African Lion 25: el mayor ejercicio militar de la historia liderado por EE.UU en África, Argelia participa por primera vez como observador
VICENZA, Italia – African Lion 25, el mayor ejercicio anual del Comando África de los Estados Unidos, comenzará el 14 de abril de 2025 en Túnez, para ampliarse semanas después en Ghana, Senegal y Marruecos a partir de mayo, según informa Army.mil (de AFRICOM).
En la edición de este año participarán más de 10.000 soldados de más de 40 países, incluidos siete aliados de la OTAN. African Lion 25 será la mayor en la historia del ejercicio.
Liderado por la Fuerza del Sur de Europa y África (SETAF-AF) del Ejército de EE.UU., el ejercicio está destinado para mejorar la interoperabilidad, fortalece la preparación de combate y establecer alianzas estratégicas mediante entrenamiento multidominio. Los ejercicios abarcan los ámbitos terrestre, aéreo, marítimo, espacial y cibernético, con el fin de aumentar la seguridad y la estabilidad en el continente africano.
“African Lion 25 es el mayor ejercicio conjunto multinacional de AFRICOM en África. Demuestra las capacidades de toda la fuerza al fortalecer la preparación estratégica y la interoperabilidad con nuestros socios y aliados africanos en un complejo entorno multidominio”, aclaró el mayor general Andrew C. Gainey, comandante general de la SETAF-AF.
Las actividades militares principales incluyen ejercicios de entrenamiento de campo, operaciones aerotransportadas y anfibias, fuerzas de operaciones especiales, inserción rápida HIMARS (HIRAIN), asistencia cívica humanitaria y de preparación médica. Las nuevas capacidades que se están probando incluyen entrenamiento integrado de ciberdefensa y sistemas de última generación como el Arma de Escuadrón de Próxima Generación (NGSW) del Ejército norteamericano.
Los países participantes, según el comunicado de AFRICOM, incluyen Benín, Brasil, Camerún, Cabo Verde, Chad, Costa de Marfil, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, España, Estados Unidos, Francia, Gabón, Ghana, Guinea-Bissau, Hungría, Israel, Italia, Kenia, Liberia, Libia, Marruecos, Mauritania, Nigeria, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Senegal, Sierra Leona, Togo, Túnez y Yibuti.
«Países como Argelia, Qatar, India y Guinea participan por primera vez, como observadores»
Entre los observadores se encuentran Argelia, que participa por primera vez, Bélgica, la República Democrática del Congo, Guinea Ecuatorial, India, Qatar, la República del Congo y Turquía, lo que refleja un amplio interés en la cooperación militar regional.
Los ejercicios del African Lion comenzaron por primera vez en 2004 y se han convertido en el ejercicio militar más importante de Estados Unidos en África. «Las maniobras de este año refuerzan el compromiso de Estados Unidos con las alianzas duraderas y demuestran su capacidad para responder a las crisis y disuadir amenazas promoviendo la paz mediante la fuerza», dice AFRICOM.
¿Han llegado a un acuerdo Trump y Netanyahu para atacar Irán?
Por Germán Gorraiz López- Analista
Estados Unidos e Israel buscan iniciar una nueva Guerra regional en Oriente Medio con el doble objetivo de secar las fuentes energéticas de China y posteriormente, diseñar la cartografia del nuevo Gran Oriente, por lo que Israel y EEUU estarían sopesando lanzar un ataque «serio e inminente» contra Irán.
Trump y la estrategia de «máxima presión 2.0″
La estrategia de Trump hacia Irán, conocido como «máxima presión 2.0», se basaría en las políticas de su primer mandato, pero es más agresivo, buscando no solo frenar el programa nuclear iraní, sino también desmantelar su influencia regional y sus capacidades militares.
Así, Trump dirigió una carta al líder supremo iraní, Alí Jamenei exigiendo «el desmantelamiento completo de los misiles balísticos de largo alcance, el cese total de su programa nuclear y el cese del apoyo a los hutíes de Yemen». Dicha misiva finaliza con la amenaza de que «si Irán no acepta un acuerdo nuclear, podría enfrentar bombardeos como nunca antes han visto» y en este contexto, el Pentágono ha trasladado aviones bombarderos estratégicos B-2 a la isla-base Diego García en el océano Índico. Por su parte, Alí Jamenei le advirtió que «cualquier ataque desencadenaría una respuesta devastadora y que podría verse forzado a avanzar hacia armas nucleares».
Operación Persia
Dicha Operación constaría de un inicial ataque quirúrgico de Israel para neutralizar los radares y los sistemas de defensa aérea iraníes, utilizando misiles de precisión desde fuera del espacio aéreo iraní para evitar las defensas antiaéreas y drones. Una segunda fase sería atacar instalaciones relacionadas con el programa nuclear iraní (como Natanz o Fordow) así como bases de drones y misiles balísticos y centros de mando de la Guardia Revolucionaria Iraní.
Así, EEUU habría proporcionado a Israel bombas B61-13 con más capacidad contra instalaciones especialmente reforzadas como centros de control y comandos estratégicos subterráneos, así como contra objetivos militares que ocupen grandes áreas, como Parchin, centro del programa nuclear militar iraní, los reactores experimentales de Teherán, Bonab y Ramsar, y grandes instalaciones como Bushehr, Natanz, Isfahán y Ferdows.
En una tercera fase, tras la previsible contrarréplica iraní, la CIA y el Mossad israelí tendrían prepararían atentados de falsa bandera en el Golfo Pérsico similares al del acorazado Maine de 1848, y tras atribuir su autoría a los iraníes, el Congreso estadounidense declararía el Estado de Guerra. Este proceso es conocido como «autorización estatutaria» y es un requisito imprescindible para que el Presidente Trump pueda aplicar la Ley de Poderes de Guerra de 1973 que le faculta para enviar tropas al extranjero.
¿Nueva Crisis del Petróleo?
Las fuerzas navales de la Guardia Revolucionaria, que operan en el Golfo Pérsico podrían llegar a superar las defensas de la V flota de Estados Unidos si se lanzaran como un enjambre así como sembrar de minas el estrecho de Ormuz con el objetivo de interrumpir el flujo del 20% de las exportaciones mundiales de petróleo, lo que podría reeditar la Crisis del Petroleo de 1973 y la ruina económica de países occidentales así como de América Latina y Asia, quedando China e India gravitando en la rusodependencia energética y Europa totalmente dependiente de EEUU.
Bourita en Washington: de la sumisión al ridículo
¿Qué tan bajo puede caer un régimen para sostener una ocupación? Marruecos acaba de dar la respuesta.
Por Ahmed Omar
En un acto de humillación geopolítica sin precedentes, el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, aterrizó en Washington al mismo tiempo que Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel y rostro visible del genocidio en Gaza. Pero Bourita no fue allí por Palestina. Fue allí por el Sáhara Occidental. Y lo hizo, paradójicamente, usando el sufrimiento palestino como moneda de cambio para reforzar la ocupación de otro pueblo.
Es la cima de la bajeza moral
Un régimen que pacta con el verdugo para asegurar su propio crimen colonial.
Una diplomacia que apesta a desesperación
Bourita no buscaba un diálogo. Buscaba una repetición de la transacción del 2020: “yo normalizo con Israel, tú me regalas el Sáhara”. Pero ya no hay cartas nuevas que jugar.
El comunicado emitido tras su encuentro con el nuevo secretario de Estado fue un baño de agua fría. Lejos de ofrecer una reafirmación del reconocimiento unilateral de 2020, Washington se limitó a repetir lo ya dicho, pero esta vez con una cláusula que lo vacía de sustancia: cualquier solución, incluida la supuesta “autonomía”, debe surgir de una negociación entre las partes. Es decir, no hay respaldo incondicional, no hay compromiso renovado, no hay victoria diplomática.
El texto no reconoce soberanía, no alude al reconocimiento anterior como marco vigente, y apenas menciona la propuesta marroquí como una opción “seria, creíble y realista” —una fórmula ambigua que ha sido usada durante años sin ninguna consecuencia práctica. En otras palabras, el régimen marroquí vino a Washington a exigir una ratificación, y volvió con una reinterpretación diluida.
La supuesta autonomía ya no es presentada como una solución válida por sí misma, sino como una posibilidad condicionada. Condicionada a la aceptación de un pueblo que lleva décadas resistiendo, y que jamás ha sido consultado. Esa es la derrota silenciosa de Bourita: no solo no ganó nada, sino que el poco respaldo simbólico que obtuvo vino atado con cadenas.
EEUU dice ahora que la autonomía marroquí para el Sáhara Occidental es la única solución “factible”
Su fracaso no es solo diplomático. Es histórico. Ha quedado como un peón despreciable en una partida donde ya nadie cree en sus cartas.
Del chantaje a la traición absoluta
¿Hasta dónde está dispuesto a llegar el régimen marroquí para mantener su ocupación del Sáhara Occidental? Ya sobornó al Parlamento Europeo. Ya hackeó teléfonos de jefes de Estado con Pegasus. Ya vendió su alma a Israel. Y ahora —con la sangre de miles de niños palestinos aún tibia sobre la arena de Gaza— pretende utilizar esa masacre como legitimidad para su propia expansión colonial.
