✍️ Ahmed Omar, Campamentos de Refugiados Saharauis
Madrid (ECS).- El reciente informe presentado por el Enviado Personal del Secretario General de las Naciones Unidas, el Sr. Staffan de Mistura, ante el Consejo de Seguridad de la ONU, en el que propone la partición del Sáhara Occidental, ha suscitado alarmas en toda la región. Esta propuesta representa un desarrollo profundamente preocupante que podría desestabilizar no solo el territorio del Sáhara Occidental, sino también la región más amplia del norte de África.
Históricamente, el estatus del Sáhara Occidental como un territorio no autónomo en espera de descolonización ha sido afirmado por una multitud de organismos internacionales, incluidas las Naciones Unidas y la Unión Africana. El fundamento legal que respalda el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación es inquebrantable, y ha sido reforzado por los recientes fallos del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que rechazan categóricamente las reclamaciones de Marruecos sobre el territorio.
Sin embargo, en desafío directo a estos precedentes legales, la propuesta de De Mistura sobre la partición busca legitimar una ocupación ilegal y contraviene el propio mandato de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO). Al promover la partición, De Mistura se alinea con un peligroso precedente establecido en 1976, cuando Marruecos y Mauritania intentaron dividir el Sáhara Occidental tras la invasión inicial de Marruecos al territorio. Este intento de partición no solo es un insulto al derecho internacional, sino que también corre el riesgo de consolidar aún más el statu quo, otorgando a Marruecos una mayor influencia mientras se marginan las aspiraciones legítimas del pueblo saharaui.
La partición, como solución, debe ser reconocida por lo que realmente es: una negación del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y la independencia. El conflicto del Sáhara Occidental no se trata simplemente de disputas territoriales; se trata de la descolonización de un pueblo que ha luchado durante décadas para recuperar su tierra y soberanía. Este plan de partición socava los principios fundamentales del derecho internacional y las numerosas resoluciones de la ONU que han pedido un referéndum para determinar el futuro del territorio.
Además, la partición amenaza con exacerbar las tensiones en una región ya frágil. El control militarizado de Marruecos sobre el Sáhara Occidental ha provocado graves violaciones de derechos humanos, la supresión de protestas pacíficas y la explotación de los recursos naturales de la región. Dividir el territorio llevaría a un aumento de la violencia y a una mayor militarización, lo que podría desbordarse hacia los estados vecinos y desestabilizar la región más amplia del Magreb.
El Frente POLISARIO ha dejado claro que cualquier intento de eludir el derecho a la autodeterminación, a través de la partición o cualquier otra idea, es completamente inaceptable. Tal como se destacó en su reciente comunicado, rechazaron categóricamente la propuesta de De Mistura, reafirmando su compromiso con la consecución de la independencia del pueblo saharaui y advirtiendo que el continuo desprecio por sus derechos podría llevar a la expansión de la guerra que ha estado en curso durante casi 4 años. El pueblo saharaui ha esperado demasiado tiempo por la justicia, y la partición solo prolongaría esta injusticia.
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