Por Hendu Sid-Ahmdat
El Aaiún ocupado (ECS).- Hoy, el régimen marroquí ha dictado una sentencia de 10 años de cárcel contra dos estudiantes saharauis por su participación en una manifestación pacífica en los territorios ocupados del Sáhara Occidental. Este acto de represión no solo es injusto, sino que también pone en evidencia la falta de legitimidad del régimen marroquí en el ejercicio del poder sobre los saharauis.
El encarcelamiento de estos jóvenes no es legal. El régimen marroquí es un ocupante ilegal y no tiene autoridad legítima para encarcelar a civiles saharauis. Según el derecho internacional, Marruecos no tiene jurisdicción sobre el Sáhara Occidental, un territorio que ocupa ilegalmente desde 1975 tras la retirada de España. La comunidad internacional, a través de diversas resoluciones de la ONU, reconoce el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, un derecho que Marruecos sigue ignorando sistemáticamente.
Estos estudiantes no son encarcelados; son secuestrados por un régimen invasor. Calificar sus arrestos como secuestros no es una exageración, sino una descripción precisa de la situación. Las autoridades marroquíes carecen de cualquier base legal para detener y condenar a civiles saharauis. Este tipo de acciones represivas sólo busca silenciar la resistencia pacífica y el clamor legítimo del pueblo saharaui por su libertad y derechos.
No podemos permitir que la comunidad internacional siga mirando hacia otro lado mientras Marruecos continúa violando los derechos humanos en el Sáhara Occidental. Los saharauis están siendo reprimidos, encarcelados y silenciados en su propia tierra por un régimen que no tiene derecho a estar allí. Este encarcelamiento no solo es un acto de injusticia, sino también una violación flagrante del derecho internacional.
Es hora de que las voces de los saharauis sean escuchadas y que la comunidad internacional tome medidas firmes contra estas violaciones. Hasta que el régimen marroquí no cese su ocupación ilegal y se respete el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, cualquier discurso sobre valores, moral y derechos humanos por parte de aquellos que apoyan o ignoran estas injusticias es vacío e hipócrita.