Marruecos y su estrategia de «zona gris» contra Ceuta y Melilla: presión híbrida, desinformación y rearme militar
Por Ana Stella (@anaqtella)
Basado en datos del Observatorio Ceuta y Melilla
Madrid (ECS).- Desde hace años, Marruecos sostiene de forma reiterada su reivindicación sobre Ceuta y Melilla. Sin embargo, lejos de plantear una ofensiva militar directa o una confrontación abierta, Rabat ha desarrollado un sofisticado entramado de presión no convencional que responde a lo que los expertos denominan una estrategia en zona gris: un conflicto político-diplomático con fines máximos pero medios difusos, diseñado para alterar el statu quo sin cruzar el umbral de la guerra.
El concepto de “zona gris” define ese espacio intermedio entre la paz convencional y el conflicto armado. Su característica principal es el uso de tácticas encubiertas, ambiguas y progresivas: desinformación, presión económica, manipulación social, instrumentalización de la inmigración, sobornos y operaciones de influencia, entre otros.
En este esquema, los fines son ambiciosos —como la anexión de territorios— pero los métodos son indirectos, diseñados para evitar respuestas militares o condenas internacionales. Marruecos aplica esta lógica a Ceuta y Melilla, con una estrategia planificada, gradual y sostenida.
Episodios clave de presión híbrida marroquí
1. Marcha Verde (1975): ejemplo de desestabilización masiva planificada.
2. Crisis del islote Perejil (2002): ensayo de provocación limitada.
3. Asalto migratorio a Ceuta (mayo 2021): entrada de miles de personas, incluyendo menores, como represalia por la atención médica prestada en España al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.
Instrumentos de la estrategia híbrida marroquí
1. Narrativa política y lawfare
Pasaportes emitidos con Ceuta y Melilla como territorio marroquí (2010).
Declaraciones del primer ministro El Othmani (2020): Ceuta y Melilla también son “ciudades ocupadas”.
Intento en 1975 de que la ONU incluyera ambas ciudades como «territorios no autónomos».
2. Presión migratoria y social
Uso instrumental de menores en el asalto a Ceuta.
Incremento sostenido de inmigración irregular alentada o permitida por Rabat.
3. Coerción económica
Cierre unilateral del comercio fronterizo en Melilla (2018).
Restricción al paso de mercancías y pescado fresco (2020).
Prohibiciones a funcionarios marroquíes de viajar a Ceuta y Melilla con pasaportes oficiales (2019).
4. Desinformación y operaciones de influencia
Utilización debulos para movilizar a su propia población, como el falso rumor de un barco que llevaría inmigrantes desde Ceuta a la península en 2021.
Más preocupante aún es su actividad encubierta: el régimen alauí ha influido en élites políticas y mediáticas extranjeras mediante sobornos y coacciones, especialmente en relación con el Sáhara Occidental.
Rearme y disuasión militar
Marruecos está inmerso en un ambicioso programa de modernización militar valorado en más de 20.000 millones de dólares. Entre las adquisiciones destacan:
Cazas F-16 Block 70/72.
Drones turcos Bayraktar TB2 y negociaciones para adquirir MQ-9B estadounidenses.
Helicópteros Apache, carros M1A1 Abrams y sistemas Patriot.
Cooperación con Israel en ciberseguridad y drones suicidas.
Este rearme apunta oficialmente al conflicto con Argelia y el Frente Polisario, pero también refuerza su capacidad disuasoria ante España, especialmente dado que Ceuta y Melilla no están cubiertas explícitamente por el Artículo 5 de la OTAN, lo que constituye una vulnerabilidad estratégica evidente.
La política marroquí hacia Ceuta y Melilla no es improvisada ni coyuntural. Se trata de una estrategia prolongada de desgaste, manipulación y presión indirecta que encaja plenamente en los patrones de conflicto en zona gris.
¿Hacia dónde va el Frente POLISARIO?