La traición a la causa palestina no es una acusación ideológica. Es un hecho. Marruecos, país «árabe», «musulmán», «africano», decidió abrazar al carnicero de Gaza en plena ejecución del crimen del siglo. No por necesidad. No por estrategia. Por codicia territorial. Por hambre de un poder que no le pertenece.
Un régimen que hipoteca su propio pueblo
En su obsesión por el Sáhara Occidental, Marruecos ha vendido todo: su reputación internacional, su soberanía diplomática, su voz en el mundo. Y lo ha hecho a costa de su propio pueblo. Hoy en día, los marroquíes son expulsados de sus casas en nombre de “proyectos estratégicos” que sirven a intereses extranjeros. Se callan sus bocas por miedo, se pudren sus voces en cárceles, y se empuja a toda una nación al abismo de la servidumbre política.
No es el Sáhara el que devora a Marruecos. Es el régimen marroquí el que devora a Marruecos por el Sáhara.
Una paradoja que huele a traición
Bourita regresó con un comunicado sin gloria, sin promesas, sin triunfo. Pero lo hizo habiendo cruzado una línea sin retorno: usar el exterminio de un pueblo oprimido —el palestino— para justificar la opresión de otro —el saharaui. Es el tipo de paradoja que no se escribe en libros de historia, sino en manuales de ignominia.
¿Quién puede respetar a un régimen que convierte las tragedias humanas en herramientas de negociación? ¿Quién puede confiar en un gobierno que cambia alianzas según conveniencia y vende sus principios al mejor postor? ¿Qué credibilidad puede tener un país que habla de estabilidad mientras dinamita toda posibilidad de paz?
Volver con las manos vacías y manchado de desgracia
Bourita no volvió con una victoria. Volvió con la prueba definitiva de su ruina moral. Y Marruecos, al entregarse al chantaje, al espionaje y a la traición regional, no está ganando el Sáhara: está perdiendo su alma. El mundo ha visto esta semana el verdadero rostro del régimen marroquí. Ya no puede esconderse tras comunicados. Ya no puede disfrazar su miseria diplomática con frases recicladas.
La historia juzgará esta etapa oscura de la diplomacia marroquí no por sus acuerdos firmados, sino por el costo humano, político y ético de su desesperación.
Fortalecimiento de la cooperación en seguridad y defensa entre Israel y Marruecos ¿Qué hay detrás?
Clave del análisis: Marruecos está fortaleciendo significativamente sus relaciones de seguridad y defensa con Israel, sin voluntad de ocultarlo. Por otro lado, Francia está insatisfecha con la pérdida de contratos militares con Rabat.
Por Lehbib Abdelhay
Se informa y es noticia que Marruecos está cada vez más interesado en fortalecer su cooperación en materia de inteligencia y seguridad con Israel. Quizás el ejemplo más significativo de esto es la compra de 36 piezas de obús autopropulsadas Atom 2000 a la empresa israelí Elbit Systems, que fue anunciada a principios de febrero de este año. Marruecos se está distanciando poco a poco de uno de sus proveedores tradicionales, Francia, que había firmado un acuerdo con Rabat en 2020 para comprar el sistema de artillería autopropulsada Caesar, fabricado por la empresa francesa KANDA y muy similar a su competidor israelí, el Atom 2000.Marruecos compra estos cañones principalmente por su operabilidad en todo tipo de terrenos, incluido el desértico, gracias a su movilidad autónoma. Otro dato que refleja el distanciamiento respecto a los galos, es que el pasado mes de julio de 2024, las fuerzas armadas marroquíes decidieron rescindir un contrato militar con Francia relativo a sus satélites espías Mohammed VI-A y Mohammed VI-B, fabricados por las empresas europeas Airbus y Thales, para sustituirlos por los de compañías israelíes.
Según se lee en el contrato, la compañía estatal israelí IAI suministrará a Marruecos dos satélites Ofeq-13 de última generación en un plazo de cuatro años por un valor de 1.000 millones de dólares. Este es considerado el mayor acuerdo militar firmado hasta ahora entre Israel y Marruecos. Los acuerdos entre Rabat y Tel Aviv avanzan gracias a la compra de armas israelíes. Tras la venta de material militar como los drones Heron, el SkyLook Dome para derribar drones enemigos, el sistema antimisiles Barak MX, y muchos otros. Desde principios de 2023, Israel se convirtió en el tercer mayor proveedor de armas del Reino de Marruecos (11%), después de Estados Unidos y Francia, según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI). A este ritmo, Francia pronto perderá su puesto como segundo mayor proveedor de armas a Marruecos.
