Las Palmas, 31 Agosto de 2019. -(ECSaharaui)
Por Nayat Ahmed/ ECS
Somos como hojas de un árbol, cuando llega el otoño caemos al suelo y donde antes estuvimos, crecen nuevos retoños. Es ley de vida, somos viento que pasa. Pasa el tiempo y solo quedamos en el recuerdo. La muerte es un trecho más en el largo camino de la existencia humana. Hace unos días falleció una persona que hoy querría recordar, Mohamed Fadel Ataf.
No era un superhéroe, ni alguien extraordinario. Solo era una persona sencilla, trabajadora, respetada, amigo de sus amigos y muy nacionalista.
No dudó ni un momento en enrolarse en el ejército saharaui al comienzo de la invasión. Dejó en El Aaiun familia, propiedades y recuerdos.
En los largos años de la guerra se le podía ver en cualquier lugar que se le necesitara, tanto en las regiones militares como en los campamentos de refugiados. Sentía el sacrificio como parte del esfuerzo por lograr la libertad. Sus principios nacionalistas se mantuvieron intactos hasta el último suspiro.
La enfermedad pudo quebrantarlo, pero nunca vencerlo. En los momentos más difíciles de hospitales y operaciones solo lamentaba no poder regresar a los campamentos para compartir el sufrimiento de su pueblo.
Los que se van dejando ejemplo, son dignos de ser recordados. Descansa en Paz Mohamed Fadel Ataf Bachir. Dios te acoja en El Paraiso.