back to top
9 C
Madrid
23 diciembre 2024

La paradoja de una diputada de origen saharaui

SEGUIR LEYENDO

Por Mohamed Hnini 

Madrid (ESC).- Estos días estamos presenciando diversos acontecimientos acelerados en el panorama político español; la cuestión de la amnistía, los acuerdos bipartidistas, la investidura, las manifestaciones en Ferraz, etc. Pero paralelamente a estos, con menos protagonismo en los medios convencionales, está teniendo lugar otro asunto conocido como “la paradoja de una diputada de origen saharaui” y cuya protagonista es la parlamentaria por el grupo Sumar Tesh Sidi. 

Paradoja puesto que la diputada, una de las caras más visibles en el activismo a favor de la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental en los últimos años, acabó votando a favor de que Pedro Sánchez sea reelegido presidente del Gobierno de España. El mismo Pedro que en uno de los párrafos de una carta dirigida al rey de Marruecos el 14 de marzo de 2022, afirmaba lo siguiente: “Reconozco la importancia que tiene la cuestión del Sáhara Occidental para Marruecos y los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos, en el marco de Naciones Unidas, para encontrar una solución mutuamente aceptable. En este sentido, España considera que la propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo”. 

Estas palabras despertaron, en su momento, la ira de muchos entre ellos Tesh, pues nadie lograba entender que el gobierno que se autoproclamaba el más progresista de la historia del país y el que más exigía el respeto al Derecho Internacional, se sometiera ante una potencia ocupante del territorio del Sáhara Occidental según las Naciones Unidas, y le reconociese la legitimidad de implementar una autonomía ilegal que, aunque omitamos la legalidad internacional y nos basáramos en el pragmatismo político, el reino alauí está a años luz de poseer la capacidad de materializar, debido, según varios expertos, al grave y profundo problema que sufre su modelo de Estado donde todo el poder se concentra en la monarquía. Este mismo argumentario, entre otros, fue expuesto y defendido por la diputada en cuestión cada vez que participaba en los distintos actos de denuncia a lo que era el nuevo posicionamiento de Sánchez en el conflicto sobre la excolonia española.

Por todo esto, de modo totalmente lógico y legítimo, muchos se preguntan ¿Por qué entonces la diputada Tesh votó a favor de que Pedro Sánchez siga al mando del ejecutivo?

En la mayoría de veces, la práctica política no es blanco o negro, sino que también existen diferentes tonos grises, y en este sentido, la afirmación histórica de “la política es el arte de lo posible” se vuelve imprescindible para comprender, no solamente la cuestión que nos ocupa en este artículo, sino otras muchas cuestiones que presenciamos, de manera cotidiana, en la escena política. Pero para responder a la anterior pregunta es fundamental e imprescindible tener en cuenta varias de las cuestiones que voy a exponer.

En primer lugar, es evidente que cualquier persona que se incorpora a una fuerza política, sea de la ideología que sea, deberá regirse por unas normas internas y comprometerse a respetarlas, y si no lo hace, es que, posiblemente, no esté de acuerdo con lo marcado y, por ende, deberá reflexionar sobre su continuidad como parte de dicha fuerza. Creo que esta cuestión es clara y totalmente asimilada por cualquiera que entienda mínimamente de política. Por lo tanto, Tesh Sidi, en este sentido, no va a ser una excepción. Cuando se sumó a la coalición Sumar, y antes a Más Madrid, lo hizo, precisamente, porque son las fuerzas políticas que más se ajustan a su ideal, pero también siendo consciente de las obligaciones que de ello derivan. Sumar no es sólo Tesh, sino una compleja coalición de grupos diversos y plurales bajo un mismo proyecto político que aunque compartan las líneas generales, no implica que vayan a coincidir en la clasificación de algunas cuestiones como prioritarias. 

Es fundamental, como luchadores por la libertad del pueblo saharaui, no rendirnos al cúmulo de desesperanza y decepción y debemos asimilar con gran conciencia de que los políticos, independientemente de sus orígenes, ideales o discursos

Está claro que para Tesh la cuestión del Sáhara Occidental es de alta prioridad, pero se ha demostrado que para el resto de su grupo no lo es, o, al menos, no hasta el punto de catalogarla como una línea roja en las negociaciones con sus socios de gobierno. 

Ante esta situación, la diputada saharaui sólo hizo lo que cualquiera de nosotros habría hecho, respetar la decisión de la mayoría y seguir la disciplina de su formación política, sin que ello implicase el abandono de su lucha por hacer que sus prioridades políticas posean el mismo grado de importancia para el conjunto de su formación. Una lucha que se traduce como un primer paso interno llevado mediante una práctica política sana y democrática, obligatoria y necesaria, para poder llegar a poner la cuestión del Sáhara Occidental en tal grado que se convierta en una línea roja para la mayoría de los integrantes de la coalición Sumar. Desde luego, una ardua tarea que no sólo depende del grado de dedicación de su autora, sino que, también, de otros factores de dimensiones tanto nacionales como internacionales. 

En segundo lugar, es evidente el entusiasmo y la esperanza de muchos saharauis junto a los solidarios con su causa que han construidos sobre la figura política de origen saharaui al lograr esta llegar al Congreso de los Diputados, después de tanto hartazgo y decepción causados por la indiferencia de los distintos gobiernos de la democracia española. Pero creo que, en este sentido, hay que matizar alguna cuestión fundamental que algunos no quieren entender ni aceptar puesto que su sed por ver a una prójima tan unida a la causa en lo más alto de la política les ciegaTesh Sidi, oficialmente, es una diputada española electa por la Comunidad de Madrid que debe cumplir con la Constitución y defender el interés de España y los españoles tal como prometió cuando tomó posesión del cargo. Por consiguiente, Tesh no representa al pueblo saharaui ante ninguna institución, ni al Frente Polisario, ni a la República Árabe Saharaui Democrática, ni tiene con ninguno de estos elementos cualquier tipo de vínculo oficial o de obligación política más allá del compromiso ético y moral y, por supuesto y como siempre ella afirma, el de la convicción de la justicia de la lucha del pueblo saharaui para conseguir su independencia. Por lo tanto, que nadie se permita el lujo de criticarla por hacer su trabajo de la manera más correcta posible, esto por un lado.