Los acuerdos de armas más destacados entre Marruecos e Israel
1. Sistemas de lanzamiento de cohetes, lanzacohetes israelí de múltiples calibres.
El gobierno de Marruecos ha firmado un contrato con Israel para adquirir sistemas de lanzacohetes múltiples PULS, que se trata de sistemas de largo alcance capaces de realizar ataques de precisión contra objetivos estratégicos. Estos lanzadores son capaces de disparar múltiples cohetes en un tiempo récord, lo que proporciona a las fuerzas marroquíes una ventaja de potencia de fuego avanzada.
2. Drones.
Marruecos desea potenciar su arsenal de drones, tras la cancelación de los Reaper estadounidenses, los marroquíes adquirieron drones israelíes avanzados, que cuentan con capacidades de reconocimiento y ataque. Estos aviones no tripulados incluyen modelos capaces de realizar ataques de precisión contra objetivos terrestres, además de proporcionar información de inteligencia.
3. Satélites de espionaje y reconocimiento, un satélite israelí de la familia «Ofeq».
Como parte de sus esfuerzos para mejorar sus capacidades aéreas en cuanto a vigilancia y reconocimiento, Marruecos ha adquirido los satélites israelíes Ofeq-13 y 16, que proporcionan imágenes de alta resolución.
4. Sistemas de defensa aérea de largo alcance; Barak MX, o el sistema de defensa aérea de camuflaje marroquí.
Entre los acuerdos más destacados de Marruecos con Israel está la adquisición del sistema Barak MX, considerado uno de los sistemas de defensa aérea más avanzados de Israel. Este sistema proporciona capacidades defensivas avanzadas contra aviones y misiles.
5. Misiles antitanque israelíes Spike.
Marruecos ha reforzado sus fuerzas terrestres adquiriendo misiles antitanque israelíes Spike. Estos misiles se caracterizan por su capacidad para penetrar fortificaciones gracias a su avanzado guiado y sistemas inteligentes, lo que los convierte en un arma eficaz contra objetivos blindados y protegidos.
6. Sistemas de guerra electrónica, contramedidas e interferencias.
En mitad de una tendencia mundial hacia la guerra cibernética, Rabat ha adquirido sistemas avanzados de guerra electrónica de Israel, incluidas tecnologías de interferencia y contramedidas para proteger sus comunicaciones y los sistemas militares de ataques cibernéticos. Estos sistemas contienen la capacidad de interrumpir las comunicaciones del adversario y protegen la infraestructura de defensa frente a intrusiones cibernéticas.
7. Cañones autopropulsados avanzados; el cañón autopropulsado israelí de 155 mm
Marruecos también ha reforzado su arsenal de artillería adquiriendo cañones autopropulsados de fabricación israelí, que son muy maniobrables y de rápido despliegue, lo que los convierte en un componente importante en las operaciones militares terrestres.
Los negocios marcan la relación israelo-marroquí.
Marruecos e Israel mantienen buenas relaciones, en oculto, desde hace décadas, especialmente desde los años 1980. Pero en los últimos meses, las autoridades marroquíes han hecho lo que ningún otro país árabe, ni siquiera occidental, se ha permitido hacer: apoyar abiertamente a Israel en su guerra en Gaza. Una vez que comenzó la guerra en Gaza, las visitas de funcionarios israelíes a Marruecos cesaron o se volvieron más restringidas, como la de Amir Peretz, jefe de la estatal IAI (Israel Aerospace Industries) quien visitó el reino alauita en el verano de 2024 para firmar el contrato de los satélites Ofeq 13 y 16. Desde entonces, el intercambio comercial continuó con fuerza.
A principios de junio de 2024, el gran buque de desembarco de la Armada israelí INS Komemiyut, en ruta desde Pensacola (Florida, EE. UU.) a Haifa (Israel), hizo escala en el puerto de Tánger para repostar después de que el gobierno español se negara a permitir que el barco utilizara sus puertos por estar involucrado en el envío de armas a la guerra en Gaza. En diciembre de 2024, Marruecos aceptó repatriar a Israel, Nassim Kleibat, un ciudadano palestino acusado de terrorismo y detenido en el reino marroquí, a pesar de la falta de un tratado de extradición entre ambos países.
¿Cuáles son los costos de estas relaciones?
¿Por qué Marruecos ha estado tan interesado en mantener e incluso fortalecer sus relaciones con Israel, dado que la guerra de Israel en Gaza es tan impopular en Marruecos? Durante la segunda Intifada palestina (2000-2005), Rabat hizo exactamente lo contrario y rompió las relaciones diplomáticas con Israel, que se habían establecido en 1994. Puede haber una doble explicación para esto; Marruecos es un país en guerra, aunque la guerra que libra contra los saharauis en la República Saharaui es una guerra de baja intensidad. Pero detrás de los saharauis está Argelia, la principal potencia militar de África.
