesta marroquí con asesoramiento occidental, fue la construcción de los llamados “muros defensivos” destinados a limitar la movilidad de las fuerzas del Ejército de Liberación Popular Saharaui.

En 1991, las partes estaban agotadas, los cambios derivados del fin de la Guerra Fría, tuvieron como consecuencia el llamado Plan de Arreglo, a instancias de Naciones Unidas. En resumen, consistía en la reducción de la presencia militar marroquí en las zonas ocupadas, separación de fuerzas, censo de la población para el referéndum, establecimiento de una misión de Naciones Unidas, entre los hechos más destacables. La postura intransigente de Marruecos de cumplir aspectos tales como informar sobre el destino de los prisioneros de guerra saharauis, a pesar que la contraparte saharaui si hizo entrega de los prisioneros que obraban en su poder, las maniobras dilatorias en torno al censo de votantes respecto al referéndum de autodeterminación paralizaron el proceso de paz. El veto francés en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, a favor de su aliado marroquí, limitó cualquier salida negociada al conflicto y tocar cuestiones sensibles, especialmente los intentos saharauis que la misión de las Naciones Unidas – MINURSO – tuvieran facultades de monitoreo de derechos humanos. Esto ha permitido que las actividades de organizaciones saharauis de derechos humanos y favorables a la independencia en los territorios, sean objeto de la represión de las fuerzas de ocupación marroquíes. Los casos más emblemáticos son Aminetu Haidar y Sultana Jaya, dos activistas saharauis de derechos humanos que han sufrido tortura y maltratos por parte de las fuerzas de seguridad de Rabat.

Los saharauis a pesar de las importantes victorias en el plano jurídico, tanto en Naciones Unidas, que reconoce expresamente por medio de sus resoluciones el derecho a la autodeterminación, sino en el Tribunal General de la Unión Europea, en en este año, respecto acuerdos de pesca y agricultura, entre la Unión Europea y Marruecos, donde claramente el fallo señala que no son aplicables al territorio del Sáhara Occidental, por no ser parte de dicho país norteafricano, en consonancia con otros fallos de 2015 y 2018. Pero la “realpolitik” impone una realidad muy distinta. Estados Unidos y Francia, aliados de Marruecos, han sido actores relevantes para que el proceso de paz de 1991, se encuentre congelado, en claro beneficio de Marruecos.

España La gran ausente en el conflicto saharaui

La potencia administradora de iure, España, se ha desentendido del tema saharaui desde 1975, en el marco de una política de apaciguamiento del vecino marroquí. La pregunta del millón es saber que ganancias ha obtenido Madrid con esta política. La crisis de Ceuta en 2021, puso en evidencia la debilidad del estado español frente a Marruecos. Siendo ejemplo también de ello, la carta del presidente de gobierno español, Pedro Sánchez, según lo publicado en diversos medios de prensa, donde apoya la tesis anexionista marroquí al señalar que el establecer un régimen de autonomía al considerarlo la base más seria, realista y creíble para la solución del contencioso. Otro aspecto interesante de la misiva citada, fue donde señala los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos en el marco de Naciones Unidas para encontrar una solución mutuamente aceptable. Pero no todo terminó ahí. En el marco de la política de “buena vecindad” por decirlo de alguna manera, respecto a Marruecos, España entró en colisión con Argelia, un actor relevante y que, gracias a la crisis de Ucrania, se ha convertido en una alternativa para la compra de gas ruso. Italia, percibió rápidamente esta situación y firmó una serie de acuerdos para la compra de gas argelino a precios competitivos. España, rehén de la política de Rabat, terminó con una crisis con Argel, perdiendo una valiosa posibilidad para comprar energía a bajo costo. El resultado de los errores de la Moncloa, fue comprar gas a Estados Unidos al doble de precio y seguir comprando gas a Rusia (incrementado en un 52% las compras de este producto a este país) en abierta colisión de los socios de la UE que buscan reducir drásticamente la dependencia de la importación de energía al Kremlin.