A cincuenta años de su fundación, el Frente POLISARIO, atraviesa una profunda crisis institucional, con implicaciones significativas para la seguridad interna, la estabilidad política y la continuidad estratégica del movimiento de liberación. El deterioro progresivo de su legitimidad está marcado por la ausencia de mecanismos de alternancia política, la centralización del poder en una élite dirigente históricamente establecida e intocable, así como una creciente desconexión entre el movimiento de liberación y sus bases sociales.
La persistencia del modelo político actual del Frente POLISARIO basado en la perpetuidad en el poder de la ‘vieja guardia’ constituye un serio riesgo para la causa nacional saharaui, ya no solo en términos de pérdida de legitimidad, sino como amenaza directa a su propia viabilidad estructural. Las condiciones para una eventual ruptura interna y colapso institucional podrían materializarse con serias consecuencias. Únicamente una reforma profunda reorientaría el rumbo a colisión que ha tomado la dirigencia del Frente POLISARIO.
Opinión
ECS | Durante muchos, muchísimos años… más de tres décadas, los saharauis hemos tolerado, en silencio, y ejerciendo la máxima moderación y buena fe por el bien de nuestra causa, las erráticas decisiones y actitudes de nuestros dirigentes, pero hemos comprobado con decepción que no aprenden de sus errores. La dirección del Frente POLISARIO se encuentra en una situación tan compleja en la que implementar una línea de acción es imposible y anticipar las posibilidades futuras es irrealizable dada la incapacidad, desorientación, falta de voluntad y formación manifiesta de sus miembros atrincherados en sus cargos reconvertidos fatídicamente en medios de subsistencia.
Si bien la situación actual es, en parte, el resultado de la colisión que se produce entre los dos vectores dominantes del conflicto: Derecho Internacional y Realpolitik, las acciones y decisiones del liderazgo del Frente POLISARIO, la vieja guardia, nos ha alejado más de la independencia y debilitado políticamente a niveles inertes.
Con la confusa firma del alto el fuego en 1991 se cerró un ciclo y comenzó, a fuego lento, la crisis. Se cometieron tres errores estratégicos; El primero fue aceptar la propuesta de alto el fuego de un enemigo en un contexto enteramente favorable a los intereses del pueblo saharaui. El segundo fue admitir el referéndum como solución a una sangrienta ocupación militar, otorgándole a Marruecos un supuesto derecho de disputa ilegítimo. Y el tercero, el más lesivo de todos por sus consecuencias, fue no reiniciar legítimamente la lucha armada una vez transcurrido el plazo establecido para la realización del referéndum en 1992, ya que éste estaba vinculado al mantenimiento del alto el fuego. Marruecos y la ONU incumplieron sus compromisos con el pueblo saharaui y con la comunidad internacional, el Frente POLISARIO no retomó las armas, se resignó y se mantuvo advirtiendo a las partes en lo que fue tomado como una muestra de debilidad, dando inicio al estancamiento que perdura hasta la actualidad.
Desde su fundación el 10 de mayo de 1973, el Frente POLISARIO, movimiento de liberación que gobierna la República Saharaui, jamás ha conocido una crisis institucional capaz de amenazar su autoridad e influencia como en la que anda imbuido estos últimos años, ni siquiera durante los peores años de plomo del régimen marroquí y sus sucesivos complots políticos minaron y comprometieron tanto el futuro y existencia del pueblo saharaui como lo está haciendo ahora su desastrosa gestión en todos los niveles y ámbitos. Cincuenta años después de su fundación, el Frente POLISARIO, con el mismo grupo de líderes aún pertrechados en el poder, está irreconocible y marchitado; toda credibilidad, poder de movilización, influencia, simpatía y calado político que algún día tuvo entre la sociedad saharaui y la comunidad internacional, la ha ido perdiendo estas últimas décadas como resultado de algunas de sus imprudentes prácticas que han ido petrificándose a medida que la alternancia en el poder era postergada infinitamente por aquellos que han hecho de una causa nacional su causa personal.
