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03 agosto 2025

Sáhara Occidental en los Archivos de la CIA: El Polisario, Marruecos y la verdad que Occidente calla

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Por Ana Stella 

    Madrid (ECS).- Desde la retirada española en 1975, el Sáhara Occidental vive bajo ocupación militar por parte de Marruecos. El Frente Polisario, respaldado por Argelia y reconocido por más de 80 países y por la Unión Africana, continúa reclamando el cumplimiento del derecho internacional: un referéndum de autodeterminación pendiente desde 1966.

   Los documentos desclasificados de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA) revelan una realidad distinta a la propaganda oficial marroquí: el Polisario es reconocido como representante legítimo del pueblo saharaui, mientras Marruecos aparece como una potencia ocupante, sostenida artificialmente por intereses estratégicos y económicos.

El Frente Polisario: legitimidad, eficacia y resistencia

   Desde 1975, el Frente Polisario se consolida como fuerza de liberación nacional armada, con base en Tinduf (Argelia).

   La CIA reconoce que el Frente Polisario derrotó militarmente a Mauritania, forzando su retirada tras el Acuerdo de Argel en 1979, en el que Nuakchot renunció a sus reivindicaciones sobre el Sáhara.

    El informe destaca que el Polisario está compuesto por saharauis nativos. Se destaca la eficiencia del Polisario en emplear tácticas de guerrilla móvil, utilizando vehículos Land Rover equipados con armas automáticas para realizar ataques rápidos contra destacamentos marroquíes dispersos.

   Marruecos, por el contrario, es percibido por la población local como una potencia extranjera y colonial, que impone su presencia mediante represión. La CIA también resalta que gran parte del territorio reclamado por Marruecos no estaba bajo su control efectivo, sino sujeto a constantes incursiones del Polisario.

   Las operaciones saharauis, como las emboscadas a convoyes militares marroquíes entre Smara y Mahbes, y los ataques a bases como Amgala o Bir Enzaran, son citadas por la CIA como acciones militares de alta efectividad táctica.

   Las pérdidas humanas marroquíes fueron significativas, aunque censuradas por Rabat. Se estima que en ciertos meses se contabilizaban más de 100 bajas marroquíes, mientras el Polisario sostenía una guerra de desgaste.

   La CIA alerta de que el conflicto está generando descontento en las filas marroquíes, particularmente entre conscriptos mal entrenados y tribus del sur forzadas a combatir. Además, el Frente Polisario logró establecer una capacidad operativa sostenida, incluso lanzando ataques en profundidad contra posiciones al sur del muro defensivo marroquí, eludiendo radares y utilizando rutas desérticas poco vigiladas.

   Se documenta que en 1980, Marruecos había perdido el control de más del 60% del territorio reclamado como suyo, y que sólo las zonas amuralladas quedaban bajo su dominio efectivo. Las acciones del Polisario contra instalaciones logísticas y rutas de suministro al interior del muro debilitaban la cohesión de las fuerzas marroquíes desplegadas.

La viabilidad del Estado saharaui y la “carga marroquí”

   El informe detalla que el Polisario ha establecido instituciones provisionales: gobierno en exilio, ejército regular, sistema de distribución de ayuda, educación y servicios básicos en los campamentos de refugiados.

   Se considera que, con apoyo externo limitado, un Estado saharaui podría sobrevivir y consolidarse, particularmente si se reconoce como actor soberano en foros regionales o internacionales.

   Se admite que el Polisario mantiene principios de no alineamiento, pero con tendencia favorable hacia los movimientos revolucionarios y anticolonialistas. Se señala además que los líderes del Polisario contaban con una estructura de mando estable y políticas de cohesión nacional firmes, que favorecían la identidad saharaui como base de resistencia.

   El rey Hasan II teme el efecto político de una derrota o concesión en el Sáhara Occidental, especialmente ante sectores islamistas, nacionalistas y militares descontentos.

   La CIA estima que el conflicto consume entre el 30% y el 40% del presupuesto de defensa marroquí a inicios de los años 80. Se resalta que esta presión presupuestaria ha obligado al régimen a endeudarse externamente, y a solicitar ayuda encubierta a potencias occidentales.

   Aumentan las señales de fatiga social, particularmente en Casablanca y Fez, donde la represión impide que aflore oposición organizada. Se teme que el desgaste económico pueda derivar en explosiones sociales, especialmente si el precio del fosfato (recurso clave para Marruecos) continuaba su descenso en los mercados internacionales.

Argelia y otras naciones

   Argelia aparece como el pilar estratégico y logístico del Polisario, ofreciendo santuarios, inteligencia, armas, diplomacia y cobertura internacional.

   El informe advierte que, si Marruecos intenta cruzar la frontera argelina para atacar campamentos en Tinduf, Argelia intervendría militarmente. Se subraya que las Fuerzas Armadas argelinas mantenían en alerta a sus unidades mecanizadas en las provincias fronterizas.

   La CIA afirma que la campaña diplomática del Polisario ha ganado terreno: ha obtenido el reconocimiento de decenas de países no alineados, africanos e hispanoamericanos.

   Marruecos fracasa en aislar al Polisario, y su propuesta de autonomía es rechazada por la ONU mientras no se celebre el referéndum prometido.

   El documento también señala que el Polisario había comenzado a establecer delegaciones permanentes en capitales africanas, así como oficinas de relaciones exteriores en Hispanoamérica y Europa Occidental.

La contradicción occidental: se sabe que Marruecos ocupa, pero se le respalda

    EE.UU. y Francia continúan apoyando militar y económicamente a Marruecos, pese a saber que su presencia en el Sáhara Occidental contraviene el derecho internacional.

   Washington teme que un triunfo del Polisario refuerce a Argelia como potencia regional y debilite la monarquía marroquí, considerada aliada clave contra el socialismo árabe y el panislamismo.

    La CIA sugiere que una salida pactada implicaría presionar a Marruecos para negociar con el Polisario, algo que París y Washington no están dispuestos a hacer. El apoyo logístico y de inteligencia brindado por EE.UU. y Francia ha sido documentado, aunque ocultado en los foros multilaterales. Se considera que sin dicho respaldo, Marruecos no podría sostener por sí solo el conflicto en el tiempo.

Los documentos hablan más claro que los gobiernos

    El Frente Polisario fue reconocido desde el inicio como fuerza legítima, estructurada y popular entre los saharauis. Marruecos es una potencia ocupante, mantenida por el miedo interno y el apoyo externo. Occidente conoce la ilegitimidad de la ocupación, pero la mantiene por interés estratégico, sacrificando el derecho internacional y la justicia. El pueblo saharaui ha demostrado resistencia, dignidad y capacidad organizativa, desafiando décadas de propaganda, represión y traición diplomática.

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