Un conflicto silenciado

El incidente de Guerguerat, de noviembre de 2020, fue un punto de inflexión para el liderazgo saharaui, considerando la actitud marroquí como una violación del cese del fuego (que realmente fue así). Cabe recordar que, en 1997, fue firmado entre Marruecos y el Frente Polisario, con auspicios de Naciones Unidas, el llamado Acuerdo Militar Número 1. El mismo reglamenta la existencia de dos áreas restringidas. De 25 Km. al sur y 30 Km. al norte y oeste del muro militar marroquí (que tiene 2.700 Km.). En esos espacios, quedó prohibido el movimiento de tropas, uso de armas como su introducción, construcciones militares que modifiquen las existentes. Fue creada una Zona de Amortiguación de 5 km en el sur y este del muro defensivo construido por los marroquíes. Allí existe una prohibición total del uso de armas, despliegue de medios aéreos y terrestres. Violar estas cláusulas, no solo es una infracción al llamado Acuerdo Militar, sino romper con el mismo Plan de Paz.

El Acuerdo tiene un vacío legal sobre actividades comerciales y civiles. En la zona de Guerguerat, en el sudeste del territorio, en 2001, los marroquíes abrieron una brecha en los muros defensivos, en un intento de conectar el territorio ocupado por Rabat con Mauritania, atravesando una franja controlada por el Frente Polisario. Naciones Unidas puso objeciones, pero dado las potestades de la MINURSO, no pudo hacer nada para impedir la política de hechos consumados marroquí. En 2016 un grupo mecanizado del ejército marroquí, intentó ocupar la zona controlada por los saharauis, que obligó al Frente POLISARIO a enviar un pequeño destacamento en la ciudad abandonada de La Güera, donde fue izada una bandera de la República Saharaui. La tensión creciente, terminó con el retiro de los saharauis de la zona de Guerguerat, dado que la comunidad internacional, de alguna u otra manera toleró el accionar de Rabat, a pesar de haber violado el Acuerdo Militar nro. 1. Dicha zona, ha sido empleada por Marruecos como válvula de oxígeno para los territorios ocupados. No solo se exportan productos agrícolas hacia países de África Subsahariana, como también es empleado como vía de acceso por parte de los estados de dicha región para acceder al mercado europeo. Pero no todo es comercio lícito, los controles laxos y la corrupción, permiten que el paso de Guerguerat, sea empleado por redes de contrabando y tráfico de drogas, que beneficia a grupos terroristas que operan en Malí y otros países del Sahel. Es por ello el interés de mantener abierto esta “puerta” de entrada hacia el Mediterráneo, dado que es un negocio muy lucrativo para muchos actores.

El 20 de noviembre de 2020, una manifestación saharaui, cercó la brecha ilegal citada, que desencadenó una situación de tensión con fuerzas marroquíes. Estas en clara violación del Acuerdo Militar, ocuparon la zona de amortiguación, ante la mirada de la MINURSO. La inacción de la comunidad internacional, ante la violación del Plan de Paz de 1991, al ocupar fuerzas militares marroquíes una zona vedada, abrió las puertas para el conflicto armado con la República Saharaui. El Frente Polisario decidió pasar a la acción.

La decisión del liderazgo saharaui de volver a las armas, fue consecuencia de una serie de factores, siendo el detonante la crisis de Guerguerat. Años de un plan de paz paralizado, con su impacto en las generaciones más jóvenes, dado que el tribalismo como la posible infiltración del extremismo islámico, eran amenazas reales, junto con los cambios políticos en su aliado argelino, luego de superar la crisis derivada de la sucesión del presidente Bouteflika, fueron elementos contribuyentes que motivaron el regreso a las armas. A pesar del silencio de Rabat sobre los choques armados que se llevan a cabo a lo largo de los muros defensivos, una serie de hechos puntuales ponen en evidencia, la existencia de combates. Desde la oficina del Secretario General de Naciones Unidas, fue presentado un informe donde señala que entre marzo y noviembre de 2023, sobre intercambios de disparos entre ambos bandos. Existen casos que trascendieron en medios de comunicación internacionales como los hechos de marzo de 2021, donde las fuerzas marroquíes, por medio de un dron, asesinaron al director de la Gendarmería saharaui, Adah El Bandir, en Tifariti, en las llamadas zonas liberadas. El 11 de abril de 2022, también por medio de un dron, fueron muertos en la localidad de Ain Bentilli, dos personas – madre e hijo – de nacionalidad mauritana. Estos hechos, cercanos a una base militar del ejército mauritano, llevaron a que el diputado por la provincia de Nuadibú, Mohamed Ould Aye, a pedir al gobierno de Nuakchot, como al mismo Parlamento, que se pronuncien sobre estos hechos. En noviembre de 2021, Argelia protestó enérgicamente ante la muerte de tres civiles, por un dron marroquí, cuando iban a bordo de un camión que atravesaba una de las rutas que atraviesan el antiguo Sahara Español.

La escalada del conflicto, sin ninguna duda está relacionado con el nuevo impulso que tiene Argelia en la región. Superada la crisis de la sucesión de Bouteflika, gracias a la hábil política de conciliación del presidente Tabboune y las circunstancias derivadas del COVID 19., permitió invertir en varios sectores. La Guerra de Ucrania ha sido un verdadero regalo para Argelia, que se ha convertido en pieza clave para Occidente. No en vano el Secretario de Estado de Joe Biden, Blinken visitó Argel en marzo de 2022, dado el peso de Argelia en la seguridad y estabilidad del Norte de África.

Las enormes inversiones en armamento por parte de Marruecos, donde se ha observado un importante esfuerzo para mejorar capacidades de combate blindado, defensa antiaérea, control del mar y defensa aérea, gracias a la compra de versiones avanzadas del caza F16, junto con una política exterior, basada en el “soft power” en países de África Subsahariana, en particular ex colonias francesas, ha sido motivo de preocupación de Argel. Esto ha llevado a respaldar nuevamente a sus aliados saharauis para escalar el conflicto con Marruecos, y evitar cualquier maniobra de Rabat para apoderarse de las zonas controladas por la República Saharaui/Frente Polisario, y por ende amenace el sudoeste argelino, área reclamada como parte del llamado “Gran Marruecos” y rico en minerales. La citada maniobra fue acompañada por ejercicios militares conjuntos con Rusia, acuerdos energéticos con Italia, China, un mayor diálogo con Estados Unidos, que tienen como objetivo mostrarse como actor relevante en el Magreb y evitar que este papel sea ocupado por Marruecos.

Final

La cuestión del Sahara Occidental, está inserto en una región altamente volátil. La “realpolitik” se ha impuesto claramente sobre el derecho, que asiste a los saharauis. Estos esperan desde 1975 la resolución del conflicto, pero se han visto convertido en rehenes de la geopolítica del Magreb y de intereses extrarregionales, especialmente de Francia y Estados Unidos. España, que está llamada a tener un rol importante, es la gran ausente. Su política hacia Marruecos la llevó a comprometer su propia seguridad. Rabat nunca renunció a sus reclamos infundados sobre Ceuta y Melilla, agregándose ambiciones sobre espacios marítimos lindantes con Canarias, donde existen posibilidades de reservas de hidrocarburos. España siempre claudica ante las presiones en materia migratoria y terrorismo, por parte de Marruecos. El abandono del Sahara, ha significado, incrementar la vulnerabilidad de las Canarias, dado que Rabat ha extendido su control a las aguas saharauis y apuesta a incrementar su poder naval. La crisis diplomática entre Argel y Madrid, privó a España de un aliado natural, para poder contener a Marruecos, incrementar el margen de maniobra en la región, de vital importancia para la seguridad española. La amenaza terrorista en la región de la zona del Sahara Sahel, se proyecta hacia Europa, siendo uno de los objetivos potenciales para este riesgo, la misma España.

El mantener al Sahara Occidental como un “conflicto olvidado” solo fortalece a Marruecos, que, gracias al expolio del fosfato en las zonas ocupadas, le permite convertirse en un actor clave, dado que este mineral es de vital importancia para la producción de fertilizantes. Rabat lo ha empleado cono “moneda de cambio” frente a Estados Unidos y Francia. España precisa cambiar su estrategia en torno al conflicto, dado que la política aplicada solo ha contribuido para alimentar y fortalecer a su adversario geopolítico, Marruecos, que tarde o temprano será una amenaza cierta hacia los territorios españoles del Norte de África.