Hoy día es un hecho afirmar, dolorosamente, que el Frente POLISARIO ha desperdiciado y renunciado a la mayoría de conquistas de las pasadas décadas pese a mantener en su dirección a los mismos líderes, ya septuagenarios, que paradójicamente tanto lucharon por su consecución. La ausencia de un programa político, una hoja de ruta clara, una estrategia política definida y la incapacidad para regenerarse ante el decisivo momento por el que atraviesa la causa nacional refuerzan esta perspectiva, evidenciando quienes son los verdaderos y conocidos culpables de la negligente situación.
XVI Congreso del POLISARIO, la gota que colmó el vaso:
El XVI Congreso del Frente POLISARIO fue celebrado en Enero del 2023, el primero en el curso de la segunda guerra, por lo que fue hábilmente planteado en términos bélicos contra Marruecos y apelando a la unidad nacional. Pese a ello fueron muchos los saharauis que se sintieron políticamente huérfanos tras sus resultados. La hemeroteca de los Congresos del Frente POLISARIO evidencia un patrón que el liderazgo sigue, y es que se vale de una retórica nacionalista tóxica para, antes y durante el Congreso decir una cosa y, una vez superado el mismo, hacer otra radicalmente opuesta. Sin embargo, en éste último decimosexto congreso todos esperaban un ‘golpe en la mesa’ dadas las circunstancias reinantes. Nada más lejos de la realidad, la resignación, la decepción y la impotencia acumulada recorrieron cientos de hogares y jaimas saharauis, tanto en la diáspora como en los campamentos y en los TT.OO, puesto que se mantenían grandes expectativas por un cambio político real que había sido prometido por el Secretario General, pero como bien dice el dicho ‘’las promesas solo comprometen a quien se las cree’’.
Una vez concluido y publicadas las listas, el cambio se convirtió en el quincuagésimo capítulo de la cadena de rotación de los mismos líderes de la vieja guardia, y por si fuera poco, supuso la resucitación de vestigios políticos de dudosa utilidad y menor legitimidad. Transcurridos dos años y medio desde su celebración, el resultado sobre el terreno es ínfimo.
De entrada, ¿es el Congreso de un pueblo o el de un partido político? En el horizonte asoman dos inconvenientes; la periodicidad de su celebración y la anomalía democrática del sistema de elección.
Lo de celebrarlo cada cuatro años no tiene sentido alguno, no debe equipararse una evaluación de las políticas y medidas públicas con unas elecciones presidenciales, por lo que frente a situaciones prolongadas de estancamiento, como es el caso del conflicto saharaui, sería recomendable y más eficiente fijar periodos de tiempo más cortos que permitan observar el grado de cumplimiento de un programa y, en caso necesario, salvaguardarse un margen de maniobra para reformar o revertir una política ineficaz, y el coraje para destituir al responsable por criterios de capacidad, competencia y resultados obtenidos.
La anomalía democrática surge en la composición y el modo en el que son designados los miles congresistas que decidirán el (SN) Secretariado Nacional. El SN está formado la mayoría por defecto a razón de su cargo en el gobierno o por ser alto miembro del POLISARIO y una minoría es la elegida democráticamente. El elevado número de congresistas y su sistema de elección selectivo para optar a elegir al Secretariado Nacional produce un conflicto de intereses entre las aspiraciones del pueblo saharaui y los deseos de mantenerse en el poder de la vieja guardia, ya que el voto de los congresistas está condicionado primero por el ‘miedo corporativo’, y en segundo lugar por la carga tribal, en ese orden. De esta manera, el sistema garantiza que no haya ninguna reforma que le perjudique y blinda la perpetuidad en el poder. La repetición del mismo resultado una y otra vez en la mayoría de los Congresos con la vieja guardia revalidando el poder, demuestran que las demandas del pueblo saharaui basadas en la regeneración y revitalización son ignoradas también por los congresistas. Ni siquiera valoraron estas demandas ni tampoco los criterios del mérito, la capacidad y formación en el contexto de las necesidades que requiere el reinicio de la lucha armada.