Por otro lado, es totalmente comprensible y natural que muchos estén esperanzados con la figura de Tesh ya que ella es la única diputada que, mejor que nadie, conoce la verdadera realidad de su pueblo al que siempre ha defendido de manera incansable, pero la esperanza, una emoción tan subjetiva, no justifica, para nada, que se le tilde de desleal al no poder conseguir, aunque lo haya intentado, en pocos meses lo que en 48 años ningún diputado o fuerza política pudieron lograr.

En tercer lugar, es cierto que la diputada, mediante su grupo parlamentario, no ha conseguido incluir, en el acuerdo con el PSOE, la reversión de la posición de Sánchez respecto al Sáhara Occidental, un objetivo, como ya se ha comentado, prioritario para ella sin duda alguna, pero lo que sí ha logrado, como primer paso, es acordar una batería de medidas a favor del pueblo saharaui tal como anunció en un artículo titulado “La soledad de un voto: el dilema de apoyar la investidura”, medidas que seguramente no se hubieran acordado sin el esfuerzo de la diputada y los suyos. Sé que muchos piden más restando importancia a lo conseguido ya que les parece insuficiente, pero en las negociaciones políticas los maximalismos abrumadores sólo muestran la ingenuidad más absoluta de sus autores. 

En cuarto lugar, creo que no se puede carecer de una visión realista a la hora de juzgar los movimientos políticos de las diferentes fuerzas que componen el arco parlamentario. 

La izquierda junto a los partidos nacionalistas se han visto obligados a dejar atrás sus diferencias por muy profundas que sean en favor de alcanzar acuerdos, ya que de no hacerlo, cometerían lo que describen como una irresponsabilidad histórica donde darían la oportunidad a los que consideran la derecha rendida a su sucedáneo más extremo para que gobierne España. Y ante lo que para Tesh, su formación y otras fuerzas políticas es un evidente peligro histórico, no se les ocurre a algunos más que soltar discursos vacíos con el fin de criticar, desde la óptica más “donquijoteniana”, a la diputada de origen saharaui, pidiendo su disidencia, ya sea votando en contra de la investidura de Sánchez o directamente dimitiendo. ¡Qué poca conciencia!, este tipo de planteamientos sólo es propio de los amteurs populistas que se ven impulsados a pronunciarse ante cualquier asunto repitiendo frases caprichosas que emanan de una visión tan estrecha de la política que hasta se permiten el lujo de exigirle a una persona tirar por la borda, y a la primera de cambio, todo lo conseguido mediante mucho esfuerzo, sacrificio y dedicación. 

Otra de las cuestiones importantes que se debe tener en cuenta es que un No de Tesh a la investidura de Sánchez no cambiaría absolutamente nada, pues los números le darían al presidente para seguir en su puesto. Todo esto, sin olvidar que las dimensiones del conflicto del Sáhara Occidental van mucho más allá de un Sí o un No de una diputada por muy decisivo que fuese su voto para investir a un presidente español.

Algunos dirán que el voto negativo de Tesh o mismamente su dimisión, aunque no tenga efecto sobre el futuro del Sánchez, por lo menos sería un acto simbólico que reflejaría su grado de lealtad a la causa de su pueblo, ¡qué fácil miden algunos algo tan subjetivo como la lealtad en un escenario político tan complejo!. Para ser verdaderamente justos, honestos y sobre todo, realistas, el principal deber político que tiene Tesh junto a su grupo parlamentario, y el que realmente debe ser la vara de medir, es el deber de cumplir con lo encomendado por parte de sus electores que les confiaron, mediante sus votos, la misión de frenar el reaccionarismo más extremo, ese mismo reaccionarismo que ha demostrado no tener ni el mínimo afecto de solidaridad con los saharauis que tacha de terroristas, sin olvidar la retirada de sus parlamentarios y concejales de los grupos de amigos del pueblo saharaui en diferentes Comunidades Autónomas, un acto que refleja, a la perfección,  lo que será de la causa saharaui si llegasen a gobernar. 

Por último, creo que es fundamental, como luchadores por la libertad del pueblo saharaui, no rendirnos al cúmulo de desesperanza y decepción y debemos asimilar con gran conciencia de que los políticos, independientemente de sus orígenes, ideales o discursos, sólo están practicando el arte de lo posible convencidos de que la guerra sólo se gana si se vence en las batallas que la componen. Esta fue la primera batalla de Tesh en lo más recóndito de la política española y con la que dio inicio a su esperanzadora carrera política. Y ojalá, algún día, pueda lograr que lo posible sea que España reconozca a la República Árabe Saharaui Democrática, ¡ojalá!. 

¡Apoya al periodismo libre!

Su generosidad nos permite avanzar en nuestra misión y trabajar hacia un futuro mejor para todos. 

Nuestra campaña se centra en promover la justicia, la paz y los derechos humanos en el Sáhara Occidental. Creemos firmemente en la importancia de comprender el origen y la complejidad de este conflicto para poder abordarlo de manera efectiva y trabajar hacia una solución que respete los derechos y la dignidad de todas las partes involucradas.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

MÁS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS