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25 diciembre 2024

El «Movimiento Saharaui por la Paz»: una estrategia burda de Marruecos para socavar la justicia y manipular la Internacional Socialista

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Por Ahmed Omar

Madrid (ECS).- En el Consejo de la Internacional Socialista (IS) celebrado recientemente en Rabat, Marruecos intentó, de manera descarada, consolidar su agenda colonialista en el Sáhara Occidental promoviendo al denominado «Movimiento Saharaui por la Paz» (MSP). Este grupo, que se autodenomina como una «alternativa moderada» al legítimo representante del pueblo saharaui, el Frente POLISARIO, no es más que una fachada burda y artificial financiada y dirigida por los servicios de inteligencia marroquíes para fragmentar y desestabilizar la lucha saharaui por la autodeterminación y independencia.

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La farsa del MSP: una creación de Rabat

El MSP fue fundado en 2020 por individuos que, tras ser atentar contra los intereses del pueblo saharaui, encontraron refugio en las instituciones de Marruecos. Entre sus principales figuras está su cabecía Hach Ahmed Bericalla, un exmilitante del Frente Polisario, conocido ahora por su estrecha colaboración con el aparato estatal marroquí. No es casualidad que este movimiento cuente con un respaldo financiero significativo proveniente de Rabat, que lo utiliza como una herramienta para generar confusión y tratar de proyectar una narrativa falsa de «diálogo interno» en el Sáhara Occidental.

A pesar de sus intentos de posicionarse como una voz legítima, el MSP carece de cualquier respaldo popular entre los saharauis, quienes ven en este grupo un instrumento colonial diseñado para dividir y debilitar su resistencia. La estrategia es clara: Marruecos busca crear una ilusión de pluralidad y consenso donde no existe, mientras persiste en su ocupación ilegal del territorio del Sáhara Occidental.

El papel oscuro de la Internacional Socialista

El intento de Marruecos de utilizar la Internacional Socialista (IS) como un vehículo para legitimar al movimiento MSP es una muestra más de cómo Rabat busca corromper instituciones internacionales en favor de sus intereses coloniales. A través de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP), un partido marroquí alineado con la monarquía, Rabat ha logrado infiltrarse en la IS y manipular sus mecanismos internos. La inclusión del MSP como punto a debatir en el Comité de Ética de la IS no es más que el resultado de esta influencia tóxica.

Sin embargo, la reciente decisión de no incluir al MSP como miembro observador en la IS ha generado indignación en Marruecos. Las autoridades marroquíes, frustradas por este fracaso, esperaban que figuras de renombre como José Luis Rodríguez Zapatero, Miguel Ángel Moratinos y los socialistas portugueses, junto con altos representantes de la ONU, ayudaran a legitimar al MSP. Su ausencia, combinada con la negativa de la IS, ha evidenciado la falta de credibilidad de este movimiento artificial pantalla de los servicios secretos de Marruecos.

El fracaso de Marruecos y la hipocresía diplomática

El fracaso del MSP en ganar reconocimiento internacional refleja la poca efectividad de la estrategia marroquí para imponer narrativas falsas. Este revés también pone en evidencia las contradicciones de Marruecos, que busca desesperadamente aliados para justificar su ocupación, mientras perpetúa prácticas de soborno y corrupción. Casos recientes, como el escándalo del «Moroccogate» en el seno del Parlamento Europeo, ilustran cómo Rabat utiliza la corrupción para avanzar en su agenda colonialista.

Marruecos sigue apostando por estrategias sucias: financiación de movimientos artificiales como el MSP, espionaje con herramientas como Pegasus, y la presión sobre personalidades e instituciones internacionales. Todo esto mientras su población sufre pobreza extrema y su economía depende de un endeudamiento insostenible.

Un llamado a la dignidad y la justicia

La comunidad internacional debe rechazar de manera contundente las maniobras marroquíes y el intento de utilizar el MSP como una herramienta de legitimación de su ocupación ilegal. Organizaciones como la Internacional Socialista tienen una responsabilidad histórica de no sucumbir ante la presión de actores corruptos y de reafirmar su compromiso con los principios de justicia y la autodeterminación.

El pueblo saharaui, representado legítimamente por el Frente POLISARIO, continúa su lucha inquebrantable por la libertad y la independencia. Marruecos, por más que intente fabricar narrativas y comprar apoyos, no podrá borrar décadas de resistencia y legitimidad internacional.

El MSP no es más que una herramienta fallida en una estrategia desesperada de Marruecos. La causa saharaui sigue firme, y su destino será decidido por su pueblo, no por movimientos artificiales ni por los juegos de poder de una monarquía en decadencia.

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