El movimiento de liberación saharaui ha quedado atrapado entre largos discursos y evaluaciones formales que no abordan la esencia de los desafíos a los que se enfrenta en un mundo cambiante caracterizado por la multiplicidad de los frentes y el auge de amenazas de diversa índole contra la causa nacional, y que exigen estar a la altura y adaptarse.
Tras cincuenta años en el poder, la lamentable situación actual desvela que el liderazgo de la vieja guardia constituye el mayor adversario del progreso. Han mostrado una resistencia feroz a reformas largamente demandadas por la sociedad saharaui en su conjunto, oponiéndose a las más elementales normas de alternancia en el poder en detrimento de la causa nacional. Su permanencia indefinida en el poder pese a su ineficacia y al paso del tiempo, ha estimulado deserciones políticas y ha liquidado a largo plazo el ardor combativo y el espíritu revolucionario entre los saharauis, aún siendo un pueblo fuertemente concienciado con su causa. Se comprende pues que sea desalentador para cualquier ciudadano saharaui comprometerse con un movimiento de liberación nacional cuya dirigencia carece de iniciativa, constituye un factor de inestabilidad y estancamiento, está hundida en una crisis sin precedentes, carcomida de corrupción y con una nula voluntad por el cambio y la regeneración.
Factores de riesgo identificados:
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Fragilidad institucional:
La ausencia de reformas estructurales dentro del Frente POLISARIO ha desembocado en una parálisis decisional. El Secretariado Nacional, órgano supremo del poder político, opera bajo lógicas corporativas y no representativas ni democráticas, comprometiendo su legitimidad como órgano de dirección colectiva. La institucionalización y normalización de la vieja guardia como clase dirigente permanente ha impedido la renovación de puestos técnicos y políticos al enfrentarse a una feroz endogamia política.
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Erosión del capital social:
La falta de iniciativa, de resultados tangibles y de rendición de cuentas, sumada a promesas incumplidas de reforma tras cada Congreso, ha generado una desafección política generalizada, acentuando aún más el distanciamiento entre los dirigentes y los saharauis de los campamentos, de los territorios ocupados y de la diáspora. El agotamiento del tejido movilizador podría traducirse en más deserciones políticas, fuertes protestas internas y deterioro de la cohesión nacional.
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Captura institucional:
Es a toda luces indudable que la actual e inamovible configuración interna del Frente POLISARIO presenta indicios de captura institucional por parte de actores interesados en el mantenimiento del statu quo ya que de lo contrario perderían sus beneficios. Este fenómeno maligno limita la maniobrabilidad y adaptabilidad del movimiento de liberación saharaui frente a nuevas amenazas y vulnerabilidades geopolíticas, dificultando el desarrollo de una política de seguridad nacional efectiva y moderna.
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Crisis de legitimidad:
Si bien la firmeza legal de la causa nacional permanece intacta, la continuidad de una dirigencia obsoleta y desactualizada sin una hoja de ruta clara debilitará el reconocimiento político del Frente POLISARIO. Esta situación limita su capacidad de influencia ante organismos internacionales y multilaterales, amenazando con aislar diplomáticamente a la RASD frente a una narrativa marroquí mejor posicionada y más visible en foros internacionales.
¿Hacia dónde va el Frente POLISARIO?
Actualmente, ningún cargo del gobierno de Brahim Ghali encarna el espíritu del cambio y regeneración requerido por la sociedad saharaui ¿Debemos esperar que estos líderes de la vieja guardia hagan en los próximos años lo que no han hecho en los últimos treinta? Conocidos por todos, amados y odiados por otros, con sus errores y aciertos, se turnan en el poder de manera cíclica desde los últimos cincuenta años. Basta con echar un vistazo al Secretariado Nacional de la década de los noventa para darse cuenta de que siguen los mismos. Una simple comparación entre las carteras ministeriales de las legislaturas anteriores revela una sucesión de cargos entre ellos. ¿Qué aires de cambio puede ofrecer alguien que ya ha pasado por todos los ministerios o permanece atado a uno de ellos? A ojos de la opinión pública todos están ya políticamente quemados.
En estos momentos, la dirigencia saharaui está urgentemente interpelada, a razón de su coraje, perseverancia y capacidad de resiliencia, a la espera de una oportunidad indemorable que le permita revertir una situación imperante altamente lesiva para el pueblo saharaui. Somos muchos, el pueblo saharaui en primer lugar, los que queremos comprobar que la entrega a la sagrada causa nacional, la responsabilidad política, la lealtad y generosidad del liderazgo del Frente POLISARIO hacia un pueblo castigado, siguen siendo los estimulantes y guía de su quehacer político, más concretamente de su Secretario General. Sencillamente éste pueblo no puede seguir permitiendo que alguien que tome decisiones ineficaces en su nombre no rinda cuentas ante la sociedad que representa.
Nadie defiende que se mantenga esta situación de estancamiento. Todos pedimos cambios y reformas, y ese cambio debe apuntar de manera inapelable a la vieja guardia. La regeneración está garantizada al asentarse sobre dos pilares fundamentales; Una población predominantemente joven en edad de trabajar sobre la dependiente, y un elevado porcentaje de la misma que ha accedido a una formación profesional, lo que permite sostener una futura transición y sucesión política basada en los criterios de formación, capacidad y experiencia. Esta regeneración traería consigo la necesaria revitalización política y el rearme ideológico capaces de imprimir un nuevo rumbo al conflicto.
De lo contrario, de continuar posponiendo esta serie de graves disfunciones y mantenerse en el poder, la legitimidad de estos líderes, ya debilitada, se verá cada vez más cuestionada y confrontada al constituir un factor de inestabilidad en la relación entre el Estado y la sociedad civil. Por lo que la pregunta que se plantea es saber cómo el liderazgo del Frente POLISARIO podrá imponer verdaderas conquistas políticas y/o militares cuando el medio gracias al cual ha tenido peso, el tejido social, y que puede utilizar en caso de necesidad, está descomponiéndose. La demografía fue esencial en todas nuestras batallas contra el enemigo. Perder esa baza significa desperdiciar la esencia de los logros, las armas de la causa y su combustible.
Canarias rinde pleitesía a Mohamed VI: política, negocios y sumisión diplomática en Las Palmas
Por Ana Stella (@anaqtella)
Las Palmas (ECS).- Un año más, el poder político y económico de Canarias se ha arrodillado simbólicamente ante el monarca alauí. Con motivo del 26º aniversario de la coronación de Mohamed VI, el Consulado de Marruecos organizó en el lujoso Hotel Santa Catalina (Las Palmas) una cena oficial que congregó a más de 160 figuras del ámbito institucional, empresarial y mediático del archipiélago.
La cónsul general marroquí, Fatiha El Kamouri, presidió el acto y volvió a hablar de “fraternidad histórica” entre Marruecos y España, pese a las constantes agresiones políticas del Majzén, la ocupación ilegal del Sáhara Occidental y los chantajes migratorios a los que Rabat somete regularmente a las islas. Pidió “reforzar la cooperación” en áreas como innovación, seguridad y migración, ejes habituales del discurso marroquí cuando busca legitimidad en foros internacionales.
Entre los representantes españoles no faltaron altos cargos del PSOE y del pacto CC‑PP en Canarias. La consejera de Sanidad, Esther Monzón, y el delegado del Gobierno, Anselmo Pestana, participaron activamente en el evento, elogiando “el excelente momento de las relaciones bilaterales”. Ni una sola mención al Sáhara Occidental, ni al espionaje con Pegasus, ni al uso instrumental de menores en Ceuta o las redes de narcotráfico desde el norte de África.
La velada se celebró en el Royal Hideaway Hotel Santa Catalina, uno de los entornos más exclusivos de la ciudad, que fue decorado con motivos típicos marroquíes y ofreció un menú de alta cocina del reino alauí. Lejos de la diplomacia discreta, la escena fue un acto de ostentación, en el que los intereses económicos y geoestratégicos primaron sobre cualquier consideración ética o soberana.
