El régimen marroquí, desesperado por el apoyo de Trump en el Sáhara Occidental
EDITORIAL
Madrid (ECS). – En el último año, Marruecos ha buscado consolidar su posición a nivel internacional acercándose a alianzas en Europa, Oriente Medio y EE.UU. Un síntoma de su debilidad, ya que estas alianzas le garantizan seguir eludiendo la responsabilidad en la antigua colonia española. Por la otra parte, el conflicto del Sáhara Occidental experimentó este último año nuevas victorias jurídicas y un apoyo sin precedentes a las reivindicaciones de los saharauis. Debido a lo anterior, la cuestión saharaui aparece cada vez más en la agenda de reuniones de organizaciones internacionales y encuentros bilaterales.
Rabat en cambio, se ha sumergido en una sucesión de crisis diplomáticas con varios países, ausencia de paz regional, tensiones abiertas… El fiasco político de Marruecos tras la declaración de Trump de 2020 y la posterior e impotente firma de los acuerdos abrahámicos, que aún esperan desarrollarse plenamente debido a que han quedado supeditados al internacionalmente rechazado reconocimiento trumpista de la supuesta soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. Este fracaso, ha causado un estado de histeria colectiva en la diplomacia alauita, que ha iniciado frentes contra todo aquel que se ha opuesto a violar la legitimidad internacional usando para imponer sus objetivos la inmigración irregular, el chantaje económico, declaraciones amenazantes y la congelación de la cooperación bilateral.
Marruecos, un país regado de ayudas económicas y títere de otros países, se pensó fortalecido geopolíticamente tras sellar con Israel la normalización cuyo propósito solamente ha beneficiado a la agenda del país judío, empujado por EE.UU y los Acuerdos de Abraham para maximizar la ola de normalización con los estados árabes, extender la campaña anti-iraní de la Knesset por África y sumar países en la alianza contra Teherán y los Hermanos Musulmanes (El Islam Político). Ciertamente y sin miedo a equivocarnos, tras más de dos años de normalización, solamente Israel y Trump han salido beneficiados en la medida en que no se han logrado los intereses marroquíes. Marruecos, a través de las instrucciones reales tras estallarle treinta años después la guerra del Sáhara Occidental, accedió apresurado y cegado a un acuerdo sin garantías. Ahora, el reconocimiento de la supuesta soberanía marroquí sobre territorios saharauis permanece en el limbo. Si Trump verdaderamente estuviera a favor, no tendría en reparos en repetir lo dicho por él mismo que ni siquiera.
En consecuencia, esto nos permite concluir que, lejos de una paz permanente en la región, los Acuerdos de Abraham entre Israel, Marruecos y los EE.UU no constituyen un paso hacia una paz duradera, y esto es debido a que incluyen precisamente la ocupación del Sáhara Occidental, causante de todas las crisis diplomáticas marroquíes desde la firma de estos Acuerdos.
Acostumbrado a implicar a terceros países en el contencioso del Sáhara Occidental, se ha vuelto en su contra, ahora ya no se trata de solo la ocupación de un territorio ajeno, sino que, torpemente, ha arriesgado sus intereses económicos, geopolíticos y comerciales inflamando el terreno político para el cual su escasa fuerza diplomática no está preparada, y esto se refleja en el hecho de entregarse plácidamente a alianzas contrarias a los intereses del pueblo marroquí para intentar ganar peso e influencia. Finalmente, ¿Qué no estarás dispuesto a hacer para proteger tus puntos débiles?
El régimen marroquí se encuentra en un estado de confusión desde que el presidente de EE.UU Donald Trump regresó a la Casa Blanca con una agenda que no esperaban los más pesimistas en Rabat, incluidas demandas apremiantes puestas sobre la mesa del palacio real, además de que el país magrebí es un destino potencial para el desplazamiento de los residentes de Gaza. Después de que el régimen alauita se mostrara extasiado por la relección de Trump como presidente de los Estados Unidos, esperando que continuara por el impulso que tomó en 2020 cuando tuiteó, después de perder la carrera presidencial, a favor de la supuesta soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. Los responsables de la toma de decisiones en el régimen alauita están buscando formas para minimizar las pérdidas en lugar de maximizar las ganancias.
Según el periodista español Ignacio Cembrero del diario El Confidencial, el régimen de Marruecos se encuentra menos motivado para pedir al presidente estadounidense que restablezca su compromiso de apoyar los intereses marroquíes en el Sáhara Occidental así como la apertura de un consulado en la ciudad ocupada de Dajla, y esto sucede porque Trump involucró a la cuestión palestina a cambio de su normalización con Israel, y ahora el Palacio alauita se da cuenta de que el precio esta vez es mucho más caro que la normalización, en línea con la codicia del presidente estadounidense, que es aceptar acoger a los palestinos desplazados de la Franja de Gaza, según el plan de Trump, que fue rechazado por todos excepto Tel Aviv y Washington.
Con las posibilidades de que Trump respalde las ambiciones del país alauita reduciéndose, el Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí está buscando otras opciones lejos de Estados Unidos, incluida la celebración de una conferencia internacional el próximo abril en los Emiratos Árabes Unidos, patrocinada por países europeos, empezando por Francia, para bendecir la “naturaleza marroquí” del Sáhara Occidental, según señaló una fuente diplomática informada.