Por Germán Gorraiz López | Analista
Al cabo de dos décadas de la caída de Saddam Hussein, el actual Irak sería un estado fallido y carcomido por la metástasis de la corrupción y la inseguridad, lo que evidencia el fracaso de los más de 82.000 millones de dólares dedicados desde 2003 por EE.UU para erigir un nuevo Estado iraquí basado en la revitalización y modernización del sector petrolero, la formación de un Gobierno central de Coalición y unas Fuerzas Armadas modernas y multiconfesionales.
Exxon Mobil y la Cuarta Rama del Gobierno de EE.UU
Steve Coll, dos veces del Pulitzer en su libro «Imperio privado: Exxon Mobil y el poder estadounidense”, afirma que “Exxon Mobil es un Estado empresarial dentro del Estado americano y tiene sus propias reglas de política exterior”. Asimismo, en dicho libro, Coll afirma que «Exxon Mobil tiene una oficina en Washington y las donaciones de su comité de acción política para las campañas electorales presidenciales en EEUU están muy orientadas hacia un sector, el Partido Republicano».
Finalmente, añade que «Exxon Mobil se considera a sí misma, orgullosamente, como un Estado soberano e independiente, como su propio gobernante, con su propia política exterior y su propia política económica”. Exxon Mobil formaría parte además de la Cuarta Rama del Gobierno de EEUU, agentes patógenos de naturaleza totalitaria y devenidos en Estado paralelo y verdadero poder en la sombra cuyos tentáculos se extienden a todas las esferas de Poder teledirigiendo la política exterior de EEUU en función de sus intereses.
Salida de Exxon Mobil del tablero energético iraquí
Según un artículo publicado por el New York Times, una buena parte de la producción petrolera de Irak tendría como destino China, dado que las compañías occidentales (Exxon Mobil, Shell, BP y otras serían reacias a invertir en dicho país, pues las regalías, impuestos y otros cargos cobrados en Irak suelen engullir el 90% o más de las ganancias de una empresa petrolera, mientras que las inversiones en EEUU consiguen una ganancia del 50% aunado con el hecho de que EEUU importa tan sólo el 3% de sus necesidades petrolíferas de Iraq.
Así, el Gobierno de Al Maliki firmó en 2008 un acuerdo con China cifrado en 3.000 millones de dólares, mediante el cual la firma estatal China National Petroleum Corp. (CNPC) obtuvo los derechos de explotación durante 23 años del campo petrolífero de Al Ahdab (el mayor yacimiento abierto en Irak durante las dos últimas décadas con una producción estimada de 25.000 barriles diarios) recibiendo de parte china la condonación del 80 por ciento de la deuda heredada de la época de Sadadm Hussein, estimada en unos 8.500 millones de dólares.
En la actualidad, la apuesta de las petroleras occidentales por una transición hacia la energías renovables, estaría siendo aprovechada por petroleras estatales de China y Rusia como Lukoil y PetroChina para adquirir una mayor porción de activos relacionados con el petróleo en Irak. Así, según anunció el Ministerio de Petróleo de Irak, Inpex (la principal compañía petrolera de Japón, aliado clave de Estados Unidos) iba a vender su participación del 40% en el Bloque 10 del campo de Eridu, uno de los mayores descubrimiento de petróleo de las últimas décadas y cuyo control fue asumido por la petrolera rusa Lukoil.
🔴 #URGENTE | El cuartel general blindado y una base militar de las fuerzas armadas de Irak, la Policía Federal y las Fuerzas de Movilización Popular (pro iraní) en Babilonia, al este de Irak, han sido blanco de violentos ataques aéreos israelíes.
– Reportes indican que los… pic.twitter.com/KgeVLsw3xG
— ECSaharaui (@ECSaharaui__) April 19, 2024