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21 mayo 2025
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Mauritania se ha convertido en un actor crucial en la región

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Por Lehbib Abdelhay
Desde que se firmó el Acuerdo mauritano-saharaui el 10 de agosto de 1979 en Argel, Mauritania se ha convertido en un actor crucial en la región del Norte de África y África Occidental. Su ubicación estratégica entre Senegal y el Sáhara Occidental, con amplias fronteras con Argelia y el Sahel, la posiciona como un actor esencial en los esfuerzos de resolución. Sin embargo, la interacción de sus intereses políticos y económicos con diversos actores complica el posicionamiento de Nuakchott, especialmente bajo la presión y el chantaje del régimen de Marruecos. En los últimos años, los analistas han observado un acercamiento inédito entre Argel y Nuakchott.

Mauritania paralizó planes de Marruecos de desplegar cable submarino a través del Sáhara Occidental

Para contextualizar sus esfuerzos desplegados para la integración regional económica en el Norte de África, el presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, visitó el 9 de diciembre Mauritania. El mandatario argelino participó en la “Conferencia Continental sobre Educación y Empleo Juvenil”, que organizó la Unión Africana en Nuakchott desde el 9 al 11 de diciembre, bajo el lema: “Educar y capacitar a nuestra juventud para una vida próspera y dinámica en una África integrada”. Esta visita del presidente argelino Nuakchott fue la primera visita de un presidente de Argelia en 37 años.
Las relaciones entre Argelia y Mauritania encarnan un concepto de apoyo mutuo arraigado en una rica historia y una cooperación estratégica bilateral. Estos importantes vínculos se originaron a través de nociones esenciales y comunes que inciden significativamente en la seguridad, la estabilidad y el desarrollo de las regiones Norte y Occidental del continente africano, enmarcadas en un nuevo contexto que aborda los desafíos y las oportunidades futuras. A lo largo de los años, Argelia y Mauritania han establecido un camino para la colaboración estratégica a través de una asociación sólida e integral que incluye las esferas culturales, religiosas, económicas, políticas y de seguridad.
Esta asociación enciende las alarmas en Rabat, que ve con celos este acercamiento entre Nuakchott y Argel. En términos de seguridad, los intereses de ambas naciones convergen en cuestiones vitales que reflejan los desafíos que enfrentan, en particular el conflicto del Sáhara Occidental. Las pretensiones expansionistas marroquíes, la proximidad geográfica al Sahel y la presencia de alianzas extranjeras en la región, inciden en que los dos países cierren filas. En este contexto, Mauritania se encuentra en una posición crítica debido a sus relaciones fronterizas con las fuerzas de ocupación marroquíes cerca del muro militar marroquí que divide el Sáhara Occidental en la región de Bir Ganduz y Tichla. Más importante aún, se enfrenta a la presión y chantaje del régimen marroquí que trata de socavar su estabilidad económica, política y de seguridad. A pesar de estas tensiones, Nuakchott mantiene una postura firme respecto al Sáhara Occidental y rechaza continuamente las peticiones de Rabat en relación al Sáhara Occidental.
Sin embargo, los desafíos geopolíticos y de seguridad a los que se enfrenta en la region del Sahel, permiten a Mauritania desempeñar un papel crucial. Occidente considera a Mauritania, y no a Marruecos, como un aliado importante y un actor moderado en la lucha contra el terrorismo. Las políticas de Mauritania contrastan con el enfoque confrontativo de Marruecos, que ha aumentado las tensiones con sus socios tradicionales y los países vecinos.
Argelia y Mauritania lanzan la zona de libre comercio
El presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, y su homólogo mauritano, Mohamed Ould Cheikh Al-Ghazouani, inauguraron conjuntamente una zona de libre comercio entre ambos países. La inauguración, que tuvo lugar el 22 de febrero de 2024 en la provincia de Tinduf, en el oeste de Argelia, también marcó el inicio de la construcción de una carretera de 840 km que conectará las ciudades de Tinduf (Argelia) y Zuérat (Mauritania). Este proyecto de infraestructuras de transporte tiene como objetivo mejorar la conectividad entre las dos naciones y facilitar las operaciones dentro de la zona de libre comercio establecida.
En una declaración conjunta, los presidentes Tebboune y Al-Ghazouani alentaron a los inversores mauritanos a aprovechar las exenciones fiscales y aduaneras que ofrece el proyecto. Ghazouani elogió el acuerdo comercial como catalizador para el fortalecimiento de la cooperación bilateral, y lo concibió como un “lugar de encuentro y un puente de intercambio” entre las dos naciones. Además de Mauritania, Argelia también ha esbozado planes para establecer zonas de libre comercio con estados vecinos como Túnez, Libia y Níger, cuya implementación está prevista en el entrante 2025.
Los vínculos estratégicos entre Argelia y Mauritania
La esencia de los vínculos estratégicos entre Argelia y Mauritania refleja una alineación de perspectivas estratégicas centradas en la cooperación regional, el desarrollo y las inversiones en proyectos clave, como megainfraestructuras modernas, intercambio económico y energético, resaltan el potencial de estas inversiones para convertir a Mauritania en un centro de inversión y comercio. Entre los planes estratégicos que encarnan este concepto se encuentra la Ruta Tinduf-Zuérat, en construcción, que unirá a las ciudades mencionadas y marcará un paso crucial en la conexión entre África Occidental y África del Norte.
Desde el punto de vista de Mauritania, este gran proyecto también representa una oportunidad para fortalecer los lazos económicos con Argelia y aprovechar esta nueva ruta para acceder a los mercados del Norte de África. Los acuerdos entre las dos partes establecen un entorno geopolítico que coloca a ambas naciones en el corazón de la estabilidad regional. La colaboración estratégica entre Argelia y Mauritania se extiende más allá de las inversiones económicas y abarca esfuerzos coordinados en cuestiones de seguridad y estabilidad.
La asociación entre Argelia y Mauritania tiene el potencial de fomentar iniciativas conjuntas que mejoren el papel de Nuakchott como piedra angular fundamental del equilibrio de poder económico entre África del Norte y África Occidental.

Emiratos, la extracción de oro y los riesgos en la triple frontera entre Mauritania, Argelia y Mali

En el plano diplomático, Argel y Nuakchott demuestran su cooperación y sintonía en cuestiones regionales e internacionales mediante la coordinación en foros globales, en particular en lo que respecta a la paz, la seguridad, la estabilidad y el desarrollo. Como actor clave, Argelia desempeña un papel estratégico en el mantenimiento de los equilibrios en el Norte de África. Los sectores económicos como el petróleo, la agricultura, la pesca y el comercio libre ofrecen importantes oportunidades para la sostenibilidad económica colaborativa entre los dos países, fomentando la creación de empleo y mejorando la calidad de vida de ambos países.

El papel de las redes sociales en la promoción del terrorismo: una amenaza creciente para la seguridad de Europa

Las redes sociales se han convertido en un arma de doble filo en el mundo moderno. Si bien ofrecen una conectividad sin precedentes, también se han convertido en una herramienta poderosa para las organizaciones terroristas.
Las redes sociales se han convertido en un arma de doble filo en el mundo moderno. Si bien ofrecen una conectividad sin precedentes, facilitan la comunicación y sirven como plataforma para el discurso global, también se han convertido en una poderosa herramienta para las diferentes organizaciones terroristas. Los grupos terroristas, incluidos grupos reconocidos mundialmente como Al-Qaeda (AQ) e ISIS, han explotado hábilmente las redes sociales para promover sus ideologías, reclutar nuevos combatientes y planificar ataques. Estos grupos yihadistas han aprovechado el amplio alcance y las capacidades de comunicación instantánea de las plataformas de redes sociales para expandir sus redes, manipular a individuos vulnerables y difundir su ideología.

