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23 abril 2025

Francisco, el papa al que niños y niñas saharauis dijeron que quieren paz, libertad y justicia

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  • El papa recibió en Ciudad del Vaticano, en el verano de 2018, a niños y niñas saharauis, a los que llamó “embajadores de paz”.

  • En 2019 viajó a Marruecos y seis organizaciones solidarias pidieron que intercediese ante el rey Mohamed VI por el pueblo saharaui.

Alfonso Lafarga.-

El papa Francisco, fallecido el lunes, tuvo un encuentro en la Ciudad del Vaticano con niños y niñas saharauis de los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia), donde hace cincuenta años se instalaron sus abuelos huyendo de la invasión del Sáhara Occidental, territorio que España abandonó sin proceder a su descolonización, por el ejército marroquí.

Fue el 8 de agosto de 2018. Alrededor de veinte niños y niñas saharauis que pasaban el verano en Italia, dentro del programa Vacaciones en paz y lejos de las altas temperaturas del desierto argelino, llegaron al Vaticano vestidos con sus ropas tradicionales.

Recibieron la bienvenida del papa Francisco con el saludo “embajadores saharauis de paz”, a lo que ellos respondieron que pertenecen a “una sociedad islámica moderada que quiere la paz, la libertad, la justicia y la mejor convivencia entre las religiones y culturas del mundo”. Y juntos posaron para las cámaras.

Días antes, el 25 de julio, el presidente del Parlamento italiano, Roberto Fico, también acogió a los pequeños saharauis, a los que obsequió con regalos que entregó personalmente con muestras de afecto, y expresó su apoyo a la justa causa del pueblo saharaui hasta que alcance su autodeterminación.

Al año siguiente, en 2019, el papa Francisco viajó precisamente a Marruecos, ocupante del Sáhara Occidental, con el lema “Servidor de esperanza” y estuvo en Rabat los días 30 y 31 de marzo. Antes de que efectuara la visita, organizaciones solidarias con el pueblo saharaui y de Derechos Humanos de España pidieron al papa Franciscoque intercediese por el pueblo saharaui, que padece desde finales de 1975 la ocupación de su territorio y sufrimiento, en un continuo atentado a los Derechos Humanos.

Pidieron al papa que intercediese por el pueblo saharaui

Representantes de seis entidades entregaron en la Embajada de la Santa Sede en Madrid una carta, a la que se adhirieron dieciséisorganizaciones saharauis de DDHH de los territorios ocupados, solicitando al papa que indicase al rey de Marruecos, Mohamed VI, “el sinsentido de mantener la ocupación del territorio saharaui” y que intercediese “por los presos y por el respeto a sus gentes y a sus recursos naturales”. Se lo pidieron a “alguien que sabe que no se puede mirar para otro lado cuando se produce la injusticia”.

Expusieron que Marruecos ocupa ilegalmente una parte del Sáhara Occidental, territorio que tiene pendiente un referéndum de autodeterminación y en el que “las condiciones de vida son muy difíciles porque no hay ni un atisbo de justicia, los saharauis están excluidos del trabajo, marginados en los colegios, tratados con violencia y arbitrariedad y sin ninguna libertad”.

También denunciaron la existencia de cincuenta de presos políticos, nueve de ellos condenados a cadena perpetua en juicios sin garantías, que sufren torturas y viven en condiciones inhumanas, citaron los recursos naturales del Sáhara Occidental que “Marruecos expolia impunemente” y el “muro de la vergüenza” de 2.720 kilómetros plagados de minas que divide el Sáhara Occidental y separa a las familias saharauis.

Las organizaciones firmantes de la carta indicaron que la ocupación marroquí “se mantiene con una represión permanente por parte de las fuerzas militares y policiales, lo que genera todo tipo de injusticias, abusos y represalias, y que hace de dicha ocupación un continuo atentado a los derechos humanos, provocando miedo y odio”.

En las intervenciones públicas del jefe del Estado de la Ciudad del Vaticano ante el pueblo y autoridades de Marruecos, así como en un encuentro con migrantes, otro con sacerdotes y religiosos y en la homilía de una misa para 10.000 personas, no hubo alusión ni a los Derechos Humanos ni a los presos políticos saharauis (tampoco a los marroquíes), ni a los recursos naturales saharauis.

El jefe de la Iglesia católica tuvo en sus intervenciones palabras que parecía podían llevar a una referencia sobre la situación que sufre la población saharaui, una parte perseguida en los territorios ocupados y otra refugiada en campamentos en el desierto argelino, pero no fue así. El pontífice llegó a expresar su esperanza en que Marruecos “quiera continuar siendo, en la comunidad internacional, un ejemplo de humanidad para los migrantes y los refugiados”, que están “en el centro del corazón de la Iglesia” y que todos tienen derecho a la vida y al futuro.

Animó a sacerdotes y religiosos a estar cerca “de los pequeños y los pobres, de los presos y los migrantes”, a contribuir “al servicio de la justicia y la paz”, y acompañar a los “ancianos, los débiles, las personas con discapacidades y los oprimidos”, pero en ningún momento se refirió a la situación del pueblo saharaui bajo el régimen marroquí ni al muro que separa a los saharauis.

Sobre los muros el papa fue preguntado por Jordi Evole en la Sexta TV, en una entrevista grabada antes del viaje y emitida en la noche del día 31, y el pontífice dijo que “el que levanta un muro termina prisionero del muro que levantó”.

Terminado el viaje y en rueda de prensa en el vuelo de vuelta a Roma, el papa volvió a hablar de los muros y dijo sentir dolor cuando ve a las personas “que prefieren construir muros”.

En el avión también hizo referencia a la tortura al comentar que vio un film sobre una cárcel de refugiados “que hace sufrir”: “A las mujeres y a los niños los venden, quedan los hombres. Y las torturas que se ven filmadas ahí son para no creer”.

Al papa se le oyeron dos palabras sobre las que insistieron en su carta las organizaciones pro saharauis y que en las intervenciones públicas no pronunció, Derechos Humanos, aunque las puso en boca de otro: ”Una vez hablé con un gobernante, un hombre a quien yo respeto, y diré el nombre, con Alexis Tsipras (primer ministro griego) y hablando de esto y de los acuerdos de no dejarlos entrar, él me ha explicado las dificultades, pero al final me habló con el corazón y me dijo esta frase: Los Derechos Humanos son primero que los acuerdos”. “Esta frase se merece el Premio Nobel”, afirmó.

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