Artículo escrito por el escritor y abogado, Dr. Jorge Alejandro Suárez Saponaro director irector de Diario El Minuto para Argentina

Los ataques del Ejército Saharaui desbaratan la propaganda marroquí

0

ÚLTIMA HORA 

ECS | Bir Lehlu. – Intensos combates están teniendo lugar en el norte del Sáhara Occidental entre las fuerzas de ocupación marroquíes y el Ejército saharaui (ELPS), luego de que éste último atacara alrededor de una zona militar donde se estaba festejando el 49 aniversario de la invasión del Sáhara Occidental, más conocida como la Marcha Verde.

Según información de fuentes sobre el terreno, el ELPS lanzó a mediodía una serie de misiles a la zona de Mahbes donde las autoridades marroquíes habían preparado y montado una carpa para las celebraciones de la Marcha Verde.

Los misiles impactaron en zonas aledañas al evento, causando un gran caos y estupor entre los asistentes, que huían despavoridos. Entre los asistentes se encontraban autoridades de la ocupación marroquí tanto militar como de seguridad. 

Posteriormente las fuerzas de ocupación marroquíes contratacaron con drones, iniciando así el intermcabio de proyectiles y misiles entre ambos bandos. La misma fuente añadió que hay muertos y heridos en ambos ladosFuentes de ECS han podido confirmar de momento dos bajas en el campo de batalla, de la Sexta Región Militar Saharaui, que es la que está involucrada en el ataque.

El ataque comenzó desde mediodía y se mantiene la ofensiva en la región norte, donde bases de retaguardia, un centro de mando y un cuartel de logística fueron también objetivo de las unidades saharauis.

Cabe destacar también que las autoridades de ocupación marroquíes habían elegido festejar el 49 Aniversario de la Marcha Verde en Mahbes para demostrar a sus colonos que la zona era segura y libre de enfrentamientos. Una imprudente decisión del régimen marroquí que movilizó civiles en autobuses a zonas de guerra, concretamente a la región que alberga la mayoría de enfrentamientos.

El Ejército saharaui continúa su ofensiva en el norte del Sáhara Occidental

Por Sidi Maatala

ECS. Bir Lehlu. | La República Saharaui continúa sigilosamente sus operaciones armadas en el norte del país, concretamente en las regiones de Mahbes. Desde las primeras horas de este sábado, el Ejército Popular de Liberación Saharaui (ELPS) efectuó una movilización excepcional dado el acantonamiento de tropas marroquíes en la región de Mahbes con motivo del 49ª aniversario de la «Marcha Verde». A este respecto, las fuerzas armadas saharauis continúan con sus bombardeos contra las guarniciones y atrincheramientos de las fuerzas de ocupación en dicha región.

En el marco de sus ofensivas de combate para llevar la guerra a todo el territorio y al interior de Marruecos, las fuerzas saharauis han continuado hostigando las bases y posiciones de las fuerzas enemigas este fin de semana.

El Ministerio de Defensa Nacional ha informado en un comunicado militar, que unidades del sexto regimiento, lanzaron intensos bombardeos a posiciones enemigas emplazadas en el muro militar marroquí. La jornada de la tarde de este sábado, unidades de comando del ELPS ejecutaron nuevos y continuos ataques a la localidad de Mahbes.

Durante la tarde de este sábado se reportaron fuertes enfrentamientos entre el Ejército Saharaui y las Fuerzas de ocupación marroquíes en la localidad de Mahbes, donde Marruecos celebraba el 49ª aniversario de la Marcha Verde. Según informes, los hechos se iniciaron a las 14:30 y hasta el momento se han registado bajas mortales, sin embargo los participantes en la celebración marroquí en la zona han salido a resguardarse.

Aunque Marruecos niega la destrucción y caos en sus bases. Rabat ha sufrido pérdidas en su arsenal y bajas en sus filas. Llegando a crear una policía militar para vigilar que sus soldados no huyan de la zona de guerra. Este es debido a que los soldados marroquíes se encuentran en atrincheramientos bajo tierra en un desierto, sin posibilidad de salir al exterior y limitando su acción a esperar o prevenir los misiles y penetraciones saharauis.

