El asesor de Donald Trump para asuntos árabes y de Oriente Medio, Massad Boulos, ha vuelto a dejar clara la complicidad de Estados Unidos con Marruecos en la cuestión del Sáhara Occidental. Tras reunirse el viernes en Nueva York con el enviado personal del Secretario General de la ONU, Staffan de Mistura, Boulos escribió en su cuenta de X que “una genuina autonomía bajo soberanía marroquí es la única solución viable para el Sáhara Occidental”. Con una frase que parece sacada directamente de los comunicados oficiales de Rabat, Washington refuerza así la estrategia marroquí de apropiarse del lenguaje diplomático para imponer su ocupación.
Lo más llamativo es que esta invención terminológica de la “genuina autonomía” llega apenas semanas después de que el propio Boulos, durante una visita a Argel, se cuidara mucho de no cerrar puertas con la potencia regional que respalda al Frente Polisario. Entonces habló de la “necesidad de diálogo” y de “cooperación con Argelia”. Hoy, en cambio, repite la retórica de Rabat con un nuevo envoltorio lingüístico que no engaña a nadie: autonomía bajo soberanía marroquí significa anexión y negación del derecho internacional.
“Una genuina autonomía bajo soberanía marroquí es la única solución viable para el Sáhara Occidental”.
El pueblo saharaui y su legítimo representante, el Frente Polisario, ya han señalado que toda propuesta que excluya la opción de la independencia en un referéndum supervisado por la ONU es ilegal, ilegítima e inviable. Lo recuerdan la Opinión Consultiva del Tribunal Internacional de Justicia de 1975, las resoluciones de la Asamblea General de la ONU, los dictámenes de la Unión Africana, las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y la jurisprudencia del Tribunal Africano de Derechos Humanos. Todas coinciden en lo mismo: Marruecos no tiene soberanía sobre el Sáhara y la descolonización solo puede resolverse con la libre determinación del pueblo saharaui.
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