El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, así como la mayoría de los miembros del Ejecutivo y de los dirigentes socialistas, hacen “oídos sordos” ante lo que ocurre con los presos saharauis en cárceles marroquíes.
Por Alfonso Lafarga
Madrid (ECS).- La palabra silencio, una vez más, aparece en un titular de Contramutis para exponer lo que hace el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante el conflicto del Sahara Occidental, salvo que sea para apoyar a Marruecos o que tenga que comparecer en el Congreso de los Diputados, donde no acaba de explicar los motivos por los que cambió la postura de España de apoyo al derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui.
El silencio de Pedro Sánchez, como el de su ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, es total si se trata de los presos políticos saharauis en cárceles marroquíes, para los que no existen los Derechos Humanos.
Estas dos últimas palabras, Derechos Humanos, también se repiten en las noticias sobre el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos: son numerosas las denuncias de organizaciones internacionales, incluidas instituciones de la ONU, que ponen de manifiesto su violación, ante el silencio de un Gobierno que presume de su defensa “en cualquier parte del mundo”, como se ha relatado aquí en diferentes informaciones.
Sánchez y Albares, como la mayoría de los miembros del Gobierno y de los dirigentes socialistas, hacen “oídos sordos” ante lo que ocurre con los reclusos saharauis y así “no se dan por enterados de lo que se dice”, como define esta expresión la Real Academia Española.
A pesar de este permanente silencio, el Movimiento por los Presos Políticos Saharauis (MPPS) sigue con su denuncia, todos los lunes desde hacer tres años y cinco meses, ante la sede de Exteriores de la Plaza de la Provincia de Madrid para pedir la libertad de los presos saharauis, que padecen situaciones extremas de reclusión, falta den asistencia médica y cuya única arma para defenderse es la huelga de hambre.
“Tres años y cinco meses ante Exteriores por la libertad y los Derechos Humanos de los presos políticos saharauis en cárceles marroquíes: tres años (y cinco meses) de silencio”. Es el texto, en mayúsculas, del cartel que el último lunes de julio mostró el MPPS ante la sede de Exteriores para que España, potencia de iure administradora del Sáhara Occidental, intervenga por la libertad de quienes se encuentran condenados con confesiones obtenidas bajo tortura y en juicos denunciados por sus irregularidades y falta de garantías, todo ello por defender los Derechos Humanos y reclamar el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui.
La perseverancia del MPPS fue reconocida por los reclusos saharauis y sus familias en una carta de Ahmed Sbai, activista de Derechos Humanos y presidente honorario de la Liga para la Protección de los Presos Saharauis en las Prisiones Marroquíes (LPPS), que cumple cadena perpetua en la cárcel de Kenitra.
Agradecimiento de los presos saharauis al MPPS
Ahmed Sbai agradeció la determinación y apoyo del MPPS en la protesta que realiza contra la complicidad entre el Gobierno español y la ocupación marroquí, una “acción humanitaria y noble” que “da luz al sufrimiento de los presos”, que afrontan “la injusticia, la opresión y la violación” de su derecho a un juicio justo “que la política de ocupación marroquí falsifica para que sean condenarnos a períodos duros y largos”.
El lunes 29 de julio, el mismo día que el MPPS cumplió tres años y cinco meses ante Exteriores, se conoció el perdón real del rey de Marruecos, Mohamed VI, a 2.476 condenados, a los que se reduce la pena en distinto grado.
Por esta medida salieron en libertad los periodistas Omar Radi, Taoufik Bouachrine y Suleimán Raisuni, condenados oficialmente por hechos no políticos, incluidos delitos sexuales, “pero la realidad es que se les ha perseguido por su trabajo como periodistas, debido a que el tono independiente y crítico de su periodismo desagrada a las autoridades”, según Reporteros Sin Fronteras.
La gracia real no llegó a ninguno de los 35 presos políticos saharauis que permanecen en cárceles marroquíes, con condenas de hasta cadena perpetua, entre ellos seis periodistas. La sección española de RSF denunció la persecución que sufren los informadores saharauis por parte de Marruecos, que maneja con “mano de hierro” la información en el Sáhara Occidental, castiga “de forma implacable” el ejercicio del periodismo local y bloquea el acceso de los medios extranjeros.
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