Desde la ruptura del Alto el Fuego debido a la violación marroquí con el posterior comienzo de la guerra el 13 de noviembre de 2020, las unidades del ELPS han estado hostigando las fuerzas de ocupación en estos sectores y otros adyacentes al muro militar marroquí, en una fase de calentamiento que ha dejado la infraestructura del muro militar dañada, y que pronto avanzará hacia la incursión y combates terrestres.

Vivirá EE.UU una época dorada tras la victoria de Trump?

0

«Esta va a ser la época dorada de EE.UU. Es una victoria increíble para el pueblo de EEUU» (Donald Trump).

✍️ Germán Gorraiz López

El sistema estadounidense se sustentaría en la sucesiva alternancia en el poder del Partido Demócrata y del Republicano, ambos fagocitados por el lobby judío. Sin embargo, tras el nuevo triunfo de Donald Trump en las Presidenciales de EE.UU, asistiremos a la irrupción del llamado «escenario teleonómico» en contraposición al «escenario teleológico» actualmente vigente y que vendrá marcado por dosis extremas de volatilidad.

Así, las actuales elecciones estadounidenses no han sido tan sólo la pugna habitual de demócratas y republicanos para alternarse en el poder sino un pulso dramático entre los atlantistas de Biden y Soros defensores de la Unipolaridad o Doctrina Wolfowitz frente a los defensores de la Doctrina Aislacionista de EE.UU encarnada en Donald Trump y cuyo desenlace marcará el diseño de la nueva arquitectura geopolítica global del próximo Quinquenio.

Triunfo de Trump

Tras fracasar la ofensiva judicial contra Trump, los globalistas de Biden y Soros procedieron a la gestación de una trama exógena para neutralizarlo por métodos expeditivos (Magnicidio), complot fallido que se materializó en el mitin de Pennsylvania. El objetivo de dicho complot era neutralizarlo y lograr que EE.UU vuelva a la senda de las seudodemocracias tuteladas por el verdadero Poder en la sombra (Cuarta Rama del Gobierno) así como reestablecer la Unipolaridad estadounidense en el tablero geopolítico global tras la III Guerrera Mundial.

Según los últimos recuentos de votos, Donald Trump habría ganado las elecciones con el voto popular y el voto electoral, quedando tan sólo los resultados de Arizona, Wisconsin y Michigan y estaría tan solo a falta de 3 representantes de la victoria matemática.

Aislacionismo de Donald Trump

En el año 2000, en su libro «La América que Merecemos» (The America We Deserve), Trump defendió la salida de Estados Unidos de la Alianza Atlántica para así ahorrar gasto y en su programa electoral, que recibe el nombre ‘Agenda 47‘, se afirma que «tenemos que finalizar el proceso iniciado bajo mi Gobierno de reevaluar profundamente la misión y la finalidad de la OTAN».

Sin embargo, Donald Trump aseguró en sus redes sociales que «nunca hemos estado tan cerca de la III Guerra Mundial» y que debe haber un «compromiso total para desmantelar el grupo de poder neoconservador globalista responsable de arrastrar al mundo a guerras interminables». Asimismo, en un discurso pronunciado en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), el candidato republicano afirmó: «Soy el único candidato que puede hacer esta promesa: evitaré la Tercera Guerra Mundial», al tiempo que denunció la «excesiva cantidad de armamento que circula actualmente en el mundo», lo que estaría anticipando el retorno de la Doctrina Aislacionista de EE.UU.

Respecto a Ucrania

Trump afirmó que «podría arreglar la guerra en 24 horas mediante un acuerdo con Vladimir Putin», con lo que la OTAN quedará como convidado de piedra en las futuras conversaciones de paz al tiempo que su mantenimiento económico dependerá del resto de países miembros tras la previsible retirada de EE.UU como principal país contribuyente.

La victoria de Trump representaría pues el ocaso de la estrategia atlantista de Biden y Soros empecinados en defenestrar a Putin del poder así como la posterior firma de un acuerdo de Paz en Ucrania y el retorno a la Doctrina de la Coexistencia Pacífica con Rusia. Ello supondría la entronización del G-3 (EEUU, Rusia y China) como «primus inter pares» en la gobernanza mundial, quedando de paso la UE, Gran Bretaña y Japón como convidados de piedra en el nuevo escenario geopolítico.