Estos son los grupos terroristas que operan en el Sahel

Con el paso de los años, la influencia de las organizaciones terroristas se ha extendido a grupos regionales, en particular a aquellos que operan dentro de límites geopolíticos específicos. Grupos yihadistas como Nusrat al-Islam y los Musulmanes (JNIM) y la Wilaya Sahel-ISIS han fortalecido sus capacidades mediante la orientación y el entrenamiento de facciones terroristas más grandes como AQ e ISIS en Siria e Irak. Los informes del Equipo de Vigilancia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) han revelado que muchos de estos grupos están siendo entrenados en países como Guinea y que sus operaciones se facilitan cada vez más mediante plataformas digitales. El nivel de coordinación y sofisticación que exhiben estas organizaciones al utilizar las redes sociales para el reclutamiento, la propaganda y la coordinación operativa es a la vez alarmante y motivo de preocupación.
La amenaza que plantea el uso de las redes sociales por parte de grupos terroristas no es sólo regional, sino mundial. Las actividades terroristas facilitadas por plataformas como InstagramX (antes Twitter), Facebook, Telegram y otras han permitido a estas organizaciones crear redes internacionales que trascienden las fronteras, lo que hace más difícil para los gobiernos combatirlas de manera eficaz. Si bien los países están haciendo avances para regular y supervisar el uso de estas plataformas, la escala y la complejidad del problema requieren un enfoque más integral y cooperativo.
Si bien algunos países, en particular los desarrollados, han tomado medidas para contrarrestar esta amenaza mediante la aplicación de normas más estrictas a las empresas de redes sociales, el problema sigue siendo especialmente difícil para los países en desarrollo. Estos países, que a menudo tienen recursos limitados, enfrentan importantes desafíos para controlar el flujo de contenido extremista en línea, y sus esfuerzos a veces se ven socavados por la falta de cooperación mundial y de conocimientos tecnológicos.
Ahora es crucial que las principales superpotencias tecnológicas del mundo den un paso adelante y ofrezcan su ayuda a los países que están en la primera línea de la lucha global contra el terrorismo, en particular a aquellos como los países del Sahel africano. Como nación profundamente afectada por las actividades terroristas, Malí se ha convertido en un campo de batalla clave en la lucha contra las fuerzas extremistas, incluidos grupos como el ISGS (Wilaya Sahel) y Nusrat al-Islam y los musulmanes (JNIM) de Al Qaeda. Dada la escala del desafío y la naturaleza compleja del terrorismo moderno, el Sahel, como otros estados de primera línea contra el terrorismo, necesitan algo más que ayuda financiera o militar. La rápida evolución de la tecnología y el papel de las redes sociales en la promoción de las redes terroristas exige una mayor colaboración en el ámbito cibernético.
Los gigantes tecnológicos, con sus capacidades avanzadas en análisis de datos, inteligencia artificial y monitoreo en tiempo real, tienen los recursos para ayudar a combatir la radicalización en línea, detectar la propaganda terrorista y cerrar las redes extremistas que operan en plataformas digitales. Al ofrecer apoyo tangible en forma de acuerdos de intercambio de tecnología, grupos de trabajo conjuntos y programas de desarrollo de capacidades, estas superpotencias pueden empoderar a naciones como Malí, Níger o Burkina Faso para proteger mejor a su nación, desmantelar células terroristas, prevenir la propagación de ideologías extremistas a través de las fronteras y garantizar la seguridad global. Sin embargo, hasta ahora sus esfuerzos han sido insuficientes. Si bien empresas como Meta, X y Google han desarrollado políticas de moderación de contenido, los grupos terroristas a menudo encuentran formas de eludir estas medidas y continuar sus operaciones con mínimas interrupciones.

Un momento crítico para la seguridad en el Sahel y su impacto en la región

La creciente influencia de los grupos terroristas del Sahel en las plataformas de redes sociales plantea un grave desafío a la seguridad de España. A medida que evolucionan las tácticas de estas organizaciones, también deben evolucionar las respuestas de la comunidad internacional. Es imperativo que los gigantes tecnológicos, los gobiernos y los organismos encargados de hacer cumplir la ley trabajen juntos para crear marcos más eficaces que puedan detectar, desmantelar y prevenir el uso de las redes sociales por parte de entidades terroristas. Sin soluciones tangibles, el mundo corre el riesgo de una mayor radicalización, la propagación de la violencia y la desestabilización de regiones ya vulnerables a las actividades extremistas.
La amenaza que plantean las organizaciones terroristas que utilizan estas plataformas exige atención y acción urgentes. La comunidad mundial debe unirse, y las empresas tecnológicas deben desempeñar un papel central, para encontrar soluciones significativas para combatir esta amenaza creciente.

La región del Sahel en 2025, nuevo escenario de «guerra proxy» entre Occidente y Rusia

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En todo el continente africano, los conflictos existentes se están intensificando y las rivalidades latentes están resurgiendo.
Por Lehbib Abdelhay

EDITORIAL

Cae el telón sobre los últimos escenarios del año 2024 en la región africana del Sahel, y aunque este vasto desierto ha permanecido monótono durante muchas décadas, el último escenario llegó para romper su habitual monotonía. Nadie esperaba que el año 2024 concluyera con la expulsión de las fuerzas francesas, y que cientos de militares rusos las sustituirían, y que Moscú estará más cerca que París de muchos de los gobiernos del continente africano. París había desplegado más de 5.000 soldados en el Sahel para luchar contra el terrorismo, mientras que los rusos, a su vez, enviaron sus mercenarios de «Wagner» para ayudar en la misma misión, en la que los franceses fracasaron. El terrorismo sigue en expansión y este año ha atacado incluso en el corazón de los países del Sahel como nunca antes. Tantos los rusos como los franceses fracasaron en su primera misión; derrocar al terrorismo yihadista.

La gran campaña ucraniana de reclutamiento e influencia en la región del Sahel

El terrorismo no fue sólo una excusa para la intervención militar rusa, sino más bien el pretexto perfecto para que los ejércitos de los países del Sahel dominaran al gobierno con sendos golpes militares que hundieron en el caos a los tres países; Mali, Níger y Burkina Faso, en una grave crisis con sus vecinos en la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), que derivó en una ruptura y retirada total de los tres países de la organización regional, que hasta hace poco representaba el sueño de integración económica.
Además del terrorismo yihadista y el aislamiento regional, en 2025 se esperan graves repercusiones del cambio climático para los países del Sahel. La sequía afectó a muchos cultivos agrícolas y luego llegaron las inundaciones que destruyeron lo que quedaba de los cultivos y pueblos dispersados en la sabana del Sahel, provocando la muerte de miles y el desplazamiento de millones en Níger, Chad, Mali y Burkina Faso.
La salida de las fuerzas francesas
El Sahel, clasificado como una de las regiones más pobres y frágiles del mundo, representó el segundo frente de la guerra ruso-ucraniana y es uno de los escenarios capitales del conflicto de poder entre Occidente y Rusia. Más allá de la influencia política y estratégica, el Sahel será el nuevo escenario para una confrontación directa por el dominio de las minas de oro, el uranio, los yacimientos petrolíferos y los vastos recursos naturales que alberga el subsuelo de un desierto habitado por casi 100 millones de personas, la mayoría de las cuales viven en extrema pobreza.
Se puede decir que el año 2024 supuso un punto de inflexión en la historia de la presencia militar francesa en la región del Sahel, sobre todo desde que los franceses entraron en la región a principios del siglo XIX, bajo cobertura comercial y económica, pero rápidamente viraron hacia un colonialismo militar y político, bajo el cual los franceses dominaron la región durante más de un siglo. Después de la independencia de estos países, Francia permaneció militarmente presente bajo sendos acuerdos de cooperación militar y de seguridad.
La presencia militar francesa en el Sahel aumentó en 2013, después de que Al-Qaeda se estableciera en esa región africana, para convertirla en un centro de sus actividades tras los varapalos que recibió en Afganistán e Irak, y al mismo tiempo para aprovechar el caos que se extendió por la región tras la caída del régimen del coronel libio Muammar Gaddafi en 2011. En ese momento, los franceses comenzaron a liderar la “guerra global contra el terrorismo” en el Sahel y lanzaron la operación militar “Serval” en enero de 2013. Que en 2014 se renombró en la operación militar “Barkhane”, en la que los franceses gastaron mil millones de euros anuales, y en la que desplegaron más de 5.000 soldados divididos en los países de Mali, Níger, Burkina Faso y Chad.
A raíz de esta feroz guerra entre los franceses y Al-Qaeda, y de la notable proliferación de las tropas francesas en las calles de las ciudades sahelianas, el sentimiento anti-francés se intensificó entre los círculos populares, lo que llevó al colapso de los regímenes políticos leales a París, dando paso a jóvenes militares que tomaron el poder en Mali, Níger y Burkina Faso. La primera decisión que tomaron fue “revisar” la relación con Francia, revisión que terminó en una ruptura total sin paliativos.
Las fuerzas francesas hicieron las maletas y abandonaron Mali, luego Burkina Faso y Níger, pero la mayor sorpresa llegó el 28 de noviembre de 2024, cuando Chad decidió poner fin al acuerdo de cooperación militar con Francia, que siempre había sido descrita como un “aliado estratégico” de Francia y Occidente en la región.
De hecho, los franceses comenzaron a hacer sus maletas y abandonar Chad sin demora; los cazas franceses “Mirage” se retiraron de su base militar en la capital de Chad, Yamena, el martes 10 de diciembre de 2024, mientras comenzaban las conversaciones sobre un plan para la extracción de más de mil soldados franceses que estaban presentes en Chad.
Los franceses decidieron adaptarse a la nueva situación en África, cuando se dieron cuenta de la cantidad de esfuerzos desperdiciados en intentar confrontar y presionar a los regímenes militares aliados de Rusia, ya que estos regímenes no dejan de “humillar” a la antigua potencia colonial con decisiones “provocadoras” como la detención de 4 empleados de la embajada de Francia en Burkina Faso, acusados ​​de espionaje, y que tras un año de prisión fueron liberados gracias a la mediación liderada por el rey marroquí Mohamed VI el 19 de diciembre de 2024.
En Níger, la junta militar golpista decidió, en junio de 2024, cancelar la licencia de una empresa francesa que explotaba una mina de uranio en el norte del país, al igual que Mali y Burkina Faso, que previamente habían decidido impedir a los medios franceses retransmitir en el país luego de que los acusaran de publicar noticias falsas.
Estas decisiones son parte de un proceso que confirma que el “rechazo” hacia los franceses en los países del Sahel se ha convertido en una decisión final que tiene como objetivo romper definitivamente con el sometimiento del antiguo colonialista. Ante el temor de que esta brecha se expandiera hacia otros países africanos aún cercanos a París, los franceses desarrollaron un plan para reestructurar su presencia militar en África, reduciendo sus tropas desplegadas en Senegal, Costa de Marfil, Gabón y Yibuti.
El presidente francés, Emmanuelle Macron, asignó la tarea de preparar este plan a Jean-Marie Bockel, cuando lo nombró en febrero de 2024 agente enviado especial a África, misión que completó en unos 10 meses, tras lo cual presentó un informe especial a Macron, el 27 de noviembre del año pasado, aconseja reducir al mínimo el número de fuerzas francesas estacionadas y transformar las bases militares en “centros” más flexibles y ágiles, cuyo objetivo es centrarse en el entrenamiento militar y la recopilación de información de inteligencia y fortalecimiento de alianzas estratégicas.
Expulsión de los norteamericanos
Cuando durante las últimas dos décadas todo el mundo hablaba del despliegue militar francés y de la influencia que París disfrutaba en el Sahel y en África occidental, los estadounidenses estaban presentes pero en silencio, desplegando cientos de soldados de sus fuerzas especiales en Níger para ayudar a este país en su guerra contra grupos como Al-Qaeda, Boko Haram e ISIS. En el curso de sus operaciones, los estadounidenses utilizaron una base aérea ubicada en la región de Agadez, que albergaba drones que les permitían monitorear el desierto del Sáhara y trazar los movimientos de Al Qaeda desde el sur de Libia hasta el norte de Mali.
Los estadounidenses siguen siendo fieles a la estrategia de una presencia militar silenciosa en África, a diferencia de sus aliados franceses y sus rivales rusos, pero las recientes transformaciones en la región del Sahel los obligaron a salir al exterior o más bien fueron forzados, especialmente cuando el grupo «Wagner» comenzó a gozar de influencia en Níger. Luego, EE.UU informó al régimen de Niamey que no había lugar para que «Wagner» accediera a un país en el que están presentes. Pese a ello, Níger optó por inclinarse hacia Rusia y Wagner, por lo que los estadounidenses decidieron en agosto de 2024 retirar sus fuerzas de Níger y cerrar su base aérea militar en el norte del país.
Ante el escenario resultante, los estadounidenses anunciaron un plan para reposicionar sus fuerzas en África Occidental, por lo que Washington se dirigió hacia Ghana, Costa de Marfil y Benín, países que aumentaron su nivel de cooperación militar con Estados Unidos, y recibieron la ayuda militar que estaba dirigida a Níger, en forma de blindados y otros vehículos militares.