El Gobierno de Canarias, al igual que el Gobierno central, vuelve a situarse en la estela marcada por Madrid: silencio cómplice ante las violaciones de derechos humanos cometidas por Marruecos, participación activa en actos que blanquean al régimen de Rabat y subordinación a su narrativa territorial.
Argelia y Nigeria fortalecen su cooperación y comparten estrategias de respuesta a los desafíos regionales
Agencias
ARGEL – ECS. El Ministro de de Asuntos Exteriores de Argelia, Ahmed Attaf, recibió este jueves a su homólogo nigeriano, Yusuf Maitama Tuggar, Ministro de Asuntos Exteriores de la República Federal de Nigeria, en visita oficial a Argel.
La reunión se dedicó a abordar los esfuerzos conjuntos para fortalecer las relaciones y aumentar la cooperación entre Argelia y Nigeria. Ambos ministros acordaron iniciar los preparativos para la próxima reunión de la Alta Comisión Mixta para la Cooperación entre ambos países.
Los debates también brindaron a los ministros la oportunidad de intercambiar opiniones sobre diversos temas de actualidad internacional y regional. Entre los temas prioritarios se incluyeron las cuestiones relacionadas con la acción conjunta africana bajo los auspicios de la Unión Africana, así como la evolución de la situación política y de seguridad en el espacio compartido entre ambos países, en particular en la región sahelo-sahariana.
Esta reunión bilateral subraya la importancia estratégica de los vínculos entre Argelia y Nigeria, dos pesos pesados del continente africano, y su compromiso compartido de promover la estabilidad y la cooperación frente a los desafíos de seguridad y desarrollo que afectan a África.
La cuestión del Sáhara Occidental tensa las relaciones entre Marruecos y Canadá
Madrid (ECS).- Si bien las fiestas nacionales suelen conmemorarse con la presencia de un ministro marroquí, ninguna figura política del gobierno de Marruecos asistió a la celebración oficial del Día nacional de la embajada de Canadá de este año en Rabat, según informó el digital Africa Intelligence.
Una ausencia notable de figuras del régimen marroquí
Si bien la tradición dicta que el reino moviliza a sus ministros para participar en las festividades nacionales de las embajadas extranjeras, la embajadora de Canadá en Marruecos, Isabelle Valois, se encontró sola en la celebración en honor a su país el 3 de julio de 2025 en Rabat. No estuvo presente ningún líder político prominente.
Y con razón, las relaciones entre Rabat y Ottawa atraviesan un período turbulento. En el centro de la disputa se encuentra la postura oficial de Canadá sobre el conflicto del Sáhara Occidental, que coincide con las resoluciones de la ONU que prevén un referéndum de autodeterminación. Considerada hostil por el régimen marroquí, esta postura ahora lleva a Rabat a condicionar sus relaciones con sus socios al apoyo de estos a su plan de autonomía.
Antes de la salida del ex primer ministro canadiense Justin Trudeau en el primer trimestre de 2025, el rey Mohamed VI le envió una carta invitándolo a reconsiderar su postura con respecto al Sáhara Occidental. Desde el nombramiento de Mark Carney como jefe del gobierno canadiense, no se ha producido ningún cambio.
Esta carta no fue la primera. Ya en 2022, durante un discurso pronunciado con motivo del 49.º aniversario de la Marcha Verde, en el que Mohamed VI convirtió la cuestión del Sáhara Occidental en el «centro de acción» de la diplomacia marroquí, se enviaron misivas a todos los ministerios de Asuntos Exteriores occidentales, incluido el de Canadá, instándolos a apoyar su su ocupación del Sáhara Occidental. Sin embargo, esta carta no provocó ningún cambio en el gobierno entonces liderado por Trudeau.
En junio de 2024, sin embargo, las autoridades canadienses anunciaron que autorizarían a sus empresas a invertir en el Sáhara Occidental, pero sin garantizarles cobertura consular (AI, 20/06/24).
