Por Germán Gorraiz López | Analista
El atentado contra el Primer Ministro de Eslovaquia, Robert Fico recuerda sospechosamente al asesinato de Lee Harvey Oswald y a la antigua red Gladio operando en suelo europeo, no siendo descartables nuevos atentados en territorio europeo con el objetivo inequívoco de sembrar el caos mediante la llamada «estrategia de la tensión» y provocar finalmente la implicación directa de la OTAN en un conflicto total con Rusia.
La red Gladio
Gladio (espada en latín), fue el nombre que se le dio a la «red de agentes durmientes desplegados por la OTAN en Italia y preparados para entrar en acción en caso de que los soviéticos invadieran Europa Occidental» y serían la fuerza aliada que permanecería detrás de las líneas soviéticas para facilitar el contraataque.
Dicha red estuvo teledirigida por Washington y a pesar de desaparecer el peligro de invasión soviética, siguió actuando en los países occidentales para evitar que partidos comunistas llegaran al poder a través de unas elecciones democráticas y se dedicaron a sembrar el caos mediante la doctrina conocida como «estrategia de la tensión».
La operación Gladio afectó prácticamente a toda Europa, con especial virulencia en Italia donde fue investigada por el juez Guido Salvini, quién concluyó que organizaciones terroristas de extrema derecha como Ordine Nuovo o la Vanguardia Nacional «estaban estrechamente vinculadas con el Estado italiano y la CIA estadounidense» y que «la CIA les señalaba los objetivos y les animaba a actuar».
Está en marcha la Operación Gladio 2.0?
La posible victoria de Trump en Noviembre del 2024 representaría el ocaso de la estrategia atlantista de Biden empecinado en defenestrar a Putin del poder tras la firma de un acuerdo de Paz en Ucrania y el retorno a la Doctrina de la Coexistencia Pacífica con Rusia. Ello supondría la entronización del G-3 (EEUU, Rusia y China) como «primus inter pares» en la gobernanza mundial y el final del sueño obsesivo de los globalistas encabezados por las grandes fundaciones financieras de conseguir la balcanización de Rusia, «la ballena blanca que los globalistas llevan décadas intentando cazar».
Para evitarlo, la CIA y el MI6 británico habrían gestado la Operación Gladio.2.0, consistente en reclutar a elementos del ISIS así como despertar a sus propias células durmientes para provocar atentados de gran impacto mediático en Rusia y su contrarréplica en países vecinos a Ucrania, con el objetivo confeso de sembrar el caos en Europa mediante la llamada «estrategia de la tensión» y provocar finalmente la implicación directa de la OTAN en un conflicto total con Rusia.
El estreno de la Operación Gladio 2.0 habría sido el cruento atentado en la sala de conciertos Crocus de Moscu, con el saldo de cerca de 140 muertos y más de 150 heridos y cuya autoría fue inicialmente reivindicada por el Estado Islámico o ISIS y aunque Putin reconoció que los autores del cruento atentado serían «islamistas radicales» originarios de Tayikistan, la sombra de la autoría intelectual seguiría sobrevolando sobre la CIA y la inteligencia ucraniana.
El objetivo inconfesable de la CIA sería sembrar el caos en territorio europeo mediante la doctrina conocida como «estrategia de la tensión» y en este contexto, se enmarcaría el reciente intento de Magnicidio contra el Primer Ministro de Eslovaquia, Robert Fico, con la esperanza de una respuesta de Moscú siguiendo el esquema de acción-reacción, pues Fico habría sido acusado por los medios occidentales de ser refractario a los postulados de la OTAN y etiquetado como «pro ruso» tras suspender la ayuda militar a Ucrania.
Los medios occidentales atribuyen su autoría a un ingenuo escritor de 71 años y señalan como causa a la «polarización ideológica de la sociedad eslovaca tras la deriva pro rusa de Fico», pero en realidad se trataría de un ex miembro del servicio de seguridad privada (SBS) que estaba en posesión legal de un arma, por lo que el atentado recuerda sospechosamente al asesinato de Lee Harvey Oswald.
Se preparan nuevos atentados?
En este contexto de estrategia de la tensión, el MI6 estaría presuntamente preparando un atentado de falsa bandera en territorio británico contra algún militar de la OTAN para después atribuir su autoría a Moscú. Por otra parte, los eventos deportivos y multitudinarios que se celebrarán este verano en suelo europeo, como los Juegos Olímpicos de París y la Copa de Europa de Fútbol (UEFA EURO) en Alemania, serian escenarios idóneos para mediante atentados indiscriminados sembrar el caos en la sociedad europa y conseguir que la opinión pública acepte gustosamente la implementación de un Estado policial.
En este contexto, se encuadraría la reciente amenaza del Estado Islámico o ISIS de un «atentado terrorista en los Cuartos de Final de la Champions», avisos que se encuadrarían en la doctrina de «la amenaza terrorista local», promovida por los gobiernos occidentales y apoyada por los medios de comunicación con el fin de «crear una atmósfera de miedo e intimidación, que lleve a una anulación de las libertades civiles y favorezca la posterior implementación de un estado policial».
Ello sería una deriva involucionista de los estados democráticos fruto de la supresión de los derechos individuales que lleva implícita la cruzada de “Guerra Global contra el Terrorismo” y que contaría con el apoyo mediático de los medios de comunicación. Así, la mass media habría contribuido a instalar en el imaginario colectivo occidental la imagen del Estado Islámico como «un enemigo exterior que amenaza los valores pacíficos y democráticos del mundo occidental» así como «la necesidad de aceptar cualquier tipo de política represiva de las libertades, dentro de la cruzada contra el Terrorismo que podría derivar en la implementación de un estado policial».
Así, el 8 de diciembre, la Unión Europea aprobó la primera regulación integral de la inteligencia artificial (IA) pero según un documento interno al que habria accedido el semanario ‘Politico‘, se posibilita el «uso irresponsable y desproporcionado de tecnología de identificación biométrica como el reconocimiento facial».
El texto jurídico redactado el 22 de diciembre por la presidencia española del Consejo de la UE estableció «la prohibición de esos sistemas de vigilancia biométrica en tiempo real», pero dejó abierta la puerta a excepciones para que policía y ejército puedan usar esta controvertida tecnología mediante autorización legal para «prevenir amenazas como terrorismo, asesinato o violación», lo cual sería un claro aviso de la previsible implementación de un Estado policial en los países de la Europa Occidental.