La violencia yihadista, Azawad y el descontento popular erosionan a la junta militar de Malí

La alternativa rusa
Rusia, presente en Libia y la República Centroafricana hace años, aprovechó la disminución de la influencia occidental en la región del Sahel, así como el rechazo generado, y desplegó cientos de combatientes de Wagner primero en Mali, luego en Burkina Faso y Níger, firmando importantes acuerdos de seguridad con estos países. Pero el año pasado, Moscú intentó elevar el nivel de su alianza con los países del Sahel a niveles más altos. Además de la asociación militar y de seguridad, los rusos aspiraban a una asociación económica y comercial para blindar y/o afianzar más su relación. Quizás el acontecimiento más destacado en este sentido fue una gira realizada por una delegación rusa encabezada por el viceprimer ministro Alexander Novak, a finales de noviembre pasado, que le llevó a los tres países del Sahel: Mali, Burkina Faso y Níger.
El objetivo de la gira es reforzar la asociación económica, con una clara orientación rusa hacia el campo energético. La delegación rusa incluyó a empresarios y figuras del sector energético, entablando conversaciones sobre acuerdos para establecer plantas de producción de energía solar que empresas rusas implementarían en los tres países mencionados. En septiembre pasado, los presidentes de Mali, Burkina Faso y Níger firmaron un acuerdo con la Agencia Espacial Rusa, según el cual la agencia rusa proporcionará a estos países “imágenes de satélite” para fortalecer el control fronterizo y mejorar las comunicaciones, Rusia se convirtió en el ojo guardián de los países del Sahel después de que se cerrara el ojo francés. A esto se suma el éxito de Rusia al jugar la carta de la seguridad alimentaria. El trigo ruso fue el embajador más importante de Moscú en los países del Sahel, y el año pasado Moscú se convirtió en el mayor proveedor de cereales para estos países que enfrentan grandes problemas para satisfacer sus necesidades alimentarias. El trigo ruso controla ahora un tamaño de mercado estimado en 100 millones.
A pesar de los avances logrados por Rusia en la región africana del Sahel, Moscú admitió la primera derrota que sufrió la compañía privada “Wagner” desde que comenzó a luchar junto al ejército maliense hace varios años. Esto se produjo cuando el ritmo de las batallas se intensificó entre el ejército de Malí y los rebeldes del Azawad, tras la retirada unilateral de Malí del Acuerdo de Argel, firmado entre ambas partes en 2015, mediante el cual alcanzaron una tregua que duró casi una década. Pero la tregua terminó cuando los malienses decidieron avanzar hacia el norte, donde tenían su base los rebeldes.
El ejército maliense, apoyado por Wagner, logró hacerse rápidamente con el control de las principales ciudades del norte, hasta que lo único que restaba bajo control de los rebeldes fue una pequeña aldea llamada Tinzaouaten, localizada en la frontera con Argelia. En donde a finales de julio de 2024 tuvo lugar una de las grandes batallas del movimiento Azawad, en la que fueron abatidos decenas de soldados del ejército maliense y de Wagner, siendo varios de ellos capturados. Wagner quedó amargamente derrotado.
Fue una derrota repentina y humillante, sobre todo cuando los rebeldes publicaron vídeos de decenas de cadáveres carbonizados, algunos de los cuales pertenecían a combatientes de Wagner (80 cadáveres), incluido el comandante de la división que prestaba apoyo al ejército maliense para recuperar el control del norte de Mali.
La sorpresa ucraniana
Lo sorprendente después de la derrota de Wagner y del ejército maliense en la “Batalla de Tinzaouaten” es el descubrimiento del papel desempeñado por Ucrania en el apoyo a los rebeldes del movimiento azawadí de CSP-DPA (ahora FLA) para quebrantar el orgullo de Rusia, humillando a Wagner, como se confirmó por fuentes militares y de seguridad ucranianas.
Varias fuentes fiables confirman a ECSaharaui que los rebeldes del norte de Mali recibieron entrenamiento especial en Ucrania y que se beneficiaron de drones suministrados por Kiev, que les permitieron ganar la batalla rápidamente, además de información de inteligencia que les proporcionó la agencia ucraniana, que tuvo una gran responsabilidad en la derrota sufrida por las fuerzas Wagner y el ejército de Malí.
De hecho, Ucrania no tenía ninguna influencia en la región africana del Sahel y su presencia no superaba las embajadas medio inactivas, pero de repente infligió a Rusia su primera gran derrota en el desierto del Sáhara, y empezó a aspirar a algo más que eso. Sin embargo, una semana después de la “Batalla de Tinzaouaten”, Mali anunció la ruptura de sus relaciones diplomáticas con Ucrania, seguido de Níger y Burkina Faso. Bamako también presentó una denuncia ante el Consejo de Seguridad de la ONU acusando a Ucrania de apoyar el “terrorismo” en el Sahel. A pesar de los avances de Rusia en el Sahel, en el año 2024 se dió la primera derrota del Grupo Wagner desde que comenzó a luchar junto al ejército de Malí.
La creciente amenaza terrorista
En 2024, los ejércitos de los países del Sahel intensificaron su guerra contra las organizaciones terroristas y lograron importantes avances, eliminando a cientos de combatientes de Al-Qaeda e ISIS. A esto contribuyó la asociación con Rusia y el hecho de que los ejércitos del Sahel obtuvieran armas rusas avanzadas, como fue el caso. Un factor decisivo lo representaron también las operaciones selectivas con el dron turco de Bayraktar, que eliminó a cientos de combatientes.
Pero el paso más importante de la guerra se produjo el 6 de marzo de 2024, cuando los líderes de los ejércitos de Malí, Níger y Burkina Faso anunciaron el establecimiento de una “fuerza militar conjunta” para enfrentar a los grupos terroristas activos en la región, especialmente en las zonas fronterizas, lo que ha reducido la capacidad de las organizaciones terroristas para cruzar las fronteras.
Mientras tanto, los países del Sahel decidieron elevar el nivel de esta cooperación a principios de julio de 2024, formando la “Coalición de Estados del Sahel”. Con el objetivo de unificar sus esfuerzos en el ámbito de la lucha contra el terrorismo, pero también sus posiciones políticas, económicas y estratégicas, antes de avanzar hacia la formación de una moneda unificada y un pasaporte unificado.
Mientras tanto, las organizaciones terroristas no pararon de lanzar sus ataques en los tres países, y quizás el atentado más importante del año pasado fue el perpetrado por Al-Qaeda el 17 de septiembre contra un aeropuerto militar y una escuela de gendarmería de la capital maliense, Bamako. El ataque, que dejó más de 70 muertos, constituyó una grave brecha de seguridad, mediante la cual la organización terrorista demostró su capacidad para llegar a una de las zonas militares más sensibles en el corazón del Estado maliense.
El 28 de enero de 2024, los regímenes militares gobernantes en Mali, Níger y Burkina Faso anunciaron su retirada de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), que impuso sanciones contra los países del Sahel tras los golpes militares que allí tuvieron lugar, y en julio volvieron a formar la “Coalición de Estados del Sahel” (AES).
La nueva alianza AES confirma el deseo de estos países de retirarse permanentemente de la organización, pero a cambio perfila las características del conflicto internacional en la región. La Alianza Saheliana representa el eje prorruso, mientras que la CEDEAO es el aliado tradicional de Francia y Occidente.
Aunque la CEDEAO, en su última cumbre celebrada este diciembre, dejó la puerta abierta a que los países del Sahel se retractaran de su decisión, y les dio un plazo de seis meses, los comandantes militares de los países del Sahel respondieron a la organización diciendo que su decisión fue “irreversible”.
La crisis política en Francia
Nueve días después de la caída del gobierno francés, encabezado por Michel Barnier, en una moción de censura, el presidente francés Emmanuel Macron nombró a François Bayrou, líder y jefe del Partido del Centro (Modem), para encabezar el nuevo gobierno. La decisión de nombramiento se produce en un momento en que Francia vive una grave crisis parlamentaria debido a la ausencia de una mayoría y a la fragilidad de las alianzas, una atmósfera de inestabilidad y caos aún domina su escenario político. Esta decisión era esperada, ya que el nuevo Primer Ministro es una de las figuras más conocidas del panorama político francés y, lo más importante, fue un elemento clave en la alianza centrista de Macron y aliado del presidente desde el inicio de su mandato en 2017. Muchas preguntas acompañaron el anuncio del nombramiento, la más importante de las cuales son las posibilidades del nuevo Primer Ministro de lograr una reconciliación que saque al país de la crisis parlamentaria y su capacidad de salvar el segundo mandato de Macron.