En su relación con Israel, «el componente militar es muy importante porque va más allá de las armas», explicó Intisar Fakir, jefa del Programa del Norte de África del Middle East Institute. Rabat necesita que Estados Unidos continúe apoyando su ocupación de partes de la República Saharaui. Trump ya dió un paso en este sentido en 2020, pero la diplomacia marroquí quiere que haga más en este momento. La experta añadió que «Existe un deseo de intercambiar experiencias y un compromiso más profundo con la cooperación militar entre Israel y Marruecos». Al enfrentarse a los enemigos de Marruecos, que son también enemigos de Israel, éste se pone en mayor riesgo que los socios europeos del Reino, según los expertos.
«Rabat ahora espera obtener algún tipo de respaldo internacional final a su ocupación del Sáhara Occidental» afirmó por su parte Hugh Lovatt, en una importante conferencia patrocinada por Estados Unidos que se celebró el mes pasado en los Emiratos Árabes Unidos, añadiendo que «se están manteniendo intensos contactos diplomáticos para lograr este objetivo». Lovatt es el investigador principal de políticas del Programa para Oriente Medio y el Norte de África del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
Bourita acompaña a Netanyahu para mendigar una posición y ha vuelto con una paradoja
¿Qué tan bajo puede caer un régimen para sostener una ocupación? Marruecos acaba de dar la respuesta.
Por Ahmed Omar
En un acto de humillación geopolítica sin precedentes, el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, aterrizó en Washington al mismo tiempo que Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel y rostro visible del genocidio en Gaza. Pero Bourita no fue allí por Palestina. Fue allí por el Sáhara Occidental. Y lo hizo, paradójicamente, usando el sufrimiento palestino como moneda de cambio para reforzar la ocupación de otro pueblo.
Es la cima de la bajeza moral
Un régimen que pacta con el verdugo para asegurar su propio crimen colonial.
Una diplomacia que apesta a desesperación
Bourita no buscaba un diálogo. Buscaba una repetición de la transacción del 2020: “yo normalizo con Israel, tú me regalas el Sáhara”. Pero ya no hay cartas nuevas que jugar.
El comunicado emitido tras su encuentro con el nuevo secretario de Estado fue un baño de agua fría. Lejos de ofrecer una reafirmación del reconocimiento unilateral de 2020, Washington se limitó a repetir lo ya dicho, pero esta vez con una cláusula que lo vacía de sustancia: cualquier solución, incluida la supuesta “autonomía”, debe surgir de una negociación entre las partes. Es decir, no hay respaldo incondicional, no hay compromiso renovado, no hay victoria diplomática.
El texto no reconoce soberanía, no alude al reconocimiento anterior como marco vigente, y apenas menciona la propuesta marroquí como una opción “seria, creíble y realista” —una fórmula ambigua que ha sido usada durante años sin ninguna consecuencia práctica. En otras palabras, el régimen marroquí vino a Washington a exigir una ratificación, y volvió con una reinterpretación diluida.
La supuesta autonomía ya no es presentada como una solución válida por sí misma, sino como una posibilidad condicionada. Condicionada a la aceptación de un pueblo que lleva décadas resistiendo, y que jamás ha sido consultado. Esa es la derrota silenciosa de Bourita: no solo no ganó nada, sino que el poco respaldo simbólico que obtuvo vino atado con cadenas.
EEUU dice ahora que la autonomía marroquí para el Sáhara Occidental es la única solución “factible”
Su fracaso no es solo diplomático. Es histórico. Ha quedado como un peón despreciable en una partida donde ya nadie cree en sus cartas.
Del chantaje a la traición absoluta
¿Hasta dónde está dispuesto a llegar el régimen marroquí para mantener su ocupación del Sáhara Occidental? Ya sobornó al Parlamento Europeo. Ya hackeó teléfonos de jefes de Estado con Pegasus. Ya vendió su alma a Israel. Y ahora —con la sangre de miles de niños palestinos aún tibia sobre la arena de Gaza— pretende utilizar esa masacre como legitimidad para su propia expansión colonial.
La traición a la causa palestina no es una acusación ideológica. Es un hecho. Marruecos, país «árabe», «musulmán», «africano», decidió abrazar al carnicero de Gaza en plena ejecución del crimen del siglo. No por necesidad. No por estrategia. Por codicia territorial. Por hambre de un poder que no le pertenece.
