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11 mayo 2025

Del nacimiento del Frente POLISARIO al primer combate por la libertad del Sáhara Occidental

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Por Dr. Jorge Alejandro Suárez Saponaro

    Madrid (ECS).– El movimiento nacionalista saharaui tiene un origen pacífico, liderado por el carismático Bassiri. Su desaparición en circunstancias hasta hoy no dilucidadas y la negativa de las autoridades coloniales españolas de escuchar la voz del pueblo saharaui, motivó la creación del Frente Polisario un 10 de mayo de 1973, liderado por el mítico líder El Uali Mustafa Sayed. Al poco tiempo de su creación fuerzas del Frente Polisario lanzaron su primer ataque armado el  20 de mayo de 1973 contra el puesto de Janguet Quesat.

    El ejemplo de las luchas anticoloniales en África, de la Revolución Argelina, así como el recuerdo de la revolución de Nasser en Egipto o el entonces joven coronel Gaddafi en Libia, eran fuentes de inspiración para los jóvenes nacionalistas saharauis. La vía pacífica estaba agotada, el trágico destino de Bassiri, la posibilidad cierta de caer en manos del rey de Marruecos, llevó a los saharauis a optar por una salida radical como habían optado millares de hermanos africanos: tomar las armas.

    A diferencia de otros grupos, el Frente Polisario no tuvo el apoyo de una superpotencia, sino en una primera instancia. de Libia y luego de Argelia. Esto permitió contar con cierto respaldo político a la lucha que se avecinaba. El Frente Polisario fue consecuencia del esfuerzo de los militantes que lo integraban y de los aportes económicos de los saharauis. Una demografía escasa, apoyos políticos limitados, recursos escasos eran indicios que el nuevo movimiento nacionalista naufragaría y seria una simple anécdota.

    La determinación de sus hombres y una sociedad que los apoyará sin fisuras, permitió al Frente sobrevivir a la “Nakba” o Catástrofe que sufrieron los saharauis con la firma de los siniestros Acuerdos de Madrid.

    Mientras que España se negaba a abandonar su posesión colonial, haciendo oídos sordos a las resoluciones de las Naciones Unidas y a la voluntad del pueblo saharaui. En esos días la Cuestión del Sahara llevó al gobierno presidido por el almirante Carrero Blanco a una crisis.

   Las diferencias entre quienes defendían la tesis integracionista, donde el Sahara Español siguiera siendo una provincia española y aquellos, liderados por el ministro de Asuntos Exteriores, Castiella, que abogaban por un referéndum y crear un Estado saharaui aliado de Madrid. Quedaba seguramente en la memoria de los líderes españoles la descolonización de Guinea Ecuatorial, estado sobre el cual España no pudo mantener influencia alguna. Finalmente en 1969 la tesis integracionista se impuso y Castiella es reemplazado por López Bravo. Este error político, será explotado por Marruecos que mantuvo una presión constante en el plano diplomático. A ello se une la evacuación de Sidi Ifni, de gran valor estratégico para la defensa de las Islas Canarias.

    La presión de Marruecos va dirigida en dos direcciones: el Sahara Occidental y las ciudades de Ceuta y Melilla. A ello se agregó un nuevo actor en esta tragedia: Mauritania que también reivindicaba el Sahara Occidental. Mojtar Uld Daddah, presidente de dicho país, buscó en la creación de una causa nacional, aglutinar a la opinión de un país, que al fin de cuentas, fue una creación colonial francesa, y por lo tanto el grado de cohesión nacional, era endeble.

    La diplomacia marroquí, dejará de lado la oposición que tenía desde 1960 a la existencia de Mauritania. Rabat reclamaba como territorio propio, pero en el marco de una hábil jugada política de Hassan II, transformó en aliado de Marruecos el régimen de Uld Daddah en el reclamo sobre el Sáhara Occidental. El futuro de los saharauis ahora era incierto. No obstante ello, los saharauis por medios pacíficos hacen saber a las autoridades hispanas cual era su voluntad. Ya en 1970 en El Aaiún hubo protestas de la población saharaui contra las intenciones del rey Hassan II de Marruecos sobre el entonces Sahara Español.

    Estos reclamos dejaron en claro dos cosas, el pueblo saharaui no quería ser parte de Marruecos y que la idea de unidad nacional cobraba fuerza. Las viejas divisiones tribales quedaban de lado. Curiosamente, a pesar de los esfuerzos de mantener dichas divisiones por parte de la potencia colonial por medio del sistema de representación en la Yemaá, los cambios sociales derivados de la urbanización y el desarrollo económico, impactaran profundamente en el pueblo saharaui.

   Los sucesos del barrio de Jatarrambla, que terminó con la desaparición de Bassiri, en el marco de una dura represión llevada a cabo por las autoridades españolas contra el naciente movimiento nacionalista, tuvieron sus consecuencias en el plano político. Los intentos de tener algún tipo de diálogo con la potencia colonial estaban cerrados. La opción es seguir el camino del grueso de los movimientos anticoloniales: la lucha armada.

    Las autoridades coloniales españolas no tuvieron tacto político en su momento para captar al movimiento nacionalista de Bassiri, que denunciaba la corrupción de los chuij y reclamaba mayor autonomía del Sahara, así como recriminaba la incapacidad española para defender los territorios saharauis, especialmente con la cesión a Marruecos de Cabo Juby, territorio saharaui desde tiempos inmemoriales, sobre los cuales Rabat nunca tuvo derechos.

     Las graves circunstancias llevaron a los nacionalistas saharauis a crear el Frente Polisario y constituir la vanguardia del movimiento independentista. La primera acción armada se realizó contra el puesto policial de Janguet Quesat, ubicado a cinco kilómetros de la frontera con Marruecos. Este puesto era responsable del control de los grupos nómadas que surcaban el territorio saharaui. El ataque fue liderado por Brahim Ghali, secretario del Frente Polisario (y actual presidente de la República Saharaui). La acción fue un hecho incruento, no hubo víctimas. El botín se limitó a algunas armas, municiones, víveres y camellos.

     Aquel primer encuentro armado de escasa entidad fue el primer hecho de armas, de lo que sería tiempo más tarde el Ejército de Liberación Popular Saharaui. Esta fuerza, que llegó a aplicar el llamado concepto “pueblo en armas” con recursos humanos limitados, tuvo que hacer frente a la agresión de dos ejércitos, que contaban con apoyo financiero y logístico de las potencias occidentales. Tengamos en cuenta que las fuerzas saharauis debieron enfrentar enemigos diez veces superiores en número de efectivos.

   Este mes de mayo, coincide con dos importantes aniversarios: la creación del Frente Polisario y el bautismo de fuego del Ejército de Liberación Popular Saharaui..

   Lucha que por cierto no ha terminado por la complicidad de las grandes potencias, que miran hacia otro lado ante la ilegalidad de la ocupación marroquí. Esperemos que algún día la Historia Militar tome nota de aquel lejano 20 de mayo de 1973, como fecha en que se forjaría una de una extraordinaria fuerza militar, el ELPS que contra todo pronóstico libró una guerra contra dos enemigos poderosos, llevando a cabo verdaderas hazañas, transformándose dicha fuerza en una verdadera leyenda.

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