El petróleo cae en 2024 y completa su segundo año consecutivo a la baja

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Madrid (ECS).- Los precios del petróleo cayeron alrededor de un 3% en 2024, registrando una caída por segundo año consecutivo, ya que la recuperación de la demanda se disparó después de la pandemia de covid, los desafíos económicos en China y el aumento de los suministros de petróleo de Estados Unidos y otros productores no pertenecientes a la OPEP.
Los precios del crudo Brent alcanzaron los 74,64 dólares por barril al cierre hoy 31 de diciembre, un aumento del 0,88%, mientras que el crudo West Texas Intermediate alcanzó los 71,72 dólares por barril, un aumento del 1,03%.
A pesar de estos aumentos, el crudo Brent disminuyó aproximadamente un 3% en el momento del cierre en comparación con el final de 2023, que se situó en 77,04 dólares por barril, mientras que el precio del crudo West Texas Intermediate casi no experimentó cambios significativos en comparación con el precio de cierre al final del año pasado. año.
En septiembre, el crudo Brent cayó por debajo de los 70 dólares por primera vez desde diciembre de 2021, debido a que la recuperación de la demanda pospandémica se desvaneció y los precios se vieron afectados por la guerra en Ucrania en 2022.
Una encuesta de Reuters mostró que los precios se mantendrán en torno a los 70 dólares el barril en 2025 debido a varios factores, incluida una disminución de la demanda china y un aumento de la demanda mundial.
Los datos de la Administración de Información Energética de EE.UU. indican que la producción de petróleo de EE.UU. aumentó a un nivel récord de 13,46 millones de barriles por día en octubre, con expectativas de aumentar la producción a 13,52 millones de barriles por día en año 2025, lo que puede impulsar la demanda de petróleo a nivel mundial.

Sudáfrica asume presidencia del G20: una oportunidad única para ‘optimizar’ la asociación económica con África

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A mediados de diciembre de 2024, el gerente general de Brand South Africa, Lefentse Nokaneng, analizó la importancia del foro del G20.
EDITORIAL 
EGrupo de los 20 (G20) es un foro intergubernamental integrado por 19 países soberanos, la Unión Europea (UE) y la Unión Africana (UA). Su objetivo es abordar cuestiones importantes relacionadas con la economía mundial, como la estabilidad financiera internacional, la mitigación del cambio climático y el desarrollo sostenible, mediante reuniones anuales de Jefes de Estado y de Gobierno. El G20 se creó en 1999 en respuesta a varias crisis económicas mundiales, y Sudáfrica es el único miembro africano del Grupo. Sin embargo, en septiembre de 2023, en la 18.ª Cumbre del G20, el primer ministro indio Narendra Modi anunció que la Unión Africana (UA) había sido incluida como miembro del G20, convirtiéndose en el 21.º miembro del foro intergubernamental. Sudáfrica asumirá la presidencia del G20 en 2025.
A mediados de diciembre de 2024, el director general de Brand South Africa, Lefentse Nokaneng, analizó en una entrevista con la revista «Modern Diplomacy» la importancia del foro del G20, las perspectivas multifacéticas y las oportunidades únicas que el G20 podría ofrecer a África.
Al ser preguntado ¿cuáles son las aspiraciones para África, mientras Sudáfrica se prepara para asumir la presidencia del G20 de manos de Brasil? A lo que Lefentse Nokaneng contesta: «Mientras Sudáfrica se prepara para asumir la presidencia del G20 de manos de Brasil en 2025, nuestras aspiraciones para África siempre han sido claras y convincentes. Como miembro fundador del G20, Sudáfrica ha desempeñado un papel fundamental en la promoción de la inclusión de África en este influyente foro multilateral». Bajo el lema “Solidaridad, igualdad y desarrollo sostenible”, la presidencia de Sudáfrica representa una oportunidad importante para impulsar reformas en el sistema de gobernanza global, para que sea más representativo y responda mejor a las necesidades de desarrollo de África y el Sur Global.
Como economía líder del continente, Sudáfrica está comprometida con el desarrollo del potencial de África y el fomento del crecimiento inclusivo a través de la Zona de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA). «Prevemos una agenda del G20 que no solo amplifique la voz de África, sino que también impulse esfuerzos de colaboración hacia un desarrollo sostenible alineado con las aspiraciones del Pacto para el Futuro y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030. Esta visión se alinea con la Agenda 2063 de la Unión Africana, que tiene como objetivo hacer realidad “El África que queremos”, mejorando en última instancia las vidas de todos los africanos», afirmó Lefentse.
Sobre la situación en África, Lefentse asegura que la inclusión de la Unión Africana (UA) como miembro permanente del G20 puede considerarse un logro clave para el continente, ya que ofrece una plataforma importante para que las naciones africanas tengan voz y se relacionen directamente con las principales potencias económicas en cuestiones clave que las afectan, como la deuda pública, la seguridad, el desarrollo de infraestructuras, las pandemias y el cambio climático. Antes de la inclusión de la UA, Sudáfrica era el único representante africano en el G20, lo que limitaba la capacidad del continente para influir en los debates internacionales sobre cuestiones que afectan a sus naciones.
África se encuentra en un momento crucial de su camino hacia el desarrollo, y el G20 ofrece una plataforma para abordar los desafíos de desarrollo más urgentes y liberar un inmenso potencial de crecimiento a través de la Zona de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA). El Banco Africano de Desarrollo destaca un déficit significativo de 70 a 100 mil millones de dólares en inversión en infraestructura en todo el continente, lo que subraya la necesidad de una inversión sustancial del 6% del PIB para alcanzar tasas de crecimiento del 3% al 3,5%, muy por encima del promedio mundial actual. La colaboración con los socios del G20 ofrece a África la oportunidad de movilizar recursos y conocimientos esenciales para superar esta brecha.
Un elemento central de este esfuerzo es la reforma del sistema financiero internacional para crear oportunidades equitativas para que África aproveche su enorme potencial. Al adoptar mecanismos de financiación innovadores, el continente africano puede abordar eficazmente las deficiencias críticas en materia de infraestructura y abrir vías para un desarrollo inclusivo y sostenible. También es fundamental promover políticas climáticas justas que reconozcan las distintas etapas de desarrollo de las economías africanas y garantizar que medidas como los impuestos al carbono no afecten desproporcionadamente a las naciones emergentes.
Para ello, las inversiones en la transición energética de África son cruciales. Cabe destacar que Alemania, en el marco de la Iniciativa del Pacto con África del G20, ha presentado un paquete de inversiones de 76.000 millones de rands destinado a facilitar la transición energética verde de África para 2030. Además, el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG, por sus siglas en inglés) es un componente vital del Acuerdo de París, que establece una nueva meta financiera para apoyar a los países en desarrollo en sus acciones climáticas después de 2025. Al basarse en el objetivo de 100.000 millones de dólares establecido en 2009, el NCQG busca abordar las brechas persistentes en la financiación climática y proporciona un marco más ambicioso y realista para el desarrollo sostenible.
Para África, añade Lefentse, el compromiso de los países desarrollados con estos objetivos climáticos es fundamental para alcanzar el éxito. Al garantizar la financiación y el apoyo adecuados, África no sólo puede cumplir sus objetivos climáticos, sino también aprovechar sus recursos naturales para el crecimiento sostenible. «Estas iniciativas ponen de relieve la importancia de los compromisos del G20 de fomentar asociaciones internacionales que impulsen cambios significativos para el desarrollo de África», explica Lefentse.
Sobre los cambios geopolíticos, Lefentse recuerda Sudáfrica se prepara para asumir la presidencia del G20 de manos de Brasil y mantendrá su compromiso de ser un ciudadano global responsable, en particular teniendo en cuenta los cambios geopolíticos en curso. Durante su presidencia, Sudáfrica intensificará su defensa de la resolución pacífica de conflictos y la promoción de los principios democráticos y los derechos humanos en el escenario internacional.
Aprovechando su presidencia del G20, Sudáfrica aspira a abordar las tensiones geopolíticas fomentando un diálogo constructivo entre las naciones. Busca promover enfoques colaborativos que prioricen la diplomacia y el multilateralismo, garantizando que se reconozcan las distintas perspectivas y que las soluciones sean inclusivas. De esta manera, Sudáfrica desempeñará un papel fundamental en la reconfiguración de un entorno global más estable y pacífico.

