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03 diciembre 2024

Día Mundial del Refugiado | Los refugiados saharauis, los más antiguos y los más olvidados

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  • El 20 de junio, Día Mundial del Refugiado, se rinde homenaje a las personas forzadas a abandonar su hogar para escapar de conflictos o persecuciones.
  • El Alto Comisionado de la ONU para los refugiados (ACNUR) cifra el número de refugiados saharauis en el suoeste de Argelia, frontera del Sáhara Occidental, en 173.600 de personas.

Madrid (ECS). – Las guerras, la persecución y otras formas de violencia son las causas principales que dejaron un récord de más de 110 millones de desplazados en todo el mundo este año, según la agencia de refugiados de Naciones Unidas, entre ellos los cerca de 200 mil saharauis, obligados por la ocupación marroquí, la guerra, la inseguridad o la miseria conviven en el desierto más inhóspito de la tierra.

El manifiesto revela cifras alarmantes: «Hay más de 110 millones de personas desplazadas forzosamente en el mundo, obligadas a abandonar sus hogares por guerras o persecuciones. Siria, Afganistán, Ucrania, Venezuela, Sudán del Sur, Myanmar y Sudán son los países de los que más personas huyen. Las cifras, que se dieron a conocer en la víspera del Día Mundial de los Refugiados que se conmemora hoy, avivan el debate en la interconexión del derecho internacional, los derechos humanos y la política nacional, especialmente el movimiento en algunos países, como Europa, contra los migrantes y los refugiados.

En los primeros meses de este año en curso, más de 110 millones de personas se vieron obligadas a desplazarse en todo el mundo debido a la persecución, los conflictos, la violencia o las violaciones de los derechos humanos y las catástrofes climáticas, registrando los niveles de desplazamiento más altos jamás registrados.

Los refugiados saharauis, los más antiguos y los más olvidados 

Los refugiados saharauis comenzaron a llegar a los campamentos, al oeste de Argelia, desde mediados de los años 70. Allí se construyeron una buena parte de los campamentos. Han organizado un estado en el exilio.

Casi toda la población vive en jaimas (tiendas de campaña) o en construcciones de adobe, sin servicios de agua potable y con total falta de medios de subsistencia en medio de un lugar remoto en donde las temperaturas en estos tiempos alcanzan fácilmente los 45 grados y a veces hasta superan los 50.

Actualmente existen cinco campos de refugiados (wilayas-provincias) distribuidos por toda la región: Auserd, Dajla, El Aaiún, Bojador y Smara. La capital administrativa es Rabuni, donde se encuentran los servicios de administración, presidencia y ministerios. Entre cada wilaya existen entre unos 20 ó 50 kilómetros de distancia, excepto Dajla que está a unos 170 Km. Cada wilaya se divide en pequeños grupos de población llamados ‘dairas’ y a su vez cada ‘daira’ está compuesta por 4 barrios. En cada ‘daira’ una guardería y una escuela primaria.

Aunque la cifra varía año tras año, aproximadamente se calcula, según la ONU, que en la actualidad estos campos acogen a más de 200.000 refugiados. La crisis humanitaria desatada tras el abandono español y la posterior ocupación marroquí del Sáhara Occidental es una de las más duraderas de la historia.

La población más afectada por la situación es la de la 3 edad, niños y mujeres con anemia y desnutrición. Cada mes las familias reciben una cantidad de alimentos básicos y de primera necesidad, pero no es del todo suficiente, por lo que la ayuda humanitaria internacional es vital e importante. La sanidad también es un punto débil, por ello muchos saharauis se están formando para ser auxiliares de enfermería y se han construido varios hospitales y clínicas para proporcionar los servicios básicos y paliar la situación. Gracias a estas acciones, cada vez son menos los casos de malnutrición y enfermedades gracias a las políticas de alimentación y salud adoptadas.

Marruecos, quien ocupa el territorio, es el responsable de que en los últimos 33 años no haya ningún progreso para garantizar el retorno de estas familias a su propia tierra.

Aunque los refugiados buscan cada día nuevas formas de subsistencia, la perspectiva que impera en los campos es una sola: la espera. La paciencia empieza a agotarse en los campamentos, especialmente entre los más jóvenes. La falta de horizonte es asfixiante: la gran mayoría tienen estudios secundarios, algunos incluso son licenciados y/o doctorados en Argelia, España o Cuba. Pero en la Hamada muy pocos pueden poner en práctica sus conocimientos. El margen de maniobra es tan limitado, que dependen casi en exclusiva de lo que les proporcionan los equipos de atención y las ayudas humanitarias.

Los empleos a los que tienen acceso son precarios y los salarios no alcanzan para cubrir sus necesidades. En los alrededores no proliferan las opciones laborales, por lo que algunos han tenido que adentrarse en Argelia o, en otros casos, migrar a países como España y Francia entre otros desde donde envían remesas que suponen una valiosa fuente de ingresos para algunas familias. A pesar de ello, solo unos pocos lo consiguen.

La economía de los campos de refugiados depende en gran medida de la cooperación internacional, que en la actualidad ha disminuido por la aparición de otras crisis humanitarias, como por ejemplo la guerra de Gaza, los conflictos en Oriente Próximo y por el bloqueo que sufren.

La ONU disminuyó la ayuda humanitaria destinada a los refugiados saharauis

La ayuda humanitaria que enviaba el Programa Mundial de Alimentos de ONU (PMA, o WFP en inglés) a los campamentos de refugiados saharauis se ha disminuido drásticamente.

El organismo de las Naciones Unidas acudía periódicamente para distribuir productos de primera necesidad a los saharauis que habitan desde hace 40 años en el desierto argelino por la ocupación de su país, el Sáhara Occidental, por parte de Marruecos.

En las últimas entregas se había reducido la cantidad de alimentos que se distribuía y los productos eran de peor calidad. Ahora ya, ni llegan. Los perjudicados son los niños y las mujeres embarazadas que se beneficiaban de los programas de alimentación que facilitaban la dieta saludable recomendada.

Según informado recientemente el periodo El País, las raciones de comida que distribuye Naciones Unidas en los campamentos de refugiados saharauis han disminuido en un 60% según los cálculos del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, debido al encarecimiento de los cereales y los fletes.

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