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30 octubre 2024

¿Pretenden reeditar, tácticamente, los Acuerdos Tripartitos de Madrid?

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Por Mahayub Sidina


En las últimas semanas, hemos venido asistiendo a una serie de movimientos sospechosas que, por sus posibles futuras implicaciones sobre nuestra causa, no pueden dejarnos indiferentes. Al parecer, tanto España (firmante) como Francia y los Estados Unidos (patrocinadores) pretenden reeditar un versión adaptada de los ignominiosos Acuerdos Tripartitos de Madrid de 1975.

Bajo el falso pretexto de “desarrollo económico y social”, están trabajando, contra reloj, para afianzar aún más la colonización del Sáhara Occidental por Marruecos, con la mirada puesta en el saqueo y robo de sus recursos naturales. Desde el inexplicable giro copernicano de Pedro Sánchez, su gobierno no ha escatimado ningún esfuerzo para incrementar la, ya existente e ilegal, presencia de empresas y organismos españoles en el territorio ocupado. Lo hace para satisfacer a un Marruecos insaciable que, todo indica, posee cartas de presión cuya revelación podría, eventualmente, acabar con el Sr. Sánchez no sólo fuera de la Moncloa sino también, lo más probable, en el banquillo de los acusados.

Por medio de su embajada en Rabat, Estados Unidos anunciaron, en la Red X, el desbloqueo de medio millón de dólares a favor de las ciudades de Aaiún y Dajla, como ayuda al “desarrollo económico global”. A esto hay que añadir, la concomitante publicación, sin que nadie sepa el motivo, de una relación exhaustiva del sofisticado arsenal militar, sin precedentes, puesto a disposición del ejército de Marruecos en los últimos tiempos. A este respecto, sería muy edificante preguntarse ¿si tal cantidad de sofisticado material, de destrucción, ayudaría en algo al Sr. Staffan de Mistura en su labor de mediación, como enviado especial del Secretario General de la ONU para el Sahara Occidental?

Paralelamente, Francia hizo desembarcar en Rabat a cinco ministros para dar mas solemnidad a su decisión de impulsar las inversiones en el Sáhara Occidental ocupado. La medida constituye un gran respaldo a las empresas francesas que, algunas de ellas, ya llevan más de treinta años en la zona, pero con más discreción. 

El preludio de la renovada ofensiva francesa contra los derechos legítimos del pueblo saharaui, fueron las declaraciones del embajador de París en Rabat Sr. Christophe Lecourtier. Este último reconoció por primera vez, aunque de forma tardía, dos hechos de extrema gravedad: a) la intervención de aviones franceses Jaguar, procedentes de sus bases neocoloniales en Senegal, en la guerra contra el Frente Polisario y b) la presión ejercida, desde siempre, por la diplomacia francesa sobre el Consejo de Seguridad de la ONU para evitar la condena de Marruecos que “estaba muy aislado”, subrayó el embajador. 

Casi cincuenta años después, la historia se repite, con distinto matiz pero con el mismo propósito. Un firmante de los acuerdos tripartitos de Madrid, al mismo tiempo potencia administradora in iure del territorio (la España de Sánchez), combina sus esfuerzos con las dos grandes potencias, (Francia y Estados Unidos) que, en su día (14 de noviembre de 1975), han patrocinado y presionado para que dichos acuerdos sean firmados con el fin de borrar a todo un pueblo del mapa.

Gracias a la heroica lucha del pueblo saharaui, durante medio siglo, tanto los conspiradores como su caballo de batalla, el ocupante marroquí, no han logrado sus perniciosos objetivos.

A pesar de las adversidades y dificultades de todo tipo, los saharauis, gracias a sus enormes sacrificios, han logrado desarticular el plan de su aniquilación y mantener encendida la llama de su inquebrantable resistencia.

Con la nueva versión, tácita, de los acuerdos tripartitos, los tres países quieren estar a la cabeza del pelotón del saqueo de los recursos naturales del pueblo saharaui y, al mismo tiempo, dar un respaldo a la política de colonización y ocupación marroquí, en violación del derecho internacional que, supuestamente, deberían defender. Tal y como ocurrió el 14 de noviembre de 1975, el pueblo saharaui es llamado, una vez mas, a hacer frente al renovado y perfeccionado plan de su desaparición del mapa mundial.

Desde 1975, el pueblo saharaui ha podido resistir, casi cincuenta años, gracias a la Unidad Nacional en torno al Frente POLISARIO, que sirvió de catalizador para todos los saharauis, vengan de donde vengan o estén donde estén.

En 2024 y ante los nuevos desafíos, todos los saharauis cualquiera que fuese su ubicación geográfica, especialmente el liderazgo del Frente POLISARIO, deben asumir su responsabilidad, dejando de lado los pequeños cálculos y el probable egocentrismo. Hay que ser creativos para galvanizar a la sociedad, al igual que en 1975. 

Lo esencial no es la multiplicidad de mecanismos que, al final, supondrían una carga y terminarían siendo parte del problema. Lo esencial seria dar con la receta adecuada y eficiente para que la gente, sobretodo los cuadros, se sienta coparticipe en la toma de las grandes decisiones. Ya que estamos hablando de reedición de planes enemigos, me gustaría, para concluir, dejar en el aire la pregunta: ¿no sería éste el momento propicio para reeditar la Unidad Nacional, adaptándola a las nuevas circunstancias?.

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