El pasado 16 de diciembre, los líderes de la CEDEAO decidieron dar a los tres países del Sahel un periodo de seis meses para que reconsideren su salida del bloque del que dejarán de formar parte en enero de 2025, tras anunciar su marcha hace un año.
En un comunicado conjunto, los tres países decidieron también «convertir el espacio de la AES en una «zona única de operaciones militares» que conviven con los campos de batalla nacionales, y decidieron poner «en alerta máxima» sus fuerzas de defensa y de seguridad conjuntas. «Los jefes del Estado del Sahel observan con pesar que las maniobras de desestabilización en la CEDEAO son habitualmente iniciadas por un puñado de jefes de Estado que imponen sus deseos y sus agendas extranjeras al resto de la organización», se lee en la nota conjunta.
Azawad se prepara para un ataque inminente, una nueva escalada de violencia en el norte de Mali
Las juntas militares que llegaron al poder en Malí, Burkina Faso y Níger entre 2020 y 2023 están inmersas en una ola de violencia terrorista y represión sin precedentes que ha abierto un ciclo de creciente descontento popular e inestabilidad interna. Impulsados por la promesa de atajar una insurgencia yihadista que comenzó hace 12 años y recibidos entre manifestaciones de apoyo, las juntas militares están bajo presión popular.
En este sentido, la actividad del Frente para la Liberación de Azawad (FLA) registrada durante el mes de diciembre indica una inminente nueva escalada de violencia en la región del Sahel, que puede incluir ataques contra las principales ciudades de la región de Azawad y enfrentamientos abiertos con el ejército maliense (FAMAs). Los líderes militares de FLA convocaron a una movilización general. Según fuentes militares exclusivas, se celebraron recientemente en Malí reuniones de alto nivel entre el grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), de Al Qaeda, y otros grupo de etnia fulani y árabe, como el Frente de Macina y las brigadas del Emirato de Tombuctú.
Miembros del Frente para la Liberación de Azawad publicaron en las redes sociales fotografías de campos de entrenamiento en los que se ve en uno de ellos entre 50 y 100 militares de Azawad, equipados con armas y equipos modernos. Los analistas militares señalan que estos movimientos no pueden ignorarse y que el aumento de las actividades armadas en el norte de Malí anticipa una nueva ola de violencia y desestabilización en la región del Sahel.
Los representantes de Azawad ya han expresado sus intenciones. Los movimientos de Azawad habían insistido a principios de 2024 en volver a los Acuerdos de Argel, sin embargo; el portavoz del FLA, Mohamed Mouloud Ramadane, afirmó hoy que no habrá negociaciones con los líderes de Bamako, y que su objetivo final es derrocar a las juntas militares que gobiernan en Mali, Níger y Burkina Faso.
Los movimientos de Azawad exigen el establecimiento de un Estado en la extensa región del Norte de Malí, que incluya las regiones del norte de Malí, como Menaka, Gao, Kidal, Tombuctú y la Gran Cuenca de Taoudni.
Por otro lado, Bamako libra una guerra feroz contra una red de organizaciones terroristas que se lucran con el tráfico ilícito, la trata de personas y la explotación ilegal de recursos minerales en toda la subregión. Estos grupos están representados principalmente por el grupo Apoyo del Islam y los Musulmanes (JNIM), liderado por Iyad Ag Ghaly y el Frente de Liberación de Macina, liderado por Ahmadou Koufa, además de la rama saheliana del Estado Islámico (Wilaya Sahel-ISIS). Los acontecimientos que tuvieron lugar en Tinzawaten el pasado mes de julio, demostraron que los tuaregs son capaces de librar una guerra feroz contra Mali y las fuerzas del grupo ruso Wagner.
Los países del Sahel acusan a Francia
Los países del Sahel unidos en el espacio llamado Alianza de Estados del Sahel (AES) declaran el estado de alerta militar «máxima» para afrontar los planes franceses en la región. Níger, Burkina Faso y Mali están en alerta militar total en previsión de movimientos militares franceses para desestabilizar la región.