Un régimen que hipoteca su propio pueblo
En su obsesión por el Sáhara Occidental, Marruecos ha vendido todo: su reputación internacional, su soberanía diplomática, su voz en el mundo. Y lo ha hecho a costa de su propio pueblo. Hoy en día, los marroquíes son expulsados de sus casas en nombre de “proyectos estratégicos” que sirven a intereses extranjeros. Se callan sus bocas por miedo, se pudren sus voces en cárceles, y se empuja a toda una nación al abismo de la servidumbre política.
No es el Sáhara el que devora a Marruecos. Es el régimen marroquí el que devora a Marruecos por el Sáhara.
Una paradoja que huele a traición
Bourita regresó con un comunicado sin gloria, sin promesas, sin triunfo. Pero lo hizo habiendo cruzado una línea sin retorno: usar el exterminio de un pueblo oprimido —el palestino— para justificar la opresión de otro —el saharaui. Es el tipo de paradoja que no se escribe en libros de historia, sino en manuales de ignominia.
¿Quién puede respetar a un régimen que convierte las tragedias humanas en herramientas de negociación? ¿Quién puede confiar en un gobierno que cambia alianzas según conveniencia y vende sus principios al mejor postor? ¿Qué credibilidad puede tener un país que habla de estabilidad mientras dinamita toda posibilidad de paz?
Volver con las manos vacías y manchado de desgracia
Bourita no volvió con una victoria. Volvió con la prueba definitiva de su ruina moral. Y Marruecos, al entregarse al chantaje, al espionaje y a la traición regional, no está ganando el Sáhara: está perdiendo su alma. El mundo ha visto esta semana el verdadero rostro del régimen marroquí. Ya no puede esconderse tras comunicados. Ya no puede disfrazar su miseria diplomática con frases recicladas.
La historia juzgará esta etapa oscura de la diplomacia marroquí no por sus acuerdos firmados, sino por el costo humano, político y ético de su desesperación.
Sáhara Occidental en la encrucijada: Más represión marroquí bajo el mandato de Trump?
✍️ Editorial de ECS
E regreso de Trump al poder en Estados Unidos ha encendido las alarmas en el Sáhara Occidental, donde la población saharaui teme que su precaria situación se agrave aún más. Durante su primer mandato (2016 – 2020), Trump reconoció la supuesta soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, rompiendo con décadas de política estadounidense de apoyo a una solución negociada bajo los auspicios de las Naciones Unidas. Este controvertido gesto, considerado por muchos como una moneda de cambio para que Marruecos normalizara relaciones con Israel, dejó a los saharauis en una posición aún más vulnerable frente a las aspiraciones expansionistas de Rabat.
En su primer anuncio oficial desde que llegó a la Casa Blanca Trump, el Secretario de Estado norteamericano reiteró el apoyo de Washington a Marruecos en su ocupación del Sáhara Occidental, algo que podría tener consecuencias devastadoras para la población saharaui. Esta comunidad, ya de por sí desplazada y marginada, podría enfrentarse a una mayor represión, una aceleración de la ocupación militar marroquí en la región y el endurecimiento del conflicto militar, lo que incrementaría las violaciones de DD.HH en un conflicto que lleva más de cuatro décadas sin resolverse.
Un pueblo desplazado y marginado
Para la población saharaui, el regreso de Trump podría significar la consolidación de su relegación a un segundo plano en su propia tierra. Marruecos ha intensificado en los últimos años su política de ocupación en el Sáhara Occidental, incentivando a ciudadanos marroquíes a trasladarse a la región con ventajas económicas y políticas. Esta estrategia no solo diluye la identidad cultural y demográfica del Sáhara Occidental, sino que también despoja a los saharauis de sus recursos naturales y sus derechos básicos.
Con el aval de Trump, Marruecos podría acelerar esta ocupación, agravando la exclusión social de los saharauis. Miles de personas que ya viven en campos de refugiados en la inhóspita región de Tinduf, Argelia, verían cada vez más lejana la posibilidad de regresar a sus tierras. La falta de apoyo internacional a su causa los convierte en ciudadanos de segunda, relegados a una vida de incertidumbre y dependencia humanitaria.
Represión y violaciones de derechos humanos
El Sáhara Occidental es, según los últimos informes de organizaciones internacionales, uno de los territorios más militarizados del mundo. Rabat mantiene un fuerte control sobre la región, reprimiendo con dureza cualquier manifestación de disidencia. Activistas saharauis han denunciado torturas, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias y restricciones a la libertad de expresión y movimiento.