La guerra en el Sáhara Occidental acelera la fragmentación política y social de Marruecos

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Marruecos gasta cada año, desde que estalló la guerra, unos 1.400 millones de dólares para mantener sus tropas en el muro militar que divide el Sáhara Occidental (línea de separación)
Por Mohamed Salem Abdelhay
ECS. Madrid. | No hay duda de que la guerra del Sáhara Occidental está acelerando la fragmentación política y social de Marruecos, que junto con la onda expansiva del conflicto ruso-ucraniano y la guerra en Gaza, traerá consecuencias irreversibles. Los territorios saharauis ocupados desde 1975 no son reconocidos por ningún estado salvo previo pago. El concepto de autodeterminación del pueblo saharaui circula en las resoluciones de la ONU desde 1963, y Marruecos es considerado por la ONU desde 1979 como potencia ocupante ilegítima. Pese a ello, muchos lobistas a sueldo y tergiversadores de la realidad se afanan en promover una solución que prevea este derecho pero a la misma vez excluya la opción de independencia, algo así como pedirle peras al olmo. Para ello, se valen de una neolengua rimbombante, una invención que les permite designar las cosas no por su nombre y la complejidad de la realidad, sino recubrir dicha realidad con un peligroso barniz ideológico con términos como »solución pragmática», ‘dignidad del pueblo saharaui» y »realismo político» y que solo esconde su deseo irrefrenable de continuar con el pillaje colonial.
Hoy en día nuestro pueblo es ignorado por la política internacional y por los grandes medios occidentales aún en un contexto de guerra abierta. Las guerras de Ucrania y Gaza han aplastado un tanto las noticias sobre el Sáhara Occidental donde la lucha y las operaciones de los comandos del Ejército Saharaui en el muro militar sumergen a Marruecos en un torbellino de incertidumbres que resquebrajan su panorama político-económico y oscurecen su horizonte. Y no serán los bloques y atrincheramientos de este muro los que bloquearán las tormentas que surjan en cualquier parte de Marruecos, cuyo pueblo se está levantando por su dignidad, su libertad y su pan. Además de la lucha del pueblo saharaui, el Estado de Mohamed VI continúa atravesando y acumulando crisis gubernamentales cuyo origen están en su condición de potencia colonial, con una diplomacia que navega a contracorriente generando un desgaste y exposición degradantes ante la comunidad internacional.

Marruecos gasta cada año 1.400 millones de dólares para mantener sus tropas en el muro militar que divide el Sáhara Occidental (línea de separación)