Esta ausencia contrasta marcadamente con la diplomacia protocolaria observada en Rabat y Casablanca durante las fiestas nacionales de otras cancillerías. En la celebración estadounidense en Rabat, Leila Benali, ministra de Transición Energética, y Abdessamad Kayouh, ministro de Transporte y Logística, estuvieron a la vanguardia. En el consulado de Casablanca, el gobernador, Mohamed Mhidia, representó al reino. Las celebraciones oficiales del Reino Unido adquirieron una dimensión especial este año, con la destacada participación de Nadia Fettah Alaoui, ministra de Economía, tras el apoyo anunciado por el Reino Unido a la postura marroquí a principios de junio.
Frente POLISARIO: Sidi Omar sostiene que Marruecos es un Estado canalla
(SPS)
Nueva York (ECS).- El Representante del Frente POLSARIO en la ONU y Coordinador con la MINURSO, Dr. Sidi Mohamed Omar, afirmó que «Marruecos es un Estado canalla, conocido por su uso habitual del chantaje, el soborno y la compra de voluntades”, según declaraciones recogidas por el canal de televisión argelina EnnaharTV.
El diplomático saharaui señaló “el uso que hace el Estado ocupante marroquí de la inmigración ilegal como medio de chantaje y presión en sus relaciones con los países de la Unión Europea, especialmente España” y recordó “los sucesos protagonizados por el Estado ocupante en 2021, cuando obligó a miles de sus ciudadanos, incluidos niños e incluso bebés, a lanzarse al mar hacia España para presionar al gobierno español, y el posterior cambio de postura de este”.
Sidi Omar añadió que “la prueba más clara del uso del soborno por parte del Estado de ocupación marroquí es el escándalo “Moroccogate”, que reveló su flagrante participación en el soborno a diputados y exdiputados del Parlamento Europeo para defender sus intereses dentro de la institución europea, lo que llevó a muchos parlamentarios a exigir el castigo del régimen marroquí por su comportamiento criminal y mafioso”.
“Recientemente, medios de comunicación internacionales han destacado la participación del Estado de ocupación marroquí en la trata de personas y su uso de la inmigración ilegal como moneda de cambio en sus relaciones con otros países, especialmente con España. El régimen marroquí recurre a generar una crisis tras otra con España, utilizando a los migrantes como moneda de cambio, en flagrante violación de las normas internacionales y la dignidad humana”, concluyó el diplomático saharaui.
La embajada de Marruecos en Moscú despliega mapa que anexiona el Sáhara Occidental
Por Ana Stella (@anaqtella)
Madrid (ECS).- En otra maniobra propagandística, la Embajada del Reino de Marruecos en Moscú ha exhibido públicamente un cartel en el que se muestra un mapa del país incluyendo el territorio del Sáhara Occidental como parte de su soberanía. Este acto constituye una clara violación del consenso internacional y una provocación política.
Esta representación contradice abiertamente el Derecho Internacional, las resoluciones de las Naciones Unidas y la posición histórica de Moscú, que defiende el principio de integridad territorial solo cuando no se opone al derecho de los pueblos a la autodeterminación.

Actualmente, el Sáhara Occidental sigue siendo considerado por la ONU como un territorio no autónomo pendiente de descolonización. Ni Rusia ni la gran mayoría de los Estados del planeta reconocen la ocupación marroquí, y mucho menos su pretensión de integrar el territorio en sus mapas oficiales. Por tanto, la utilización de este tipo de cartografía en una embajada extranjera dentro de territorio ruso carece de validez legal y solo puede entenderse como un intento de imponer un hecho consumado mediante propaganda visual.
Este episodio evidencia cómo el régimen de Rabat sigue explotando su red diplomática para normalizar la ocupación del Sáhara Occidental, violando el derecho internacional y desafiando a la comunidad internacional.