Inmigración irregular

Según la ultima encuesta de Gallup previa a las elecciones, la inmigración irregular encabezaba la lista de preocupaciones de los estadounidenses. Concretamente, las detenciones de inmigrantes habrían ido in crescendo, pasando de la cifra de 1 millón de detenciones con Trump a 2,47 millones en 2023 con Biden, según cifras del Departamento de Seguridad Nacional.

Así, Trump en su visita a la frontera con México, afirmó en Eagle Pass (Texas) que «Estados Unidos está siendo invadido por el crimen migrante de Biden», con lo que el tema de la inmigración irregular y la construcción del Muro, han sido el eje central de su campaña electoral contra la llamada «zar de la inmigración», Kamala Harris.

Trump es un especialista en forzar los límites de la ventana de Everton para introducir en ella asuntos ubicados fuera del marco e inicialmente considerados inaceptables por la opinión pública y que una vez dentro del debate, pueden ser percibidos como tolerables y de lo que sería paradigma la construcción del Muro para contener a los inmigrantes ilegales, con lo que la campaña electoral de Trump contra la vicepresidenta Harris se volcó en la narrativa del fracaso de Kamala en la gestión de la crisis en la frontera.

NeoProteccionismo económico de Trump

El retorno al endemismo recurrente de la Guerra Fría entre EEUU-Rusia tras la crisis de Ucrania y la imposición de sanciones por UE-Japón-EEUU contra Rusia, marcarían el inicio del ocaso de la economía global y del libre comercio, máxime al haberse demostrado inoperante la Ronda Doha (organismo que tenía como objetivo principal de liberalizar el comercio mundial por medio de una gran negociación entre los 153 países miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y haber fracasado en todos sus intentos desde su creación en el 2011.

La economía global estaría amenazada por la aparición de medidas neo-proteccionistas en los países del Primer Mundo, especialmente tras la firma por Trump de la orden ejecutiva “Buy American, Hire American” (compra americano, contrata americanos) así como por la retirada de EE.UU del Tratado Internacional suscrito por 195 países en el 2015 para reducir las emisiones contaminantes, conocido como Acuerdo del Clima de París.

Asimismo, Trump ha sugerido la imposición de aranceles de hasta el 10% sobre todas las importaciones, con un arancel del 60% dirigido a productos chinos. Para la UE, cuyo comercio de bienes con EE.UU. alcanzó los 870.000 millones de euros en 2022, este movimiento sería un golpe significativo pues podría afectar a sectores clave como la automoción y la tecnología con el consecuente riesgo de deslocalización de empresas tras su fuga a EE.UU, lo que de facto significará el retorno al Neo-Proteccionismo económico.

Riesgo de autocracia?

Tras las elecciones, los republicanos asumirán el control del Senado con 51 senadores frente a los 42 demócratas, lo que aunado con el control del Congreso concederá a Trump un poder casi absoluto, pudiendo designar asimismo nuevos jueces de la Corte Suprema, en caso de vacantes. Asimismo, tras ser investido presidente en enero, Trump tendrá la potestad de ordenar a su fiscal general la desestimación de todos los cargos federales en su contra y así volver a gozar de un expediente politico impoluto.

Dada la actual división de la sociedad estadounidense en dos mitades simétricas e irreconciliables, es presumible que Trump implante un Gobierno orwelliano que beberá de las fuentes del paternalismo de las dictaduras blandas y se caracterizará por el culto al líder, la utilización de la desinformación y la vigilancia de la población no blanca y de la disidencia política, lo que de facto sería un Gobierno autocrático o especie de dictadura invisible sustentada en sólidas estrategias de cohesión (manipulación de masas y culto al líder).

La ausencia de Jared Kushner en la nueva administración de Trump preocupa a Marruecos

0

La foto de la celebración del triunfo electoral de Donald Trump en Palm Beach es una verdadera radiografía sobre la composición y jerarquía de su círculo de poder, integrado por su familia –como en la primera presidencia- y por nuevos asesores.

Foto del círculo cercano de poder del nuevo presidente de EE.UU, Donald Trump.