Junto a esta guerra de fuego y acero que libramos los saharauis, está la guerra de la desinformación que han elegido las conciencias del mundo que residen o aspiran a residir en este Occidente, porque las tres cuartas partes restantes de la humanidad no encuentran cabida en sus delirios representados en el culmen de sus contradicciones. Porque sus delirios son en verdad solo una construcción de su máquina de desinformación encargada de producir “placer” a través de la mentira y así ofrecer a los belicistas los medios para camuflar su impotencia mirando al otro mundo que permanece sordo a sus jeremiadas de niños mimados que no quieren perder sus pequeños privilegios. No olviden ni cometan el error de confundir Occidente, que se ha convertido en una noción ideológica mientras encubre una noción geográfica que tarde o temprano se desintegrará.
Es obvio que los fuertes gritos que saturan el discurso de Occidente sobre la violación del derecho internacional en Gaza son y seguirán siendo inaudibles porque dicha legislación internacional es pisoteada todos los días en tantos países. La voz de Occidente recuperará credibilidad cuando Marruecos empiece a aplicar este derecho tan querido por Occidente. Cuando el Sáhara Occidental no sea vendido a una monarquía feudal anacrónica que lleva su cinismo hasta el punto de colmar de sobornos al sacrosanto Parlamento Europeo para “legitimar” la ocupación de un territorio asesinando a mujeres y niños saharauis en ataques selectivos con drones.
Las grietas de Marruecos:
Está claro que el Sáhara Occidental lleva a Marruecos a posiciones extremas, a veces, al filo del desastre. Para tapar las fisuras internas y otras injusticias políticas derivadas de la muerte del dictador Hassán II, el régimen de Marruecos comandado por Sidi (Mohamed VI) se tomó la libertad de definir al Sáhara Occidental como el estado de la nación marroquí. Excluyó política y simbólicamente a la población saharaui dominada y perseguida en su tierra que mantiene ocupada mientras presentaba al Reino alauita como un modelo de democracia y éxito. El éxito de Mohamed seiseno radicó más bien en abrir una brecha en el mapa político del Magreb.
Después de la normalización con el estado sionista, que tumbó una década de gobernanza de los ‘islamistas’ del PJD, que pese a gobernar no poseían todos los resortes del poder en un estado donde el rey alauí goza de un absolutismo pasmoso. Las últimas elecciones de Septiembre de 2021 dieron origen a una coalición de gobierno tripartita formada por tres partidos creados por los consejeros reales de Mohamed VI, en donde el jefe de gabinete es el hombre más rico del país sin contar al soberano. La neolengua, que se ha convertido en un lenguaje común en Occidente, cubre con su velo de vergüenza el carácter sumiso de estos partidos en un supuesto ejercicio de renovación gubernamental. Incluso notamos la preocupación de los ciudadanos marroquíes cuando llegó al poder esta camarilla, saliendo a las calles exigiendo su dimisión en bloque, siendo el año siguiente en el que más manifestaciones populares hubo. Por fin, las últimas elecciones destrozaron el consenso en la sociedad marroquí pero también dentro del aparato estatal. Personalidades de la diáspora, ex altos cargos, líderes religiosos y sociales han expresado en la prensa su franco desacuerdo con el nuevo panorama político que ha generado una ruptura con la idea que tienen de ser marroquíes y musulmanes.
Pero lo que más preocupa al ejército de Marruecos y sus servicios de seguridad son las perspectivas de que el Frente POLISARIO decida escalar la lucha como en la década de los ochenta. Porque enfrentarse a una acentuada guerra de desgaste contra un pueblo aguerrido y estar rodeado de países con los que estás en permanente conflicto, obviamente no es fácil cuando, además, tu propia población está dividida y desgarrada.
Así, la coalición de gobierno marroquí actual no es producto de una legitimidad dada por unas elecciones democráticas, sino más bien en un orden institucional basado en el amiguismo derivado de la incertidumbre y el miedo a lo desconocido en una región inflamada cuya inestabilidad emana desde Rabat debido a las ambiciones expansionistas de su rey. Marruecos, se enfrenta a una crisis que le demuestra que no se puede jugar con la historia. Un régimen que basa su existencia a partir de una ficción ideológica sin base histórica.
Nos recuerda a su hermano okupa, Israel, que producto de una guerra fratricida diezmó llanamente a los palestinos, pero sigue sin doblegar la resistencia palestina que poco a poco va llevando a Israel a una guerra civil que aumenta sus probabilidades con la política del extremista Netanyahu, dado que se enfrenta a un pueblo presente en su propia tierra, si bien dominado por la violencia pero con una aguda conciencia de sus derechos.
Obviamente, los especialistas que analizan la economía y el cuerpo social de este Estado no hacen ninguna conexión con la colonización saharaui. El círculo de los que pueden vivir allí en el Reino se está reduciendo, los datos de emigración lo confirman y las calles de las ciudades europeas lo corroboran. La mayoría de las personas huyen de Marruecos o quieren vivir en las ciudades saharauis ocupadas porque el gobierno ayuda con generosos subsidios a constituir hechos consumados de un territorio que nunca le ha pertenecido ni le pertenecerá. Otros trastornos futuros como la cohabitación dentro del aparato estatal entre un ínfimo grupo de pro-israelíes y una abrumadora mayoría de pro-palestinos no resistirán a las realidades sobre el terreno. En cuanto a los saharauis que viven aislados en el Sur de Marruecos (Guelmim, Assa, Zag) además de los problemas políticos en su relación con el Estado, se sienten saharauis y partícipes de la lucha contra la ocupación marroquí. El robo y desposesión de hogares saharauis en Dajla y El Aaiún ocupados, la denegación de permisos de construcción y trabajo a los ciudadanos saharauis por supuestos motivos de seguridad pero, en realidad, francamente racistas para favorecer su hecho consumado. Precisamente debido a esta ausencia de relaciones económicas con el entorno inmediato, fácilmente concluimos que es difícil, por no decir imposible, que cualquier economía se desarrolle íntegramente.
El régimen marroquí pasa por alto que cualquier solución para el conflicto saharaui debe pasar por la aprobación y consentimiento del pueblo saharaui, pero en su esencia totalitaria, Rabat, pretende imponer otra a toda costa. En rigor, una fuerza ocupante decidiendo la solución para el territorio que ocupa ilegalmente y para el que carece de ningún derecho de disputa.
Como los ejemplos enriquecen y ofrecen una comprensión de lo que se está explicando, mencionaremos el ejemplo de Argelia en la época colonial francesa, donde una comunidad Sansimoniana se instaló en 1841 con un proyecto diferente al mariscal Thomas Bugeau, que fue quien completó la ocupación de Argelia. Este grupúsculo de sansimonianos transmitieron ideas socialistas que debían ser generosas para otorgar a los «nativos» acceso al progreso. Por contra, en última instancia este movimiento fracasó porque había negado el carácter colonial de un estado cuyo objetivo era la destrucción de una sociedad, su identidad, su cultura y su entera existencia. Sus ideas acabaron siendo enterradas bajo las botas de los soldados argelinos y solo perviven como utopía de unos idealistas con gran imaginación y peor inhibición psicológica.
Lo que se obtiene por la fuerza solo se puede mantener por la fuerza, y ésta es la razón por la que Rabat corre tras los mercados del Golfo, que están repletos de dólares para gastar en la compra de aparatos para reforzar su ocupación, donde, sin duda, las industrias israelíes y emiratíes son sus favoritas. Una extraña similitud con lo que está pasando con Israel, que fue pensado y construido por movimientos que quisieron ser liberales beneficiarios del surgimiento de las ideas socialistas del siglo XIX y queriendo huir del racismo y los prejuicios de Occidente, pero ahora, nada más lejos de la realidad, su proyecto colonial en Palestina solo se mantiene a cambio de altas cuotas de crímenes humanitarios y un conflicto permanente con la comunidad internacional.
Volviendo al Reino de Bousbir, Marruecos, cuyo régimen alauí cree que puede escapar de la historia y la antropología de las sociedades declarándose perteneciente al mundo occidental, en lo que no es más que un error basado en el sesgo del prestigio. Por desgracia, para ellos, la antropología y la historia del Sáhara Occidental y la región no se pueden borrar de un plumazo. El régimen marroquí al esconderse detrás de la negación de la historia no puede hacernos olvidar la verdad cristalina de la Historia saharaui. ¿Cuántos ejércitos, desde César hasta Napoleón pasando por el General nazi Erwin Rommel deambularon por esta región y terminaron regresando a sus cuarteles?
Por lo tanto, el Estado de Marruecos, que fue creado por el General Lyautey y dirigido por aristócratas franceses hasta el 1956 cuando decidieron recolocar a la monarquía alauí en el poder y tildarlo de independencia, sin lucha, sin mártires y con un mapa que no incluía el Sáhara Occidental. Hoy día, es fácilmente comprobable cuán satelital es Marruecos de Francia, concretamente respecto al conflicto saharaui. Sin embargo, entre 1956 y 2024, mucha agua fluyó debajo de los puentes y en los lechos de los ríos de todo el mundo, los saharauis no abandonaron su país y en 1975 decidieron hacer realidad su sueño lanzando una lucha armada legítima contra la invasión marroquí: una empresa colonial marroquí cuyo objetivo era crear una provincia en un territorio que los alauitas habían declarado zona desierta densamente rica en recursos, excepto que la ignorancia o su ceguera les hizo olvidar que esta tierra era el corazón palpitante de una civilización asentada desde el siglo XIII. Es la naturaleza y la gravedad de la enfermedad que corroe este país, el disparate de un Estado “democrático” en medio de una región convulsa y entregada a la guerra y que ya no tiene receta porque ha agotado todas sus cartas, la última de ellas; entregarse al sionismo pese al profundo rechazo de sus ciudadanos.
¿Por qué el régimen marroquí está abriendo las puertas a una cruenta guerra tan temida por sus líderes políticos y militares? ¿Por que un régimen profesa ideas abiertamente racistas contra el pueblo saharaui y aboga por su extinción llamándolos «terroristas o mercenarios» por defender sus derechos reconocidos? Lo que no son más que declaraciones de banales bocas odiosas. La banalización del racismo por un Marruecos «democrático» se siente como un gran peligro para la supervivencia de este estado. Casi 70 años después de su creación, el Reino de Marruecos va por detrás de la definición de la palabra magrebí. En cualquier caso, no podemos esperar mucho de un país que conmemora su independencia y la colonización de un país vecino como fiestas nacionales en el mismo mes.
Estos son entonces los problemas que enfrenta Marruecos, problemas que han sido pasados ​​por alto en la prensa, una prensa que hace funciones de contentadora real. Ya sea que termine la guerra en Ucrania o que “se tome su tiempo” antes de que termine, el régimen marroquí enfrentará problemas que ya existen pero que empeorarán. Las consecuencias del enfrentamiento OTAN-Rusia en Ucrania exacerbarán los problemas. Rusia no olvidará el juego de Marruecos en Ucrania, primero mostrando un silencio ambiguo buscando ganarse el favor del Kremlin y posteriormente entregando armas a Ucrania a petición de los EE.UU al ver que Rusia se abstuvo de la votación de la MINURSO en el Consejo de Seguridad de la ONU, también está el reforzamiento de los lazos Moscú-Teherán, el histórico viaje del presidente chino Xi Jinping a Arabia Saudita, la guerra del gas y el petróleo de la que Argel sobresale en el horizonte como un actor esencial así como el dólar amenazado en su condición de moneda internacional, todos estos elementos del escenario internacional ya han creado una situación irreversible. Kissinger dijo una vez que ser enemigo de los EE.UU es peligroso, pero ser amigo es letal, y Rabat está a punto de comprobarlo, de ahí su acercamiento a otro estado con quien comparte una serie de intereses como son el saqueo y robo de bienes ajenos, la ocupación de estados vecinos y una acción diplomática avalada por un sistema de sobornos y chantajes patrocinado por sus servicios secretos.
Estos desencuentros son solo algunas grietas que se suman a otros parámetros que sacudirán ese estado colonial. Y es por medio de la antropología que está aflorando a la superficie de la sociedad marroquí, la que alimentará el nuevo rumbo en la historia de un estado ‘fachada’ que quiso ser similar a todos los estados del planeta. Error e ilusión porque incluso los problemas económicos, sociales y militares están obviamente ligados al carácter colonial de este Estado y su obsesivo deseo de mantener contra toda lógica jurídica y política un territorio militarmente ocupado.

