Por Mahayub Sidina
En las últimas semanas, hemos venido asistiendo a una serie de movimientos sospechosas que, por sus posibles futuras implicaciones sobre nuestra causa, no pueden dejarnos indiferentes. Al parecer, tanto España (firmante) como Francia y los Estados Unidos (patrocinadores) pretenden reeditar un versión adaptada de los ignominiosos Acuerdos Tripartitos de Madrid de 1975.
Bajo el falso pretexto de “desarrollo económico y social”, están trabajando, contra reloj, para afianzar aún más la colonización del Sáhara Occidental por Marruecos, con la mirada puesta en el saqueo y robo de sus recursos naturales. Desde el inexplicable giro copernicano de Pedro Sánchez, su gobierno no ha escatimado ningún esfuerzo para incrementar la, ya existente e ilegal, presencia de empresas y organismos españoles en el territorio ocupado. Lo hace para satisfacer a un Marruecos insaciable que, todo indica, posee cartas de presión cuya revelación podría, eventualmente, acabar con el Sr. Sánchez no sólo fuera de la Moncloa sino también, lo más probable, en el banquillo de los acusados.
Por medio de su embajada en Rabat, Estados Unidos anunciaron, en la Red X, el desbloqueo de medio millón de dólares a favor de las ciudades de Aaiún y Dajla, como ayuda al “desarrollo económico global”. A esto hay que añadir, la concomitante publicación, sin que nadie sepa el motivo, de una relación exhaustiva del sofisticado arsenal militar, sin precedentes, puesto a disposición del ejército de Marruecos en los últimos tiempos. A este respecto, sería muy edificante preguntarse ¿si tal cantidad de sofisticado material, de destrucción, ayudaría en algo al Sr. Staffan de Mistura en su labor de mediación, como enviado especial del Secretario General de la ONU para el Sahara Occidental?
Francia, dispuesta a invertir en el Sáhara Occidental ocupado junto con Marruecos