Por Mahayub Sidina
Con el fallecimiento del embajador Mah Yahadih Nan, la diplomacia saharaui acaba de perder no sólo a uno de sus mejores y abnegados cuadros sino también a una excelente persona que ha dejado una huella indeleble, de admiración y estima, en lo más profundo de nuestros corazones.
He tenido el grato placer de conocer a Mah Yahadih Nan, entre 1988 y 2001, cuando el difunto ejercía de Subdelegado Saharaui en Asturias, junto con Malainin. En aquel entonces, yo era Delegado en Galicia y solía visitarlos, de vez en cuando, sobre todo cuando tenía actividades en la comarca gallega de la Mariña Oriental, limítrofe con el Principado de Asturias.
Mah era el tipo de persona que imponía respeto, por su seriedad tanto en el trabajo como en sus amables relaciones con los demás. Era meticuloso y exigente consigo mismo y con su entorno. A primera vista, parecía una persona tímida y no muy prolífica en palabras pero cuando habla lo hace de verdad y con autoridad. Sin desviarse de sus principios éticos y morales ni del sentido común, era un hombre conciliador sobre todo cuando los argumentos del interlocutor son convincentes y sólidos.
Fallece el diplomático saharaui Mah Iahadih Nan, actual embajador de la RASD en Colombia