Israel asesinó a 45 mil 500 palestinos en Gaza en 2024

Madrid (ECS).- En el día 452 del genocidio, la ocupación israelí prosigue su guerra y comete nuevas masacres en medio de las difíciles condiciones humanitarias en la Franja de Gaza.
Los ataques israelíes dejan un saldo devastador de muertos en la Franja de Gaza, mientras la crisis humanitaria empeora, el deterioro de la situación sanitaria y de vida es alarmante, según reporta Al Mayadeen. La hambruna se agrava, especialmente en el centro y sur de Gaza, debido al bloqueo israelí que impide la entrada de la mayoría de los convoyes de ayuda humanitaria. «Esta situación podría derivar en una catástrofe humanitaria».
Al respecto, el periodista de la televisión libanesa informó sobre la detección de dos casos de poliomielitis en Gaza, mientras que las temperaturas alcanzaron niveles inusualmente bajos y las lluvias nocturnas inundaron campamentos de desplazados.
También reportó un intenso bombardeo alrededor del Hospital Al-Awda en Tel Al-Zaatar y en áreas al oeste de la ciudad de Jabalia, al norte de Gaza, además de la demolición de varias viviendas. Mientras en el centro de Gaza, cazas israelíes atacaron diferentes puntos al noroeste del campamento de Al-Nuseirat. En el sur, el ejército de ocupación realizaron bombardeos masivos en las zonas noroccidentales de Rafah y Karem Abu Salem.
Por su parte, la sanidad de Gaza denunció que un ataque israelí destruyó una estación de bombeo de aguas residuales en el barrio de Al-Zaytoun, y advirtió de un desastre sanitario y ambiental inminente.
La cifra de muertes en el enclave aumentó a 45 mil 541 muertos y 108 mil 338 heridos, desde el inicio de los ataques israelíes el 7 de octubre de 2023. El Ministerio de Salud de Gaza reportó que, en el día 452 de la agresión, las fuerzas de ocupación cometieron tres masacres contra familias palestinas, con un saldo de 27 muertos y 149 heridos en las últimas 24 horas. Aún hay miles de cadáveres y heridos atrapados bajo los escombros debido al continuo bombardeo, las condiciones peligrosas en el terreno y un asfixiante bloqueo que restringe la entrada de combustible y ayuda humanitaria urgente.

Trump y el nuevo escenario panamericano

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Por Germán Gorraiz López
EDITORIAL
EQuinquenio 2025-2030 supondrá la irrupción en el escenario geopolítico de América Latina de una nueva ola negra involucionista que consistirá en la implementación de «golpes de mano blandos» con el objetivo inequívoco de sustituir a los regímenes insensibles a los dictados de Washington por regímenes tutelados por EE.UU., quedando como utopía inalcanzable la Patria Grande de Manuel Ugarte.
Retorno de la Doctrina Monroe con Trump
Trump, en un discurso pronunciado en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), el futurible candidato republicano afirmó: «Soy el único candidato que puede hacer esta promesa: evitaré la Tercera Guerra Mundial», al tiempo que denunció la «excesiva cantidad de armamento que circula actualmente en el mundo», lo que estaría anticipando el retorno de la Doctrina Aislacionista de EEUU.
Así, en una conferencia pronunciada por Trump en la sede de la influyente revista política «The National Interest», Donald Trump expuso las líneas maestras de su política exterior que podrían sintetizarse en su lema «Estados Unidos lo primero», lo que de facto supondría el retorno a la Doctrina Monroe (América para los americanos) y la salida de EE.UU de las estructuras militares de la OTAN.
La Alianza del Pacífico, caballo de Troya de EE.UU.
Tras la fachada neoliberal de la Alianza del Pacífico se escondería un refinado proyecto de ingeniería geopolítica cuya finalidad última sería dinamitar el proyecto político-integracionista representado por la UNASUR e intensificar la política de aislamiento de los Gobiernos progresista-populista de la región,en especial de Venezuela tras quedar huérfana del alma mater de la Revolución Bolivariana (Chávez).
Otro objetivo sería finiquitar el proyecto integrador económico del MERCOSUR, proceso de de integración económico creado en en 1991 tras la firma del Tratado de Asunción entre Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay al que posteriormente se habría incorporado Venezuela como Estado parte, quedando Bolivia, Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Surinam y Guyana como «Estados asociados».
Dicha estrategia fagocitadora tendría como objetivos a medio plazo aglutinar el Arco del Pacífico para integrar además a Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá e incorporar por último al Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay), siguiendo la teoría kentiana del «palo y la zanahoria» expuesta por Sherman Kent en su libro «Inteligencia Estratégica para la Política Mundial Norteamericana» (1949).
En dicho libro, Kent afirma que «la guerra no siempre es convencional: en efecto, una gran parte de la guerra, de las remotas y las más próximas, ha sido siempre realizada con armas no convencionales: […] armas […] políticas y económicas. La clase de guerra en que se emplean […] (son la) guerra política y la guerra económica».
Bolivia y la Guerra del litio
Bolivia poseería el 70% de las reservas mundiales de litio, elemento esencial para la fabricación de celulares y del coche eléctrico pero la complejidad de su extracción y procesamiento ha impedido a Bolivia desarrollar una industria propia al carecer del capital necesario y la tecnología adecuada.
El retorno al Poder de la izquierda tras la aplastante victoria de Luis Arce en las últimas elecciones y la excesiva polarización del estamento judicial estaría tras la detención de la ex Presidente Jeanine Áñez acusada de «sedición y terrorismo». Tras ello, la Administración Biden recordó al Gobierno boliviano «la necesidad de mantener las garantías sobre los Derechos Humanos así como respetar los principios de la Carta Democrática Interamericana». Dicho recordatorio sería una advertencia clara al Gobierno boliviano de que «debería facilitar el desembarco de empresas anglo-estadounidenses y regresar Bolivia a la senda de países dóciles a EE.UU», pues en caso contrario podríamos asistir a un nuevo golpe blando contra Luis Arce que contaría con las bendiciones de la Administración Trump.
¿Nicaragua en la diana de Trump?
China habría asumido el reto de construir un nuevo canal en Nicaragua (Gran Canal Interoceánico) similar al canal del istmo de Kra que tiene proyectado entre Tailandia y Birmania para sortear el estrecho de Malaca, convertido «de facto» en una vía marítima saturada y afectada por ataques de piratas e inauguró en el 2010 el gasoducto que une a China con Turkmenistán y que rodea a Rusia para evitar su total rusodependencia energética al tiempo que diversifica sus compras. Así, en el primer mandato de Trump, se produjo la aprobación por el Congreso y el Senado de EE.UU. del proyecto de ley conocido como Nica Act (Nicaraguan Investment Conditionality Act of 2017), que siguiendo la estrategia kentiana busca congelar los préstamos internacionales de instituciones satélites de EE.UU. (Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo) a Nicaragua con el objetivo confeso de provocar su inanición financiera y posterior asfixia económica.
En el segundo mandato de Trump, podríamos asistir a una revolución de colores teledirigida por la CIA para forzar a las élites dominantes a la celebración de nuevas elecciones generales con el objetivo confeso de finiquitar la herencia sandinista y conseguir que Nicaragua vuelva a la senda de los países tutelados por EE.UU.
Invasión de Panama
En 2023 refiriéndose al canal de Panamá, Trump afirmó que ‘construimos el canal de Panamá y nunca lo debimos ceder a panameños pues hoy está en manos de los chinos’. Con Trump, no seria descartable la reedición de la invasión de Panama de 1989 (Operation Just Cause), quedando de nuevo el Canal bajo jurisdicción estadounidense e impidiendo el paso de buques chinos que deberán buscar rutas alternativas y encarecer sus exportaciones.
Crisis de los Misiles en Cuba
Dado que Trump mantendrá intacto el anacrónico embargo sobre la Isla, es inevitable que surja en la Habana el desapego afectivo respecto a EE.UU, vacío que será aprovechado por el hábil estratega geopolítico Putin para firmar un nuevo tratado de colaboración militar ruso-cubana (rememorando el Pacto Secreto firmado en 1.960 en Moscú entre Raúl Castro y Jruschov).
El primer hito según anunció Putin, será «el despliegue en Cuba de un complejo móvil para la recepción de datos de satélites rusos», no siendo descartable la posterior instalación de una base de Radares en la abandonada base militar de Lourdes para escuchar cómodamente los susurros de Washington y la posterior instalación de bases dotadas con misiles Iskander tras desplegar EE.UU en Rumanía sistemas antimisiles Aegis, pudiendo revivirse la Crisis de los Misiles Kennedy-Jruschev (octubre, 1.962) y la posterior firma con Jrushchov del Acuerdo de Suspensión de Pruebas Nucleares (1962).
Riesgo de Golpe militar en Argentina
La economía argentina pivota en escenarios de estanflación (inflación desbocada y recesión económica) que sería de una de las más peligrosas combinaciones para la economía ya que ambos elementos distorsionan el mercado y la terapia de choque para combatir el estancamiento económico tiene como efecto secundario el incremento de la inflación.
Así, para incentivar el consumo y salir de la recesión se requieren terapias basadas en la expansión fiscal y monetaria,lo que al final deviene en un círculo explosivo (estancamiento secular) que tendrá como efectos colaterales la agudización de las tasas de pobreza y de los conflictos sociales.
Dado que el 52% de la población argentina rozaría ya el umbral de la pobreza, la miseria y el hambre podrían provocar el próximo otoño el estallido de motines, la huida de Milei de Argentina y un posterior golpe de mano militar que contaría con las bendiciones de EE.UU.
De todo ello, se deduce que estaríamos en vísperas de la irrupción en el escenario geopolítico de América Latina de una nueva ola desestabilizadora cuyos primeros bocetos ya están perfilados y que terminará de dibujarse en esta década) y que tendrán a Honduras, Perú, Nicaragua, Bolivia, Granada y Panamá como paradigmas de los llamados “golpes virtuales o postmodernos» que protagonizará EE.UU el próximo quinquenio en el nuevo escenario panamericano que surgirá tras el retorno al proteccionismo económico y consiguiente finiquito a la economía global.