Con el respaldo renovado de Trump, Rabat podría sentirse aún más envalentonado para intensificar estas prácticas. Las fuerzas de ocupación marroquíes, amparadas por el silencio o la complicidad de aliados internacionales occidentales, tendrían carta blanca para reprimir cualquier intento de resistencia saharaui, sofocando aún más las aspiraciones de autodeterminación del pueblo.
Además, el riesgo de una escalada militar en la región no es descartable. Desde la ruptura del alto el fuego en 2020 por de Rabat, el Frente POLISARIO y Marruecos han reanudado los enfrentamientos, aunque de manera intermitente. Un apoyo incondicional de Trump a Marruecos podría llevar a una militarización aún mayor del conflicto, con consecuencias desastrosas para los saharauis que quedarían atrapados en el fuego cruzado.
Impacto en los recursos naturales
El Sáhara Occidental es rico en recursos naturales, como fosfatos, pesca y potenciales reservas de petróleo y gas. Marruecos ha explotado estas riquezas durante décadas, a menudo en contra de la voluntad de los saharauis. Al reforzar Trump su respaldo a Rabat, se podría intensificar la extracción y comercialización de estos recursos, dejando a los saharauis aún más despojados de su patrimonio. Este expolio no solo perpetúa la desigualdad económica en la región, sino que también alimenta el ciclo de injusticia y marginación que sufren los saharauis.
Un futuro sombrío para la autodeterminación
El reconocimiento de Trump a la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental representó un duro golpe para el derecho internacional y el principio de autodeterminación. Su nueva/vieja política podría significar el abandono definitivo de una solución justa para el conflicto. Las resoluciones de la ONU, que durante décadas han abogado por un referéndum que permita a los saharauis decidir su futuro, quedarían relegadas a la irrelevancia frente a los intereses geopolíticos y económicos de Marruecos y sus aliados.
Además, la postura de Trump podría influir en otros actores internacionales. Países que hasta ahora han mantenido una posición neutral o de apoyo al derecho saharaui podrían alinearse con Marruecos, aislando aún más a los saharauis en su lucha justa por la autodeterminación.
Conclusión
El renovado apoyo de Donald Trump podría consolidar un escenario de mayor presión militar, represión y explotación en el Sáhara Occidental. La población saharaui, ya golpeada por décadas de conflicto y abandono internacional, enfrenta el riesgo de quedar aún más marginada y despojada de sus derechos. Un apoyo renovado de Estados Unidos a Marruecos no solo perpetuaría las injusticias actuales, sino que también minaría las esperanzas de una solución pacífica y justa para el conflicto.
En última instancia, la comunidad internacional debe decidir si seguirá priorizando los intereses políticos y económicos de Marruecos o si dará un paso al frente para defender los derechos del pueblo saharaui. La historia juzgará la indiferencia frente a un pueblo que lucha por su tierra, su identidad y su dignidad. Si Trump vuelve a reforzar su respaldo a Marruecos, el costo humano para los saharauis será incalculable, y las heridas del conflicto serán aún más difíciles de sanar.
EEUU dice ahora que la autonomía marroquí para el Sáhara Occidental es la única solución “factible”
No es apoyo tajante aquel que se enmarca en un cambio de gobierno. El año pasado la autonomía era una “opción” para los EE.UU
Washington | ECS. En un comunicado del Departamento de Estado, el secretario de Estado de EE.UU, Marco Rubio, escenificó este martes 8 de abril el reconocimiento de Washington de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. El anuncio se produjo tras un encuentro con el ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, en la capital norteamericana. “Estados Unidos reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental y apoya la propuesta de autonomía marroquí como la única base para una solución justa y duradera al conflicto”.
Sin embargo; Rubio introdujo nuevos términos ambiguos. Calificó, por primera vez el plan marroquí como “seria, creíble y realista”, y que EE.UU, a juicio de Rubio, apoya la propuesta marroquí como la única vía viable hacia una solución mutuamente «aceptable» para todas las partes en el conflicto del Sáhara Occidental.
Según el mismo comunicado del Departamento de Estado, Rubio y Bourita subrayaron la solidez de la relación entre Washington y Rabat, y destacaron su compromiso conjunto con la promoción de la paz y la seguridad, “bajo el liderazgo del presidente Trump y del rey Mohamed VI”.
«El secretario señaló que Estados Unidos facilitaría el avance hacia este objetivo», detalló la nota.
Según el Departamento de Estado, ambos diplomáticos abordaron también el desarrollo de los Acuerdos de Abraham para la normalización de relaciones entre Israel y los países árabes.
Para rematar, el jefe de la diplomacia estadounidense reiteró, lo que denominó, «llamamiento de Trump» para que las partes implicadas retomen las negociaciones sin condiciones previas, bajo la iniciativa marroquí como el marco único para alcanzar una solución «mutuamente aceptable.»
