Por Buel-la Lehbib Breica
Madrid (ECS).- El pasado 7 de enero, se dio a conocer la “suspensión de las relaciones diplomáticas” que mantenía Ghana con la Republica Árabe Saharaui Democrática (RASD) a través de un comunicado muy escueto emitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores ghanés un día antes.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ghanés ha expresado que la suspensión se basa en lo que llama existencia de “esfuerzos de la ONU para encontrar una solución aceptable a la disputa del Sáhara Occidental bajo los auspicios de las Naciones Unidas entre los que se incluye eliminar cualquier obstáculo que menoscabe la solución final de la disputa”.
Algunas fuentes aseguran que la suspensión tuvo lugar, momentos antes de la investidura del nuevo Presidente ghanés John Dramani Mahama del partido; Congreso Nacional Democrático (CND), lo que hace pensar que la decisión la ha tomado el mandatario saliente Nana Akufo-Addo perteneciente al Nuevo Partido Patriótico (NPP).
Si es como parece, es muy probable que la administración anterior, particularmente el presidente Nana tuviera en mente la suspensión de las relaciones diplomáticas con la RASD y no la ha llevado a cabo, durante sus dos mandatos, por temor a críticas internas y por poder afectar negativamente el prestigio de su país en el exterior. Ghana es conocida por ser una nación de instituciones solidas y serias.
Se recuerda que durante el mandato del presidente John Kofi Agyekum Kufuor (2001-2009) que pertenece al mismo partido del presidente saliente, se planteó por parte de un ministro influyente pro marroquí retirar el reconocimiento a la RASD, pero un buen número de diplomáticos ghaneses escribieron una carta al presidente Kufuor desaconsejándole tomar semejante decisión.
“La diplomacia ghanesa es conocida por su seriedad y al apoyo a las causas justas es profundamente arraigado en el País desde que se constituyó”, le escribieron los diplomáticos en su momento.
Queda por saber qué razones han llevado al mandatario saliente tomar la decisión de «suspender las relaciones diplomáticas con la RASD», si es que la decisión proviene de él, sobre todo que ya no ejerce ninguna función política en su país.
Por la parte marroquí, la decisión de Ghana ha sido acogida con gran regocijo, el Ministro de Asuntos Exteriores marroquí Nasser Burita, no ha dejado pasar la oportunidad para repetir su consabida perorata que le ayuda a mantenerse en el puesto. Inscribió lo sucedido en el “impulso dado a la cuestión del Sahara marroquí por su Majestad el Rey Mohamed VI”.
El comunicado de Exteriores marroquí añadió elementos no contenidos en el comunicado ghanés, como que “la Republica de Ghana decidió informar inmediatamente a través de los canales diplomáticos, al Gobierno del Reino de Marruecos, a la Unión Africana y a las Naciones Unidas, de esta posición”. Además de expresar “su apoyo” a “los esfuerzos de buena fe del Reino de Marruecos para alcanzar una solución aceptable por todas las partes”.
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