El Sáhara Occidental cierra el 2024 afianzando su lucha por la libertad y la independencia

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Causa saharaui: 2024, un año histórico
Madrid (ECS).- En 2024, la lucha del pueblo saharaui por la libertad y la independencia se vio reforzada por una decisión histórica del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que supuso un importante revés para Marruecos.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea invalidó dos acuerdos comerciales ilegales firmados entre la UE y Marruecos en 2019, reafirmando el estatus distintivo del Sáhara Occidental y el papel del Frente Polisario como representante legal del pueblo saharaui. Estas sentencias establecen un marco jurídico claro para la UE en sus relaciones con Marruecos, exigiendo el consentimiento explícito del pueblo saharaui en los acuerdos que les conciernen. Este hito judicial fue aclamado como un momento decisivo por el Frente Polisario y su difunto abogado Gilles Devers, marcando un paso histórico para la jurisprudencia europea.

Sáhara Occidental | La batalla diplomática y judicial del Frente POLISARIO encierra a Marruecos y a sus aliados europeos

A pesar de los importantes avances, persisten desafíos, Oubi Bouchraya Bachir, representante saharaui ante los organismos internacionales en Ginebra, calificó el año 2024 de excepcional, a pesar de las presiones de países como Francia, que buscan eludir las sentencias del TJUE. El abogado del Frente Polisario advirtió a las empresas que operan en los territorios saharauis ocupados que se pondrían en marcha procedimientos específicos para hacer cumplir esta decisión legal.
El TJUE, al privar a Marruecos de los recursos económicos resultantes de la ocupación ilegal, reforzó la urgencia de una solución basada en la autodeterminación.
La cuestión saharaui también ha experimentado una evolución favorable en la ONU, donde la Asamblea General adoptó una resolución que reafirma el estatus del Sáhara Occidental como territorio en espera de descolonización. Dr. Mohamed Sidi Omar, representante del Frente POLISARIO ante la ONU, destacó que esta reafirmación confirma el derecho inalienable del pueblo saharaui a la independencia. Para Bouchraya Bachir, este estatus constituye el mayor logro de 2024. “A pesar de los esfuerzos de Marruecos y sus aliados, el Sáhara Occidental permanece en la lista de la ONU de territorios no autónomos, consagrando el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui”, concluyó.

Marruecos y los supuestos «avances en el Sáhara Occidental»; mucho ruido y pocas nueces

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EDITORIAL 

Madrid (ECS).- Sucesión de crisis diplomáticas con todos sus vecinos, ausencia de paz en la región, tensiones bélicas abiertas (…) el fiasco político del régimen de Marruecos tras la sentencia de la justicia europea. Las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión (TJUE) del pasado 4 de octubre, que invalidaron los acuerdos comerciales entre Marruecos y la UE por incluir el Sáhara Occidental, han causado un estado de histeria colectiva en la diplomacia alauita, que ha iniciado amenazas contra todo aquel que se ha opuesto a violar la legitimidad internacional usando, para imponer sus objetivos, amenazas directas a  la UE, declaraciones amenazantes y la congelación de parte de la cooperación bilateral con Bruselas.

Ahora, con un panorama bastante inflamable debido al ulterior, y no deseado, desarrollo de los acontecimientos en torno al expediente saharaui que contradice la retórica con la que se promovieron los acuerdos Marruecos-UE de traer prosperidad a la región, Marruecos emerge en el horizonte como el gran perdedor. Marruecos, un país regado de ayudas económicas por parte de la UE y títere de potencias, se pensó fortalecido geopolíticamente tras sellar con España y Francia una reconciliación cuyo propósito solamente ha beneficiado, contra todo pronóstico, al pueblo saharaui. Ciertamente y sin miedo a equivocarnos, tras casi dos años de la pretendida reconciliación, solamente los saharauis han salido beneficiados en la medida en que no se han logrado los intereses marroquíes, salvo declaraciones «oportunistas» del presidente Pedro Sánchez, que amenazaron con una grave crisis con Argelia.

Marruecos, a través de las instrucciones reales tras estallarle treinta años después la guerra del Sáhara Occidental, accedió apresurado y cegado a acuerdos sin garantías con varios actores internacionales. Ahora, el reconocimiento de la supuesta soberanía marroquí sobre territorios saharauis permanece en el limbo. Si la potencia norteamericana verdaderamente estuviera a favor, no tendría Trump problemas en repetir lo dicho en 2020. Rabat creyó que la declaración de soberanía trumpista supuso un espaldarazo y una palanca importante para su diplomacia, y a pesar de que la calificaron de »histórica», lo único que tiene de memorable es que sumió al país magrebí en una sucesión de crisis diplomáticas que derivaron en un aislamiento sin precedentes, enfrentándose a países europeos, así como a dos de las potencias africanas: Argelia, Mauritania y Sudáfrica. Esta actitud basada en una estrategia de choque prueba que es Marruecos quien está tomando las decisiones equivocadas y no el resto de países involucrados.

En consecuencia, esto nos permite concluir que, lejos de una paz permanente en la región, los Acuerdos de Abraham entre Israel, Marruecos y los EE.UU no constituyen un paso hacia una paz duradera, y esto es debido a que incluyen precisamente la ocupación del Sáhara Occidental, causante de todas las crisis diplomáticas marroquíes desde su firma.

Mohamed VI y el sentimiento de irrelevancia

Acostumbrado a implicar a terceros países en el contencioso del Sáhara Occidental, se ha vuelto en su contra, ahora ya no se trata de solo la ocupación de un territorio ajeno, sino que, torpemente, ha arriesgado sus intereses económicos, geopolíticos y comerciales inflamando el terreno político para el cual su escasa fuerza diplomática no está preparada, y esto se refleja en el hecho de entregarse plácidamente a alianzas contrarias a los intereses del pueblo marroquí para intentar ganar peso e influencia. Finalmente, ¿qué no estarás dispuesto a hacer para proteger tus puntos débiles?

Marruecos se vende como una potencia regional, quiso probar su peso geoestratégico y el alcance de su influencia política y el resultado está a la vista.

Su grandilocuente papel en los acuerdos con actores europeos se ha reducido a ser el de  ‘tonto útil» en los planes de otras potencias en la actual guerra comercial entre China y EE.UU, y en los de Israel en su ofensiva armada contra Gaza, y sin recibir nada a cambio aún habiendo firmado y ‘hecho los deberes.’ No puedes venderte como potencia regional cuando careces de elementos influyentes en la escena regional que limitan considerablemente tu acción política.

Precipitaciones y falta de miras ante un contexto divergente

En un contexto dominado por las consecuencias de la guerra de Ucrania y el genocidio en Gaza, el conflicto saharaui reavivado, una coyuntura regional marcada por una reordenación de las alianzas y equilibrios geoestratégicos, una nueva configuración del Magreb, además de una feroz batalla comercial entre China y EE.UU. A un ingenuo Marruecos se le subió a la cabeza jugar un rol importante y ha terminado aislado y amargamente debilitado.

Hay una ley inmanente en política que reza que la fuerza de cualquier política es limitada cuando la contradicción con los hechos es demasiado grande. Marruecos no consideró debidamente varios factores antes de aventurarse junto a Israel y EE.UU en un acuerdos que han traído más malestar que bienestar.

De la crisis al control de daños

Tras el inútil desgaste diplomático durante cuatro años que no ha servido más que para degradar la ya mala imagen de Marruecos y poner en la palestra la ocupación del Sáhara Occidental, Marruecos intenta levantarse.

No obstante, el enfrentamiento no es opción para un régimen que vincula la invasión a su existencia y considera enemigo a todo aquel que exija el derecho de autodeterminación para el pueblo saharaui como dicta la legalidad internacional.

Tras un estrepitoso fracaso intentando imponer la soberanía sobre el Sáhara Occidental, Rabat pasa al plan B; recurrir a Acuerdos de Defensa con Israel, Etiopía y Azerbaiyán, otro síntoma de su debilidad y acorralamiento. De exigir la soberanía sobre el Sáhara Occidental a conformarse con que el estado hebreo continúe suministrándole armas y drones para mantenerse frente a los ataques relámpago del Ejército Saharaui. Esta descabellada idea solo puede ser producto de la confusión majzeniana entre política interna y externa, pretender que salga adelante para allanar el terreno de su agenda expansionista, es un loable esfuerzo de credulidad.