El medio marroquí Le Desk ha difundido nuevas imágenes de las pruebas realizadas con el dron kamikaze SpyX, fabricado por la empresa israelí BlueBird Aero Systems, filial de Israel Aerospace Industries (IAI). En el vídeo, grabado en un área desértica situada al noroeste de Smara, se observan ataques directos contra un tanque M60 y un vehículo blindado Ratel —ambos retirados de las Fuerzas Armadas Reales (FAR)— empleados como blancos estáticos.
Las coordenadas visibles en la grabación (≈ 26.57° N, 11.54° W) sitúan los ensayos en territorio ocupado del Sáhara Occidental, en una zona militar aislada bajo control marroquí. Los drones fueron operados desde estaciones móviles con la participación de la Gendarmería Real, según confirmaron fuentes citadas por Le Desk.
Militarización del territorio ocupado
El hecho de que estas pruebas se realicen dentro del Sáhara Occidental constituye un acto grave desde el punto de vista político y jurídico. Marruecos está utilizando un territorio ocupado —reconocido como “no autónomo” por Naciones Unidas— para ensayos con armamento ofensivo, lo que vulnera las normas básicas del derecho internacional humanitario. Lejos de ser un simple ejercicio técnico, estos ensayos forman parte de una estrategia de militarización que busca consolidar la presencia marroquí y enviar un mensaje de poder en pleno contexto de guerra con el Ejército de Liberación Popular Saharaui (ELPS).
Mientras el pueblo saharaui espera el cumplimiento de las resoluciones de la ONU sobre el referéndum de autodeterminación, Marruecos convierte sus tierras ocupadas en polígonos de ensayo de tecnología israelí. El desierto saharaui —una tierra que debería ser símbolo de libertad y autodeterminación— se transforma así en un campo de tiro al servicio de una ocupación prolongada y cada vez más sofisticada.
Silencio internacional ante una provocación
Las pruebas no han sido comentadas oficialmente por las Naciones Unidas ni por la Misión de la ONU para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO), cuya presencia en la región se limita a la observación pasiva y sin competencias de derechos humanos. Sin embargo, la comunidad saharaui y varias organizaciones solidarias han denunciado que Marruecos está utilizando territorio ocupado como laboratorio de guerra, en violación del artículo 49 del IV Convenio de Ginebra, que prohíbe la transferencia y uso de recursos del territorio ocupado con fines militares.
Estas maniobras coinciden con un momento de tensión creciente: el Ejército saharaui mantiene ataques regulares contra posiciones marroquíes en los sectores de Mahbes, Guelta Zemmur y Smara, mientras el Consejo de Seguridad de la ONU se prepara para debatir, el 30 de octubre, la renovación del mandato de la MINURSO. La coincidencia temporal entre la escalada militar marroquí y la fase previa a la votación de Naciones Unidas no parece casual: Rabat busca exhibir fuerza y capacidad tecnológica ante la comunidad internacional, enviando el mensaje de que controla el territorio y dispone de medios para mantenerlo.
La ocupación armada y su precio
🔴⚡️ La alianza militar de Marruecos e Israel en el Sáhara Occidental
La empresa israelí BlueBird Aero Systems publica un vídeo que muestra pruebas de su dron SpyX en el Sáhara Occidental ocupado, concretamente la provincia de Smara. pic.twitter.com/01RXO6d83W
— ECSaharaui (@ECSaharaui__) October 13, 2025