Francia y la ocupación del Sáhara Occidental: cómplice, bloqueadora y beneficiaria
Por Ana Stella (@anaqtella)
Madrid (ECS).- El conflicto del Sáhara Occidental es uno de los más persistentes y silenciados del panorama internacional. Desde 1975, cuando España abandonó el territorio, Marruecos ha ocupado el territorio en abierta violación del derecho internacional. Lo que pocos destacan es el papel que ha jugado Francia, no como actor neutral, sino como principal cómplice y beneficiario de la ocupación. Aquí se documenta cómo Francia ha bloqueado sistemáticamente cualquier solución al conflicto para proteger sus intereses económicos, geoestratégicos y empresariales. A ello se suma, en los últimos años, el apoyo explícito de Francia al llamado «plan de autonomía marroquí» para el Sáhara Occidental, una postura que, lejos de ser nueva, consolida décadas de respaldo político, económico y militar a la ocupación ilegal.
1. Aliado histórico de Marruecos Desde la década de 1960, Francia ha sido el sostén principal del expansionismo marroquí:
En 1975, ayudó a organizar logísticamente la Marcha Verde desde el Quai d’Orsay.
Proporcionó armamento al régimen de Hassan II, incluyendo blindados AML-10.
Presionó a Mauritania para que se alineara con Rabat.
2. El sabotaje al referéndum saharaui
La Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO) fue creada en 1991 con el objetivo de organizar un referéndum de autodeterminación. Pero desde entonces, Francia ha utilizado su puesto permanente y derecho de veto en el Consejo de Seguridad para impedir que se aplique el Capítulo VII de la Carta de la ONU, que permitiría imponer la solución acordada sin el consentimiento de Marruecos.
3. El Plan Baker y la «tercera vía» Francia boicoteó tanto el Plan Baker I como el II.
Cuando se propuso aplicar el derecho internacional para forzar el referéndum, Francia amenazó con el veto. En 2002, impulsó junto a EE.UU. y Reino Unido la llamada «tercera vía»: una solución impuesta desde arriba que sustituía el referéndum por un acuerdo pactado entre Marruecos y el Polisario. Esta propuesta eliminaba la autodeterminación real y sentó las bases del actual «plan de autonomía marroquí».
4. Intereses económicos franceses en el Sáhara ocupado Francia no actúa por altruismo. Su motivación principal ha sido económica:
Empresas francesas presentes en el Sáhara Occidental:
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Total S.A.: principal petrolera francesa, con inversiones anuales de hasta 80 millones de euros.
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GDF Suez: presente en el suministro energético y tratamiento de agua.
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EDF, EADS, Alstom, Dassault, Lagardère: implicadas en energía, defensa, transporte, comunicaciones y medios.
Estos conglomerados operan con licencias otorgadas ilegalmente por Marruecos sobre un territorio que no le pertenece. Francia obtiene así beneficios millonarios.
5. Recursos naturales saqueados El Sáhara Occidental alberga:
Una de las mayores reservas de fosfato del mundo.
Riquísimos bancos pesqueros.
Yacimientos de petróleo, gas, cromo, oro, níquel, plata, entre otros.
Marruecos, con respaldo francés, explota estos recursos, sin consentimiento del pueblo saharaui, en violación de múltiples resoluciones de la ONU.
6. Participación en el «muro de ocupación»
Francia, junto al Reino Unido, Arabia Saudí e Israel participaron en la construcción y mantenimiento del muro marroquí que divide el Sáhara Occidental. Este muro (más de 2.700 km) es una infraestructura militar diseñada para proteger la ocupación y los intereses económicos asociados, no para proteger civiles.
7. La narrativa contra Argelia y el Frente Polisario
Francia también ha sido clave en el discurso propagandístico: en los años 80 acusó a Argelia de «fabricar» el conflicto saharaui, buscando deslegitimar al Frente Polisario y ocultar su complicidad con la ocupación.
8. Consecuencias del veto francés Gracias al veto y bloqueo francés:
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No se ha celebrado el referéndum de autodeterminación en 30 años.
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La MINURSO ha sido neutralizada.
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El derecho internacional ha sido sustituido por acuerdos bilaterales ilegales.