En el seno del Consejo de Seguridad fue aprobada una resolución, impulsada por Estados Unidos, sobre el conflicto del Sahara Occidental, no exento de polémicas. A nuestro entender, lo más grave es la falta de condena a la ilegalidad de la ocupación marroquí y la situación de los derechos humanos en las zonas ocupadas.
Por el Dr. Jorge Alejandro Suárez Saponaro
El antiguo Sahara Español, luego de los fallidos intentos de Madrid de hacerlo pasar como una provincia y con ese objetivo perpetuar su presencia, desde la década del 60 es un Territorio No Autónomo y desde entonces las Naciones Unidas consideraron que el mecanismo por el cual se decidiría su destino, sería por medio de un referéndum, en el cual los saharauis decidirían sobre su destino. Un contexto geopolítico complejo, la Guerra Fría y un Estado español débil, terminaron con un proceso de descolonización frustrado y los saharauis fueron víctimas de una brutal invasión por parte de sus vecinos marroquí y mauritano.
España en un intento de tener una salida ordenada del conflicto, ante su debilidad interna por la muerte del General Franco y en plena transición política por su sucesión, por medio de los ilegales Acuerdos de Madrid, cedió la administración del territorio saharaui a Mauritana y Marruecos, que tendrían la responsabilidad de gestionar los asuntos saharauis junto a la Asamblea territorial. Firmado el Acuerdo – abiertamente ilegal por no ser emanado de la voluntad libre del pueblo saharaui – se fijó una transición, en la cual habría un gobierno tripartito, horas antes que la presencia hispana expirara como decía el Acuerdo, el 27 de febrero de 1976, el Consejo Nacional Saharaui, organismo representativo del pueblo proclamó la creación de la República Saharaui. Tengamos en cuenta que un tiempo atrás, las Naciones Unidas reconocieron al Frente POLISARIO como representante legítimo del pueblo saharaui, en calidad de movimiento de liberación nacional que desde 1973 había tomado las armas para liberar al país del régimen colonial.
En este marco, la Corte Internacional de Justicia, rechazó las pretensiones de Marruecos y Mauritania de hacer valer sus presuntos derechos sobre el Sahara Occidental en su histórico fallo de noviembre de 1975. Verdad histórica que Marruecos intenta infructuosamente negar.
El 27 de febrero de 1976, previo a la retirada de España del Sahara Occidental, fue proclamada la República Árabe Democrática Saharaui. Un aspecto jurídico, político e histórico que muchos pasan por alto. Los invasores mauritano y marroquí, intentaron “formalizar” la ocupación por medio de un tratado de límites, donde se repartieron formalmente el territorio saharaui.
La lucha por el reconocimiento tuvo sus éxitos, especialmente en toda África y gran parte de los países No Alineados, la inmensa mayoría, fueron pueblos víctimas del colonialismo. América Latina no estuvo ausente, pero no todos los países reconocieron a la RASD, fue un proceso que llevó tiempo. En los últimos años la fuerte presión marroquí, se tradujo en el desconocimiento de la existencia de la República Saharaui, olvidando los gobiernos latinoamericanos que el derecho internacional considera que no se puede retirar el reconocimiento de un estado, dado que es un acto jurídico de carácter único y definitivo, según la práctica internacional y el derecho aplicable: la Convención de Derechos y Deberes de los Estados (Montevideo, 1933).
En 1979, Mauritania perdió la guerra frente a los saharauis y terminó evacuando el territorio que controlaba, Marruecos ocupó dicho espacio y desconociendo el tratado mauritano marroquí de 1976 y anexó el territorio evacuado por las tropas de Nuakchot. Lisa y llanamente todo un despojo, que Rabat busca justificar con argumentos inconsistentes. Esto generó las protestas de Mauritania y las Naciones Unidas emitieron resoluciones deplorando la situación del Sahara y exhortando a que Rabat se apegara al derecho internacional.
La búsqueda de ampliar el número de países que reconocieran a la República Saharaui, llevó a su gobierno a librar una dura batalla en el seno de la Organización de la Unidad Africana. Esto provocó la salida de Marruecos, que buscaba mostrar al Frente Polisario como un “invento argelino” y negar la existencia de un “pueblo saharaui”. Estrategia que se mantiene hasta el presente.