Argelia también llama a consulta a sus embajadores en Bamako y Níger y cierra su espacio aéreo a Malí
Mientras que Mali y sus aliados Níger y Burkina Faso anunciaron ayer la retirada de sus embajadores en Argel, acusando a Argelia de haber derribado a finales de marzo un dron del ejército de Bamako en el norte del territorio, Argel decidió el lunes llamar a consulta a sus embajadores —o aplazar su llegada— en esos mismos países y prohibió los vuelos hacia y desde Mali debido a las «violaciones recurrentes» del espacio aéreo, según un comunicado de la defensa.
Argelia expresó su «gran consternación», tras el retiro de los embajadores en Argel por parte de Mali, Níger y Burkina Faso, quienes la acusaron de haber derribado un dron en territorio maliense. Argel decidió aplicar el principio de «reciprocidad» llamando a consulta a sus embajadores en esos países o postergando la llegada de sus nuevos representantes. También anunció el cierre de su espacio aéreo a Mali.
Argelia rechazó, en un comunicado del ministerio de Asuntos Exteriores, las «graves acusaciones» formuladas por Mali, que asegura que Argel derribó uno de sus drones en su propio territorio.
Según Argel, los datos de radar del ministerio de Defensa «establecen claramente la violación del espacio aéreo argelino» por un dron procedente de Mali.
Argelia lamentó «tener que aplicar la reciprocidad y proceder al llamado a consulta de sus embajadores en Mali y Níger, así como aplazar la toma de funciones de su nuevo embajador en Burkina Faso», según el comunicado.
«Acusaciones falsas»
El ministerio argelino de Asuntos Exteriores también «lamentó el alineamiento irreflexivo de Níger y Burkina Faso con las tesis falaces de Mali».
Las «acusaciones mentirosas» provenientes de Bamako «no disimulan más que muy imperfectamente la búsqueda de salidas y desvíos ante el fracaso evidente de un proyecto golpista que ha encerrado a Mali en una espiral de inseguridad, inestabilidad, desolación y empobrecimiento», criticó Argel.
El ministerio de Defensa argelino había anunciado el 1 de abril que había derribado «alrededor de la medianoche, cerca de la ciudad fronteriza de Tin-Zaouatine, un dron de reconocimiento armado que había penetrado en nuestro espacio aéreo», aunque no especificó su procedencia.
«No se trata de la primera violación del espacio aéreo argelino por parte de un dron maliense, sino de la tercera en pocos meses», aseguró el ministerio argelino de Asuntos Exteriores en su comunicado.
Por su parte, Bamako afirma que una investigación «concluyó con absoluta certeza que el dron fue destruido como resultado de una acción hostil premeditada del régimen argelino» en su territorio.
En consecuencia, «el colegio de jefes de Estado de la AES (Alianza de Estados del Sahel) decide llamar a consulta a los embajadores de los Estados miembros acreditados en Argel», anunció la AES en un comunicado conjunto el domingo por la noche.
Según el gobierno maliense, dirigido por militares desde un doble golpe de Estado en 2020 y 2021, los restos del dron fueron localizados a 9,5 kilómetros al sur de la frontera con Argelia.
AFP
Malí, Níger y Burkina Faso llaman a consultas a sus embajadores en Argelia por «acto de agresión»
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Bamako | ECS. La junta militar de Malí indica que ha presentado una denuncia contra Argelia ante autoridades internacionales por «actos de agresión». La junta militar estima que un dron del ejército de Malí fue derribado por las fuerzas argelinas en su frontera.
En una nueva provocación que amenaza con una escalada adicional en la región, la junta militar de Malí busca crear un estado de tensión en la frontera sur entre Argelia y Malí, pocos días después del derribo de un dron que penetró el espacio aéreo argelino a una profundidad de más de dos kilómetros.
Según un comunicado que ha tenido acceso ECSaharaui, Mali, Burkina Faso y Níger, Confederación AES, anunciaron el retiro inmediato de sus embajadores de Argelia para “consultas”, mientras que Bamako acusó a Argelia de “derribar su avión de reconocimiento”.
«Además, los Jefes de Estado de la AES decide convocar para consultas a los embajadores de los Estados miembros acreditados en Argelia. El Colegio de Jefes de Estado de la AES, por un lado, recuerda al régimen argelinos: la erradicación del terrorismo sigue siendo una lucha existencial para la AES, por el contrario, le exige adoptar una postura constructiva y finalmente contribuir a la promoción de la paz y la seguridad en nuestra región», reza un comunicado de la confederación AES.