El lugar de mayor privilegio se lo lleva Lara Trump, la mujer de Eric Trump y actual copresidenta del Comité Republicano, cargo al que accedió por su cercanía al mandatario electo. Lara fue una de las encargadas de la movilización del voto desde el inicio del sufragio anticipado y ese éxito probablemente le valga un lugar especial en el nuevo círculo de poder y gobierno de Trump. Ese puesto – determinante- fue ocupado en la primera presidencia por el empresario Jared Kushner, marido de Ivanka Trump. Blanco de fuertes críticas entre 2016 y 2020, el matrimonio Kushner-Trump casi no participó de esta campaña.

El analista principal del diario israelí «Yedioth Aharonoth», Ron Ben-Yishai, señaló: «Durante su primer mandato, Trump contó con la constante presencia e influencia de su hija Ivanka y, especialmente, de su yerno judío Jared Kushner, quien tuvo un gran impacto sobre él. Todos los logros alcanzados por Israel en ese periodo —los Acuerdos de Abraham, el traslado de la embajada a Jerusalén y el reconocimiento de los Altos del Golán— fueron principalmente gracias a Kushner. Por otro lado, los fracasos importantes, especialmente la retirada del acuerdo nuclear, que aceleró el avance de Irán en el enriquecimiento de uranio, se debieron a la influencia directa de Netanyahu sobre Trump. Sin embargo, desde el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, los Kushner decidieron apartarse de la política de Trump. Se mudaron a la mansión que adquirieron en Miami, y durante la última campaña, Ivanka evitó sistemáticamente expresar ningún apoyo público hacia su padre. Aunque la pareja apareció junto a Trump en un acto reciente, ambos dejaron claro que no participarán esta vez en su administración, lo que supone malas noticias para Israel y Marruecos». (Nota de la cita de Yedioth Aharanoth).

Cabe señalar que Kushner sigue explotando sus contactos de los tiempos de Trump para hacer negocios con varios países árabes,  incluido Marruecos. Su ausencia privará a los líderes marroquíes de uno de sus principales aliados, y decimos «aliado» porque Kushner trató el tema palestino y saharaui, con todas sus complejidades históricas e ideológicas, como si fuera una simple operación inmobiliaria de compra y venta. Así, su «Acuerdo del Siglo» y los posteriores  acuerdos de normalización no fueron más que un fracaso político y estratégico. En cuanto al traslado de la embajada y el reconocimiento del Golán, esas decisiones, aunque simbólicas, solo evidenciaron los objetivos definitivos de la desmedida agenda israelí, más allá de la diplomacia convencional.

Respecto a los acuerdos de normalización, estos se limitaron a varios países que ya habían dado pasos previos en esa dirección, y no alcanzaron el nivel que Kushner y Trump deseaban, a pesar de las presiones y los incentivos ofrecidos. El hecho de que el «acuerdo» y la expansión de la normalización fracasaran a pesar de la presencia de Kushner explica su ausencia en el próximo gobierno de Trump. Esto es especialmente relevante en un contexto en el que el nuevo inquilino de la Casa Blanca, impredecible por naturaleza, tiende a enfocarse en la política interna y evitar compromisos militares, mientras que Netanyahu, en cambio, aviva las llamas en busca de sus ilusiones de «victoria total» y un «nuevo orden en Oriente Medio».

En su mensaje de felicitación a Trump, el rey de Marruecos, Mohamed VI, le expresó a Trump su gratitud por el reconocimiento de la soberanía de Rabat sobre el Sáhara Occidental, que tachó de “gesto memorable” que selló un vínculo aún más sólido con EE.UU. Para el monarca, fue “un hito y un punto de inflexión, reflejo de la verdadera profundidad de esta relación especial y secular, que abre la perspectiva de una cooperación aún mayor y de una asociación estratégica más amplia”.

Trump no sabe en un para donde encuentra el Sáhara Occidental, pero su yerno, Kushner, presionó para que Marruecos se incorporase a los llamados Acuerdos de Abraham mediante los cuales varios países árabes normalizaron sus relaciones con Israel. El precio que puso Rabat para establecer relaciones diplomáticas con Tel Aviv fue el reconocimiento de que el Sáhara es marroquí.