Marruecos gasta cada año, desde que estalló la guerra, unos 1.400 millones de dólares para mantener sus tropas en el muro militar que divide el Sáhara Occidental (línea de separación)
Por Mohamed Salem Abdelhay
ECS. Madrid. | No hay duda de que la guerra del Sáhara Occidental está acelerando la fragmentación política y social de Marruecos, que junto con la onda expansiva del conflicto ruso-ucraniano y la guerra en Gaza, traerá consecuencias irreversibles. Los territorios saharauis ocupados desde 1975 no son reconocidos por ningún estado salvo previo pago. El concepto de autodeterminación del pueblo saharaui circula en las resoluciones de la ONU desde 1963, y Marruecos es considerado por la ONU desde 1979 como potencia ocupante ilegítima. Pese a ello, muchos lobistas a sueldo y tergiversadores de la realidad se afanan en promover una solución que prevea este derecho pero a la misma vez excluya la opción de independencia, algo así como pedirle peras al olmo. Para ello, se valen de una neolengua rimbombante, una invención que les permite designar las cosas no por su nombre y la complejidad de la realidad, sino recubrir dicha realidad con un peligroso barniz ideológico con términos como »solución pragmática», ‘dignidad del pueblo saharaui» y »realismo político» y que solo esconde su deseo irrefrenable de continuar con el pillaje colonial.
Hoy en día nuestro pueblo es ignorado por la política internacional y por los grandes medios occidentales aún en un contexto de guerra abierta. Las guerras de Ucrania y Gaza han aplastado un tanto las noticias sobre el Sáhara Occidental donde la lucha y las operaciones de los comandos del Ejército Saharaui en el muro militar sumergen a Marruecos en un torbellino de incertidumbres que resquebrajan su panorama político-económico y oscurecen su horizonte. Y no serán los bloques y atrincheramientos de este muro los que bloquearán las tormentas que surjan en cualquier parte de Marruecos, cuyo pueblo se está levantando por su dignidad, su libertad y su pan. Además de la lucha del pueblo saharaui, el Estado de Mohamed VI continúa atravesando y acumulando crisis gubernamentales cuyo origen están en su condición de potencia colonial, con una diplomacia que navega a contracorriente generando un desgaste y exposición degradantes ante la comunidad internacional.
Marruecos gasta cada año 1.400 millones de dólares para mantener sus tropas en el muro militar que divide el Sáhara Occidental (línea de separación)